UN ENCUENTRO CON LOS RECUERDOS

Capítulo I

Mi nombre es Kuchiki Rukia y esta es mi historia

Un lujoso auto con los vidrios ahumados salió del aeropuerto de la pequeña ciudad que crecía cada día… dentro del vehículo una mujer miraba por la ventana reconociendo cada avenida y tiendas que aun a pesar del tiempo se mantenían intactas.

Ya han Pasado tres años desde la última vez que estuve en este lugar. Y tres años que mi vida cambio…- pensó en el silencio la joven dama, manteniendo las oleadas de sentimientos que le robaban el aliento.

Las calles de Karakura se podían contemplar a esas horas de la tarde solitarias, solo se veía pocas personas caminando por las amplias aceras y algunos estudiantes del instituto regresar a su casas compartiendo helados y algunas sonrisas despreocupadas ajenos a la vida y sus complicaciones.

Hace tres años yo también use ese uniforme pensaba la joven perdida en sus recuerdos.

Su acompañante noto el cambio de había sufrido la dama junto a él.

-Solo estaremos poco tiempo en la ciudad, no debes preocuparte el pasado no te afectara…- Hablo con tranquilidad manteniendo su aspecto frio contemplando al pequeño que dormía entre sus brazos.

-Si hermano. -Contesto la joven tocando una de las mejillas del pequeño quien amaba con locura desmedida.

-Pase lo que pase yo te protegeré. -Susurro el hombre mirando con cariño a su pequeña hermana quien le miro y sonrió asintiendo con su cabeza.

-¡Eso lo sé!...- respondió con todo su cariño agradeciéndole en silencio su apoyo… se irguió con cuidado cundo sintió el auto disminuir la velocidad.

-Señor ya hemos llegado…- Anuncio el chofer estacionándose en una lujosa mansión la cual no dejo sorprendida a ninguno de los recién llegado. La familia a la pertenecían era una de las más importantes de Japón. Eran parte de la nobleza, los más allegados a la familia real.

La mujer bajo del auto cuando el chofer abrió la puerta perdida en sus pensamientos una vez más.

Otra vez en esta ciudad, otra vez estoy aquí en donde tuve mi primer amor, en donde aprendí a no confiar en las ilusiones, en donde aprendí que la honestidad no está en todos los humanos. Y que el engaño es destructivo. La tristeza y el dolor que padecí en esta ciudad aun no han podido ser superadas en los últimos años.

Con pasos lentos subió la escalinata que daba a la puerta principal de la elegante construcción europea, se lamento al no contemplar los amplios jardines que habían recorrido desde la entrada hasta la puerta principal. Suspiro y vio a su hermano.

-Por favor pasen señores. Los hemos estado esperando...- saludo el mayordomo de la mansión quien abría la puerta de la entrada cuando ellos alcanzaron la cima de las escaleras para darles la bienvenida a sus nuevos amos.

El mayordomo parecía tener unos cincuentas años de aspecto activo, alto y de cabello negro aunque se podían vislumbrar con la luz algunas escasas canas.

El hombre imponente solo asintió y se adentro en la lujosa mansión.

-¿Disculpe señor ese es su hijo y sus hermana?...- Pregunto el humilde hombre refiriéndose a los acompañante de su señor.

-¡Así es! atiéndalos con digno respecto, ella es mi hermana menor Kuchiki Rukia y el es mi hijo Kenyi. - el niño izo una reverencia algo torpe mientras que la morena lo sostenía y hacia lo mismo mostrándose imperturbable sin signos de esa alegría contagiosa que poseía cuando era una adolecente que asistía al instituto de talentos Karakura.

-Es un honor conocer a la hermana menor de Byakuya sama…- Hablo nuevamente el mayordomo un poco intimidado por el carácter de los hermanos.

-Lo es. – fue la única respuesta de Rukia que paso junto al anciano siguiendo a su hermano y al pequeño Kenyi de la mano.

