Hola chicos y chicas, aquí les traigo este One-Shot… Bueno, teóricamente debía ser un One-Shot, pero debido a unos problemas, no he podido terminar de transcribir todo el capítulo. Tengo la mitad en el PC y la otras en las hojas (no vuelvo a escribir, a no ser que se vaya mucho la luz, ya que escribo más que cuando estoy a computador y ver todas esas palabras me aterran al pasarlas D: ). Así que este Fanfic estará dividido en partes. Sin más que decir, disfruten de este Fanfic y no olviden dejar Reviews.
PD: Como dato, hago referencia a otros fanfic en mis historias, ya que los hechos que pasan suceden en un mismo universo.


Recuerdos Que Me Atormentan

Parte 01

POV de Shadow

Mis ojos veían como ella se arrastraba con esfuerzo, dejando detrás sí un rastro de sangre que poco a poco crecía. A pesar de mi esfuerzo, no tuve la fuerza para romper la capsula en donde yacía atrapado. No sé si era porque estaba un poco petrificado ante imagen de ver como un soldado de G.U.N le disparaba sin compasión a María. Sus ojos me miraban, mientras su sonrisa se mantenía. Unas palabras eran dichas por ella, pero debido al sonido de los distintos disparos y explosiones que hacían eco en todo el A.R.K, sus palabras por poco pasan al olvido.

- Sayonara… Shadow the Hedgehog. – Dijo ella, sin dejar de mostrar su bella y delicada sonrisa. En eso, la capsula salió expedida del lugar al espacio, con dirección a la Tierra.

- ¡María! – Grité al ver como poco a poco, con gran rapidez, me alejaba de la estación espacial, sabiendo que todos los que yacían allí jamás los volvería a ver.


Mis parpados se abrieron con rapidez. Mi respiración era agitada y pesada. Este era un recuerdo, no mejor dicho, pesadilla que siempre trataba de olvidar. A pesar de mi esfuerzo, no podía olvidar estos hechos. Me prometí que seguiría adelante, pero siempre sentía todo esto era en vano. Nada cambiaba o cambiaría.

- ¡Maldita sea! – Grité por sentirme así.

- Shadow, por favor, ¿puedes tratar de hacer menos ruido? – Preguntó una voz que me sorprendió (aunque la expresión de mi rostro no demostraba eso). Rouge estaba acostada a un lado de mi cama, notando que tenía puesta una pijama que se ajustaba a su cuerpo. – Anoche no me dejaste dormir para nada. Primero fuiste brusco conmigo y luego, cuando estabas más calmado, no parabas de moverte. Estoy exhausta. – Dijo, bostezando un poco al terminar. Sus palabras me dejaron atónito. No podía creer lo que decía.

- No puedo creer que me haya acostado contigo. – Dije, colocándome la mano sobre mi rostro.

- ¡¿Acostarnos?! – Gritó sorprendida ante mi comentario. – No recuerdas lo que pasó anoche, ¿verdad? – Preguntó, observándome detenidamente.

- No, no recuerdo nada de anoche. Solo recuerdo que lleguemos de una misión sencilla y luego me quedé en una silla, mientras tú dijiste que llenarías unos informes. – Le respondía sin titubeo. Ella escuchó mis palabras y solo dio un suspiro. Se paró de la cama y, al caminar hacia la mesa, noté como cojeaba. La pierna izquierda era la que trataba de no apoyarse tanto. Alcanzó un portátil y, volviendo a la cama, reprodujo un video. Al pensar lo que mis ojos veían, me hizo sorprenderme totalmente (y las facciones de mi rostro lo mostraban). Era yo, atacando a todo el mundo.

- ¡María! ¡María! ¡María!...– Repetía una y otra vez, mientras atacaba a varios agentes y soldados de G.U.N. Vi como Rouge entraba en acción y, a pesar de sus habilidades, la golpeé con fuerza en su pierna izquierda. Ella cayó, pero con su pierna derecha logró darme un golpe en la cabeza y noquearme al instante. Luego de eso, Rouge les ordenó a dos agentes que me cargaran; y en ese momento el video se detenía.

- No recuerdo nada de eso. – Dije ante esas impactantes imágenes.

- Sea como sea, pedí que no te dieran ningún castigo. Lo único que tienes que hacer es ir a una sesión psicológica. – Dijo ella, sin embargo, yo no me sentí a gusto con esa solución. Pero, para evitar cualquier problema e inconveniente, acepté la oferta dada por ella. Me paré y, dándole la espalda a Rouge para que se cambiara, salimos de mi habitación.

