Disclaimer: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling y de Warner Bros. No son míos. Simplemente los uso sin fines de lucro. Este fanfic tampoco me pertence sino que es autoría de cosmopolitan. Yo solo lo he traducido del inglés al español. Gracias.

Resumen: -¿No crees que ha llegado el momento que nos comprometamos?-soltó, de corrido, cerrando los ojos. No fue hasta que oyó a James respirar aceleradamente y soltar su taza hasta caer al suelo, que se aventuró a abrir los ojos y verlo-¿Dije algo malo, cariño?

Nota de la Autora Original:Reto:: Este fanfic está basado en el famoso show de televisión"8 Simple Rules to Dating my Teenage Daughter"( "8 Reglas Simples para conseguirle una cita a mi hija adolescente")

Ocho pasos para obtener el anillo

Regla número uno: Enfoca tu deseo por el anillo.

-Maldita sea-exclamó James-Star Etcher se casará-chilló con algo de estridencia, por lo que atrapó a Lily desprevenida y a esta se le cayó su croissant de chocolate.

-¿Quién?-preguntó estupefacta en vez de reprimirlo por andar chillando tan escandalosamente a esas horas tempranas de la mañana.

James la miró, sorprendido y luego puso los ojos en blanco, como si hubiera hecho la pregunta más idiota del mundo.

-Star Etcher, una de las mujeres más influyentes del Mundo Mágico-explicó con los ojos muy abiertos-Está dentro de la socialité de mujeres adineradas y de sangre pura.

-Bueno, siento no estar al tanto de lo que sale en esa basura de "Corazón de Bruja"-señaló, desdeñosamente. Esa revista era para mujeres, con babosadas sobre el maquillaje, galanes del momento y estúpidos test, pero había secciones sobre eventos y hechos de la sociedad mágica en general, por lo que los hombres, y no podía creer que su novio, tan banal como Sirius Black, leyeran aquella basura.

-No me importa que no te guste, pero debemos estar informados de lo que ocurre en nuestra comunidad, Lily-dijo con incredulidad-¿Acaso no estás orgullosa de tu informado novio?-preguntó, arrogante.

-Te pones como mariposón cuando lees esto-inquirió volviendo a su desayuno y a su diario muggle-James..-lo llamó, segundos después, a la vez que admiraba un anuncio de ofertas de electrodomésticos para recién casados

-¿Qué?

-¿No crees que ha llegado el momento que nos comprometamos?-soltó, de corrido, cerrando los ojos. No fue hasta que oyó a James respirar aceleradante y soltar su taza hasta caer al suelo, que se aventuró a abrir los ojos y verlo-¿Dije algo malo, cariño?

James negó, rojo como un tomate y comenzó a toser compulsivamente, como si en sus pulmones falta oxígeno estaba ahogándose, pero Lily no atinó a hacer nada más que quedarse estática en su lugar , con la mirada gacha. Se sentía algo idiota por haberle propuesto eso, pero hacía tiempo que lo venía considerando.

-¿Quieres..quieres..casarte?-exclamó, entre toses, luchando por respirar, aunque le era sumamente difícil. Esa pregunta que le había hecho su novia había sido la más conmocionante pregunta que había recibido en su vida.

-Bueno..no puedo dejar que esa tal Star Etcher que tanto admiras se case antes que yo ¿No?-soltó, sonriendo con camaradería, pero James la miraba serio.
-Cariño, no sé si te has dado cuenta, pero no estamos en esa etapa de nuestra relación todavía-explicó con su color natural en el rostro y la vos más calma.

-¿Tú..me..amas?-preguntó, vacilante. Las palabras de James le habían resultado rígidas e ilógicas, por lo que le salió lo primero que le vino a la mente.

-¡Vamos, Lily!-exclamó, algo alterado-Tenemos un trato con respecto a esas palabras. Son especiales, no puedes decirlas todo el tiempo..Solo salen cuando estamos juntos, solos, intimando..y..

-¿Trato?-inquirió, levantando una ceja-¿Llamas trato al decirnos lo mucho que nos amamos solo cuando tenemos sexo?-preguntó, picada-¿Pues saber qué? Puedes meterte ese "trato" en el..-James le tapó la boca con una mano-¡No me gusta más ese trato!

Se soltó, con los ojos brillándole de furia y tomó su café con parsimonia, dándole tiempo a su estúpido novio de reflexionar sobre las respuestas iditas que siempre decía sin pensar.

-Lily, vamos..-pidió, tomando una mano de ella pero esta la corrió-Nena, solo hemos estado juntos en un par de ocasiones, a eso no se le puede llamar vivir juntos. Además, he oído cosas sobre el matrimonio..y.. no estoy preparado. ¿Qué haré cuando tengas una pasadilla?¿Y si ronco demasiado? ¡Lily esas son cosas para las que debemos estar preparados!

-¿Estás bromeando, verdad?-preguntó, entre dientes. Su novio la estaba sacando de quicio como nunca antes lo había hecho ¡era un inmaduro al cien por ciento!-James Potter, pasamos juntos casi todas las noches de la semana..No un par de veces, como dices. Casi todo tu closet se encuentra en mi departamento..¿De verdad estás diciéndome eso del ronquido y las pesadillas?