-Por favor vengan conmigo los llevare a sus habitaciones…- Volvió hablar el anciano mientras se ponía en marcha.

- Rukia toma a Kenyi tienen que ir a descansar…- Hablo Byakuya subiendo las escaleras.

-Si Byakuya nii-sama…- Contesto alzando el niño entre sus brazos…

"Mi nombre es Kuchiki Rukia y esta es mi historia":

Todo comenzó cuando tenía un año de edad, era la menor de los hijos de mis padres quienes tuvieron tres hijos, mi hermano mayor Byakuya solo 2 años mayor Hisama quien a su vez es tres años mayor que yo.

Cuando solo tenía un año de edad la mansión en donde vivíamos mis padres y hermanos fue incendiada mientras se daba una fiesta en honor al aniversario de bodas de mis padres, por ser tan pequeña descansaba en mi habitación.

Una organización peligrosa había organizado una forma muy peculiar de destruir a mi familia y que mejor método que el fuego aquel que destruye todo a su paso dejando una huella de destrucción y cenizas. En uno de los más grandes salones de la mansión se celebraba el aniversario de mi padres, cuando se oyó un grito de terror y el humo empezó a invadir el gran salón, las personas empezaron a huir temerosos por las llamas, que se hacían presente en todo el lugar extendiéndose por las grandes cortinas que cubrían los amplios ventanales.

En la tercera planta mi hermano sacaba de la cama a mi hermana Hisama desmayada por la gran cantidad de humo inalada. Los gritos no dejaban de sonar por todas partes la mansión que se cubría de llamas y los gritos de mi madre resonaban por encima del llanto de todos, mi madre y mi padre intentaron entrar una vez mas a la mansión, sin embargo sus intentos eran en vanos, ya que ninguno de los presentes en el festejo dejo que se acercarse a las altas llamas.

Cuando mi madre creía morir, Byakuya salío de la mansión con Hisama a sus espaldas llenos de hollín, mi madre salió corriendo en su encuentro abrasándolos a los dos, mientras un explosión inmundo todo el lugar logrando los vidrios de la ventana se quebraran en una secuencia impresionante, el fuego se desato con mas furia, mi llantos resonaban en toda la mansión en llamas, mientras los bomberos trataban de extinguir el fuego enfurecido.

Los llantos de mi madre no cesaban, mientras que mi habitación un hombre de semblante extraño entraba y me tomaba en brazo y escaba de las llamas junto conmigo, sacándome de la mansión por la parte trasera de esta, llevándome con el lejos de aquellas llamas infernales, mi nombre salió desgarradoramente de la garganta de mi padre antes de serrar mis ojos irritados por el humo y del llanto se serraron lentamente.

A las horas el fuego se extinguió lo que una vez se pudo considerar un palacio en ruinas se quedo, mi habitación quedo desbastada por las llamas y ni un rastro de mi cuerpo quedo en aquella calcinada mansión; mi madre y hermana se negaron a creer que había muerto entre las llamas.

El hombre que me salvo de las llamas me adopto y se izo pasar por mi padre para protegerme de aquellos que querían hacerle daño a mi familia. Su nombre es Urahara Kisuke, fue el hombre que me salvo y me dio su apellido y un lugar en su familia. Kisuke fue un buen padre, crecí junto a él y mi madre adoptiva Urahara Yoruichi y mis tres hermanos Soifon, la cual siempre pareció a odiar a mi padre y venerar a mi madre, Jinta no le importaba nada más que solo molestar a Ururu la más pequeña y tímida de todos, ella solo hacia lo que se le pedía aunque en muchas ocasiones Soifon y yo tratamos de que se defendiera de Jinta pero no lo hacía, ya que no quería lastimarlo.

Toda mi historia se me fue revelada por mi hermano Byakuya que me encontró después de muchos años. Pero mi historia no termina aquí…

Cuando cumplí los quince años mi padre me envió a un instituto privado ya que estaba en esta misma ciudad a la que he vuelto "Karakura que hermosos y amargos recuerdos me traes".

