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Eran apenas las 3:00 de la madrugada cuando Katherine Beckett abrió los ojos de golpe, el llanto desgarrador de su pequeña logro captar por completo su atención, con rápidos movimientos se puso la bata y pantuflas para subir las escaleras de 2 en 2, eran esos momentos en los cuales se lamentaba no poder dormir en la segunda planta del loft. Cuando por fin estuvo en la puerta de la recamara no lo pensó 2 veces, se acercó hasta la cuna y ahí estaba su pequeña con sus grandes ojitos azules llenos de lágrimas, cuando la pequeña vio a Kate hizo un puchero el cual derritió el corazón de la detective, estiro sus bracitos lo más que pudo para alcanzar a la mujer quien sonreía al verla, con sumo cuidado la joven metió una mano bajo cabecita de la pequeña y con la otra sostuvo sus piernitas.

Hola hermosa — La detective beso la frente de la pequeña — No llores más mi amor, aquí estoy — Se balanceo de un lado al otro para calmar el llanto de la niña — ¿Quieres dormir conmigo? — Pregunto dulcemente mientras besaba la punta de la pequeña nariz de la niña quien había parado de llorar al escuchar la voz de la mujer — Ven, vamos a la cama — Limpio las mejillas de la pequeña quien tomo uno de los dedos de la detective y lo envolvió con una de sus pequeñas manitas —

"Kate…cariño ¿Qué pasa?" se escuchó en la plan baja del loft, su novio la buscaba supo instantáneamente, pudo percibir la angustia en su voz, en cuestión de segundos el hombre ya se encontraba a su lado revisando a la pequeña de pies a cabeza.

— ¿Qué tiene? Kate, por favor háblame — La mujer sonrió al ver la angustia de su novio — ¿Qué tiene? —

—Cálmate Rick — Susurro al ver que la pequeña comenzaba a cerrar sus ojitos — Solo se despertó, nos extraña — murmuro besando la manita de la niña — No quise despertarte — Beso los labios del chico — Quería llevarla abajo con nosotros — dijo mirando a la pequeña mientras sonreía —

—Oh — murmuro — Ya veo — coloco el brazo alrededor de la cintura de la mujer — Ven, vamos a la cama, tú tienes que madrugar — La detective suspiro sabiendo que él tenía razón, comenzó a caminar directo a la cuna cuando sintió que la agarraban del brazo suavemente — No cariño, trae a Alexis. — La detective sonrió emocionada —

—Vamos — Con una mano sostuvo a la niña y con la otra atrajo al hombre para besar sus labios — Gracias — murmuro aun pegada a su boca —

Al llegar a la recamara Kate le entrego a la pequeña a Rick quien esperaba paciente a que su novia acomodara la cama para así recostarse y continuar descansado, pasados 15 minutos por fin estuvo listo todo, Rick recostó a la niña con mucho cuidado ya que con cualquier movimiento podía despertase, Kate sonrió al ver la maniobras que utilizo el chico para realizar algo tan sencillo.

—Listo — dijo el chico suspirando mientras estiraba sus músculos — Ven a aquí — se giró para poder mirar a la chica que estaba recostada a su lado sonriendo — Sabes que te quiero ¿no? — murmuro —

—Lo se cariño — respondió la chica, quien comenzó a acercase a el de poco en poco, dejando a la niña de ojos azules en medio de ellos un poco aplastada — Te quiero — susurro, durante unos minutos estuvieron contemplándose en silencio, los penetrantes ojos azules del joven siempre la lograban sacar de ese mundo y transportarla a uno donde solo existían ellos 3. Mientras esperaba la llegada de Morfeo comenzó a recordar el día en el cual sus vidas cambiaron para siempre.

