Lo que hay en mi corazón

(Versión Saga)

Por Lucila Wheeler

Camus y Milo son la pareja más desastrosa, no lo digo yo, lo dicen ellos, no puedo creer que haya dos tipos más destinados a estar juntos y más tercos, maldita sea, es estresante verlos caminar a ambos arrogantes, altivos por distintas cuestiones, uno creyendo que su inteligencia lo hace superior, otro creyendo que su porte lo vuelve irresistible, admito que en parte tienen razón, son un par de malditos centros de atracción sin proponérselo, Milo con su sonrisa coqueta, Camus con esa mirada fría y déspota.

El asunto es que me vuelven loco y que yo me vuelva aún más loco está difícil. Mira nada más, que descuido, por pensar en ese par de imbéciles no me he presentado como es debido, soy el más poderoso de todos los santos de la orden de Athena, el asesino del patriarca, el redimido, guardián de la tercera casa, Saga, Santo de Géminis, el caballero con el alma dividida entre el bien y el mal y el más poderoso de todos los santos ¿ya dije eso? no importa, es sólo para que Shaka se muera del coraje ¡ja! ¡Soy mejor que tú, Barbie! casi puedo escuchar su "púdrete" es una nena.

¿En que estaba? ¡Ya! Milo y Camus, si claro, ese par de cadillos en el culo, son peores que Shaka, porque son dos y Milo me cae bien, de hecho me lo tiré durante unos años, el muy idiota ni por enterado se dio de que era yo y no Arles, ¿acaso no sentía este portentoso cuerpo? cierto que le vendaba los ojos y lo hacíamos a oscuras, pero mi cuerpo está mucho más bueno que el del tío del carnerito lila, pero es que Milo es distraído, es como una cara bonita en una cabeza hueca y si no me creen pregúntenle al cadillo número dos, Camus, esa puta francesa si me cae mal, ¡disculpen las putas francesas! sé que es una ofensa comparar a ese francesito presumido con ustedes, no quiero ofenderlas pero es que en verdad me saca de mis casillas, así que pienso joderlos un ratito porque ya necesito que se reconcilien, ya no soporto sus peleas y hasta Athena se está hartando de ellos, creo que ya fantasea con enviarlos a Siberia a los dos o a Asgard y con eso vengarse de los asgardianos.

Todo empezó poco después de que volvimos a mi querida Grecia, después de que el inútil de Odín nos concediera seguir viviendo por gracia y orden de Athena y que hubiesen resucitado también a una serie de dioses guerreros, Camus y Milo discutieron por un dios pelirrojo, no recuerdo su nombre, Surf o Surd o algo así, recuerdo que tenía a buen trasero, poco pero en su lugar y bien puesto, con un cuerpecito delgado pero follable aunque nunca mejor que Milo, es que Milo es más varonil, quien sabe, tal vez Camus se cansó de ser pasiveado, el asunto es que por culpa de ese bombón pelirrojo, Camus cuerneo a Milo bien bonito, hasta a mí me dolió, yo si me hubiera quedado con Milo, pero yo le soplaba la nuca, seguro Camus mordía almohadas, Milo está muy bien equipado, seguro no quería más sangre en su culo.

El asunto es que Milo le hizo un berrinche a Camus y este, con todo el cariño del mundo le dijo que prefería al rojo que a "la puta del santuario" ¡Eso si me dio risa! una bromilla de Dita y Mask de mis épocas de patriarca, tuve que contener la carcajada, luego Milo le zampó santo puñetazo en el rostro a la puta francesa, de tal forma que escupió sangre y se le aflojaron un par de muelas y el canino, eso, señores, fue lo mejor de todo, amé a Milo en ese momento, hasta me lo quise follar de nuevo, dejó de ser el bebé llorón que fue durante la batalla de Asgard y los primeros días de nuestro regreso a casa. Todo esto pasó mientras Hilda de Asgard estaba en el santuario con sus guerreros resucitados, frente al bombón pelirrojo que corrió a ayudar al cubo, pero Camus sólo lo alejó, no sé si fue el golpe o el Bamboleo del trasero de Milo al alejarse lo que lo hizo reflexionar, pero fue a encerrarse en su templo sin confirmar si partiría a Asgard o no, para ayudarlo un poco me decidí a recordarle que Milo se había "sacrificado" acostándose conmigo (que no creo que haya sido un sacrificio tan grande, le gustaba y jamás lo negó, bueno, un par de veces al principio pero luego él solito me buscaba) para evitar que dos caballeros dorados atacaran el campamento en Siberia, pues creo que eso fue suficiente para que Camus fuera a rogarle a Milo alias "señor dignidad" para volver y ¿adivinen? Si, señores, se las soltó a la primera oportunidad.

