Hola, primero decir que es mi primer fanfic y que no tengo experiencia en escribir relatos por lo que no espereis mucho, este es solo un relato corto del universo de harry potter en la época de los merodeadores que se narra en primera persona a través de Remus Lupin
Una noche en la casa de los gritos
Dolor, mucho dolor, los huesos se desencajaban poco a poco, los músculos se hinchaban, el corazón me latía tan rápido que parecía que iba a salirme del pecho, la dentadura se me salía del sitio y el rápido crecimiento de los colmillos hacía que no se encajase bien la dentadura superior con la inferior. Mi cuerpo luchaba contra sí mismo, el monstruo que llevo en el interior quería salir desgarrando mis entrañas, pero no lo iba a conseguir, esta noche no.
El dolor era insoportable, entre gritos y espasmos cerraba los ojos y me concentraba en una sola cosa, en que esto va acabar, esto va acabar, sólo son minutos, segundos…
El cuerpo de una criatura nueva ocupaba el lugar que debería ocupar el mío, en vez de manos tenía zarpas largas y afiladas, capaces de destripar a una persona en cuestión de segundos, mi dentadura ya se había encajado del todo, formando una hilera de dientes muy afilados, ya no tenía nariz, en su lugar había un hocico negro, todo mi cuerpo estaba cubierto de pelo, mi torso, mis pies mi cara… era una bestia, un engendro de la naturaleza cuya única misión era matar. O al menos eso sería si no hubiese tomado la poción.
El profesor Slughorm me la preparaba todos los meses y he de decir que funciona, mis ansias de violencia y aquel impulso de matar cesaban al poco tiempo de la transformación. Ahora me encontraba mucho más fuerte y sano, tenía los sentidos más desarrollados. Podía notar como un perro se acercaba a la habitación en donde estaba, junto a él le acompañaban una rata y un ciervo, con mi olfato y oído sabía que se paraban detrás de la puerta antes de entrar.
¿Estás bien Remus? –Preguntó el Ciervo
Si, ya podéis entrar
Hablamos de manera telepática, y lo hacíamos así porque nuestras metamorfosis nos impedían el don del habla. Al principio fue difícil pero ahora no necesitábamos cambiar a la forma humana para comunicarnos, además era más seguro, la presencia humana me pone nervioso.
Los tres animales entraron y se acomodaron formando un círculo contiguo a los restos de colchón en el cual me tumbé. Cogí mi varita de la mesilla y mascullé para mis adentros ``Incendio´´, inmediatamente se formó una hoguera en el centro del círculo
Sabéis? Este sitio no está tan mal, es como nuestra guarida secreta- dijo el perro.
¿Al menos esta habitación está más ordenada que tu cuarto eh Sirius?- Dijo el ciervo a carcajadas.
Cállate James.
Al menos por aquí no hay estúpidos slytherin como el anormal de quejicus o el flipado de Malfoy.
Sí-dijo tímidamente la rata.
Habéis visto esta tarde? Después de pociones, quejicus no puede defenderse solo, tiene que venir esa chica a defenderlo, como se llama….
Como si no supieras su nombre James, jajajaja, te pasaste toda la clase anterior mirándola.
No, no lo sé y no estuve mirando para ella
Claro que sí, sabes que se llama Lily, hiciste fluido explosivo en vez de esencia de dictamo, ¿verdad Peter?
Si-volvió a decir la rata.
Bueno, ¿y qué si lo se?
Nada nada….-Sirius no podía para de reír.
Debería dejarlo en paz, además deberíamos dormir, mañana tenemos transformaciones a primera hora y no quiero que McGonagall nos eche la bronca por llegar tarde… ¡Otra vez!-dije después de que Sirius parase de reír.
Que siiiii- dijeron al unísono los tres.
Por supuesto pasamos toda la noche en vela, gritando, jugando y hablando, y como no, volvimos a llegar tarde pero valía la pena. Tenía suerte de estar con ellos, Peter, Sirius y James, eran mis amigos, y todas las noches de luna llena las pasábamos aquí en la casa de los gritos.
Sabía que mi maldición sería para toda mi vida, pero al menos sabía que ellos también lo serían.