-Lily, Lily..esos..son..pequeños detalles técnicos-replicó, sonriendo angelicalmente, pero luego se borró esa sonrisa al ver su rostro enrojecido por la rabia-No vivimos juntos, en realidad.

Lily le miró amenazantemente.

-Vete al infierno, capullo-increpó tomando su taza de café y largándosela.

James gimió por el calor del liquido pero con un movimiento de varita se limpió. Estaba acostumbrado a los arranques violentos de su impetuosa novia, por lo que no era nada del otro mundo ese café volcado sobre sí mismo.

-Lily, linda..-pidió arrimándose para besarla, pero ella se puso de pie y lo miró, con algo de odio y de dolor que James no pudo ver-No te vayas así..Además..No me puedo ir al infierno ..sino.¿Qué sería de ti, sin mi, Lily?-preguntó jocosamente, tragando de parecer gracioso, pero ella chilló con los puños apretados.

-Estaría casada, idiota-masculló mosqueada. Tomó su croissant, su periódico y se alejó, para no seguir peleando con aquel insensible.

Regla número dos: ¡Embrujando al imbécil! ¡Y qué imbécil!

-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó ella, alzando una ceja y con tono inquisidor. Odiaba pelearse con el cabeza dura de James Potter, pero a veces la sacaba tanto de quicio que le salía la leona dolida y altiva de adentro. Además, si quería reconciliarse no se la haría fácil.

-Vengo a hacerte un favorcito, linda-contestó con una sonrisa burlesca, pasando un brazo alrededor de sus hombros, apoyado cómodamente en el doble sofá de la sala. Lily le miró como una fiera y se alejó un poco, recomponiéndose-Lo siento –se disculpó al ver que no venía la cosa en plano de amigos y bromas. Se acostó en el sofá bruscamente haciendo a ella respingar-Quiero que olvidemos el percance de esta mañana, nena-dijo despreocupadamente encendiendo el TV.

Ella rodó los ojos, tomó el control remoto de la mesa ratona y lo apagó, irritada. ¿Nena? ¡Así llamaban a sus novias los típicos muggles que se sentaban a ver partidos de béisbol o soccer y bebían cerveza!

-¡Eyy! Ese era un buen partido de soccer. Polonia contra Alemania, grandes rivales desde aquella final en la Copa del Mundo..la más larga desde..-Por un segundo Lily lo dejó de escuchar, para focalizar ese pensamiento que recién había tenido sobre los muggles hombres buenos para nada, solo faltaba que le pidiese..

-¿Sabes..? Un poco de cerveza de manteca no me vendría mal, nena-pidió acariciando su brazo.

Cerró los ojos con fuerza, conteniéndose de sobre manera para no matar a aquel maldito patán, pero ser tan bastardo.

-¡Maldito pendejo engreído!-explotó soltándose de la caricia de James, haciendo sorprender a este-Tú, maldito egocéntrico..¿Qué te hace pensar que te perdonaré después de la mierda de esta mañana?¿Qué demonios te hace pensar que te quiero aquí, fastidiándome? ¡Eres insoportable!

-Wow! ¿En serio estás enojada?-preguntó entre burlesco e incrédulo, lo que hizo enojar más a la pelirroja.-¿Vas a golpearme?-bromeó, cubriéndose con los brazos.

-James, detente-pidió harta de que no la tome nunca en serio.-Siempre empiezas a bromear, a ponerte pesado cuando esquivas un tema..Te conozco lo suficiente..¿Pero adivina qué?-preguntó, decididamente-Hablaremos ahora o nunca.

-¿A qué te refieres con nunca?-preguntó con un guiño coqueto y haciendo como si su corazón se le fuera a salir del pecho de la emoción ante lo que eso podía significar.

Lo último que James Potter oyó de Lily Evans fue el hechizo que lo convirtió en canario provisoriamente antes de que ella lo echara de su departamento.

Merlín, gracias que no vivo en un edificio muggle.pensó Lily mientras veía como James miraba para su ventana, desde la acera de la calle de abajo, confundido y algo enojado. Suspiró y se dirigió a su cuarto para comenzar a empacar.

Regla número tres : No tengas miedo de disfrutar de tu autocompasión.

-Buenas, buenas..-saludó Alice entrando en el cuarto de la pelirroja. Levantó una ceja al hallar un bolso sobre la cama y varias cajas embaladas.

-Estoy ocupada en este momento, por si no lo habáis notado-contestó Lily si siquiera voltearse, concentrada cerrando una caja con cinta transparente. Alice quiso decir algo pero se calló al ver que Lily fue hacia el clóset y sacó más ropa de hombre, aparentemente de James, para meter en otra caja.