A unos cuantos minutos, llegamos a la oficina con quien tendría la sesión psicológica. Vi como una nutria antropomórfica, usando un traje negro y unas gafas de montura circular, se mantenía sentado en su escritorio.

- Hola Enzo. – Saludó Rouge a la nutria con una sonrisa. – Espero que te haya servido lo que me pediste. – Terminó de decir.

- Oh sí. Me sirvió mucho. – Le respondió ante el comentario de Rouge. Yo me senté y lo vi seriamente. No sabía de qué estaba hablando, y la verdad no sabía si me importaba.

- ¿Podemos terminar esto de una vez? – Pregunté fríamente, mientras observaba como Enzo tecleaba algo en su computadora. A los pocos segundos, él giró un poco la pantalla de su computador para mostrarme… a mí, pero en otro video.

- Le pedí a Rouge que te grabara por unos minutos, al avisarme que decías unas palabras dormido. – Me informó él. Vi a Rouge, quien no parecía avergonzada por lo que hizo. Vi el video, notando que estaba tendido en mi cama y repitiendo el nombre de María. Pero, a diferencia de la vez pasada, pronunciaba el nombre de una manera distinta. Lo pronunciaba mucho más "personal".

- Y, ¿Qué puedes decirme? – Pregunté. La duda que yacía es que podía él deducir con todo esto.

- Algo sencillo, de hecho. Aunque pronunciabas el mismo nombre en los dos videos, según tu manera de decirlos da a entender que se tratan de dos personas distintas. – Expuso, pero a mi mente le pareció un chiste. Me levanté de la silla, pero la mano de Rouge me detuvo. Vi en sus ojos una expresión como si quisiera decir "confía". Volví a sentarme y vi fijamente a la nutria. – Shadow, según Rouge, pasaste tres meses desaparecidos. Desapareciste a las pocas horas de haber salido del Final Fortress, de los acorazados de Eggman. – Mencionó Enzo.

- Tú, de un momento a otro parecías perturbado. Como si no me reconocieses. Usaste el Chaos Control, desapareciendo en el acto. – Mencionó Rouge, apartando la mirada hacia otro lado. – Incluso, cuando Black Doom atacó el mundo, te encontraste con varios de nosotros y parecía que veías a personas totalmente desconocidas. – Su voz parecía triste. No sé por qué, pero me era raro verla así.

- Es que así fue. – Respondí rápidamente al escuchar sus palabras. – Los vi a todos ustedes. Todos me hablaban como si supieran de mí. Tenía imágenes de ustedes, pero no recordaba quienes eran. Durante todos los hechos que estaban pasando, Solo quería saber… Who I am? (¿Quién soy yo?) – Al terminar, noté como Enzo se quedaba pensativo antes mis palabras. Vi como observó a Rouge, mostrándole una sonrisa. Él, con papel y lápiz a la mano, firmó unos papeles.

- Toma, un permiso por dos días. Lo que tienes son recuerdos muy reprimidos, a tal punto que solo tú subconsciente sabe de ellos. Necesitas encontrar una manera de recuperarlos. Saber… lo que tratas de olvidar o evitar. – Al terminar, me entrega la orden. – Estoy segura que Rouge tiene contactos que pueden ayudarte. Ella es muy buena en todo. – Vio a Rouge y le giñó el ojo, haciendo que se sonrojara un poco.


A las pocas horas de darme el permiso, nos encontrábamos en un motel a 3 pueblos de distancia de Westopolis. No sabía por qué, pero según Rouge, su contacto estaba fichada en una lista negra y no podía acercarse a la ciudad. Cuando creí que jamás vendría, llegó una chica pelirroja, que traía consigo unos pequeños frascos en sus manos, el cual tenía un líquido verdoso en su interior.

- ¿Ese es el elixir? – Preguntó Rouge un poco dudosa.

- ¿Seguro que funciona? – Pregunté, ya que no querían que me timaran y perdiera mi tiempo.

- Absolutamente. Esta cosa les permitirá entrar es sus recuerdos. – Comentó esa chica.

- ¿Cómo funciona exactamente? – Preguntó Rouge, mientras olía el líquido.

