Hi Hi Minna-san ! Bueno este es mi primer fic y sera MioxRitsu, espero que les guste y dejen reviews ya que me son de mucha ayuda ^^
Disclaimer: K-on! no me pertenece, le pertenece a su autor Kakifly-sama, por que si fuera mio yo le pondria almenos un poquitin de yuri *¬*
Capitulo 1 : La nueva Chica
Siempre he pensado que no valgo nada, que el mundo no se ha interesado por mí ni una sola vez, que los que se acercan a mí es solo por conveniencia. Hasta ahora mi frase favorita ha sido "La soledad es el más fiel de los acompañantes" y por eso ella es mi mejor compañera, en el encierro de los pensamientos vacíos que pasan por mi cabeza.
Mio… ese es mi nombre, la palabra que muchos han dicho por primera vez cuando eran pequeños, inculcados por el egoísmo. Mi nombre es solo un símbolo de pertenencia, sin embargo nunca le he pertenecido a nadie, ni nadie me ha pertenecido, solo mis padres.
Si, lo sé, soy un poco pesimista, pero no conozco nada o nadie que valga la pena como para salir de mi diario trance, un aburrido y siempre monótono trance que solo logra hacerme pensar sobre mi corta vida, sin nada ni nadie a quien amar, sin nadie con quien "endulzar" mis amargos días de juventud…
Todos los días admiro por el ventanal de mi cuarto aquel paisaje que ya me sé de memoria, cada día, sin nada productivo que hacer, excepto ir a la escuela, lo cual odio debido a que mis compañeros de clase son todos unos egoístas, que solo saben reír de cosas sin sentido con las personas que ellos llaman "amigos". Nunca he podido decirle eso a nadie…. Realmente, nunca lo he sentido.
Todos los que han intentado acercarse a mi alguna vez solo buscan la aprobación de mis "sonrisas", a modo de respuesta, y la verdad es que muy pocos lo han conseguido, y si alguien lo consiguió alguna vez, fue hace mucho tiempo, quizás, en primaria.
En resumen, odio a la gente…
Era una mañana como cualquier otra, el mismo recorrido hacia el instituto, las mismas personas por la calle, el mismo cielo ya azulado que pareciera que cada vez me pone más pesimista. Llegué al salón con las mismas ganas de estar allí como todos los días, pésimas, y como siempre todos me saludaron "Buenos días Akiyama-san" – y como siempre respondí de la misma forma "Buenos días" – no porque me gustara que alguien notara mi presencia y me saludara tan optimistamente, sino por el mero hecho de ser cortes.
Sonó la música que anunciaba el inicio de la jornada, la maestra entro, nos reverenciamos, y exclamo
-"¡Buenos días chicas!, hoy tengo un anuncio que darles, han transferido una nueva estudiante a esta clase, su nombre es Tainaka Ritsu" – Dijo al momento de que la chica entraba
– "Buenos días, mi nombre es Tainaka Ritsu y desde hoy seré su nueva compañera, espero que nos llevemos bien" – Dijo la chica de cabello castaño y unos intensos ojos ámbar que solo hicieron que me quedara en trance, no el que experimentaba todos los días, era una sensación diferente, sentía un poco de interés por aquella chica.
La maestra la hizo sentarse en el único lugar que estaba vacío, y que por mala suerte era el que estaba junto a mi.
– "Hola, espero que seamos buenas amigas" – Dijo la peli castaña con una amplia sonrisa a la cual no le di importancia
– "Si, claro".
Las clases pasaron normalmente y con eso llego la hora de almorzar, tome mi bento el cual había preparado en la mañana y comencé a comer cuando senti una voz que extrañamente hablaba como un chico, lo cual es raro por era una escuela femenina, era la estudiante transferida que preguntó enérgicamente:
– "¿Puedo sentarme aquí?" – a lo cual respondí en un ademan con la cabeza en señal de aprobación, que extrañamente me sorprendió.