-Oh, no-musitó Alice sonriendo ligeramente y yendo hacia su amiga-Estás muy equivocada si crees que te dejaré en piloto automático, cebada de rabia. ¡Es que te echan un fósforo y te prendes fuego, mujer! Estás tal cual como me dijeron: rematadamente chiflada

-Solo déjame chiflada como estoy, Alice-le dijo duramente y con una mirada de soslayo. ¡Claro! Como Alice estaba ya casada desde hacía poco y con su flamante buen esposo Frank, el cual era atento, tierno y considerado, no tenía drama alguno en su vida de telenovela y se venía a meter a la suya, que era de miseria y perdición.

Alice rodó los ojos y entró en el armario después que Lily, y tomó la punta de una camisa que la pelirroja en ese momento había sujetado para arrojar.

-¿Qué crees que haces?-inquirió Lily volteando al ver a Alice sacarle la prenda de las manos.

-Lily, mírate-ordenó la chica dejando la prenda caer dentro del clóset.-Esto es patético-opinó con una mano en el hombro de la pelirroja-No puedes seguir como si no hubiera pasado nada, como si no te afectara. Quieres al sujeto, acéptalo-terció con preocupación y Lily miró hacia otro lado. Era verdad lo que su amiga decía.-A pesar que sea un estúpido a veces, lo quieres y es un hecho que no puedes cambiar.-Lily la miró a los ojos y salió del clóset para sentarse lánguidamente en su cama-Siempre quieres ignorar las cosas y no enfrentarlas, pero esta vez no puedes. Te guardas todo como si no pasara nada y de pronto, estallas-hizo un ademán con las manos como si fuese una bomba-Y no quiero estar cuando eso ocurra.

-¿Cuál es el punto?-inquirió Lily, con los hombros en alto, como si no hubiese entendido nada de lo dicho por Alice.

-Eres una cabeza dura, amiga-negó Alice con la cabeza-Ahora vamos, he traído películas románticas y toneladas de comida chatarra para autocompadecernos-Lily sonrió, irónica, pensando de qué podría autocompadecerte su amiga con su perfecta vida.

Pero tan pronto como Alice sonrió y la tomó de la mano para ir a ver "Casablanca" o "Lo que el viento se llevó" para comenzar la autocompasión y el llanto, Lily no la siguió, sino que se quedó sentada en la cama, estáticamente.

-No puedo-susurró Lily respondiendo a la pregunta que Alice no hizo, sino que se acercó y se arrodilló frente a su amiga.

-Solo tienes que relajarte, pasarla bien. Deja de llorar y autocompadecerte con películas donde el hombre es un bastardo, o donde la mujer lo es-aconsejó Alice con una sonrisa convincente-Debes olvidar todo este asunto por unas cuantas horas y comer comida chatarra, reír un poco y putear al día siguiente por que comiste demasiado y luces como una vaca-Lily hizo un amago de sonrisa-Es lo que necesitas para enfrentar esta mierda de situación y continuar con tu vida.

-Yo nunca soy así, Alice-observó con el cejo fruncido-Nunca lo he sido, y no quiero serlo. Nunca enfrento las cosas.

-Lily, tienes que hacer algo o morir en el intento. Antes de arrojar todas las cosas de él y fingir como que no ocurrió nada, debes hacer un "parate" y reírte de la situación, para poder seguir con tu vida.

Lily asintió en silencio y se dejó llevar hacia la sala en donde "Charlie y la Fábrica de Chocolate" estaba puesta. Los "umpa-lumpas" le causaron la primera risa del día y el helado de chocolate ayudó a ello.

Regla número cuatro: Enséñale a él como debería ser una relación liberal: "sin compromiso".

Sintió un sonoro "crack", señal de que alguien estaba apareciéndose en la sala de su casa, y sintió pánico al estar sola y ser las dos de la mañana.

Se puso una bata, tomó la varita y quiso salir de su cuarto cuando tropezó con una caja llena de cosas que iba a tirar, produciendo algo de ruido.

Cuando llegó a la sala y encontró a su amigo comiendo algo de papas fritas, resto de lo que había comido junto a su amiga Alice, suspiró, tranquila.

-Maldita sea, Sirius-exclamó con los brazos cruzados, acercándose al chico que sonrió con malicia-¿No pues aparecerte en la puerta y llamar como una persona normal?

-¿Qué habría de divertido en eso, linda?-preguntó burlonamente y dejó la bolsa de papas fritas sobre la mesa

-Eres un idiota-masculló más relajada ante la risa burlesca del chico.

-Y tú un amor, Evans-respondió con rapidez y se sentó, con las pierdas sobre una pequeña mesa, como si fuese su casa. De hecho, era su segunda casa, después de su apartamento-¿Qué es esto?-preguntó, confundido, al ver algunas cajas embaladas junto a los sillones-¿Te estás mudando?

Lily, rígida ante la pregunta del moreno, bajó la mirada, no sabiendo qué decir. Al momento que vio en su sala a Sirius Black, rogó por que no se diera cuenta de las cajas y no le preguntara nada.

-Estoy haciendo una limpieza de verano-mintió descaradamente, aunque su voz estaba temblando.

-Estamos en invierno.

Lily suspiró pesadamente y se apoyó con una mano en la parte superior de una silla. No podía seguir engañando a Sirius.

