Confesiones
Capítulo uno
El equipo 7 se había dividido en dos para cubrir la mayor cantidad de terreno posible, debían encontrar a Ao y una vez localizado avisar a la otra parte del grupo y poner en marcha el plan de emboscada.
Ciertamente no se encontraban en las mejores condiciones, el sensei estaba agotado y aunque Katasuke tuviera la mejor predisposición para colaborar, sin sus armas ninjas no era de gran ayuda sin embargo no había tiempo de escoltarlo hasta la aldea y mucho menos de esperar refuerzos, tenían que apañárselas.
A pesar del riesgo de fracasar (y por lo tanto de morir) Boruto no se encontraba nervioso, conocía el talento de sus compañeros, era un equipo sólido que sabia adecuarse a las habilidades del otro y funcionaba muy bien a pesar de ser recién graduados. Sarada era rápida, certera y su sharingan era una ventaja excepcional sobre cualquier otro equipo genin de su generación. Mitsuki era el apoyo ideal, siempre atento su capacidad para adaptarse a ataques sorpresas lo habían salvado tanto a él como a sus compañeros de más de una situación de riesgo. Su sensei era capaz de controlarlos a los tres y eso de por si ya era un logro significativo.
Boruto estaba consciente de sus habilidades (tal vez demasiado) pero había madurado lo suficiente para entender que no podía hacerlo todo por si solo y que debía confiar en los demás para sobrevivir.
Poso su vista en dirección a la única miembro femenino del equipo 7 quien saltaba de rama en rama a su lado. Ellos habían sido asignados juntos para rastrillar la parte norte del bosque mientras Mitsuki, Konohamaru y Katasuke hacían lo mismo en el sur. El sensei los habia agrupado juntos porque Sarada era la más capacitada para encontrar al enemigo por su sharingan mientras que él funcionaba como una especie de guardaespalda.
Ya, Sarada era callada, muy reservada, de hecho las únicas oportunidades donde ella se expresaba hacia él con ímpetu eran solo para regañarlo o discutir así que no le dio mayor importancia a su silencio sin embargo con el transcurso de las horas Boruto entendió que Sarada estaba ensimismada en sus propios pensamientos y estos no parecían ser muy positivos.
Normalmente no le diría nada pero su deber como líder de equipo (título autoimpuesto) era el tranquilizar a sus compañeros, detestaba admitirlo pero si algo tenía en común con su padre era el don de levantar el ánimo a los demás con un discurso, o al menos intentarlo.
_No te preocupes, todo saldrá bien dattebasa _ dijo con convicción y una sonrisa… que se borró a los pocos segundos.
_¿Quien te dijo que estoy preocupada? Idiota.
Una vena se hinchó en la frente del rubio, su orgullo le ordenaba ignorar a Sarada por el resto de la misión y en lo posible por el resto de sus vidas pero sus ganas de discutir con ella eran más fuertes.
_¡Si no estás preocupada concéntrate en la misión si no quieres que nos maten por tu culpa!
Sarada arrugó el ceño.
_Lo dice el imbécil que grita en el medio de una búsqueda, la idea es que nosotros encontremos a Ao no al revés _ susurro mordaz.
Boruto cerró la boca en una especie de puchero forzado. Odiaba cuando Sarada ganaba una discusión y normalmente no se callaría hasta ganar, o al menos hasta que la Uchiha abandonara la discusión por cansancio pero el entorno de esta en particular no le dejaba mas opción que ignorar sus deseos de victoria y simplemente seguir enfocado en el plan así que hizo lo mas maduro, pospuso su respuesta para otro momento, no se la dejaría tan fácil.
Decidió no hablar ni mirar a Sarada hasta que sea extremadamente necesario.
Después de horas de saltar de rama en rama sin rastros del enemigo Boruto sintió la necesidad de descansar pero no lo consultaria con su compañera, no después de como lo trato. Sin mediar palabra se sentó en la rama más robusta y alta del primer árbol que encontró sin siquiera mirar a Sarada, esta al notar que no la seguía se giró y lo observó muy relajado con los ojos cerrados y piernas extendidas disfrutando de los pocos rayos de sol que lograban filtrarse por las hojas para finalmente llegar hasta los cabellos rubios de Boruto.