Cualquiera habría creído que esos dos al fin se quedarían juntos sin armar más líos, pero no, claro que no, si para lo que son buenos esos dos es precisamente para armar revuelo ese par de cabrones.

Una parte del santuario (los que creían en la fuerza de voluntad de Milo y apostaron que no volvería con Camus, yo no estaba entre ellos ni Athena, ni Shion) no aceptarían su derrota hasta que Milo o Camus anunciara que de nuevo eran la pareja estrella del santuario, aquella tarde, después de los hechos estábamos en el coliseo, reunidos "para entrenar" —la mayoría solo queríamos saber el resultado de las apuestas— pero el tramposo se Aioria se adelantó.

—Milo, ¿recuerdas cuando casi mueres en un acantilado? —Preguntó sabiendo lo que provocaría.

—Si no te hubiera encontrado, habrías muerto, seguramente —Apoyó la puta Barbie metiche, mientras Mu lo abrazaba del cuello. Ambos habían apostado porque no regresaba con Camus en los próximos tres meses.

—Fue muy valiente de tu parte, Shaka —comentó el inocente corderito, mientras la rubia aprovechada lo jalaba de la angostura de sus caderas.

Milo reflexionó un poco —Pero gracias a ti, Shaka y por supuesto a Afrodita, aquello no pasó a mayores.

—Aunque quien sabe si Yggdrasil te hubiese alcanzado en el río congelado, ¿ya me había atrapado para entonces? —preguntó Afrodita, ese tipo poco le valía la apuesta, lo que quería y siempre ha querido es tirarse a Milo y eso solo pasará si lo aleja de la congeladora.

Milo tembló sin proponérselo, Camus notó lo que esos estaban haciendo —No hablemos del pasado, mejor pensemos en el futuro — Y... Milo se apartó justo cuando Camus le iba a besar — ¿Todo bien, Milo?

—Si por ti fuera me hubiera muerto, ¿no es así?

—Milo — respondió masajeando el puente de su nariz con fastidio, el escorpión era muy manipulable, él lo sabía y Aioria, como su compadre de parrandas también —Envié un ataque de hielo para cancelar el ataque de fuego de Surt.

—Pues no funcionó muy bien —intervino irónico el maldito de mi gemelo que había apostado a que Milo no volvía con Camus en por lo menos tres meses, el muy cínico se limpiaba las uñas mientras echaba tierra a mi apuesta —Según sé después te puso ¿una trampa? —Los malditos de su bando asintieron mientras los demás escuchábamos anonadados a los tramposos —casi mueres, dos veces por culpa de…

—Kanon, por favor, no busquemos culpables —intervino el imbécil de Shaka— solo cada quien tomó el bando de quienes más apreciaba, el bando que consideró más importante.

—Todos nos movimos por amor —esta vez fue Afrodita— amor a Athena, amor a nuestros amigos o a nuestros viejos amantes —el muy hijo de puta miró de reojo a un Milo que del sexy bronceado característico no tenía nada.

—Estoy de acuerdo con Afrodita —Esta vez mi pequeño Mu, sin ninguna malicia comentó —Es como cuando Saga te salvó, también fue por amor, ¿no es así, Saga?

—Para este punto, Athena, Shion y yo ya habíamos roto nuestros boletos de apuesta —he de decir que Death Mask es muy metódico a la hora de organizar las apuestas, es un gusto tratar con usureros de su clase— Milo había caído en la trampa del leoncito y nos había jodido, nuestra esperanza era que Camus hiciera algo brillante para conquistar al bicho.

—No esperaba que Milo fuera tan débil que no tolerara una simple caída —acotó con tranquilidad acuario— de hecho, ni siquiera se me ocurrió que no pudiera detener un ataque de fuego cancelado con uno de hielo.

— ¿Me estás diciendo debilucho?

—Claro que no —respondió Camus clavándole los últimos clavos al ataúd de su relación— solo menos fuerte de lo que parece.

Y así fue como el pendejito ese nos hizo perder bastante dinero a los que confiábamos en su astucia, y terminó durmiendo en el pórtico del templo de escorpio rogando por otra oportunidad.

Si una vez tuve la intención de emparejarlos, ahora solo los quiero ver tan lejos como sea posible. ¡Te aborrezco Camus de Acuario! Te juro que me vengaré.

Camino hacia el templo de escorpio, es temprano y sé que Milo está dormido aún, Camus está tirando aún en las escalinatas, la discusión ayer fue tan fuerte que Milo en verdad ya no quiere verle la cara, pobre idiota, cuando creyó que ya había reconquistado a Milo.

—¿Qué haces aquí, Saga?