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— ¡RICHARD CASTLE! — Grito la mujer de ojos avellana mientras se ponía los zapatos — ¡Te puedes levantar ya! — El hombre murmuro algo inentendible mientras despegaba la cara de la almohada — ¡Oh vamos! Son las 10:00AM es tardísimo — se acercó hasta la cama y tiro al hombre de los pies — Digo, está bien que seas escritor pero ten un poco de responsabilidad, no te puedes pasar todo el día en la cama — Suspiro — Lo que daría yo por estar en tu lugar, pero no estoy aquí a punto de irme al trabajo —

—Cariño, por favor — volvió a decir pegado a la almohada — Es muy temprano —

— ¡Dios Rick! Eres insoportable en las mañanas — Salió molesta de la recamara, dando un portazo —

Cuando estuvo en la sala resoplo al ver el desorden que estaba hecho, las camisas tiradas de su novio por todos lados por no decir de la cocina la cual estaba llena de trastes sucios, parecía que no habían hecho la limpieza en años, le escribió una nota a Rick dejándole en claro que quería limpio todo para cuando regresara, cogió uno de los termos limpios, preparo un poco de café, lo invirtió en el recipiente acto seguido le dio un sorbo comprobando que había quedado como quería, suspiro al sentir el sabor de la sustancia en su boca no había duda el café hacia sus mañanas aún mejores, tomo sus llaves checo que no dejaba nada, se dirigió a la puerta con pasos apresurados se le hacía tarde y sus compañeros se molestarían por hacerlos esperar, cuando abrió la puerta se quedó estática, enfrente de ella estaba una mujer pelirroja la cual murmuraba entre sollozos "perdón" en los brazos tenia a una pequeña de algunos días de nacida, sin decir nada más la pelirroja le entrego a la pequeña a Katherine quien no decía ni una palabra.

Dios — dijo llorando la pelirroja — Dile a Richard que la cuide bien — sollozo — Que nuestra hija merece un futuro mejor — Aquellas palabras le cayeron con balde de agua fría a la detective quien miro a la pequeña — Mierda, yo…yo soy muy joven para ser madre, no podría hacerme cargo de ella, no tengo nada que ofrecerle, estoy sola en este mundo — La pelirroja se limpió las mejillas, se deshizo de la pañalera que llevaba dejándola a los pies de Kate quien permanecía inmóvil en la puerta — Cuídala, por favor — Sin decir nada más se dio la media vuelta, dejando a Kate sin palabras, cuando quiso reaccionar la mujer ya no estaba no había ningún rastro de ella —

¿Quién era? — Richard había salido de la habitación con el cabello alborotado. Kate lo miro confundida — ¿Qué pasa? — Se acercó a ella al verla en shock — Cariño — Cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo percatarse la pequeña que Kate tenía en brazos —

Tu hija — Murmuro Katherine — Una mujer apareció en la puerta, estaba llorando — comenzó a relatar — me entrego a…— señalo con la mirada a la pequeña — me dijo que la niña merecía algo mejor, que ella estaba muy joven para ser madre, que tu podrías darle lo que ella no podía, tu...su padre — El escritor no podía creer lo que le estaba diciendo la mujer, se acercó hasta los sillones para dejarse caer —

¡Dios mío! — Murmuro mientras tomaba su cabeza entre sus manos — No puede ser cierto, no puede estar pasando —

—Pues está pasando — dijo una mujer con voz fuerte desde las escaleras — Y tienes que hacerte cargo, no puedes dejar a esta criatura sola — Rick la miro extrañado —

¡Madre! Ni siquiera estamos seguros de que esta niña sea mía — dijo en susurros —

—No me vengas con esas cosas, haz memoria te puedo apostar que antes de conocer a Katherine tuviste muchas aventuras así que piensa — Su madre estaba segura, miraba a Rick a los lejos con desaprobación como, como podía decir esas cosas, justo en ese momento la pequeña comenzó a removerse entre los brazos de la detective, un quejido salió de su boquita minutos después un llanto el cual indicaba que tenía hambre —

Meredith — Murmuro Richard —

— ¿Qué dices? — dijo su novia mientras se balanceaba de un lado al otro intentando calmar a la niña —