Realmente hubiera protestado y exigido seguir pero su cansancio era mayor a su llamado del deber, usar el sharingan era agotador.
Se sentó unos dos metros más allá de Boruto, ella también estaba enojada con él. Siguió pensando.
Aunque Sarada era extremadamente estricta en esas situaciones de riesgo, incluso mas que en su vida cotidiana, su capacidad de atención estaba siendo dividida y eso le causaba impotencia y enojo con ella misma. ¿Por qué piensas tanto en algo sin importancia? se cuestionaba, el hecho es que lo hacía y al parecer no podía hacer nada contra eso.
La charla con la delegada segundos antes de salir camino a la misión la estaba sacando de sus casillas y no sabía bien el porqué. Decidió usar sus capacidades de análisis y zanjar el asunto de una vez por todas.
¿Qué fue lo primero que la impresionó? Posiblemente que Sumire le preguntara tan livianamente si estaba interesada en Boruto, en ese momento fue sincera y tajante "¿de que hablas? por supuesto que no" la verdad era que durante los doce años en que conocía a Boruto el único interés que le despertaba era que cerrara la boca y no hiciera tonterías, hasta ahí las cosas estaban muy bien.
El segundo punto de la conversación si que la descolocó, ¿Desde cuando la delegada declaraba tan abiertamente que le interesaba Boruto?, ¿Desde cuando la delegada expresaba algo sin decirlo en voz baja y ponerse roja como un tomate?, ¡¿Desde cuando la delegada era tan atrevida y confiada?!, y ¡¿ Por qué estaba interesada en Boruto?!
Lo observó de soslayo detrás de sus lentes rojos, como tantas veces, en busca de algo que pudiera darle un poco de luz con la última pregunta. Boruto la hacia recordar irremediablemente al hokague, una figura de admiración para Sarada, pero estaba segura que para Sumire no era eso precisamente lo que la hacía interesarse en él.
Sarada debía admitir muy a su pesar que el rubio tenía bonitos ojos y que poseía una personalidad que para bien o para mal llamaba la atención de todos. Recordó cómo ayudo a la delegada en el pasado, como la salvo y logró que volviera a la clase y se sintiera cómoda a pesar de sus errores.
Ahora si podía entender el interés de Sumire hacia él.
Ahora bien si a Sumire le gustaba Boruto cualquiera sea la reacción de este la debería de tener sin cuidado ¡Ella no tenia nada pero nada que ver en ese asunto y no debería siquiera molestarse en ocupar tanto la cabeza en asuntos ajenos y mucho menos en el medio de una misión!
Decidió eliminar la conversación y todos los pensamientos posteriores de esta de su cabeza. Era una kunoichi, era una Uchiha, era una genin madura, responsable, capaz y estaba en una misión rango A.
Se paró de un salto dispuesta a continuar y terminar con todo ese asunto de una vez por todas, Boruto la observó con una ceja levantada.
_Solo estuvimos sentados durante cinco minutos.
_Es tiempo suficiente_ afirmó activando el Sharingan nuevamente.
El rubio bufo molesto _ No lo es, estás exhausta y yo también, necesitamos descansar más.
_No podemos hacerlo cuando Ao está al acecho.
El tono de Sarada fue duro y autoritario, se giró dispuesta a continuar con su deber. Cuando estaba a punto de saltar a la siguiente rama el agarre de boruto la detuvo en seco, lo miró sorprendida, el ceño del Uzumaki estaba completamente fruncido y su boca formaba una línea tensa, Sarado miro como la mano del rubio sujetaba fuertemente su muñeca derecha, ella también frunció el ceño, la chica era de temer.
_ Suéltame _ siseo.
_No hasta que entiendas que tenemos que descansar al menos diez minutos más, si sigues gastando tu chakra de esta manera te desmayaras y no pienso cargarte.
Ese comentario cabreo más a Sarada.
_ Tu no eres el líder, el sensei fue muy claro, tenemos que continuar hasta que encontremos a Ao o hasta recibir un mensaje de que ellos fueron los que lo encontraron, no debemos perder el tiempo holgazaneando.
