Reglas

Seguir las reglas era sencillo, bastaba con conocerlas y aplicarlas, y si estas llegaban a contradecirse, siempre quedaba la opción de aplicarlas a tu favor. Sí... bastante cómodo.

Pero por alguna razón, Black Star no estaba de acuerdo con esa sencilla actividad. ¡Ah, no!, él deseaba ser mejor que los dioses y terminaba por causar toda clase de alboroto con tal de llamar la atención de sus compañeros...

—¡ Black Star! —gritó Maka, en contra de su razón de dejarlo allí arriba —¡Baja de esa columna, no tenemos tiempo que perder!

—¡Pero que dices! No puedes ordenar a un dios como yo lo que tiene que hacer—respondió Black Star y seguida su estruendosa risa resonó por todo el museo.

—Te digo que bajes, tú… imbécil ¿Acaso quieres que nos saquen del museo?

—Yo no soy ningún imbécil, ¡debilucha! Si tanto te crees para llamarme así, ven aquí y dimelo de frente.

—Hijo de… —Maka empuño su mano y golpeo la columna. Había sido impulsiva, había olvidado donde estaban… pero eso sí, ella iba a cobrarle todas a Black Star mientras le causaba tal presión con el cuello de su ropa que este se tornaba morado.

La muchedumbre no tardó en reunirse alrededor de ellos y los pobres de Soul y Tsubaki solo contemplaban con un aire penoso el espectáculo de sus portadores.

—¡Hey, ustedes dos! —Maka dejó de zangolotear a su compañero para atender al vigilante del museo —no se permite tocar y mucho menos golpear los objetos de este museo, les pediré que se retiren por incumplimiento de las reglas.

—¡Qué! —Maka se azoro y soltó a Black Star, nunca en su vida había roto una regla tan simple como esa, pero estaba segura de que se las cobraría, tarde o temprano pero lo haría