-Después de la charla que tuve con James, pasaron algunas cosas-explicó con el cejo fruncido-Él seguro que ya te contó.

-Sí, pero escucha..

-No-le detuvo rápidamente antes que Sirius dijera algo más. Era difícil tener al mejor amigo de su ex novio allí y sabiendo que lo había visto, quizás le dijera algo que la hiciera duda y arrepentirse de lo hecho. No podía dejarse derrumbar con tanta facilidad, debía seguir con su vida, progresar.-Entendí que quiere ser libre y está bien.-explicó, sintiéndose falsa, pues en su interior no podía entenderlo. Incluso no le parecía bien, por que James Potter había sido suyo y no era una persona libre. Era de ella.-Solo hazme un favor y llévale estas cosas¿Puedes?

-Lily..

-Sirius, no, por favor. No puedo seguir colgada de esto. Quiero hacer un borrón y cuenta nueva y así, seguir con mi vida.

-James te quiere, Lily.

-No basta con que lo diga solo en la cama, Sirius-objetó con una sonrisa amarga, como si James solo se lo dijera cuando estaban intimando.

-Sé que James nunca fue precisamente romántico-terció con timidez, pues no era justificación suficiente para la falta de atención de su amigo para con su novia, la cual era merecedora de varias demostraciones de afecto.

-No es eso.-dijo moviendo la cabeza en señal de negación-No quiero que me dedique serenatas que derramen miel, ni quiero que me escriba poemas, solo quiero que me diga que me quiere al menos una vez, y que no sea después de hacer el amor-terció, frustrada-No quiero alguien empalagoso que se me pegue todo el día como una goma de mascar, quiero alguien considerado y que sepa lo que quiere.

-James te quiere, está seguro de ello.

-Pero no está seguro de qué quiere conmigo, Sirius. Y a mí no me basta con el presente, quiero saber qué pasará mañana, aunque sea algo malo.

-Tiene sus defectos, lo sé, pero te necesita-soltó Sirius con seguridad.

-Sí, pero no puedo soportar que luego de siete años juntos, no sepa que quiere hacer. Es un defecto demasiado importante, Sirius-observó con una mueca amarga en los labios.-No me di cuenta hasta hace poco, por que en realidad nunca me preocupó que pasaría con nosotros, pero ahora me doy cuenta que no quiere casarse, y nunca lo hará ¿ O no?

Sirius miró hacia un lado, y esa fue toda la respuesta que Lily necesitó para soltar una risa incrédula. Hasta su amigo se daba cuenta que James Potter no quería atarse a nadie y aún así, venía a persuadirla para que volviera con él.

-¿Le puedes dar estas cosas? Necesitará su ropa tarde o temprano.

-Sí, claro-asintió Sirius con una sonrisa vacilante. Su amiga estaba destrozada, pero dentro de su tristeza, tenía razón y sabía qué quería. Contrario a James, que había sido indeciso e infantil.

Tras saludarla con un abrazo fraternal, achicó las cajas para que entraran en el bolsillo de su túnica y desapareció.

Regla número cinco: Sigue adelante. Si él no puede apreciarte, hay miles de hombres que sí pueden.

-Ey, Lily-llamó una voz familiar de un hombre que se sentó frente a ella, la cual estaba en una mesa apartada del pub.

-¿Dylan?-preguntó, sorprendida.-¿Cómo estás?-preguntó al chico que había sido su novio tiempo atrás. Estaba más apuesto de lo que recordaba.

-Muy bien. ¿Tú?

-Grandioso-respondió parte en broma, parte de verdad, pues estaba dividida entre dos situaciones: la de seguir con su vida, la cual estaba contenta y decidida a realizar, y la de estar triste por su ruptura con James, que le costaba y la de la cual vacilaba.-Te he extrañado-confesó, sonriendo. Dylan había sido muy bueno con ella y habían acabado amistosamente. De hecho, habían terminado por que él se había mudado a Australia.

Dylan la besó en la mejilla y Lily lo abrazó, sintiéndose protegida en los brazos de alguien con el que había pasado buenos momentos.

-Siempre vienes al mismo lugar, Lily-observó el chico admirando con curiosidad "Las Tres Escobas", la cual estaba igual que hacía unos años-Hay algunas cosas que nunca cambian-dijo, refiriéndose a el lugar y a ella.

Lily rió.

-Aquí todavía hacen el mejor destornillador que he probado en mi vida-soltó Lily-¿Qué puedo decir? Siento debilidad por ese trago en especial.

-No quiere decir que seas alcohólica o algo así-rió el chico, tomando la mano de ella, la cual sintió algo extraño en su interior, pues el único que le había tomado la mano en los últimos meses había sido James.

-Es la única compañía que tengo ahora-observó Lily elevando el trago y llevándoselo a los labios con un guiño de ojo.

-¿Qué pasó con él?-preguntó Dylan soltando una risa, asombrado.

-¿Perdón?-preguntó Lily con una leve tos, dado que se había atragantado con la bebida.

