Capítulo 1: "a otro perro con ese hueso"

La paz ya había vuelto a Konoha, sus niños ya volvían a jugar y practicar sus ninjutsus por las calles y las casas alguna vez masacradas por las serpientes gigantes de Orochimaru junto con sus secuaces de la Arena volvían a ser como antes. Todo esto se podía ver muy bien desde el despacho del Hokage, que ahora estaba siendo ocupado por su 5tasucesora: Tsunade-sama.

Shizune, ¿llegó nuestro mensaje a la aldea de la arena? – preguntó la Godaime.

Si Tsunade-sama, la carta de agradecimiento por su ayuda con el asunto de los 4 del sonido fue recibida y respondida a tiempo. – respondió la "secretaria" del Hokage.

Aunque su ayuda haya sido indispensable para derrotar a los 4 del sonido su deuda aún no está del todo saldada, después de todo trataron de destruir nuestra aldea. – dijo la Godaime mientras observaba lo que sucedía afuera en las calles.

Pero Tsunade-sama, ¿no cree que es abusar de la aldea de la arena, no estamos en condiciones para enemistarnos con ninguna aldea, ni siquiera con la aldea secreta del pulpito.

No te preocupes Shizune, en estos momentos la aldea de la arena no tiene Kazekage por lo que de partida ya estamos en ventaja, y con respecto a la aldea secreta del pulpito… eso me recuerda que el Takokage (tako pulpo) me debe un una tonelada de takoyakis (un ravioli esférico básicamente compuesto de pulpo y rebozado).

¿Pero como es eso posible Tsunade-sama, usted nunca gana una apuesta, y no creo que el Takokage se lo deba sólo por buena voluntad de querer regalárselo. – Shizune tenía mucha razón, la 5ta Hokage era pésima en los juegos de azar o en las apuestas.

Aunque no lo creas Shizune, si le gané la tonelada de takoyakis en una apuesta. ¿Recuerdas la vez en que gané muchas veces y era sólo porque Orochimaru andaba detrás mío?

Claro que si Tsunade-sama.

Bueno aquella vez fue similar, justo después de ganar la apuesta algo terrible me ocurrió… - Tsunade se había puesto muy sería, y apoyando sus brazos sobre la mesa cruzó sus manos en frente suyo y miró a Shizune tratando de transmitirle la seriedad del asunto.

Tsu… Tsunade-sama, ¿¿Qué fue lo que ocurrió? – Shizune se había asustado con la actitud de su líder.

Justo ese día, cuando volví a mi hotel lo primero que hice fue darme un baño… pero cuando salí del baño y me miré al espejo… ¡¡mi sello se había borrado con el agua, había olvidado por completo ponerme un parche en la frente para que no se borrara!... después poco a poco me fui arrugando como una pasita, y tuve que mandar a una de las sirvientas del hotel para que me fuera a comprar un marcador permanente y así dibujarme el sello nuevamente.

Es… increíble… - Shizune no podía decir nada sobre la absurda historia relatada por la Godaime, después de todo ella le pagaba su suelto.

Lo peor de todo… – Tsunade siguió contando su historia sin percatarse de la mirada de compasión que Shizune le estaba dirigiendo –…es que la chica a la que le mandé comprar el marcador no me compró del color que a mi me gusta, o sea el verde, sino que me compró uno azul… y esa es la razón de porque mi sello ahora es azul.

Realmente… increíble – Shizune hacia esfuerzos sobrehumanos para no reírse en la cara de anciana rubia.

Bueno Shizune, volviendo a lo anterior…

¿Qué pasa Tsunade-sama, hay asunto sin resolver respecto a ese tema?

Si, hoy vamos a recibir a un nuevo ninja que se unirá a las filas de Konoha.

¿Quién es Tsunade-sama?

Se trata de ese marica ex-subordinado de Orochimaru… ¿Cómo se llamaba?... salió tan pocos capítulos que no lo puedo recordar…

¿De quien habla Tsunade-sama, él único marica que conozco que ha tenido alguna relación con Orochimaru ha sido Sasuke-kun.

No, es un marica que no pertenece a Konoha, serás estúpida Shizune te lo acabo de decir.

Perdón… Tsunade-sama – dijo Shizune pero luego agregó en voz baja – algún día te voy a matar maldita perra, agradece que me pagas mi sueldo, sino estarías muerta.

Calla Shizune, con tus murmullos no me dejas recordar el nombre de ese marica… aaah ya lo recordé, se llama Kimimaro. – dijo la vieja Tsunade haciendo una mueca de asco, era completamente homo-fóbica, sobre todo cuando eran hombres tan apuestos como él.

