Y aquí con otra historia más...
Esta es diferente a todas las que he hecho, así que espero que no sse aburran...
Bueno, no entretengo a nadie más y les dejo esta nueva historia para que la disfruten.
Besos, ;D
No soy quien crees… yo no caí del cielo
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Capítulo 1
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-¿Mandaste a llamarme?
Su voz, de tono frío, sonó por todo el lugar. Le habían dicho que lo estaba esperando, pero no sabían porque, tal vez para una nueva tarea, esas que ya hacía automáticamente tras años de dedicarse a ellas.
Se acercó a esa persona, a quien nadie podía revelarse y mucho menos hacer enojar, esa sombra sobre su trono que hacía que la oscuridad misma tuviera miedo de ese mundo, del mundo que habitaba desde hace tiempo.
El muchacho se paró frente a él y luego se arrodilló para escuchar esa voz terrorífica que a cualquiera aterraría. Todos menos a él, ¿Por qué temerle si su destino ya estaba en esas manos? No por sentir miedo sería liberado de todo lo que ya conocía.
Siempre fue una persona sin miedo a nada, testaruda, fría; un chico que hasta el último momento hizo lo que quería, sin retractarse ni apabullarse ante el qué dirán.
-¿Me dirás el porqué me encuentro aquí esperando a que hables? Estoy comenzando a irritarme.
Era el único que tenia las agallas para desafiarlo, siempre. ¿Por qué se quedaría con sus palabras en la boca? No podría hacerle nada, ya estaba maldito para siempre.
Su maldición, su castigo.
Un castigo del cual nunca sería libre, y que la verdad, ya ni le interesaba. No tenía nada más por el cual existir, así que no objetaba a favor de su libertad, o de su misma muerte…
-Ya deberías saberlo. ¿Por qué otra cosa te llamaría sino? – esa voz invadía la habitación que parecía no tener límites, parecía estar dentro de una ilusión, donde tanta oscuridad se lamentaba de estar bajo el mando de esa sombra sin rostro.
-¿Quién será esta vez?
La sombra, que permanecía quieta en su trono obscuro, estiró su brazo, permitiendo que sus dedos de la mano se estirasen con bastante esfuerzo.
El muchacho al ver esa señal se paró de su reverencia y acercó a él. Ya enfrente de la sombra volvió a arrodillarse y sintió el toque frio de esa mano, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera ante el contacto helado y maldito.
Tras esa acción que se realizaba siempre antes de su próxima misión, su mente se llenó de imágenes.
En su cabeza la información de quien sería su próxima víctima invadía hasta la más lejana neurona de su cerebro.
Esta vez sería una muchacha, al parecer de la edad que él mismo aparentaba. Vio sus facciones, hábitos y situaciones vividas. Esa información que le era brindada como si fuera una película con una duración de pocos segundos.
La muchacha, su objetivo, se situaba en la ciudad en la cual el caminó por sus calles por última vez. Sus cabellos eran de una tonalidad azulada y sus ojos, fácilmente confundibles con la luna.
Las imágenes se detuvieron, haciendo que se levantara y mirara a ese ser obscuro dentro de las penumbras.
- ¿Cuánto tiempo tengo para llevarlo a cabo? – preguntó retrocediendo un paso.
-Un año.
-¿Un año? Es demasiado – su voz mostraba fastidio – Nunca he estado en una misión más de una semana.
-Lo sé, y esto será así porque es algo diferente.
-¿Diferente?¿Por qué?
-Tendría que habértela encomendado dentro de dos años – esa voz hacía un eco aterrador – Pero, no me gusta esperar demasiado.
-Se nota que anhelas la recompensa – el muchacho sonrió fríamente ante la idea – Entonces yo también espero mi parte.
-¿Cuándo no la has tenido? ¿Acaso en todo este tiempo te he negado lo que te pertenece?
-No, tienes razón.
-Entonces deberías irte preparando, tendrás que habitar allí todo el tiempo posible.
-¿No se me permitirá venir en ningún momento? – preguntó extrañado – Siempre lo he hecho.
-Podrás, eso no te lo he negado, solo intenta pasar lo mayormente posible allí. Las puertas no se te cerrarán, después de todo esto es tu hogar.
-De acuerdo pero… - dijo dudando.
-¿Pero? Tu voz muestra duda.
-Sí, ¿Por qué me ha elegido a mí? No soy el único que puede hacerlo.
-Que no eres el único es cierto, pero tú tienes algo que los demás no.
-¿Algo? – preguntó irónicamente - Tengo muchas más cosas; mi ambición está controlada lo suficiente.
-Lo sé, y estaba saciada hasta hace poco. Pero mira, ahora se desatará al recibir esta recompensa.
-Es cierto, una magnífica recompensa.
-En cuanto a eso que tienes, me refiero a tu aspecto.
-¿Mi aspecto? – preguntó escéptico.
-Sí, es el cual puede permitirte llevar a cabo esto. Eres el más nuevo y todavía no has recaudado tanto para empezar a tomar la forma de lo que realmente eres.
-Bueno, eso es suficiente para saberlo. ¿Eso es todo?
-Sí, comienzas ya mismo.
-Está bien. Con su permiso – el chico realizó una reverencia y se giró para retirarse, perdiéndose en las tinieblas.
Antes de abandonar definitivamente el lugar, la voz lo llamó, parecía que estaba al lado suyo, aunque no era así, seguía donde siempre.
-Sasuke – resonó con un gran eco su nombre, ese que poseía desde hace mucho tiempo – Confío en ti, ella tiene algo que deseo, y tu también.
-No se preocupe Señor – le contestó de espaldas – Soy el mejor y único Shinigami apto para esta misión. Dentro de un año tendrá el alma de Hinata Hyuuga.
Siguió avanzando hasta dejar ese mundo en el cual había estado viviendo hace bastante tiempo, luego de morir y convertirse en un recolector de almas por toda la eternidad.
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Continuará…
