Ser Cool
Maka-chap, Maka-chap, Maka-chap, ...¡Maka-chap!
—Esa mujer era una salvaje, tanto golpe le habría reacomodado las ideas para creerla una buena compañera, sí... de otra forma no encontraba el cómo había terminado al lado de semejante chica siendo el tan cool.
—¡Soul! —la rubia entro de golpe a la habitación de Soul llena de harina, con un par de ojeras, despeinada y portando una piyama holgada.
—Además de todo, fea. ¡Los demonios debían haberlo castigado al destinarlo a semejante portadora de armas! —pensaba Soul.
De pronto reparó en la sonrisa de ella y su calidez le invadió por completo, «ella no va a dominarme con una sonrisa, pensó para si» y tratando de esquivar aquella sonrisa, bajo la mirada y se topó con un delicioso pastel de fresas.
—¡Feliz cumpleaños, Soul! —pronunció Maka y Soul esta vez no pudo evitar el sonrojo. Le avergonzaba haber pensado todo aquello de Maka, solo hablaba por el dolor que le propinaban sus golpes y no por todo lo que valía su compañera.
—Gracias, pero si sigues desvelándote dejaras de ser Cool.