_Esta bien pero no lo encontraremos contigo inconsciente_ Boruto trato de contener su frustración, entendía perfectamente el punto de su compañera pero ¿por que le costaba tanto a ella ver el suyo?
_¡Suéltame!
_¡No hasta que te calmes y entiendas lo que te digo!
Sarada quería matarlo, ¿entender? Mas bien parecía significar obedecer sus demandas y ella jamás estaría dispuesta a eso. Comenzó a forcejear con el rubio para que liberara su muñeca pero este no daba el brazo a torcer, casi sin darse cuenta las cosas se fueron de las manos, Boruto apretaba demasiado su agarre y ella lo empujaba fuertemente con su brazo libre.
Sarada estaba harta solo quería terminar esa misión, volver a la aldea y olvidarse del estúpido de Boruto y de Sumire.
Su mente estaba por colapsar, deseaba enfocarse en algo pero solo aparecían trabas, una tras otra y todas estaban relacionadas con su compañero rubio. Sarada se odiaba en ese momento, ella era la voz de la razón ¿Cómo podía estar discutiendo y forcejeando a los gritos cuando corrían riesgo de muerte o de arruinar el plan si eran encontrados? Pero no podía parar, no podía, solo elevaba mas y mas la voz, Boruto parecía empecinado en acallar sus gritos con mas gritos.
En el medio de todo eso solo se pudo hacer una pregunta ¿Qué rayos le vio la delegada? y como si se hubiera chocado de lleno con una pared de concreto comprendió que él jamás le gritaría o seria tan desagradable con Sumire, ellos se llevaban bien, ellos tenían charlas amenas no discusiones, ellos se reían no se gritaban, ellos harían una linda pareja, en cambio ella y Boruto…
Algo en ese momento hizo click en Sarada, en ese preciso momento lo comprendió todo y la verdad que se ocultaba a ella misma salió a la luz. Sino le importara Boruto no le daría relevancia a ese asunto, sino estuviera interesada en él no estaría en ese estado tan lamentable, no lo hubiera visto desde lejos por tantos años. Mintió cuando le respondió a Sumire, ni ella misma sabía que estaba mintiendo.
La realidad la golpeó y se sintió más vulnerable que nunca.
De pronto el único que estaba discutiendo era Boruto, tardó dos segundos en darse cuenta que la Uchiha estaba en completo silencio y con la cara gacha. Solo llego a escuchar un "me lastimas" e inmediatamente soltó su muñeca, estaba bastante roja. La culpa cayó sobre el chico como un balde de agua fría.
_Lo siento… de verdad, ¿te duele? Llamaré a Mitsuki para que te la revise, creo que ya es tiempo de reunirnos , en serio Sarada lo siento es solo que me deje llevar y cuando te pones así es imposible tratar de razonar contigo y solo quería que descansáramos… yo realmente lo sien_.
_Sumire esta interesada en ti.
Silencio.
Sarada seguía con la cabeza gacha, su voz había sonado firme y sus dos puños estaban cerrados fuertemente, lo dijo por impulso como quien esconde un secreto por mucho tiempo y ya no puede soportarlo, era un hecho que lo que dijo no era precisamente un secreto porque Sumire no específico en que no le diga a nadie pero por una extraña razón pensó que se sentiría mas liviana al comunicárselo al rubio, sin embargo se equivocó.
Apenas esas palabras salieron de su boca se arrepintió de pronunciarlas. Se sentía fatal, primero por dejarse llevar por el impulso, ella era una persona analítica ¡Era una Uchiha! Pero debía tener en cuenta que también era una Haruno… el segundo motivo la hizo sentir como si en su estómago hubiese un agujero negro que la estaba consumiendo, ahora Boruto sabía de los sentimientos de la delegada hacia él y nada se interponía en que se los correspondiera.
Levantó la cabeza lentamente para ver la expresión de Boruto, tenia las cejas levantadas y la boca ligeramente abierta.
_¿Eh? ¿La delegada que?
_¿Eres sordo? Que está interesada en ti, me lo dijo antes de que saliéramos a buscar a Konohamaru sensei.