- Lo bebes y ya, pero debes tomar una muestra de ADN de la persona a la cual piensas entrar en sus recuerdos. – Explicó con rapidez y eficacia. Ella vio a Rouge y abrió la palma de su mano. – Ahora, quiero mi pago. – Le pidió. Rouge suspiró y, de su bolsillo, sacó un amuleto antiguo.

- Toma. – Dijo, entregándoselo de mala manera.

- Gracias. – Le mostró una sonrisa, antes de irse de la habitación del motel. Vi como Rouge me miraba con un poco de enojo.

- No sabes lo que me duele entregar ese amuleto. Pero lo hago por un amigo… y un favor. – Mencionó, sin sorprenderme de mucho.

- Bien, dijo que necesitabas ADN mío para…– comencé a decir, pero sentí como Rouge arrancó una de mis pequeñas púas. La vi con rabia, mientras ella solo sonreía y echaba la pequeña púa en el líquido.

- ¡Salud! – Exclamó, alzando su frasco. Nos preparamos para tomar el elixir y al tomarlo cerré mis parpados con fuerza por que sabía a porquería. Cuando volvía a abrir mis parpados, Rouge ya no estaba allí. Caminé y, abriendo la puerta, salí de la habitación. Pero, al estar afuera, toda lógica se perdía. Me encontraba en una especie de pasillo tétrico, cuando en sí debería mostrarme el parqueadero al aire libre del motel. Comencé a caminar y, al pasar al lado de muchas puertas que estaban medio abiertos, vi que dentro de esas habitaciones estaban pasando distintos hechos de mi vida. En unas, noté las luchas que tuve contra otros. En otra, los momentos tranquilos en el A.R.K, junto a María y a los científicos que allí vivían (junto con algunos de sus familiares); y así sucesivamente. Caminé, buscando a Rouge. Pensaba que tal vez el elixir la metió dentro de mis sueños, en otra parte más lejos de mí. Pero, esta duda rápidamente desaparece al pasar al lado de una puerta que se diferenciaba de las demás. Esta puerta estaba en mejor estado que las otras… y tenía "Rouge" escrito en ella.

- Ya me puedo imaginar lo que hay del otro lado. Montañas de oro, diamantes y objetos de valor inimaginables. – Me dije a mí mismo, al conocer cómo eran los gustos de mi compañera. Giré la perilla y, al ver lo que mis ojos me mostraban cuando abrí la puerta, quedé extrañado. Era un apartamento sumamente simple. Este apartamento hacia parecer al que ella tenía una mansión. No era nada del otro mundo. "Solo era un apartamento común y corriente". Caminé unos cuantos pasos y a un lado observé que había una puerta, donde tenía escrita con pintura roja la palabra "Dolor". Sin embargo, mi atención se fijó al escuchar unas risas provenientes de otra parte. Caminé otros cuantos pasos y, en otra habitación del apartamento, vi una escena… interesante. Vi a Rouge acostada en la cama, usando una pijama con diseños infantiles en ella, quien abrazaba con alegría y cariño a una Pegaso de pelaje blanco y cabello azul, de ojos idénticos a los de Rouge, con alas blancas como la nieve que emanaban un toque de azul celeste, y el color de su vestimenta era blanca, pero con diversos símbolos bordados en varias partes de este.

- Ya me tengo que ir, mi preciosa gema. Ya vinieron a buscarte. – Dijo la Pegaso, al percatarse de mi presencia. Rouge abrió los parpados y me vio, girando su cabeza en dirección a la Pegaso.

- 5 minutos más, por favor. – Pidió ella, denotándose triste.

- Lo siento. Ya no puedo. Tú tienes una misión importante y yo solo la he retrasado. – Le respondió, parándose de la cama y dándole un beso en la frente. – Adiós, mi precisa gema. – Se despidió ella, comenzando a caminar hacia donde yo estaba.

- Adiós, mamá. – Dijo Rouge, dejándome sorprendido. La Pegaso pasó a mi lado y, mostrándome una sonrisa, se desvaneció con rapidez. Giré, viendo como el atuendo de la murciélago volvía a la normalidad (incluso ella se sorprendió de este cambio repentino). Ella me miró fijamente, mientras pasaba su mano por sus ojos algo llorosos. – No preguntes. Solo… busquemos tu recuerdo. – Dijo de manera adolorida, mientras caminaba con rapidez fuera de la habitación. Sin poder avisarle, la puerta que tenía escrito "Dolor" apareció frente a ella de la nada, haciendo que se chocara con algo de fuerza, abriéndola en el acto y cayendo de rodillas. Lo que vi… era algo que no podía narrar fácilmente. Vi a la misma Pegaso (más joven) gritando de dolor, siendo violada sin consideración por un murciélago antropomórfico. Él nos vio y, con morbosidad, esbozó una sonrisa en su rostro.