-Vamos, Lily. Te conozco-inquirió con un dedo en la barbilla de ella, para que lo viera a los ojos-Antes de salir, fuimos muy buenos amigos. Sé que no bebes nunca sola.

-James-admitió ella, fácilmente.

-Vaya-se sorprendió el chico, con los ojos bien abiertos-Pensé que habían terminado, o eso me dijiste cuando comenzamos a salir.

-Sí, pero volvimos-contestó, recordando como había salido con Dylan para olvidar a James, o al menos tratar. Habían sido los mejores ocho meses de su vida, incluso había querido mucho al chico que estaba frente a ella, pero nunca amado como a James.-Volvimos cuando te fuiste a Australia.

-Qué pena.

-Sí, supongo-dijo con una cabeceada leve. Quizás había sido una maldición, volver con ese sujeto y tener una relación de años, enfermiza y que no la llevaría a nada más que estar en un círculo vicioso, pero habían tenido sus buenos momentos y había sido también una clase de bendición.

-Pero han terminado ahora ¿No?-preguntó, esperanzado-¿No hay nada entre ustedes?

-No, hace una semana y media.-contestó con un suspiro, mientras jugaba con el trago que tenía entre sus manos.

-¿Cómo acabó todo?

-No quiere comprometerse, no quiere casarse y después de siete años de una relación de ida y vuelta, terminó para siempre-contestó apesumbrada y se llevó el destornillador a su boca para beberlo de un solo trago. Hizo una mueca, dando a entender que el trago era muy fuerte y se secó los labios con el dorso de la mano

-Siento mucho eso-musitó colocando una mano entre las de Lily, por sobre la mesa, condescendientemente.

-No, no estoy arrepentida, solo un poco herida-admitió con una sonrisa triste y apretó las manos de su amigo con fuerza, apreciando el gesto-Debo irme. Tengo que ayudar a mi amiga Alice con los preparativos de su aniversario con Frank.

-Oye.. ¿Por qué no nos vemos mañana en el Café Amour?Luego vamos por la comida italiana que tanto te gusta, y así puedes contarme lo idiota que es ese sujeto-propuso con un guiño juguetón y bromista, que quiso animarla, pero no pudo.

-Es bueno ponerse al día con un viejo amigo, Dylan-opinó con el abrigo en sus brazos y su bolso colgando de un hombro-Nos vemos en la puerta de aquí a las siete-dijo y lo saludó con un abrazo corto.

-Aquí estaré-exclamó haciendo que ella asintiera, no muy convencida de la cita que había concretado.

Regla número seis: No te dejes llevar por chucherías. Son inútiles al fin y al cabo.

-Señorita Evans-llamó la secretaria de Lily, entrando a su oficina en el Cuartel General de Aurors.

-¿Sí, Jacqueline?-preguntó Lily pasando una mano a través de su cabello. Estaba cansada y debía revisar varias hijas de reportes de muertes aún.

-Esto llegó para usted hoy -dijo admirando lo que traía en manos. Sonrió levemente y lo dejó sobre el escritorio de su jefa. Lily dejó la pluma en el aire y se acercó al arreglo floral de tulipanes blancos, curiosa. Luego vio a través de la puerta, hacia el pasillo, donde seis arreglos más descansaban sobre el suelo-Son hermosos¿verdad?-preguntó su secretaria, enternecida.

Lily, algo nerviosa por que nunca había recibido tan impresionante gesto de parte de alguien, se acercó al pasillo y tomó, de uno de los arreglos, una nota doblada con prolijidad. Una inmensa euforia la invadió, pensando que Dylan quizás había sido el atento, pero esta se esfumó rápidamente al leer la nota.

Lo siento, acéptame de vuelta.

Te necesito, haré lo que quieras.

Lo que sea.

J.

La ausencia de dos palabras muy importantes en la carta, no hizo más que confirmar lo que sentía James por ella y que solo podía decirle mientras hacían el amor, en el cuarto, en la cama, en la oscuridad.

Dio un fuerte suspiro y volteó a ver a su secretaria, que la miraba curiosa.

-Envíalas de vuelta, Jacqueline.

-Oh, pero son tan..-Lily la cortó, elevando una mano en el aire.

-Inútiles, envíalas de regreso, por favor.

Regla número siete: Asegúrate que él sepa que estás continuando con tu vida. El karma es, después de todo, una mierda.

Un leve "Plop" la hizo tomar su varita de su tocador, en el cual se estaba retocando el cabello para salir, y al ver que era James, la dejó de nuevo y alzó una ceja, sorprendida.

-¡Me devolviste las flores!-masculló, ofendido. Caminó hacia donde estaba Lily, frente a un espejo redondo y la encaró, tomándola del brazo con autoridad.

-Oh, no seas tan petulante, James-pidió soltándose con rapidez y rodando los ojos.-Además, parece como si estuvieras sorprendido.-acotó, sin mirarlo si quiera y continuando con su labor de retocarse el cabello. James estaba incrédulo y se comenzaba a enojar.-Las envíe de vuelta hace horas.

