Ahora los papeles han cambiado; me presento con mi primer fic luego de haber sido por años ávida lectora de ellos. La realización de esta historia comenzó con querer responder a un desafío de PotterFics propuesto por BlackRose, el cual consiste en lo siguiente: ella da 10 palabras que son: bienvenida, frío, sexo, labios, pastel, mirada, música, felicidad, deseo y final; debe haber un drabble de mínimo 20 líneas para cada palabra; los capítulos pueden ser auntoconclusivos o unidos en un mismo relato; los protagonistas tienen que ser cualquier pareja de HP. Yo me desligo con la parte de los drabbles porque al intentar acortar este capítulo no logré poner sólo las 500 palabras que como máximo se acepta en uno, por lo que les presento el escrito original; al igual de que, posiblemente, aumente capítulos; sólo que con el resto de las ideas deseo comenzar a armar el fic. Ésta no es una respuesta directa al desafío.

De antemano se sabe que los personajes son sólo propiedad de J.K. Rowling; Este primer capítulo va dedicado a tí, Black Rose; espero que la historia sea de tu agrado, pues tú me brindaste la oportunidad de probarme como escritora.

-Procer in oriens.


1.- BIENVENIDA

Porque la espera no se alargue;

tan sólo quiero adentrarme a tu mundo,

abrirme paso ante

La mano diestra remoja de tinta negra la punta de su pluma; se mancha los dedos con la huella indeleble de sus miedos y deseos... papel y pluma regresan a su labor, siendo siervos de esta jovencita con sus pensamientos, con sus sentimientos, con sus gráciles movimientos de muñeca.

(...) los obstáculos venideros

y alcanzar tu morada.

Dime ¿quién me abrirá las puertas?

para cuando llegue a tu

Más tinta, la cual pasa desapercibida entre el tormento que se apodera de su frágil cuerpo...

(...) fortaleza

¿cómo te enterarás de mi arribo?

¿serás tú quien me dé la bienven

-¡Mione!- pasos apresurados se acercan; no hay mucho tiempo; tapa el bote de tinta, guarda la pluma en su estuche, los mete en su bolso, cierra la libreta para luego guardarla en el mismo sitio, saca un libro ¡cualquiera!, lo abre, se sienta, limpia su mano con un pañuelo y mientras lo guarda en el bolsillo de su túnica, la puerta del compartimiento se abre dando paso a dos chicos agotados por la carrera.

-¡Con que aquí estabas!

-Ajá- contesta al pasar de página su libro sin quitarle los ojos de encima.

-¿¡Por qué no contestas si llevamos todo el camino buscándote!?

Cierra el libro con un suspiro apagado y observa atentamente a sus amigos. Sonríe; ellos son ahora su razón para seguir adelante; sin importar defectos y virtudes... así los adora.

-Lo siento. Llegué un poco tarde y ocupé el primer compartimiento que vi vacío.

-Está bien Herms.

-Bueno Harry, vamos por nuestras cosas. Ya volvemos Mione.

Al cerrarse la puerta deja el libro a un lado.

-"Adivinación". ¡Agh, tenía que agarrar precisamente ese!-. Voltea a ver su bolso entreabierto (así como la mente propia); reconoce su cuadernillo. Nadie sabe que esta "ratón de biblioteca" también escribe. Comenzó con ello a los 11 años, cuando se enteró de la existencia del mundo mágico y el muggle; es que ¡por Dios! había tanto por descubrir, experimentar, soñar... misterios desvelados, emociones vividas, conocimientos añorados... ¡todo tan prohibido en sus mundos!; al regresar al Londres muggle no podía hablar de Hogwarts, su identidad de bruja sólo la sabían sus padres; y en el Londres mágico imposible hablar de su otra vida ¿para qué echarle más leña al fuego ante su imagen de "sangre sucia"? (manchada está la inocencia). Nadie lo sabe ni podrán saberlo; es su secreto... aquello que debe esconderse, que no debe decirse...

-Nadie debe saberlo (ni ante tu bella presencia… ángel mío).


Albus Dumbledore... su profunda mirada hacía que uno se sintiera reconfortado, protegido; siendo el mejor mago del mundo, para él sólo existe la verdad absoluta (verdad que significa el comienzo de una mentira).

-¡Bienvenidos!- dijo- ¡bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts! Antes de empezar con nuestro banquete, quiero decir unas cuantas palabras; y éstas son ¡papanatas, llorones, baratijas, pellizco!... ¡Muchas gracias!

Los aplausos no se hicieron esperar (ovaciones, que en vida, armonizan al apuro del tiempo y calman el clamor de nuestro espacio).

No hay tesoro más perdido

que el de tu propia persona;

cuando, derrotada, te espera

para darte la bienvenida

a la realidad…

La razón se cansa de aguardarme;

la esperanza es mancillada

por el dolor que provoca

el daño propio, MI daño propio.

He desechado la alegría

y la sustituyo con tu imagen

(digna de la más benévola atrocidad).

Son sonrisas rotas mi antifaz;

miradas puestas en el horizonte

(sin una puesta de sol).

Lo que quiero es huir

de esta locura,

¿acaso lo daría todo por ti?

…mi vida ya te ha sido entregada

¿eso es todo o nada?


El brillo de luna envuelve con su manto nacarado a la chica castaña que se encuentra recostada en el vitral de una de las torres. Dormida está (igual que la represión del alma y el profundo desahogo de sus propias exigencias), tranquila entre sueños y fantasías; porque sólo las noches le permiten verlo a su lado, porque es sólo el infinito de este cielo estrellado el que no le impide abrazarlo y besarlo...

En su regazo se encuentra su diario; y aunque ella odie llamarlo de esa forma ¿qué no acaso en este libro se recogen por días sus sucesos y reflexiones?

La mezcla de dos mundos antagónicos

se está llevando a cabo.

Sus manos reposan en la primera página

Apenas estoy conociendo

la otra cara de la moneda;

que tan sólo provoca

una lucha interna.

donde se haya su primer escrito,

Ambos piden mi atención,

me exigen silencio.

¿Quién iba a creer

que mi vida desaparecería?

¿Cómo asimilar

que mi mundo se derrumba?

aquellas primeras palabras que estrenaron su cuaderno luego de enterarse de su condición de bruja... como muggle.

¿Estás dispuesto a

acompañarme en la travesía?

¿a arriesgarte

por sobre todo y todos?

Te aislarás de tu esfera,

para adentrarte a la mía.

Deja que te cuente esta historia

que apenas comienza,

pero de la que no sé su final.

De eso hace ya seis años, y las ideas siguen aquí; plasmadas sus emociones de forma escrita.

Te permito, entonces, el paso

a este nuevo mundo –mi espacio-

a esta nueva vida –mi tiempo-.

¡Bienvenido seas!