- Oh, mi hija. ¿Por qué no vienes y te diviertes junto con tu linda madre? Así, estaremos los tres reunidos al fin, como una familia. – dijo con hipocresía, sin detenerse en lo que hacía. Rouge se tapó la boca, mientras hacía gestó de ganas de vomitar. Yo la cogí y, sacándola de allí, cerré la puerta. Al cerrarla, esta se desvaneció ante nuestra mirada.

- Shadow, lo que viste…– Dijo con una voz apagada, como si no quisiera hablar de eso.

- Lo que vi solo te pertenece a ti. No puedo decir nada sin tu consentimiento. – Refuté seriamente, haciendo que ella alzara la mirada y me mostrara una pequeña sonrisa (aunque yo no mostré ninguna expresión). – Terminemos con esto de una maldita vez. Busquemos ese recuerdo/sueño perdido. – Le informé, mientras salía del apartamento. Ella no se quedó atrás, ya que rápidamente se ubicó a mi lado. Sin saber qué hacer, comenzamos a abrir puerta por puerta, buscando sea lo que sea que debía encontrar. En muchas de esas puertas vimos (como antes, cuando estaba solo) varios sucesos de mi vida. Con dolor (aunque no lo demostraba) volvía a ver como María recibía el impacto de bala que causaría su defunción. Cerré esa puerta, ya que… no había nada nuevo que descubrir allí. Suspiré, deseando que la siguiente puerta fuera la definitiva. Rouge la abrió suavemente, ya que aún se le notaba perturbada con lo que pasó. Lo que vimos nos hizo darnos cuenta que tal vez ya habíamos encontrado el lugar. Era una habitación parecida a la del motel. En medio del cuarto había una mesa pequeña y, recostada sobre esta, había… otro "yo".

- Otro Shadow. Esto es maravilloso. – Comentó burlonamente Rouge, mientras se acercaba a la mesa. – Despierta, cariño. – Dijo, mientras tocaba al otro "yo".

Sin advertencia, este se paró rápidamente y, apretando el puño, golpeó a Rouge en el estómago y la lanzó a donde yo estaba. Ella rápidamente se repuso y vio a mi otro "yo" con rabia.

- Ves, incluso en tu mente no dejas de hacer daño a los que te rodean. – Comenzó hablar "él", mientras mostraba una expresión seria. Lo vi y su apariencia era demacrada. – Todo esto es un chiste. ¿Por qué no aceptas de una vez que no eres más que solamente basura y te largas? – Escuchar las frases que pronunciaba hacia que cada vez me diera más rabia, a tal punto de querer destrozarlo rápidamente. En su mano apareció un cuchillo que antes no estaba allí. – Si te pones a pensar, no tienes familia. Todos lo que dicen que le agradas solo lo hacen porque necesitan mantenerte a raya. Necesitan mantener encadenada a un arma andante. Te apuesto que al final… María te odió. – Cuando dijo estas últimas palabras, sentí como toda la ira que había soportada, desde el momento en el que abrió la boca, era expulsada. De un salto caí encima de él, tirándolo en el suelo. Allí, tendido en el piso, lo comencé a golpear brutalmente con mis puños.

- ¡Hijo de puta! ¡No te atrevas a decir eso! – Le quité el cuchillo de su mano y lo comencé a apuñalar. – ¡A pesar de todo lo que pasó, ella jamás perdió la fe en mí! ¡Siempre pensó que yo sería la clave para proteger el mundo que tanto amaba! ¡A pesar de todo lo que pasó, sé que ella me quería como si yo fuera un hermano, ya que yo la amaba como a una hermana! – Casi al término de mis palabras, la hoja del cuchillo se partió en dos al darle la última apuñalada. Vi como la sangre chorreaba por sus heridas y su boca. Aun con todo lo que le hice, una sonrisa se esbozaba en su rostro.

- Yo no me refería a esa María. Después de todo, ¿no viniste a descubrir lo que habías olvidado? – Al término de las palabras, soltó una carcajada y, desapareciendo, dejó detrás de sí una estela de luz que poco a poco creía en la habitación. Yo me alejé unos cuantos pasos de la estela.