—La mujer…la mujer que vino ¿Cómo era? — pregunto —

—Ahora, ahora no Rick — dijo preocupada — ¡Martha! — Llamo a la mujer que aún se encontraba en las escaleras admirando la escena — ¿Qué tiene? —

—Calmada chica — bajo con paso lento, se acercó hasta la detective — Tiene hambre — sonrió al decirlo — A ver niño — miro a su hijo quien aún no asimilaba la noticia — Busca, busca ahí en la pañalera — hizo algunas señas con las manos —

— ¿Qué pañalera? — pregunto nervioso, Martha rodeo los ojos mientras señalaba el bulto tirado en la puerta del loft — Ahí debe tener todo lo necesario, tráelo — Rick se levantó inseguro — ¡Pero apúrate chico! — Una vez con la pañalera en manos comenzó a buscar lo que su madre le indicaba, se dirigieron a la cocina prepararon la formula, tardaron varios minutos pero por fin estaba lista, Martha murmuro un "vamos llévasela, mientras yo limpio este desastre" — Kate…aquí esta — La mujer abrió los ojos como plato —

—Yo…yo nunca he alimentado a un bebe Martha — dijo angustiada el llanto de la bebe haba puesto sus nervios de punta —

—Oh cariño, siempre hay una primera vez, solo ponle un babero, sacude el biberón para que los restos de la formula no queden pegados en la parte de abajo del recipiente, después solo introdúcelo en su boquita, ella hará todo el trabajo — La mujer sonrió, mientras la detective moría de angustia —

Verde avellana y azul se encontraron, se sentaron al mismo tiempo en el sillón, Katherine hizo todo lo que Martha le indico, Richard le entrego la formula con nerviosismo, se pegó un poco más a su novia para admirar lo que estaba a punto de hacer, la pequeña comenzó a succionar el líquido con rapidez. Lo cual logro sacar una sonrisa a la detective.

—Calmada pequeña — con un poco de duda deslizo su dedo de camera delicada sobre la mejilla de la pequeña, justo en ese momento la niña tomo su dedo entre sus manitas, abrió sus ojitos lentamente para dar paso a unos hermosos ojos azules los cuales la miraron detenidamente, algo en el corazón de la detective hizo "clic", había creado un lazo con la pequeña, por no decir Richard aquellos ojos era la confirmación que esperaba aquella niña era suya no podía dejarla aunque eso significara el fin de su relación con Katherine, la miro y se sorprendió la mujer miraba con adoración a la pequeña quien solo la veía a ella sin soltar su dedo — Oh dios — murmuro por fin — Tiene tus ojos Rick — exclamo emocionada, Martha la madre de Richard admiraba la escena desde las escaleras había terminado de limpiar y se dirigía de nuevo a su recamara, era momento de dejarlos a solas —

—Si — murmuro pegándose a la chica, mientras besaba su hombro — Escucha — comenzó a decir, la chica lo miro con una sonrisa — Esta es mi hija — miro a la pequeña, quien aún tomaba su formula — Yo…te entendere si tu no quieres seguir más en esto — hizo una seña entre ellos 2 — Sé que esta pequeña no es tu responsabilidad, que lo que teníamos planeado juntos ya no…, pero ella es mía Kate…no puedo dejarla — Aquellas palabras sacaron una sonrisa a la detective —

—Ey, ey… — murmuro en tono dulce — Escucha…entre mis planes no está dejarte — se acercó más a él, pegando su frente a la de él chico, sin dejar de cuidar a la niña — Nuestros planes siguen en pie, esto — miro a la niña sonriente — No cambia nada, al contrario es un sueño mas — suspiro — Si tú quieres y estás de acuerdo, me gustaría criar junto a ti a esta pequeñita — Beso la frente de la niña con cuidado lo cual dejo a Rick sorprendido, la detective la miro de nuevo — Pero si no estar de acuerdo lo entenderé, como me dijiste hace unos momentos esta niña es tuya y tienes todo el derecho de decidir sobre ella…— No pudo continuar hablando ya que los labios de Richard atraparon por completo los suyos en un beso lleno de ternura —

