Disclaimer: Clover no me pertenece, es de CLAMP.


Caminó seguro por las calles, tanto tiempo viviendo por esos alrededores que las conocía segura. Un grupo de personas se aglomeraban por uno de los lugares; un templo, pequeño y nuevo, había sido puesto en el parque que había al frente de todas las casas. Un árbol que se creía sagrado siempre estuvo en el lugar y ahora al parecer la gente había colocado el templo para venerarlo.

Una mujer lloraba de la felicidad mientras agradecía con sus manos juntas.

"Gracias trébol de cuatro hojas"

Kazuhiko alzó una ceja ante las plegarias de esa mujer. Jamás había escuchado que alguien rezara y agradeciera por algo como eso, le pareció ilógico y él ya llevaba mucho tiempo de vida para saber lo extraño que se podía encontrar en ese mundo.

Una pequeña niña rió, meciéndose en los columpios que había en el lugar, sus cabellos cortos y claros se mecieron con el viento. Tenía unos hermosos ojos de color verde y su risa de niña seguía andando como el viento que mecía.

Kazuhiko tenía ambas manos en sus bolsillos laterales.

—Dicen que un trébol de cuatro hojas trae la felicidad. Pero por favor mantenlo en secreto, no le digas a nadie donde florecen sus blancas flores —la niña lo vio y susurró todo como si fuera un secreto, había dejado de jugar para poder ver los ojos del hombre mayor que se encontraba al frente suyo —O… cuantas hojas se extiende de su tallo.

—¡Suu! —gritó una mujer y la niña sonrió, corrió rápido para poder alcanzar la voz que escuchó tan solo un momento, sus pasos se escucharon cortos, porque aún era pequeña.

Mientras tanto, Kazuhiko pudo seguir escuchando los rezos de agradecimiento que daba la mujer, venerando al templo; creyó, que era la primera vez que veía a esa niña por los alrededores del lugar.


FIN


Notas Finales: Extraño, pero me gustaría imaginar que, antes de que Suu sea encerrada, haya conocido a Kazuhiko por alguna razón.