- Rouge, sal de aquí. – Le ordené, porque sea lo que sea que vería, no quería que nadie más estuviera allí. A pesar de notarse molesta, ella asintió y corrió a la puerta. Giró el pomo, pero este no cedía. Me acerqué a ella y, con fuerza, traté de empujar la puerta, pero nada. La luz poco a poco se acercaba. Sentí como Rouge agarraba con fuerza mi mano, mientras su respiración parecía aumentar. "Después de todo, si yo fuera ella también estaría asustado".

A pesar de que el brillo de la luz aumentó a un punto inimaginable, sentía que no podía cerrar mis parpados. "Lo que sea que fuese a pasar… apenas iba a comenzar".


Inicio del Flashback

Miedo. Solo eso era lo que sentía por mis venas. Mis manos temblaban como si den un terremoto se tratase. Corría de aquí para allá, sin saber a dónde parar. No tenía idea de por qué corría o porqué huía; pero era el único pensamiento que yacía en mi cabeza. Cada vez que cerraba mis parpados, imágenes y hechos inundaban mi mente. Escuchabas disparos y cientos de gritos al mismo tiempo. Pero siempre, a mi lado, había una chica rubia que trataba de darme confianza, a pesar de que las cosas parecían ir en nuestra contra. ¿Quién era ella? O, una mejor pregunta, ¿Who I am?

Tenía en mi mente la palabra Shadow labrada con fuego, pero al pronunciarla (o tan siquiera pensarla) sentía que hablaba de alguien que no fuera yo.

Con todo esto, yo solo quería saber que podía hacer en esta situación. "¿Tenía amigos? ¿Familiares? ¿Personas a las que al menos les haré falta si desaparezco? ¿Alguien?". No sé por qué me tocaba este tipo de destino. No sé si era algo que me merecía por los actos que tal vez cometí, o a gente que lastimé.

En medio de todo esto, me detuve, cayendo de rodillas y sintiendo como un ardor me quemaba el pecho. Noté como un aura de energía de colores azul, rojo y verde, comenzaba a emanar de mí. En segundos esta aura estalla, devastando todo a 5 metros diámetro a mí alrededor. Los árboles que antes estuvieron allí, a mi alrededor, desaparecieron. Lo único que quedaba solo era un pequeño cráter, conmigo en el centro. Vi mis manos y no podía creer el poder que yacía en mi interior. ¿Estaba solo… porqué era un monstruo? O ¿Había algo más? Noté como los animales silvestres gruñían, mostrándome sus colmillos, ya que para ellos era una amenaza a su entorno.

Al cerrar mis parpados, sentí mi cuerpo temblar, mientras un ardor volvía hacer acto de presencia. Pensé que otra vez volvería a pasar lo mismo. Que en cualquier momento volvería a estallar, lastimando a las criaturas vivas que me rodeaban, sin darles oportunidad a escapar. Pero no fue así. Durante un segundo (que me parecieron como horas) sentí como cada célula de mi cuerpo se separaba lentamente. Era como si me desmembraran molécula a molécula. Cuando terminó este calvario, me di cuenta que, sin cerrar mis parpados, el lugar que me rodeaba era distinto. No había rastro de la destrucción que causé por ningún lugar. Estaba todo tranquilo y calmado. Con todo eso, sentí como mis parpados se querían cerrar. Me sentía sumamente cansado, ya que no tenía fuerzas para continuar. Con lo poco que me quedaba de energía, caminé hasta el árbol más cercano, recostándome en él. Cerré mis parpados, esperando que lo que sea que me estuviera pasando ya se detuviera de una vez.


El sonido de las alarmas me despertaba del sueño en el que me encontraba. Sentí como ella, esa joven y adorable humana de cabello rubio, ojos azules y tez blanca, me cogía de mi brazo y, jalándome con fuerza, me sacaba de la cama en la estaba reposado. Sus ojos mostraban miedo y dolor, como si supiera que algo terrible estaba punto de pasar. Lo máximo que pude hacer fue correr a su lado (especialmente si te jalaba), en dirección a quien sabe dónde. Solo corríamos y corríamos, mientras los ecos de disparos no cesaban. Gritos de dolor que se apagaban tan rápido como aparecían.