Lo siento Tsunade-sama yo no vi esos capítulos así que no sé quien es él…

No te preocupes ya lo verás cuando llegue… lo único que me faltaba, un marica más, como si no tuviera suficiente cono esos putos genins…

De pronto algo interrumpió a las "damas", alguien estaba llamando a la puerta. Rápidamente Tsunade botó todas las botellas de sake que había sobre la mesa, y lamió las sobras que había derramado. Por otro lado Shizune esperó hasta que la Godaime acabara su show y le diera la señal para que abriera la puerta.

Shizune déjalo entrar. – ordenó la 5ta Hokage a su "fiel" sirvienta.

Shizune abrió lentamente la puerta y pudo observar a un joven alto, de cabellos casi tan blancos como su piel y con un rostro que era realmente hermoso. –"que pena que sea marica…" – pensó Shizune al observar a semejante semental. El joven se acercó al escritorio de la Hokage y se detuvo frente a él, mirando fijamente a los ojos de Tsunade.

Es un honor que la poderosísima 5ta Hokage me permita luchar por Konoha de ahora en adelante. – Kimimaro hizo una reverencia al momento de pronunciar sus palabras, reverencia que agradó mas a Shizune quien estaba detrás de él y pudo observar de lleno su sexy trasero.

El honor es mió kimimaro, último miembro del clan Kaguya. Espero que ahora que estás en Konoha puedas "hacer" mas miembros de tu clan, aquí en konoha habemos mujeres muy hermosas como ya te habrás dado cuenta.

Si mi señora. – Kimimaro seguía en la pose de su reverencia, y Shizune empezaba a ponerse roja de tanto mirar su trasero.

Puedes dejarte de reverencias Kimimaro, o vas a matar a la pobre Shizune. – El joven de los cabellos canos se enderezó demostrando todo su porte y buena apariencia.

Estoy impaciente por que me asigne mi primera misión Hokage-sama – dijo impacientemente el apuesto Kimimaro.

Tranquilo muchacho, primero quiero que te familiarices más con los ninjas de Konoha. El trabajo en equipo es fundamental para el buen resultado de las misiones.

Como usted ordene Hokage-sama, será un placer… - Kimimaro esbozó una maquiavélica sonrisa, luego se despidió y salió de la sala rumbo a su nuevo hogar.

El apuesto muchacho salió del edificio del Hokage y se quedó parado mirando la que ahora era también su aldea, luego sonrió y siguió caminando rumbo a su nueva casa (cedida por la Godaime), pero esto no pasó desapercibido desde las alturas.

Shizune, quiero que lo llames a "él" para que vigile a nuestro nuevo amigo…

Pero Tsunade-sama, ¿a partir de ahora no es él también parte de Konoha?

Si, pero nunca está de más ser precavidos…

- o -

Kimimaro se detuvo justo en frente de una hermosa casa decorada con muchas flores y pintada con un hermoso color beige –"bueno parece que no está tan mal como había pensado"-. Sin esperar más tiempo Kimimaro sacó de su bolsillo las llaves de su nueva casa y las metió en la cerradura, las hizo girar y lentamente la puerta se fue abriendo; el panorama por dentro no era muy distinto al de afuera, la casa estaba adornada con un toque bastante femenino (lo que no desagradaba en absoluto a nuestro "héroe", después de haber vivido por tanto tiempo en las mazmorras de Orochimaru a cualquiera le agradarían los arreglos florales).

El joven de cabellos canos recorrió su nueva casa inspeccionando cada rincón, cuando por último entró a su habitación se percató de las cajas que contenían todas sus pertenencias ya habían llegado. Impaciente por instalarse lo antes posible Kimimaro empezó a abrir una por una las cajas de embalaje, pero desilusionado se dio cuenta de que la mayoría de sus pertenencias eran sólo medicamentos (gran parte de ellos eran frascos con pastillas de calcio), y contando lo demás sólo tenía su cepillo de dientes, un peine para el cabello, y un par de mudas de ropa interior. Kimimaro se avergonzó de ser tan pobre, y de haber descuidado tanto su vida personal –"supongo que tendré que ir de compras mañana… pero ahora me daré un baño y me meteré en la cama, el viaje fue muy largo" – el apuesto joven se empezó a desvestir a medida que caminaba hacia el baño, y una vez dentro se dio cuenta de que ni siquiera tenía una miserable toalla con la que secarse después. –"creo que necesitare la ayuda de alguno de mis nuevos amigos de Konoha" – pensó el joven de cabellos canos mientras esbozaba una maquiavélica sonrisa. Aún desnudo Kimimaro se acercó al teléfono que la Godaime le había instalado y recién ahora se percató de que al un costado del teléfono había una pequeña libreta, Kimimaro se acercó a ella y le dio una rápida ojeada –"números telefónicos… al parecer de los ninjas de Konoha… perfecto, justo lo que necesitaba" – Kimimaro marcó el primer número que encontró… "Inuzuka Kiba".

