Disclaimer: Hetalia no es mío, es de Hidekaz Himaruya.

Advertencia: Posible OoC, UA, uso de nombres humanos.


Lullaby.

Los ojos oscuros, preciosos, cerrándose lentamente con pesadez. La canción escapaba de su garganta, lenta y suavemente.

La voz firme, sin dejo alguno de duda, sin titubeos, sin rastro alguno de aquel maldito llanto contenido. Tan contraria a aquellos ojos hinchados y rojos y a aquel rostro por el que se abrían paso gruesas lágrimas, tan contraria a aquella persona que reposaba en su regazo, escuchando atentamente, dejándose arrastrar lentamente al ensueño.

Los ojos claros unidos a los oscuros.

La canción fluyendo como las lágrimas.

Sin embargo, era un llanto tranquilo como la melodía misma. Los recuerdos inundaban cada rincón entremezclándose entre sí. La tristeza, la felicidad todas se transformaban en tranquilidad.

¿Dolía?

Vaya sí lo hacía, pero aquel canto jamás perdía fuerza aunque el dueño de aquella voz a penas y tuviera fuerzas. Aunque sintiese sus cuerdas vocales ceder y desgarrarse.

No era un adiós.

¿Cómo podría decirle adiós a Kiku?

Y aquel sonido lo llenaba todo, elevándose cada vez más, reviviendo cada preciosa memoria, cada momento.

Su corazón hubiese latido frenético sino estuviese tan agotado.

Y los párpados pesaban tanto, tanto.

Aquel chico de porcelana cerraba los ojos, aquellos preciosos ojos negros, y el sueño lo arrastraba.

Y una vez que los párpados se cerraban, que la respiración se acompasaba, la canción de cuna terminaba, abrupta y desgarradoramente, abriendo paso al llanto cruel. Los gemidos, los lamentos, el llanto apenas ahogado formaban la nueva melodía.

Lo llenaban todo.

Lo consumía todo.

Y el miedo lo devoraba una vez que la canción terminaba.

Toda aquella fingida valentía moría.

La voz no le salía más.

De haberle salido, lloraría a viva voz. Porque la vida se le iba en ello.

Contemplando aquel rostro de porcelana, Feliciano sonreía, entre lágrimas, porque dolía.

Dolía tanto aparentar ser fuerte, aparentar ser valiente. Y no estaba hecho para ello.

Era un suplicio decir adiós.

No, eso no era un réquiem, jamás podría serlo. Tan sólo, tan sólo era una canción de cuna.


N/A: Estoy profundamente enamorada de esto, a pesar de que es horriblemente triste y es mi primer intento de escribir algo de éstos dos. Pero en el fondo, muy en el fondo me parece lindo. Y me siento mal por hacer llorar a Feli...

¡Ya saben comentarios, sugerencias, correcciones, etc. dejen reviews!

¡Gracias por leer~!