Al principio Soifon y yo habíamos sido expulsadas de nuevo del colegio al que íbamos, siempre terminábamos masacrando a todos los chicos que trataban de pasarse de listo con nosotras, al igual que una que otra chica que temía que le bajáramos el novio, siempre terminábamos enviando al hospital al algún alumno y en el peor de los casos a un profesor, aunque siempre recibíamos castigos de los directores de los colegios. Nuestros padres nunca nos decían nadan, siempre trataban de que fuéramos más fuertes y nos ponían a pelear con bandas callejeras para que mejoráramos nuestras habilidades antes el peligro y pudiéramos pensar con claridad y dedujéramos con más facilidad el punto débil del enemigo

Y ahí fue que conocí a las peores personas que pude haberme encontrado a mi corta edad, aunque era mi primer año en el instituto fue en el único en el que fui aceptada bajo pena de muerte, de algunos profesores que ya conocían nuestra fama de otros colegios.

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-¡Rukia ya es hace tarde! - grito Ururu como todas las mañanas mientras papa entraba corriendo a la habitación para darnos los buenos días a Soifon y a mi ya que compartíamos habitación, la casa no era muy grande siguiendo la tradición Soifon lo recibió con una patada de remolino ya que no era lo de ella levantarse temprano debido a su colección de peli de artes marciales las cuales veía durante la noche.

-Kisuke, deja de despertar a las campeonas de esa forma tan desagradables a demás todavía tienen sueño puede seguir durmiendo. -Intervino mamá Yoruichi tan comprensiva como siempre.

-Esto mamá…- Ururu la interrumpió atrayendo la mirada de todos.

-¡Si Ururu!…- Contesto mamá mientras le dedicaba una sonrisa calidad.

-Ya son casi las siete, ya no les queda tiempo para desayunar llegaran tarde a su primer día de instituto…- Hablo tímidamente mostrando su reloj dejándonos a todos en shock mirando por la ventana el sol ya alto.

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Mientras en otra parte de la ciudad en una lujosa mansión se encontraba un peli naranja desayunando deliciosos manjares en la mesa con su familia.

-Ichi-nii cambia de semblante hoy es tu primer día en el instituto…- Hablo Karin molesta de ver la cara de funeral de su hermano mayor que torturaba su cereal.

EL mencionado frunció el ceño más de lo normal tomando un poco de jugo dejando su tazón de cereal.

-¡Así es! Hijo verlo como algo nuevo, harás nuevos amistades en esta ciudad…- Sonrió Masaki llevándose su taza de té a sus labios rojos.

-Mamá te agradezco tu buenas intenciones pero yo no me quería mudarme a esta ciudad, me justaba vivir en Tokio. Allá están mis amigos. Mi novia y mi vida, no esta ciudad. -Se quejo el chico mientras miraba su desayuno con poco apetito. Sin embargo la emocionada voz de su padre le obligo a verlo frunciendo el seño esperando el espectáculo que montaría en escena.

-Solo te guastaba vivir haya por todas las chicas que te hacían cola. Para tener una cita contigo, ¡pero no preocupes hijo aquí serás de igual de popular y esta vez aprovecha! y hazme abuelo no quiero llegar a viejo y no ver a mis nietos crecer. -Hacia una de sus típicas escenas Isshin Kurosaki con orgullo palpable.

-Cállate viejo estúpido…- Fue la única respuesta de Ichigo mientras le daba de lleno con el plato a su padre en la cara, ocasionándole una herida en la frente, se puso de pie haciendo a un lado la silla mirando a su padre con furia quien llorando a las piernas de su madre como si fuera un niño, cosa que terminaba por molestar mas al peli naranja.

-¿Onii-chan a dónde vas? aun no terminas tu desayuno…- Lo llamo Yuzu preocupada por lo poco que había comido su hermano.