-"Y bueno, ¿Cuál es tu nombre?"- Dijo la peli castaña
-"Akiyama Mio"-
-"Vaya, que lindo nombre. Mi nombre es Tainaka Ritsu…. Y bueno, ¿Qué cosas te gusta hacer?"-
-"Estar sola…"- Respondi indiferentemente, e incluso fue una indirecta, muy directa.
-"Ya veo… "-
Por un momento pensé que hasta allí llegaría Ritsu con su entusiasmo por conocerme pero no fue así. Por un momento un silencio incomodo invadió la mesa en la que estaban sentadas.
Ni siquiera yo sé de qué modo o porque pero me surgió una extrema curiosidad por saber más de la nueva chica…. Realmente tenía que romper el silencio incluso cuando yo misma fui la que lo inicio.
-"¿De dónde dijiste que eres?"- Irrumpí tímidamente e incluso un poco molesta con migo misma.
-"Vengo de Sapporo" – Respondió Ritsu emocionada por la conversación que había surgido
-"Aaah…"- dije, aun enojada con migo misma, pero esta vez tímida y suavemente
-"Eres muy callada Mio, ¿Te lo habían dicho antes?"-
-"Supongo que sí"- Afirme y sentí que mi cara se calentaba
-"Oh, olvide algo"- Menciono Ritsu al momento de levantarse de su asiento y salir por la puerta de salón
Sin darle importancia alguna a lo que pasaba a mi alrededor seguí comiendo tranquilamente mi bento, "¿Qué será lo que fue a buscar?"- pregunte para mis adentros cuando sentí algo que me hizo estremecer, ¡una mano verde y verrugosa estaba tocando mi hombro! "Kyyyyyyyyaaaaaaaa!"- Grite horrorizada saliendo disparada del salón, casi dejando una hilera de humo, subi las escaleras tratando desesperadamente de olvidar aquella imagen horrible que tocaba mi débil y delicado hombro, con sus huesudas y largas manos. Todos los que estaban por allí, tanto alumnas como profesoras, me miraban confusas al verme pasar, tratando de buscar un escondite, rápidamente entre a un cuarto que me pareció que era el que estaba más al alcance y además estaba aparentemente desocupado… al entrar sentí un aroma extraño en el aire, era como de humedad y mohosidad y lo peor es que estaba obscuro, muy obscuro ….. En ese momento empecé a imaginarme un montón de cosas horribles, y un escalofrío recorrió por toda mi espalda, desde el principio hasta el final sin dar tregua alguna, imagine que había un montón de percebes a mis espaldas "Kyyyyyyaaaa!"- Grite nuevamente y corrí frenéticamente hacia la salida para liberarme de los pensamientos de los percebes, pero entonces choque con algo cálido y suave y caí al suelo.
"¡Wow!, ¿Estas bien? Lo siento, nunca pensé que reaccionarias de esa manera" escuche decir a una masculina voz-
"¿¡Pero qué te pasa!"-Grite sollozando por el susto y a la vez vergüenza que me hizo pasar-"¡Te odio!" -Y llorando salí corriendo.
Al bajar las escaleras hacia equilibrio para tratar de no caerme mientras lloraba desconsoladamente, muchas alumnas vieron como bajaba desesperadamente e incluso trataron de detenerme para que fuera más despacio y no ocurriera ningún accidente que se pudiera haber evitado, pero no quería que me detuvieran y vieran mi espantosa cara aun llorando. Seguí corriendo desenfrenadamente hasta llegar a la puerta del instituto, y sin pensarlo dos veces, de hecho casi por un impulso seguí corriendo. Cada vez odiaba más y más ese camino que tenía que recorrer diariamente hacia el lugar que menos me gustaba y que me parecía una tortura más que tenía que soportar en mí ya aburrida vida, pero ese recorrido en especial fue el más largo y el peor de toda mi vida, la vergüenza que pase mientras corría por aquel camino es indescriptible al punto del desmayo, el cual si ocurrió.
