Hola! Había desaparecido… ¿pero que quieren que les diga? Si la inspiración se va no hay mucho que el/la escritor/a pueda hacer… Pero acá les traigo un fic de tres capítulos para el Reto "Desafíos" de La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Aventuras de Lily Evans

Primer capítulo

Objeto: Cáliz de fuego

El día estaba acabando. Unas pocas horas más y el sol se pondría. Igualmente, se podía apreciar una hermosa media luna en el cielo.

La perfecta prefecta Lily Evans, había terminado con casi todas sus compras de Hogsmeade y esperaba a sus amigas, las cuales estaban ocupadas revisando cada rincón del local de Quidditch. Como ella no disfrutaba mucho de ese pasatiempo, quedaron en verse a las afueras de la ciudad, cerca de la Casa de los Gritos.

De repente, un sonido de pesuñas sobre el pasto la hizo girarse, a tiempo para ver como un ciervo salía de dentro de la casa abandonada y tomaba el camino al pueblo.

Con su curiosidad característica decidió investigar un poco y escurriéndose por entre las tablas que taponaban la entrada, entró. El lugar estaba destrozado y lleno de telas de arañas. Un póster con la fotografía del mítico Cáliz de fuego yacía en el piso, rajado por la mitad.

Una rata pasó entre sus pies, pero ella no gritó. No por nada era Gryffindor.

Entonces escuchó unos ruidos de cadenas mezclados con aullidos lastimeros. Parecían provenir del corazón de la casa misma. Se le puso la piel de gallina. El escenario se parecía demasiado al que había visto en una película de terror la noche pasada, cuando con un hechizo de proyección habían hecho ella y sus compañeras de cuarto una maratón de películas. Una sombra se movió a su lado; y apareció un Grim.

Conocía la leyenda del Grim por sus clases de adivinación. Decía la tradición que esos enormes perros negros y lanudos traían el presagio de la Muerte, eran sus mensajeros. Y aunque era muy valiente, de nada sirve una espada contra los espíritus, como decía un libro suyo. Por lo que retrocedió lentamente… y puso los pies en polvorosa.

Minutos más tarde James Potter entró por la puerta por la que había salido la pelirroja, con los brazos cargados de dulces y encontró a sus mejores amigos, "Los Merodeadores", tranquilamente sentados en las butacas de la Casa de los Gritos, riéndose por lo bajo de alguna trastada que habían hecho.