—Vengo a ver a Milo, ahora que es libre, lo invitaré a cenar.

—Milo no es tan idiota de aceptar salir contigo.

Arqueo la ceja burlista mirándolo a los ojos. Sabe lo que estoy pensando, Milo puede romper todos los estándares de estupidez.

—Okay —se cruza de brazos— Milo puede ser bastante idiota, te lo concedo, pero tú eres el imbécil que nos jodio la vida por años y es bastante digno y rencoroso, no creo que caiga en tus trampas.

Admito que Camus tiene un punto, Athena puede perdonar un intento de homicidio, Aioros un homicidio, Aioria un fratricidio y los malos tratos pero ¿Milo perdonara haberle quitado su nalguita y haberlo metido a mi cama? Lo de meterlo a la cama sí, pero tal vez aún esté jodido porque le quité los últimos años con su nalga francesa —Hay algo que no estás tomando en cuenta, Camus.

—¿Qué es? — Arquea su rara ceja, de hecho me quedo mirando esa ceja unos segundos, es tan rara, como puede tenerla bifurcada, ¿han prestado atención a esa ceja? Luego de unos segundos de mutismo alza las dos cejas y abre mucho los ojos, niega y reacciono.

—Ah, lo siento, tienes unas cejas raras —tuerce los ojos fastidiado y puedo continuar luego de burlarme— Milo haría lo que sea por joderte a ti, ¿Y que puede joderte mías que el hecho de que salga conmigo?

—Hijo de tu puta…

—¿Qué quieren? —Milo nos interrumpe antes de que Camus pueda terminar su elegante frase.

—Milo, tenemos que hablar.

—Tú no existes, estás muerto, estas en Asgard con tu puta pelirroja.

—Milo, no seas infantil.

—Aparte de debilucho soy infantil, ¿para qué quieres hablar con alguien así?

—No perdamos lo que tenemos, yo te amo y tú me amas, lo sabes y lo sé, así que no discutamos por tonterías.

—¡Ahora mi vida y mi corazón roto son tonterías!

Lo admito, estaba buenísimo, la pelea se ponía genial, Camus torciendo los ojos, haciendo lo posible por no perder la dignidad ni la paciencia, Milo con los brazos cruzados en actitud de niña mimada corriendo a su ex, habrían pagado por ver lo que yo vi, era casi imposible contener la carcajada.

Después de su pleito y de un Camus huyendo de una ráfaga de agujas escarlata, que, créanlo o no, fue épico y malditamente divertido, al fin Milo presto atención a mi persona.

—¿Qué quieres, Saga?

—Si vas a cenar conmigo, Camus se la va a pasar horrible, ¿quieres joder a Camus conmigo?

—Sí, paso por ti a las 8:00 de la tarde, casual, tú pagas, vamos al bar.

—Formal, a un restaurante elegante y te llevo a tu templo.

—No, Camus no se daría cuenta.

—Pasamos con el patriarca, le decimos a Afrodita que es para formalizar nuestra relación.

—¿Qué tiene que ver afrodita en todo esto?

—Afrodita es el hombre más "comunicativo" y la primera casa por la que le va a pasar es a acuario.

—Camus se va a joder —Dijo sonriendo, mirando de lado —Cuando sepa que estoy saliendo contigo…

—Y tal vez podamos salir en serio.

—Tendrás tiempo para convencerme, pero eso ya es asunto tuyo, por ahora, sabes que no te quiero ni un poquito.

—Acepto. —Dije sonriendo, estaba yendo por buen camino, ahora Milo sería mío y más importante, no sería de Camus nunca más.

Los días pasaron y nuestra "relación no podría haber ido mejor" vale, no me había vuelto a tirar ese culito respingón que tiene Milo debajo de la espalda, pero pasaba más tiempo conmigo, Camus fingía que no le importaba pero solía pedir largas misiones con Milo, casi siempre Athena se las negaba sabiendo que no tenía que ver con la estabilidad de la orden, otras ocasiones era convincente y se salía con la suya, sin embargo, Milo no lo perdonaba y se dedicaba a fastidiarle la vida y poco a poco empezaba a aceptar mis atenciones, admito que me gusta, pero no descansaré hasta tenerlo en mi cama, con las malditas luces prendidas, jadeando, viéndome a la cara y diciendo mi nombre, por Athena y todos los malditos dioses que nos han jodido, voy a conquistar a Milo, ¿cómo no? si el muy maldito ya me conquistó a mí, ahora no me importa cuán destinado este a Camus, romperé los hilos de las moiras solo para enredar su destino al mío o dejo de llamarme Arles... ¡ehemph! perdón, o dejo de llamarme Saga de Géminis.