Boruto al digerirlo bien se comenzó a sentir incómodo, frunció la boca y se llevó una mano a la nuca, pensando.
_¿No dirás nada?_ Sarada se mostraba impaciente ante la pasividad del rubio, realmente no sabia que esperaba que hiciera pero definitivamente ningún tipo de respuesta no le calmaba los ánimos.
Boruto suspiro y tomo nuevamente la muñeca de una sorprendida Sarada, aunque esta vez con delicadeza_ Eso no importa ahora, ¿te sigue doliendo?_ pregunto al tiempo que la observaba un poco menos rojiza. Lo que si estaban rojas eran las mejillas de la Uchiha.
_N-no, estoy bien_ dijo mientras acomodaba el marco de sus lentes, gesto que hacía cada vez que se encontraba nerviosa.
_ Bien, ¿que te parece si nos movemos un poco más hacia el norte y descansamos media hora?
Sarada asintió desconcertada.
_¿Quieres que te cargue o puedes ir sola?
Sarada se ofendió un poco _ Puedo caminar sola, casi me rompes la mano no las piernas.
Boruto puso una cara lamentable donde se leía culpa en cada centímetro de su expresión pero no dijo nada, sabía que Sarada se lo iba a recordar cada vez que pudiera así que era mejor acostumbrarse desde ya. Cuando estaba a punto de comenzar la marcha Sarada a sus espaldas lo detuvo.
_¿Qué le dirás a Sumire?
Ese tema pensó el rubio con pesadez, la verdad es que el hijo del hokage era algo altanero pero el saber que la delegada estaba interesada en él no lo hacía sentir orgulloso sino que algo avergonzado, nunca nadie se había expresado a él de esa forma… en realidad ni Sumire ya que no se le había confesado estrictamente hablando.
Es cierto que la delegada le resultaba agradable pero jamás se le hubiera pasado por la cabeza considerarla algo más que una compañera de clase, tenía doce años y realmente no pensaba mucho en chicas, sus pensamientos habituales se basaban en llamar la atención de su padre y en superar un nuevo nivel de su videojuego. Claro que también era importante derrotar a Ao y regresar a salvo a la aldea junto al resto del equipo.
No quería herir a la delegada pero sinceramente no estaba interesado, si llegaba a confesársele sería una situación incómoda.
_¿ Y bien?_ insistió su compañera trayéndolo de vuelta a la realidad.
Instantáneamente algo le hizo ruido, ¿Por qué Sarada estaba tan insistente con el asunto? Y esa pregunta fue como la puerta a otra interrogante mas interesante: ¿Por qué sarada le dijo lo de Sumire? Ahora que lo pensaba bien la Uchiha estaba rara desde que empezaron la misión, justamente cuando la delegada hablo con ella…
Oh.
Boruto no era estúpido, de hecho era el genin mas inteligente de su generación (a diferencia del tonto de su padre) por lo tanto no le costaba mucho sumar uno mas uno aunque el resultado fuese tan inverosímil como una Sarada ¿celosa?
Un remolino se formó en la boca de su estómago y una sonrisa burlona apareció como por arte de magia en su rostro. Se llevó ambas manos detrás de la nuca y giro hacia la chica con ojos chispeantes.
_¿Acaso estas celosa, Sarada?_ cuestionó con tono malicioso.
Aprecio por un solo segundo el rostro carmesí de la chica antes de que él cayera de bruces al suelo con un dolor insoportable en la nariz.
"¡Imbécil!" llegó a escuchar antes de verla desaparecer entre los arboles.
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Continuará.
¡Hola, lector/a! Si llegaste hasta acá significa que al menos el capitulo te intereso lo suficiente como para terminarlo así que gracias.
Ahora sobre la continuación, la verdad es que no escribía hace años y me siento oxidada, mis arranques para escribir se basan básicamente en dos cosas: el deseo de leer algo que no puedo encontrar y en una motivación repentina. Si la historia llega a los 10 comentarios estoy segura que me motivará lo suficiente como para continuar el capitulo 2 así que ya saben ;) *no recibía ni un comentario*
Besos y hasta la proxima!