-¡Tranquila Yuzu! Como algo en el camino además ya no soporto a este maniático que tengo por padre. Nos vemos a la tarde madre Karin Yuzu…- Se despidió con la mano desapareciendo en el umbral de la puerta. Minutos más tarde salió de la mansión y tomo aire, por lo menos algo bueno tenia aquella estúpida mudanza y era el aire puro que se podía respirar.

-¿Ichigo- sama quiere que lo lleve?...- Pregunto el chofer, mirando a su joven amo.

-No prefiero ir caminando quiero conocer un poco esta ciudad…- Contesto con simpleza alborotando su cabello con aburrimiento.

….

Desde uno de amplios ventanales de la mansión Masaki junto a su esposo contemplaban a su hijo alejarse.

-¿Querido crees que este bien en este lugar? –pregunto con preocupación y sin esperar respuesta de su amado continuo. - él no quería venir me siento mal al verle obligado. Se afligió Masaki mientras ponía su cara de preocupación.

Isshin comprendió la preocupación por su hijo, pero el confiaba que pronto se adaptaría a su nueva vida y así se lo dejaría saber a su esposa.

-Masaki el estará bien, recuerda que no hemos estado criando a un debilucho a él no le costara nada el es como le diría…Así el playboy de toda la secundaria y ha estado rodeado de muchas chicas incluso uno que otro chico y no dudo que en esta ciudad sea lo mismo. - Animo a su esposa Isshin mientras apretaba más su agarre en la cintura de la peli naranja.

-¡Si quizás tenga razón! después de todo mi hijo es muy guapo. – rio Masaki mirando como su esposo fruncía el ceño.

-¡Hey es nuestro hijo…! La cara de Isshin mostro un poco de enfado, muy leve.

-Claro que si querido nuestro… -Susurro Masaki acercando sus labios al rostro de su amando posando un besos en su mejilla.

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En el instituto público Karakura se encontraban llegando los alumnos de nuevo año y los otros años.

Una morena se acercaba con su hermana seriamente con una mirada que decía si me hablas date por muerto, uno que otro alumno las reconocía como las Shinigamis Urahara, ya que mataban con la mirada a todo que trataba de acercárseles y golpeaban a todos aquellos que las molestaran además de su habilidad única con la espada y como si eso fuera poco eran líderes del dojo de su madre Yoruichi con solo 15 años.

Un peli naranja mal humorado se acercaba con su seño fruncido atrayendo la mirada de todas las chicas que llegaban y siendo ignoradas por Ichigo...

Todos pasaron por la dirección buscando sus horarios y sección en donde estarían el año, al cabo de una hora del discurso de bienvenida, todos los alumnos nuevos se dirigieron a sus respectivas aulas. En el salón numero 2 de primer año de preparatoria entraban los alumnos con sus horarios de clases en mamo aparte de sus maletines.

Iban tomando asiento de uno en uno hasta llenar casi todos los pupitres.

La puerta de la entrada se deslizo dejando ver a la profesora encargada de darles la bienvenida a la clase.

-Buenos días al instituto privado Karakura, espero que se sientan feliz de dar este nuevo paso y que respeten todas las reglas y se unan a los diferentes clubs que les ofrecemos a todos los nuevos ingresados. Por los momentos comiencen sus presentaciones para que todos se conozcan y podamos formas los grupos con los que harán todas las actividades grupales de clases de este año…- Culmino la profesora dando un suspiro.

Una joven se levanto un poco nerviosa y se presento antes todos seguiros de otro y otra hasta que llego el turno de una peli naranja un poco más tímida que la primera.

-Mi nombre es Inoue Orihime un placer conocerlos a todos…- saludo la chica que al criterio de muchos de su compañero era la más hermosa.

-Mi nombre es Tatzuki Arisawua. -La chica se sentó ante la mirada atónica de todos ya que sabían que se trataba de una de las campeonas nacionales de secundarias más popular de las preparatorias.

