SUMMARY: La vida está llena de momentos especiales, ya sean dulces, amargos, felices o tristes. Eso es lo que la hace tan especial. [Fic para el mini reto: Semana INTENSA del foro ¡Siéntate!]

DISCLAIMER: Los personajes de InuYasha y Co. no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. La historia es propiedad mía y está hecha sin fines de lucro, sólo con el fin de entretener y despejar la mente, aprovechando de endeudarse en las actividades del sexy foro~


Las observaba detenidamente, mientras jugaban con Shippō y uno de sus nuevos trucos, aprendidos recientemente en sus viajes. Se concentró, frunciendo el ceño y poniendo cada uno de sus sentidos en alerta, viendo como una de las pequeñas trataba de saltar para alcanzar el juguete que el zorrito había hecho volar sobre sus cabezas.

— ¡Vaya! ¿Desde cuándo Mao puede hacer eso?

I
Indistinguibles

Bufó al escuchar a Kohaku admirar a una de las gemelas, ¿cómo podían saber quién era quién? Volvió a olfatear, arrugando la nariz un poco molesto. Sí, tenían una pequeña diferencia en su aroma pero era tan mínima que le resultaba poco significativa y seguía confundiéndolas. Al nacer, una había sido más pequeña, pero no tardó en crecer y al poco tiempo eran dos gotas de agua.

— ¿Qué te pasa? — La pregunta de Miroku lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo dar un respingo.

— No es nada.

De pronto, las pequeñas comenzaron a correr por la sala, llegando hasta él y saltándole encima, agarrándole el pelo y las orejas y tirando, mientras reían alegres.

— Mocosas, ya déjenme tranquilo.

— Nah, nah — exclamaron las dos en respuesta, siguiendo con su juego.

— ¿Pueden controlar a sus criaturas? — Les espetó a los padres de las pequeñas, Sango le dirigió una mirada confundida mientras se acomodaba en su lugar y Miroku le sonrió, divertido. — No te rías.

— No seas rezongón, las pequeñas te adoran, InuYasha.

— I-nu…

— Ya-sha.

La sala quedó en silencio en cuanto la dulce y aguda voz de las niñas pronunció el nombre por separado, todos las quedaron observando sin emitir sonido y hasta aguantando la respiración. Las gemelas apenas estaban empezando a hablar y sólo soltaban monosílabos juntos, ninguna palabra que fuese más compleja que "mama" o "papa", o el típico "nah" que solían responderle a él – y que habían aprendido de su propia boca – así que, frente a eso, era una sorpresa que dijeran su nombre.

— ¡Inu!

— ¡Yasha!

Esta vez lo dijeron con más ganas, mirándolo expectantes, como si quisieran que él les respondiera algo. "Carajo, hasta su voz es idéntica" pensó, agarrando a cada una en un brazo y levantándolas, ante la mirada de todos.

— Enanas — masculló, aunque no pudo evitar esbozar una sonrisa, feliz.

Sí, no podía diferenciarlas mucho, pero de a poco aprendería a hacerlo. Ahora, por lo menos, sabía que Mao era la primera en agarrar sus orejas y Mei pronunciaba con mucha gracia la segunda parte de su nombre.

Se echó a cada una en un hombro y les hizo gestos a sus amigos, indicándoles que las llevaría a dar un paseo. Aunque fuesen un dolor de cabeza, esas dos criaturas tan pequeñas y a la vez tan llenas de vida, se habían ganado su corazón de una forma tan indistinguible como lo eran ellas mismas.


Palabras: 463.


Bien, como ya dije: no pude resistirme a la tentación. Así que aquí les dejo el primero de estos siete drabbles que iré subiendo esta semana. No tendrán relación entre sí, son escenas al azar. Espero que les guste, sus palabras son bienvenidas.

Espero leernos pronto, hasta mañana con el siguiente drabble. Besos, ¡los quiero!

Yumi~