¿Mochi Mochi? – dijo una voz femenina en la casa de Kiba.

¿Puedo hablar con Inuzuka Kiba? – dijo impacientemente el apuesto Kimimaro.

Buenas noches… si, lo llamo de inmediato – dijo la hermana de Kiba (¿Qué, acaso pensaron que podría haber sido Kiba? XD).

Buenas noches también… - Kimimaro se avergonzó de haber olvidado dar las buenas noches antes de decir con quien quería hablar. El muchacho de blanca piel no tuvo que esperar mucho cuando de pronto alguien tomó el teléfono.

¿Mochi Mochi? – ésta vez era una voz masculina.

Buenas noches, ¿hablo con Inuzuka Kiba?

Si, con él, ¿y con quién hablo yo?

Estas hablando con un recién admitido nuevo ninja de Konoha, mi nombre es Kimimaro, mucho gusto. – Kimimaro tenía que ser lo mas amable posible si quería que Kiba lo ayudara.

¿Kimimaro?... no se por que pero tu nombre me suena familiar.

Bueno… - Kimimaro estuvo apunto de contarle que él había formado parte de los 5 del sonido y que había servido a Orochimaru, pero pensándolo mejor prefirió contárselo una vez que fueran mas "amigos". – no sé me ocurre de donde me puedas conocer… pero bueno, yo te llamaba por algo…

¿Qué quieres?

Necesito tu ayuda… - Kimimaro trato de aparentar la mayor debilidad posible en tono de voz..

No hay problema, si eres uno de los nuestro te puedo ayudar en lo que quieras. – Kiba nunca había sido tan amable, ni menos con un desconocido, pero había algo en la voz de Kimimaro que le cautivaba, tenía que conocerlo en persona.

Muchas gracias, sabes recién hoy me mudé a mi nueva casa, y me di cuenta de que no tengo ni una mísera toalla con la que secarme después de darme un baño, ¿me podrías traer una tú?

¡¡pues claro que puedo! – Kiba se estaba entusiasmando, iba a poder conocer esa misma noche a aquel encantador joven – dime donde vives e iré de inmediato a dejarte una de MIS toallas, y no te preocupes te llevaré una limpia.

No sabes cuanto te lo agradezco – Kimimaro estaba siendo cada vez mas coqueto con Kiba – mira yo vivo en la calle…

- o -

Kiba llegó lo mas rápido posible a la casa de ese tal Kimimaro –"tal vez tenga suerte y tenga que pasarle la toalla cuando esté saliendo del baño, con esa voz de seguro que es muy apuesto…" – pensaba Kiba mientras tocaba al timbre de la casa, pero nadie abrió la puerta, finalmente después de varios intentos Kiba se decidió a entrar por su cuenta. Para sorpresa del Genin la puerta estaba abierta, y sólo bastó un pequeño empujón para que ésta se abriera; Kiba aún dudando entró a paso lento a la casa de su nuevo "amigo", una vez dentro se encontró parado en el living de la casa, había un televisor prendido y una taza sobre una mesa de centro, pero ni rastros de Kimimaro. -¿Kimimaro, dónde estás? – empezó a preguntar Kiba mientras avanzaba por el domicilio. Por una extraña razón el corazón de Kiba se empezó a acelerar, se sentía como un asesino (y/o violador XD) entrando a la casa de su victima. Finalmente llegó a la habitación de Kimimaro, cuando volvió a preguntar donde se encontraba, pero ésta vez si hubo respuesta.

Ah Kiba, ¿eres tú? – la voz de Kimimaro se escuchaba un poco distante.

Si, soy yo – dijo gritando el castaño – te traje la toalla, ¿Dónde estás?

Estoy en la ducha, pero ya terminé de bañarme, ¿me puedes alcanzar la toalla por favor?

Cla… ¡¡¡Claro que si! – Kiba estaba casi tan contento como Akamaru cuando recibía las caricias de su dueño –"menos mal que no lo traje" – pensó el castaño mientras se acercaba a la puerta del baño, tragó saliva y giró la manivela.