Se levanto un chico el cual guardaba su celular en el bolsillo de su chaqueta

-Yo soy Kojima Mizuiro…- Se presento el chico quien sonrió y volvía a tomar asiento sacando de nuevo su celular.

Seguidamente igual de tímida que las demás y se presento una joven de bajita estatura.

-Mi nombre es Hinamori Momo es un placer conocerlos a todos espero que nos llevemos bien. -Los chicos al igual cuando se presento Inoue comenzaron a ver estrellitas alrededor de la chica que se sintió apenada por las miradas de sus ahora compañeros.

Ahora fue el turno de los chicos,

-Mi nombre es Sado Yosutora…- Se presento el moreno alto un poco serio y de corpulento cuerpo.

El siguiente que se levanto fue otro chico de lente y mirada fría...

-Mi nombre es Ishida Uriuu...-Se presento el chico quien se arreglo sus lentes con el dedo índice mientras miraba a todos los con atención.

El peli naranja se levanto con el seño fruncido ante la mirada de todas la chicas que mostraban corazones en los mojos menos Tatzuki que solo pensaba en como lo golpearía.

-Mi nombre es Kurosaki Ichigo…- Se presento el peli naranja ante los gritos de todas las chicas y una sonrisa de superioridad por parte de él.

El siguiente en levantarse fue un chico un poco irritante y de mirada alegre y gran sonrisa.

-MI NOMBRE ES KEIGO… -Grito el chico pero su presentación fue interrumpida por la puerta que se deslizaba dejando ver la cara de dos morenas del mismo tamaño de semblantes fríos y cara de cansancio se les notaba que habían corrido hasta el salón.

-Buenos días disculpen por la interrupción…- Se disculpo una de las morenas, de ojos de color indefinido ya que parecían ser violetas a la misma vez azules, los cuales dejo hechizados a la gran parte de chicos del aula.

-Pasen por favor y tomen asiento…- Dijo la profesora mientras se arreglaba sus lentes y miraba con mas determinación a las recién llegadas…

-¡Sí!...-Dijeron las dos al unisonó ignorando los susurros de los estudiantes... Quedando al lado de Ichigo una delante de la otra.

-Por favor preséntense a sus compañeros…- Pidió la profesora mientras miraba fijamente a las morenas.

-Mi nombre es Urahara Soifon…- Se presento una de las recién llegadas realizando una reverencia.

Los susurros comenzaron una vez más por todo el aula, comentarios de todos tipos los cuales no pasaron por desapercibidos por Ichigo.

-Ya veo así que a ellas las han escrito en este instituto…- Comento Mizuiro desviando la mirada de su celular.

-Son tan hermosas como lo decían… comento otra chica cerca del peli naranja con corazoncitos en los ojos.

-Mi nombre es Urahara Rukia…- Se presento la otra morena mientras mostraba una sonrisa falsa con un brillo misterioso, que ilumino el rostro del muchos chicos incluyendo al peli naranja.

-Si son las Shinigamis Urahara…- Comento Ishida mientras se acomodaba las gafas comentario que no paso por desapercibido a Ichigo que estaba atento a todos los comentarios que se hacían respecto a las recién llegadas.

-Bueno es hora que escojamos al delegado del salón por favor propónganse. -Volvió a intervenir la profesora al concluir con las presentaciones.

El primero en levantar la mano fue Ishida quien no dudo ni por un momento la segunda que levanta la mano fue Hinamori.

Se sometió a votaciones para seleccionar al delegado en el cual gano Ishida, por dos votos quedando Hinamori en segundo puesto siendo así la sud delegada.

-Bien una vez seleccionado los delegados de clase es hora de hacer los grupos por favor presten atención el primer el grupo será. La profesora tomo una hoja en donde estaban las personas que formarían los grupos.

-Suki Hao, Keiko Mizuki, Kojima Mizuiro, Miyaki Zusuki, Hinamori Momo y Keigo….

