Vainilla salada

—¡Minorin! Tu aroma comienza a marearme —le reclamé en un momento.

—Taiga! No me digas eso, tu no, por favor

—Entonces no te pongas el mismo perfume que esa estúpida chihuahua —le respondí recordando el apestoso perfume a vainilla que llevaba esa mañana esa modelo.

—Pero es que…

—¿Qué cosa? Ya dilo

—Este es el aroma que le gusta a ese chico…

Me quede muda y con un leve rubor en mis mejillas. Ese horrible aroma a vainilla era lo que le gustaba a Riuji y yo… estaba lejos de ser tan dulce como él, aún si tratara de serlo sería algo extraño, algo así como una vainilla salada.