Lo que Kiba pudo ver en cuanto abrió la puerta fue sin duda lo más hermoso que el jamás había visto, el cuerpo completamente desnudo de Kimimaro estaba parado frente a él (aún empapado por el baño, obvio no tenía toalla :P). Kiba no supo como reaccionar, el hermoso cuerpo de Kimimaro lo había dejado paralizado, desde su blanca piel se podía ver el calido vapor de agua que emanaba de ella, por su bien formado pecho escurría aun el agua que caía de sus blancos cabellos que después de pasar por su pecho y deslizarse por su plano abdomen llegaban a un punto en el cual la mirada de Kiba se había perdido desde que había entrado al baño.

¿Me trajiste la toalla? – preguntó coquetamente el empapado joven.

¿Qué?... aaaah si la toalla… - a Kiba todavía le costaba acostumbrarse a tan hermoso cuerpo completamente desnudo (y al alcance de sus manos).

¿Me la vas a pasar o no? – mientras Kimimaro decía esto se fue acercando a Kiba.

Toma… aquí está. – Kiba le pasó la toalla a Kimimaro, quien ya estaba parado al lado suyo.

En el momento en que Kiba le extendió la mano con la toalla a Kimimaro, éste lo tomó de las manos con toalla incluida y poco a poco la fue acercando a su cuerpo. El castaño se quedó paralizado mientras Kimimaro se secaba con la toalla de Kiba (junto con sus manos también), primero pasó sus manos por su pecho y abdomen, luego la hizo bajar hasta sus piernas y cuando hubo terminado con ellas empezó a subir sus manos hasta la altura de su miembro. Justo en ese momento Kiba miró entre asombrado y excitado al rostro del peliblanco, y éste le devolvió la mirada junto con una amplia sonrisa, acto seguido Kimimaro lo soltó de las manos y salió del baño mientras se secaba el resto de su cuerpo.

Kiba se quedó mirando sus manos y pensando en como ellas habían recorrido aquel hermoso cuerpo, de pies a cabeza. Pero de pronto una dulce voz que venía de la habitación contigua lo sacó de su ensimismamiento.

¿Kiba, te ocurre algo? – Kimimaro había vuelto a entrar al baño, pero esta vez ya estaba vestido con sus prendas habituales.

No… nada, es sólo que estaba mirando lo bien decorado que está éste baño.

¿Cierto que si? – dijo el peliblanco mientras admiraba el papel tapiz floral que adornaba la habitación – Hokage-sama tiene un muy buen gusto.

Ya lo creo que si… - dijo el castaño mientras miraba el trasero de Kimimaro, ya que él le estaba dando la espalda mientras se cepillaba los dientes. – ¿Te vas a acostar luego? – preguntó Kiba con malicia.

Si, estoy agotadísimo por el viaje de hoy… así que no te quito más de tu valioso tiempo de ninja, puedes volver a tu casa.

Bueno… entonces me voy… - esa no era precisamente la respuesta que Kiba estaba esperando después de haber secado casi todo su cuerpo con sus manos y su toalla.

¿Pero sabes una cosa, no tengo mas ropa que ésta, ni siquiera tengo un pijama… - Kiba tragó saliva forzosamente – así que me gustaría pedirte otro favor… - dijo Kimimaro mientras se acercaba a Kiba y lo miraba sensualmente a los ojos.

¡¡¡pues claro, Si no tienes pijama y sientes frío yo te puedo calentar con mi…!

No, no es eso – dijo el peliblanco antes de que Kiba terminara su oración – lo que te quiero preguntar es ¿podrías acompañarme mañana a ir de compras?

Ah, era eso… - Kiba se desilusionó al no poder servirle a Kimimaro como un calienta-camas humano – pero claro que te puedo acompañar, será un placer.

Me alegro, y te aseguro que no te arrepentirás… - dijo el joven de tez blanca – pero ahora te puedes marchar, ya es tarde.

Está bien… ¿entonces nos vemos mañana?

Claro

¿A que hora?

No te preocupes por eso, yo te llamo por teléfono.

Ok… entonces nos vemos mañana, adiós.

Adiós – se despidió alegremente el peliblanco.

Kimimaro esperó hasta escuchar el sonido de la puerta para apagar la luz de su cómoda y arroparse lo mejor que pudo en su nueva cama de 3 plazas. –"creo que le sacaré el mayor provecho posible a ésta cama… que por cierto está mucho mejor que las "camas" de los calabozos de mi amo Orochimaru"-. Kimimaro siguió pensando en todos los buenos momentos que había pasado junto a su amo, y poco a poco se fue quedando dormido.