-Yo te hacía con las flores aquí, Lily-exclamó, confundido. Nunca antes Lily lo había ignorado de aquella forma. Era como si ella pudiera seguir adelante sin él.-Estuve todo el día en una redada, en el campo y cuando llegué a el departamento de Sirius, me encontré con las flores.

-Ajá.

Lily estaba sumida en su cabello, no sabiendo si tomarlo o dejarlo caer, lisamente.

-¿Es todo lo que tienes que decirme?-preguntó, picado.-Espera un momento..¿Adonde vas así vestida?-agregó, al verla con un vestido a media pierna, que dejaba mucho a la libertad de imaginación.

-No te importa.

-¿Qué no me importa, dices?-farfulló, increyente. Su indignación crecía en cada palabra que pronunciaba. ¿Cómo podía ser que Lily siguiera como si nada?

-Tengo una cita, esta noche.

La mandíbula del chico cayó unos instantes después de escuchar la declaración de la chica, anonadado. ¿Una cita? ¿Lily tenía una cita? No podía ser.

¡Era el colmo del colmo! Él estaba como si el Innombrable hubiera destruido todo el Mundo Mágico, y todo estuviera perdido y ella, solo tenía una cita. Ajena del caos a su alrededor.

Lily se mostraba segura, decidida se sí misma. Ignoraba a James, o eso fingía, por que por el reflejo del espejo veía con claridad y cierto remordimiento como el chico bajaba la mirada, celoso y se maldecía entre susurros.

Quiso dar un salto de victoria al notar que James fruncía el cejo, acentuadamente, al pensar con quién tendría la cita.

Se veía tentadoramente atractivo, así de celoso y picado, pero se contuvo de decir o hacer algo a pesar de la recurrente fantasía que tenía de ellos dos, en la cama, besándose, desde la gran pelea. Lo extrañaba, pero no podía permitirse el lujo de volver a lo mismo de siempre.

Ella se irguió en toda su altura y continuó alisando su cabello con la varita. No podía dejarse caer ante James, que le había hecho daño.

-¿Y quién es el afortunado?-inquirió, irónico.

-Dylan-contestó con rapidez, maquillando sus pómulos-Era amigo de la infancia ¿recuerdas?-preguntó, sonriendo con cierta burla, a sabiendas del odio que tenía James por Dylan, aunque se sintiera cruel por hacerlo, quiso demostrarle que podía seguir con él. No lo necesitaba.

-¿Dylan Seater?-preguntó, y Lily asintió-El tipejo con el que estuviste mientras nos tomamos un tiempo.-Se recordó que ese "tiempo" había sido de varios meses, horripilantes, al extrañar mucho a Lily y sabiendo que ella estaba bien con ese sujeto. Lo odiaba, no por andar con Lily solamente, sino por que ella lo había querido de verdad.

Y quién sabe,más que a él.

Estaba pálido como un papel y Lily esbozó una sonrisa socarrona. Adoraba verlo tan celosos, al punto de explotar, pero que se jodiera por lento.

-Ese mismo-contestó mirando el reflejo de James, por el espejo.

-No irás a ningún lado. No te dejaré.-masculló James, iracundo. Su cejo se fruncía pronunciadamente y Lily quiso reír, pero se contuvo.-Y menos vistiendo como vistes. ¡Estás casi desnuda!

Lily no supo si sonrojarse por lo atrevido que había sido, al decir aquello y casi expresarle con la mirada que la hubiera tomado allí mismo para hacerle el amor, o pegarle una bofetada. Y conociendo al chico como ella lo hacía, optó por lo segundo.

-¿Qué fue eso?

-No tienes derecho a impedirme nada, James. Nosotros rompimos¿Lo recuerdas?-increpó, comenzando a mosquearse-No somos nada, pensé que te lo había dejado claro.-advirtió, irritada.-Así que será mejor que te vayas.

-Pero Lily..

Al chico no le dio tiempo de terminar la frase, por que sorprendido y con la oca semi abierta, Lily le mandó un conjuro no verbal que lo hizo desaparecer del lugar e ir a prar al living de la casa que estaba compartiendo con Sirius, temporalmente.

Lily suspiró, cansada y continuó mirándose en el espejo.

-El temperamento de pelirroja me ayuda, una vez más-se dijo a sí misma mientras se colocaba perfume. Se dio la buena vista en el espejo mientras que en ese momento el timbre sonaba.

Una semana después..

Al parecer James Potter no había perdido la costumbre de molestarla, o querer verla, por que cuando fue a abrir la puerta y se encontró con él., con on el cabello despeinado y las manos en los bolsillos, le entró una desesperación terrible.

-¿Qué haces aquí?-preguntó, suspirando. Una semana sin verlo había sido un milagro, aunque su inconsciente le gritaba que se alegraba de verlo y que había estado algo preocupada.

-Cambiaste los muebles de la sala..-observó el moreno desde el umbral de la puerta y agregó, mostrando su llave-Y la cerradura-Lily asintió, sin mucho ánimo.