_NOOOO…Yo quería que me pusieran con la hermosa Rukia-chan… las lagrimas de Keigo no se hicieron esperar ante la risa de muchos chicos por la estupidez de este.

La nombrada le dirigió una mirada asesina dejándolo como roca.

-Disculpen pero ese es orden que hemos escogido el segundo grupo es: Urahara Rukia, Inoue Orihime, sado Yosutora, Ishida Oriuu, Kurosaki Ichigo y Naoko Ayanami. -Concluyo el segundo grupo la profesora.

-¡Disculpe profesora! Pero me opongo a pertenecer a este grupo si no está mi hermana…- hablo Rukia con vos fría al igual que su mirada que estremeció a la profesora frente a ella...

-Señorita Urahara, recuerde que en este momento su condición en este instituto no es muy estable y no se le olvide que ha sido aceptada usted y su hermana bajo vigilancia y porque necesitamos sus habilidades para los juegos intercolegiales, los cuales son de suma importancia ya que nuestro colegio no ganado ninguno desde que Tatzuki y ustedes las Urahara aparecieron en las competencias. - comunico la profesora algo perturbada por la mirada que le dijeron las jóvenes.

-¡Ha ya entiendo! por eso insistieron tanto para que entrara en este instituto…- Pensó en vos alta Tatzuki con un poco de flojera.

-A nosotras no, nos importa con qué intención nos aceptaron en este institución pero si Rukia y yo no estamos en el mismo grupo no, nos quedaremos mas en este lugar…- Se levantó de su asiento Soifon mientras tomaba su maletín y miraba desafiante a la profe profesora que se le lamentaba de haber estudiado educación, ser profesora de esos demonios…

-Señorita Urahara Soifon, este es mi aula de clases y aquí se hará lo que yo diga. Rugió la profesora mientras una clara Benita le hacía acto de presencia e la frente.

-Entonces lo sentimos…- Se disculpo Rukia poniéndose de pie dispuesta a seguir a su hermana fuera del aula.

-¿A donde van?...- Pregunto la profesora un poco irritada por las insoportables chicas si fuera sabido que le tocaría dar clase a ellas con anticipación hubiera renunciado. Estaba más que segura, aun recordaba los rumores de sus antiguos profesores.

-No es obvio, nos vamos a nosotras no, nos gusta estar separadas en grupos diferentes. -Explico Soifon mientras abría la puerta. La verdad era que ella no les gustaba competir tambien en clases por ello todo lo hacían juntas.

-¡Entiendo! señoritas tomen asiento, señorita Naoko usted quedara en el tercer grupo. La profesora se dio por vencida ya el director le había advertido que pasaría si las morenas no se quedaban en el instituto. – la profesora maldijo por debajo al acceder a las Urahara estaba dejando en claro quién sería que dominaría sus clases a partir de ese momento.

Todos se quedaron sorprendidos por la autoridad que ejercían las morenas. Las horas pasaron de la mañana dando paso a la hora del descanso, todos salieron.

Las hermanas Urahara salieron del aula seguidas por la mirada de varios chicos.

-No hay duda son ella las princesas Shinigamis…- Confirmo Ishida mientras se ajustaba los lentes... recordando todas las confrontaciones que habían tenido los profesores cuando intentaron separarlas.

Minutos después entro Keigo gritando como loco ante la mirada de fastidio de tocos que lo prefirieron ignorar.

-Oigan todos las Uraharas están retando a todos los miembros del clubs de kendo y karate al mismo tiempo…-las palabras del moreno solo provocó una estampida de chicos que lo dejaron como calcomanía en el piso.

Continuara…

N/A:

Hola a todos. Se que no tengo perdón por pasar tantos años sin publicar nada sobre esta historia… pero recuerdo que una vez les dije que no abandonaría ninguna de mis historia… y aquí estoy cumpliendo con mi promesa… le agradezco a todas esas hermosas personas que se tomen su tiempo para volver a leer esta historia… muchos besos y feliz navidad.

Yuuki Kuchiki