Ese día mis padres estuvieron muy preocupados. Me salté las clases de la tarde y encima ellos tuvieron que ir a buscar mis cosas al instituto, me desmaye en plena calle pero por suerte un amable chico que pasaba por allí llamo a una ambulancia, había estado llorando la tarde entera después de toda esa escena, y lo peor es que no le dije ni una sola palabra a mis padres.
Estuve lamentándome toda la tarde en mi habitación, "Todo es culpa de esa tal Tainaka Ritsu", mi rostro ardía de ira de solo pronunciar su nombre, ya no tenía ganas de sumergirme en mi diario trance y admirar aquel paisaje por la ventana, solo quería llorar por la vergüenza que me hizo pasar esa idiota.
Aquella noche pensé que mi vida era cada vez más desagradable, solo me pasaban cosas malas, y en realidad no tenía nada porque vivir con felicidad, ni siquiera algo porque vivir, solo el deseo de no hacerle mal a mis padres, pero con mi desilusión por la vida creo que cada vez hacia más dura mi existencia para ellos.
Las horas pasaban y yo sin poder dormir. De pronto un objeto que no había visto otras veces en mi habitación me llamo la atención, era un libro, que tenia una nota que decía: Hija, encontré este libro en una tienda, y no se por qué me recordó a ti, ojala sea de tu agrado, por que lo acabo de leer y la verdad es que me gusto mucho.
Mamá.
Tome el libro y leí su portada, Autor: William Shakespeare Título: "Romeo y Julieta", esta obra es muy conocida, incluso he visto que muchas personas han visto películas y obras, pero yo nunca había tenido la oportunidad de saber de que se trata esta "obra maestra", según algunos.
-"Pues veamos si un libro puede dejarme olvidar"- dije abriéndolo.
El principio me pareció bien una tarde en Verona y dos tipos peleándose, pero luego empezó lo cursi y no me interese más por leer aquel libro…
Ahora no tengo tiempo como para perderlo en cursilerías como lo es el amor.
Sin poder conciliar el sueño llego la mañana y con ella mis deseos de morir, no quería ir al instituto después de la mala experiencia que me hizo pasar esa estúpida chica, que ni en sueños seria mi "amiga" e incluso ni siquiera se podrá acercar a mi sin que la ignore por completo.
Con el ánimo por los suelos y mi simpatía para con el mundo cada vez más baja, trate de levantarme de mi cama para así poder ir a la escuela, poder superar mi timidez y tal vez no desmayarme como la última vez, lo que supongo, es imposible. Me cambie de ropa, me cepille el cabello, me puse los zapatos y salí de mi casa, mis padres ya se habían ido a trabajar así que me ahorre la molestia de contarles lo que había sucedido, aunque no podría haber sido capaz de hacerlo porque lo que paso fue una estupidez.
El rumbo por el que diariamente caminaba me hacía recordar el penoso accidente que pase el día anterior, y con eso el rostro del demonio que causo todo aquel mal momento y que creo el peor día de mi vida. Mis pasos eran cada vez más cortos y lentos lo que hacía atrasar mi marcha, pero el tiempo, el que no sabía si era mi aliado o enemigo, pasaba a la misma velocidad, pero para mí pasaba tan lento que me hacía creer que mi caminar seria eterno. Cada paso se hacía cada vez más terrible, llevándome hacia donde estaba aquella despreciable chica, aquella chica la cual recordaba a cada momento desde ayer, aquella chica que hizo mi vida más desagradable, pero ya no tan monótona y predecible como lo era antes… Pero ahora lo que me pregunto es: ¿me hizo algo bueno, o quizás algo malo? Empecé a reflexionar sobre esto y antes de que me diera cuenta ya estaba a mitad de camino, y poco a poco mi ánimo estaba más bajo.
Bueno hasta ahora voy aqui
espero que disfrutaran leyendo esto :3
dejen sus comentarios y sugerencias por favor ^^