James estaba aturdido y estático, mirando todo su alrededor con ojos fijos. Lily había avanzado, con o sin su presencia y en ese momento, supo que el ultimátum que ella le había dado, hacía semanas atrás, no era una broma. Sino que iba en serio.

Lily sintió algo de lástima pero o cierto resentimiento por la lentitud del chico, que parecía darse cuenta de las cosas muy tarde como para poder arreglarlas. El rostro de James, anonadado y pálido, como si le acabasen de golpear con una Bludger, denostaba su sorpresa.

-¿Podemos..hablar?-pudo gesticular volviendo la mirada hacia la chica. Se revolvió el cabello azabache en una seña de desesperación que notó Lily.

La pelirroja no respondió, sino que abrió más la puerta e hizo espacio para que James pasara. El chico tomó asiento en un sofá y ella se colocó en una silla, enfrente, como si temiese acercarse demasiado a él.

Necesitaba esa cierta distancia de James, o no sabía que pasaría.

-¿De qué quieres hablar?

-De nosotros.

-¿No crees que es un tema muy hablado y trillado, James?-terció, con una sonrisa triste. No debía parecer débil o de lo contrario, James se daría cuenta e intentaría algo con ella.

Debía dejarle claro que era una mujer fuerte y superada luego de una separación.

Al instante se mordió la cara interior del labio inferior, viendo como James hacía una mueca de dolor con los labios. Ese comentario le había herido y de alguna extraña forma, ver la dura realidad.

Lily lo había olvidado. Era muy tarde.

-Yo..lo siento.-susurró ella haciendo círculos con un dedo sobre el brazo de la silla. Parecía una niña pequeña, toda sonrojada, ante el reto de una persona mayor por haber hecho algo malo.-No quise decir eso..Lo pienso, pero..-se calló y bajó la mirada, avergonzada-Lo pienso así, pero lo expresé muy duramente.

James sonrió, irónico. ¿Decía que eran un tema terminado, pero que lo había dicho duramente? Prefería no saber como sería si lo hubiera dicho sutilmente.

-No, tienes razón, Lily-exclamó apretando ligeramente la mandíbula a la vez que hablaba-No tienes la culpa de decirme la verdad, aunque sea crudamente. Es muy tarde, lo entiendo.

Se puso de pie, resignado, y ella lo imitó.

-¿Cómo fue que llegamos a este punto?-preguntó, para el chico y retóricamente, para ella-No podemos ni siquiera hablar civilizadamente, nos hacemos daño..-terció y suspiró, apenada-Nos hacemos daño con tan solo una conversación.

-No creo que sea solo una conversación, Lily-musitó y sonrió, entre melancólico y sarcástico-Es más complejo que eso.

-Sí, supongo.

-Lamento..mucho haberte hecho daño, Lily-se disculpó con los ojos brillantes. Lily interpretó eso como pesar, arrepentimiento y con lástima o lamentos por no haber estado a tiempo para ella y enmendar las cosas. Era más complejo que eso.

Era autoflagelación psicológica contra él, insultos y un cuarto lleno de artículos rotos al regresar al piso que compartía con Sirius.

-Sé que nunca fue tu intención, James-dijo a modo de consuelo, aunque era de verdad. James era una buena persona ante todo, y lo quería por sobre todas las cosas, Más allá de relaciones amorosas e intenciones de querer adoptar un compromiso como era el casarse.

Lily le sonrió sinceramente, con tristeza.

-James..

-Lily, yo..-dijo al mismo tiempo y esbozó una sonrisa insulsa ante la coincidencia.-Tú primero

-Creo..que..deberías irte.-musitó con un temblor extraño en su estómago y piernas.

Ni Dylan le había causado tales estremecimientos, solo James. Era por ello que había dejado de ver a Dylan al día siguiente de su cita.

No era James, simplemente.

Tres días después…

-Señora..-terció un niño de unos siete años, parado frente a la puerta de su apartamento, vistiendo un traje de Quidditch de Gryffindor. Tenía el cabello negro, azabache y para rematar, terriblemente desordenado. Poseía ojos verdes y lentes de montura. Lily lo miró, extrañada y más todavía cuando el niño le tendió un globo que había tenido escondido detrás de su espalda-Me pidieron que le diera esto.

-Oh, gracias-musitó, sorprendida con el globo blanco en su mano. Notó que en lado opuesto decía"Reviéntame y descubre la sorpresa". Cuando volvió a ver hacia el pasillo para preguntarle al niño quién lo mandaba este no estaba.

Más turbada todavía, tomó lo primero que halló con punta cerca de ella. Una lapicera con punta plateada y picó el globo, el cual se reventó y algunos confetis de colores salieron.

Tan pronto como se hubo desinflado el globo, notó, entre los restos de plástico rasgado, algo que brillaba a la luz del candelabro del vestidor.

Con la expresión pálida, rasgó el plástico que encerraba aquel objeto brillante y su sonrisa se ensanchó al observar de cerca de qué se trataba. De los nervios, con la mano temblorosa, se le cayó aquel objeto que cubría todos sus sueños y expectativas.