- ¡No! – Gritó ella, al ver como a unos de los científicos de todo el lugar lo fusilaban con una ametralladora. El soldado escuchó el grito, volteando y apuntando su arma a ella. Sin titubeo comenzó a disparar, pero fui lo suficientemente rápido para colocarme entre las balas, protegiéndola, para luego irme en dirección a él. Sin esfuerzo lo derroté, tumbándolo al suelo con rudeza. Le quité una pistola que portaba en uno de los estuches de su chaleco y, apuntando sobre su cabeza, me dispuse a disparar.

- ¡No lo hagas! – Gritó ella mientras golpeaba mi mano, haciéndome tirar el arma. La miré fijamente a los ojos, mientras estos parecían llorosos. – ¡Nadie merece morir en manos de otros, aun cuando los otros trataron de matarte! – Dijo esto último viendo al soldado. – Let's Go! – ordenó, agarrándome de nuevo de mi brazo y otra vez nos poníamos en marcha, corriendo. Mientras lo hacíamos, giré un poco mi cabeza, viendo hacia atrás. Noté como rápidamente el soldado se paraba, mientras cogía la pistola que le quité. Por un segundo nos apuntó, antes de colocar la boquilla del arma sobre cabeza. Giramos a la izquierda por un pasillo, y en ese instante escuché el sonido del arma al ser disparada. Aunque podía ser el eco de los muchos lugares donde se escuchaban los ecos de los disparos, sabía con exactitud de dónde provino ese sonido. "Lo que hizo... fue lo único noble en los actos que cometió este día".


Con esta última imagen, despertaba del sueño que tuve. Otra noche, otra pesadilla. No sabía que podían significar esto. Apretaba fuertemente mi cabeza, tratando que entender todo lo que yacía en mi cabeza. Ardía como el infierno, ya que no sabía cómo procesar toda esta información.

- ¡AAAARRRGGH! – Grité, corriendo en cualquier dirección. Sin preverlo, choché contra un árbol con gran fuerza. La rabia que recorría por mis venas se trasportaba a todo mi cuerpo. Empuñando mis manos, comencé a golpear los arboles del lugar. Luego de un momento, noté como un aura de colores cambiantes, en los cuales estaban el verde, azul, amarillo y rojo, rodeaba mi mano. Lancé esa esa energía lejos de mí, viendo como parecía que tomaban forma de una punta de varias flechas. Estas impactaron en varias partes, causando destrozos en varias ramas de los árboles. "Cada día descubría algo nuevo de mí, pero no era lo que quería saber". Al sentir como mi rabia se disipaba, me senté aun lado del árbol, dejando como su sombra me refrescaba en el caluroso día que se tenía. Pero esta calma duró poco, ya que el gruñido de mi estómago me alertó del hambre que tenía. Mis ojos inspeccionaron los alrededores y no vi que ninguno de los arboles fueran frutales. Con un poco de enojo, me levanté de donde estaba y me ponía en marcha en busca de alimento.

Durante varios minutos no pude ver nada, perdiendo un poco la fe en que conseguiría algo que comer. Además, el hambre aumentaba a tal punto que otra vez volvía a sentirme desorientado. Aun así, a lo último, mis ojos pudieron vislumbrar las manzanas que brotaban de las flores de un gran árbol a lo lejos. Sin perder tiempo, me acerqué allá. Subí sin problemas sobre las ramas de este gran árbol y me estiré a coger uno de los frutos. Pero, sin poder creer que volviera a pasar, sentí como mi cuerpo perdía energía, sintiéndome cansado. A pesar de que traté de sostenerme con las pocas fuerzas que me quedaban, caí al suelo, llevándome conmigo la manzana que había agarrado. Traté de llevármela a mi boca, para saborear su sabor, pero esta se me resbaló de mis dedos, cayendo lejos de mi posición. Mi vista ahora se fijaba en la bastedad del cielo azul y de cómo los rayos del sol cegaban parte de esta vista también. Sentía como todo se estaba nublando, pero en el último momento, una silueta de una persona hizo acto de presencia.

- ¿Estas bien? – Preguntó con delicadeza y temor, denotándose en su tono de voz que se trataba de una chica.

- Si viste lo que me pasó, sabrás la respuesta. – Le contesté seriamente. Escuché como soltó una pequeña carcajada, mientras mi vista terminaba de nublarse, cerrando mis parpados y desmayándome.


Fin de la Parte 01

No olviden dejar sus Reviews, gracias :D