Los personajes y todo el universo de Harry Potter, no me pertenecen, son de JKRowling, yo solo me entretengo con una pequeña porción...

Draco también es un buen observador

La maldición golpeó al auror de lleno en el pecho, succionó el aire de sus pulmones y lo tiró hacia atrás. No hubo más suelo, ni techo, ni colores, ni sonidos.


El sanador hizo rotar su cuello suavemente, para un lado y después para el otro. Estaba agotado, molido; había perdido la cuenta de las horas que llevaba despierto. Miró su taza de café tibio -intomable-, la apoyó en la mesa justo a tiempo, de otro modo, por el sobresalto que le produjo el patronus en forma de ave plateada, la hubiese tirado al piso o sobre su túnica verde.

- ¡Sanador Malfoy, lo necesito en emergencias...tengo una víctima de la maldición Lapidem...!

Corrió por el pasillo hacia la entrada del ala de emergencias y las personas que vio en las cercanías casi lograron detenerlo: aurores.

Por favor, que no sea Harry, por favor, Harry no, por favor...

Entró a la sala con la varita en la mano, interiormente aterrorizado.

- ¿Qué tenemos? -Preguntó, y se obligó a mirar la camilla y al paciente.

-Es un auror, víctima de Lapidem ...y no logro detenerla.

Era Weasley, el auror de la camilla era el mejor amigo de su esposo. No perdió un momento más y se puso a trabajar para detener la maldición que avanzaba, transformando en piedra los músculos del cuerpo del pelirrojo.


Un enorme peso había caído sobre él...la presión sobre su cuerpo era insoportable. Parecía que Iba a explotar.

Estaba oscuro. Trató de tragar y la lengua no le respondió...se sentía morir. Iba a morir, estaba seguro... ya no vería a Hermione, no conocería al hijo que esperaban, no le diría a Harry que querían que fuera el padrino... ¿Malfoy?


Draco conjuró un campo protector sobre el corazón y el cerebro del auror, mientras el equipo del sanador Richardson trabajaba para contrarrestar la maldición.

- ¡Vamos, Weasley, lucha! -Susurraba, casi al oído del paciente.

¡Vamos Comadreja, ayúdanos! Harry no soportaría perderte, no le hagas eso a tu amigo...ya ha perdido a demasiadas personas queridas.

- ¡Vamos, Weasley! ¿Quién me ayudará a cuidar de Harry si te mueres? ¡Vamos, hombre, lucha y reacciona!

Draco casi gritaba, no notó el momento en el que había pasado a expresar sus pensamientos en voz alta, alentando al pelirrojo; levantó la vista y se encontró con la sonrisa cansada de Charles Richardson.

-Puede quitar el campo protector, sanador Malfoy...buen trabajo-.

Lentamente, dejó que el cuerpo de Weasley retomara sus funciones, sonrojado, y aliviado más allá de las palabras.


-Te escuché, ¿sabes?

Draco giró, con la mano en el picaporte, para mirar al auror.

Ron sonrió, y continuó.

-Tienes razón, hacemos un buen equipo cuidando a Harry...-esperó, observando cómo el sanador, sorprendido, buscaba las palabras para responderle.

-Sí...lo somos...Recupérate bien, Comadreja...por Harry y por Hermione.

-Gracias, hurón. Te debo una.

Draco lo miró a los ojos y sonrió.

-No creas que no me he dado cuenta de que también te debo varias...soy un buen observador -dijo, y salió.

Ron cerró los ojos, decidiendo que aprobaría la sugerencia de Hermione, Harry sería el padrino de su primer hijo, y Draco del segundo. Después de todo, el Hurón había superado todas sus objeciones, había salido airoso de su puntillosa costumbre de observar: había resultado ser un muy buen amigo.

Xxxxxxxxxxxx Dulzura Letal, 13 de diciembre de 2016 xxxxxxxxxxxxxxxx

Aviso:

No he dejado mis historias, ninguna; a pesar de las apariencias.

Esta escena me surgió mientras esperaba a que atendieran mi pulgar luxado...y quise regalársela a ustedes, que me siguen esperando, a modo de un contrito pedido de perdón y de paciencia.

Me llegó el dato de que están subiendo mis historias en wattpad, como propias...otra vez.

Les pido que, si las ven, las comenten con el link de ffnet, porque es el único sitio donde subo mi trabajo. Respeto profundamente el trabajo ajeno, y me da lástima -y me molesta-, que no respeten el mío.

Un saludo agradecido,

Dulzura Letal