—Te quiero — murmuro aun pegado a su boca —

— ¿Eso es un sí? — Dijo sonriente la detective —

— ¡Por supuesto! — Dijo emocionado — Alexis tendrá a la mejor madre del mundo —

¿Alexis? — Pregunto curiosa — ¿así le pondrás? —

— ¿No te gusta? — Pregunto nervioso — Podemos buscar otros nombre, no sé el que te parezca a ti será perfecto —

—Cariño, es perfecto, Alexis es perfecto — murmuro mirando a la pequeña, quien ya estaba profundamente dormida, desprendió el babero, le quito el biberón de la boquita dejándole asentado en la mesita acto seguido se deshizo del gorro que cubría su cabecita dejando al descubierto los diminutos cabellos rojizos que la cubrían — oh… — murmuro — Tiene su cabello — dijo en susurro— Tiene el cabello de Meredith — Richard miro a la pequeña y vio lo evidente — Cuéntame sobre ella —

—El hombre se aclaró la garganta — La conocí unos meses antes que a ti — hizo mueca — Tuvimos una relación fugaz ya sabes unos días de sexo desenfrenado — Kate hizo una mueca indicándole que no eran necesarios los detalles — Lo siento — murmuro — En esos días me llamaron de la editorial informándome que necesitaban para ya mi nuevo libro terminado, me exigieron que regresara a NY, quise despedirme de Meredith pero nunca la localice, al llegar aquí continúe con mi vida…hasta que te conocí — Dijo sonriente — Aun no entiendo como supo donde vivía, como localizarme—

—Cariño eres un escritor de Best-Sellers, es fácil localizarte — Sonrió — Dímelo a mí — murmuro —

—Bueno tu eres detective corazón, tienes tus fuentes — murmuro acercándose más a ella para besar sus labios —

—No entiendo cómo pudo dejarla — comenzó Kate a decir cuando cambiaba a la pequeña de un brazo a otro — Yo…yo no podría, mira a este angelito —

—Sus razones tendrá, no la justifico — suspiro — Pero no sabes cuan agradecido estoy por que decidiera traernos a Alexis aquí, con nosotros — Kate sonrió al escuchar aquellas palabras —

— ¿Quieres cargarla? — Richard la miro lleno de pánico — ¡Dios Rick! No tengas miedo, pon los brazos así — le mostro como los tenia mientras sostenía a la pequeña Alexis — ¿Listo? — El escritor asintió nervioso, mientras la chica le pasaba a la pequeña — ¡Ya está! — Cuando Rick tuvo por fin a la niña entre sus brazos una sensación inexplicable invadió su pecho, sin darse cuenta las lágrimas ya corrían por sus mejillas, sabía que eran de emoción, de alegría, la dicha de poder decir que era padre era inexplicable — Oh cariño — susurro Beckett mientras se acercaba a él y besaba su mejilla —

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— ¡Buenos días cielo! — Murmuro la detective mientras cogía a la niña de la cama, Rick aún permanecía dormido con la cara pegada almohada — Dios, tu padre no cambia — Hacia unas horas que recién habían ido a buscar a la pequeña a su recamara ya que su llanto les partía el corazón — ¡Felices 6 meses mi amor! — Beso las mejillas de la niña causando que unas risitas salieran de la boquita de Alexis — Despertemos a papa — dijo sonriente — ¡Buenos días cariño! — dijo besando su mejilla de manera repetitiva, logrando que el escritor sonriera —

—Buenos días — murmuro con voz ronca — ¡Hola princesa! — Dijo alegre al ver a su pequeña en brazos de la detective — ¡Felices 6 mese calabaza! — Tomo a la pequeña en brazos, para llenarla de besos, logrando que la niña riera de manera prolongada, la puso en la cama y comenzó a besar sus pancita para hacerla reír más y más, Katherine admiraba la escena alegre, aquella era su familia….