Comenzó a buscar con desesperación y ahínco, entre los restos de globo y confetis de colores, hasta que lo halló. Junto a él, adherida a un resto de globo, halló una nota con una caligrafía ya conocida.

¿Quieres casarte conmigo?

Se la paralizó la respiración y su piel adquirió un color aún más pálido, si era posible. Aquel objeto brillante era un anillo de compromiso, y aquella nota, una proposición del casamiento.

-Entonces..¿Qué dices?-inquirió una voz desde el pasillo. Sintió una fuerte opresión de emoción en su pecho y levantó la vista, encontrándose con James Potter.

Se sintió una niña estúpida e insignificante, como cuando estaban en Hogwarts y Lily gustaba de él, en los primeros años, pero James pasaba. Ella se sentía demasiado poca cosa junto al gran capitán de Quidditch, James Potter. Cada vez que lo veía, sus mejillas se enrojecían, su voz tardaba en salir y respiraba con dificultad. Tal y como le estaba pasando ahora.

-¿Lily..?-insistió James viéndola con nerviosismo. ¿Qué tal que le dijera que ya era tarde?

-James..-contestó al fin, luego de un esfuerzo sobrehumano por ponerse de pie con firmeza y mirarlo a los ojos sin sonrojarse-No..no debiste hacer esto..-terció y se mordió el labio inferior mirándolo con agradecimiento y ternura.

-Sí, tenía que hacerlo, Lily-masculló con decisión-No por que "debía" hacerlo, sino por que "quería" hacerlo.

-No, no debiste-insistió con resignación y tras largar un suspiro y apretar con fuerza el anilla en la palma de su mano, se lo extendió a James.

-Pero..Lily..¿Qué..?-James no cabía en lo que Lily estaba haciendo. ¿Estaba rechazándolo y revolviéndole el anillo? Pero..¿Ella no quería casarse con él? Una voz en su interior, le dijo que era demasiado tarde. James, al pensarlo, frunció el cejo con confusión.

-James..yo..quería casarme contigo..pero no de esta manera..-explicó con un nudo en su garganta. El hombre de su vida al fin se había decidido y estaba pidiéndole que pasara el resto de su vida junto a él. ¡Y ella salía con moralismos! No sabía por qué, pero sentía que lo había presionado y no estaba diciéndole todo con sinceridad.-No con presiones. Siento que te has tenido que.."rebajar" hasta tener con detalle lindo conmigo, una proposición original..en un pasillo, con un niño, un globo..

-No-contestó James persistente y Lily casi le creyó. ¿Al fin habría madurado y estaría haciendo todo esto por sí mismo?

-¿Estás seguro que yo..no te presioné?-preguntó con el alma en la garganta. Esa respuesta era vital para su respuesta.

--Lily..te amo..y estas tres semanas lejos de ti..Merlín, no sé que han sido-terció y se desordenó el cabello levemente con una mano-No, no puedo hacer esto-se interrumpió con la mirada baja y Lily supo que estaba sometido a mucha tensión, que hacía todo esto por que la quería y ella lo había apurado, pero que en realidad, no quería casarse.-Lily..no puedo hacer esto sin tenerte a mi lado-agregó subiendo la mirada hacia ella. Lily sintió que sus su nariz respiraba aire otra vez y que sus mejillas tenían color.-Por favor, cásate conmigo.

-No, no creo que..-gimoteó con vacilación y James sonrió de lado, notando que estaba comenzando a dudar

-Lily, escúchame.-le pidió tomando la mano donde todavía encerraba la sortija. Lily sintió un cosquilleo familiar que hacía tiempo que no sentía y sintió más ganas de apretar el anillo entre su palma y sus dedos, hasta hacerse marcas y sentir que ese anillo era suyo, que ese momento era suyo. Que James, por fin, sería suyo.-..Sé que tenemos nuestros problemas de parejas, nuestros defectos..Yo soy demasiado huidizo al compromiso, tú demasiado seria..También sé que peleamos como si no hubiera mañana..y que soy algo cabeza dura y medio caprichoso, pero podemos hacer que esto funcione, Lily..Podemos formar una familia..tener hijos..-Lily alzó una ceja, incrédula. ¿Habría James pensando en eso o estaría diciéndolo como parte del discurso para convencerla?-Te amo, y tú también me amas, lo sé.

Colocó una mano sobre la mejilla sonrosada de Lily, y esta cerró los ojos, estremeciéndose al contacto.

-No sé, James.

Regla número ocho: Di que sí.

Fin.

􋦯L񑀶I󧞖L󧽣Y򠄨EV󰮚A򘚔N򠔐S𔿺J󃷰A򊄴M𔿺E󽎫S󑿓P󧽣O򠒵T󰮛T𥱞E󒍗R􁜆

Nota de la Autora Original: Enlace del reto www. fictioncentral. net / hpforum / index. php? showtopic35866

Nota de la Traductora: El link que muestra la autora original del fanfic debe ser por que esta historia fue hecha para un reto, para la página del link

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Autora Original: cosmopolitan

Idioma Original: Inglés.

Traducción: Lali Evans

Idioma Traducido: Español.