Disclaimer:

Los personajes de el manga/anime Bleach no me pertenecen, en cambio este fanfic es de mi total autoría.

ACLARACIONES:

''cursiva''- Pensamiento

.-Dialogo.

Cursiva sin comillas: Recuerdo.

Sin más espero que disfruten de lo que espero sea un fic largo y que sea tanto de su agrado como del mio.


Capitulo I: Llovía.

Karakura nunca había presenciado semejante diluvio.

Los estudiantes del Instituto Karakura llegaban empapados a los salones del establecimiento, irritados murmuraban sandeces a lo que tal vez sería la tormenta más fuerte del año, pues la ventisca era tal que más de un inocente paraguas había perecido tratando de cumplir su triste labor.

Kurosaki Ichigo odiaba la lluvia, odiaba cuando las frías y descaradas gotas se colaban en su ropa, odiaba la helada brisa que esta acarreaba y por sobre todas las cosas, odiaba que aquella fuera la única testigo de su más terrible pecado.

La detestaba como a nada más en el mundo.

El, quien ya se encontraba en su asiento titiritando, maldijo una vez más mientras se metía las manos en los bolsillos en busca de un poco de calor corporal, suspiró pesadamente al ver que su pelirroja amiga de exagerados atributos se acercaba con esa emocionada cara tan suya, exhalando tal alegría que constantemente contagiaba a todos las personas que estaban a su alrededor, menos a el, por supuesto, menos a esa sonrisa falsa que siempre ponía al verla.

A veces se preguntaba si todo el mundo también sonreía falsamente en su presencia, pero lo dudaba excesivamente.

.- ¡Kurosaki-kun, buenos días!.- Exclamó radiante, con ese agudo tono suyo que tantas veces lograba irritarle, pero que extrañamente le recordaba a su hermanita, Yuzu.

"¿Qué tienen de buenos?"

.- Buenos días, Inoue.- Respondió amable, regalándole una de esas sonrisas reconfortantes que había aprendido a simular a la perfección. La cara de Inoue se volvió todo un poema y su corazón empezó a cabalgar aceleradamente, nerviosa y con una leve chispa de confianza dijo:

-. Ku-Kurosaki-kun,se que es m-muy temprano p-pero yo e-estaba p-pensando... ¿t-te g-gustaria i-ir a…?.- Sus palabras fueron interrumpidas.

.-¡ICHIGO!.-Gritó Keigo lanzándose hacía el como todos los días, ese era el saludo de la amistad, según el mismo Asano.

El pelinaranja lo esquivó con una destreza envidiable y le estampó un muy ''amigable'' puñetazo en la cara.

.- ¡Joder, Keigo ni el frío te acopla!.- Exclamó muy enfadado, sin dejar de golpearle. No estaba de humor para soportar las estupideces de su padre y las de su compañero en el mismo día.

.- Ichigo… ¿no somos amigos?.- Respondió con tono lastimero completamente rendido y con lagrimas en los ojos.-¡Eres un idiota, Ichigo!.

.- ¡Muerete, pedazo de…!

.- Tan sociable como siempre, Kurosaki.-Ironizó Ishida, quien acababa de llegar.- Buenos días Inoue-san.- Saludó a una muy decepcionada Orihime quien había perdido su oportunidad y por ende, su confianza, de nuevo.

.-Ishida-kun, buenos días.- Le sonrió y luego de un momento se sentó en su pupitre, contrariada.

.-Ishida, tan entrometido como siempre.- Le imitó el Kurosaki luego de dejar a un pobre Keigo noqueado en el de por sí, gélido suelo.

.- Kurosaki, sé que tu vocabulario es equivalente al de un orangután, pero como te debieron enseñar en tu casa, imitar a las personas usando diferentes adjetivos es de pésimo gusto, si quieres te puedo regalar un diccionario para que lo estudies todas las noches antes de dormir.- Finalizó Ishida soberbio y malintencionado, cosa que no hizo más que sacar de sus cabales al Kurosaki, cumpliendo así, su objetivo.

.- ¿Acaso, el señorito elegante quiere que le muelan a golpes su carita humectada y cuidada con yerbas chinas?.-Se mofó el Kurosaki, tronándose los dedos amenazadoramente.

.-¿Yerbas chi…-Le miró con rencor reflejado en sus finos lentes, estaba a punto de contraatacar pero lamentablemente la profesora asignada llegó al aula.

Estaba tan empapada como todos los presentes y su cara no reflejaba más que suma irritación.

.- Siéntense ya, manada de holgazanes.- Vociferó en modo de saludo, asustándoles. Dejó los libros en la mesa y observó por unos segundos como los estudiantes se apresuraban a sus propios pupitres.

.- Pues bien, solo una cosa.- Comenzó mientras escurría su sweater.-En el día de hoy tengo el "placer" de anunciarles que desde este momento nos acompañará una nueva alumna.- La clase se sorprendió un poco. Era algo raro que entraran estudiantes al final del primer trimestre y más en segundo de preparatoria.

.- Por favor pasa, Kuchiki.-Dijo esto un poco más fuerte para así poder ser escuchada.

La puerta se abrió pausadamente dejando pasar a una pequeña chica de cabello corto y grandes ojos de un color que era entre el purpura y el azul, su uniforme estaba perfectamente puesto, sin rastro de gota alguna. La chica de cabellos azabaches sonrío una vez estaba en frente de sus ahora compañeros.

.- Ella viene de Tokio.- Volvió a hablar la profesora, buscando una tiza para escribir el nombre de la susodicha en la pizarra, como era costumbre.- Preséntate, Kuchiki.

.- Buenos días, mi nombre es Kuchiki Rukia y estoy muy contenta de estar aquí.-Habló por primera vez con la voz más fastidiosa y exasperarte que Kurosaki Ichigo había escuchado en toda su vida, el quien al oírla no pudo evitar alzar una ceja, miró a sus compañeros en busca de un poco de apoyo, pero lo único que encontró fueron las caras de imbéciles que pusieron al verla, parecía como si estuviesen viendo a la mismísima Afrodita reencarnada, no podía creerlo.

.- ¡Es tan linda!.- Oyó murmurar a Keigo, esto no lo sorprendió en lo absoluto.

.- ¡Parece un ángel!.- Susurró otro, y más de esos comentarios no se hicieron esperar, Ichigo solo pudo rodar los ojos.

.- Pues ya que los señoritos terminaron de cuchichear, puedes sentarte atrás de Natahara, Natahara levanta la mano.-Le dijo luego de que los murmullos se extendieran por toda el aula, Rukia se acercó donde le habían indicado y con una sonrisa imperturbable saludó a la susodicha.

Las primeras tres horas pasaron sin novedades, con la nueva alumna participando en cada una de ellas de una manera excelente y totalmente impresionante.

De repente la hora del almuerzo, llegó.

La pequeña Kuchiki se estiró un poco en su asiento y bostezó de una manera muy elegante, miró su mochila y sacó una pequeña caja de almuerzo, iba a abrirla pero cuando procedió a hacerlo la chica que estaba sentada al frente de repente dijo:

.- Hola Kuchiki-san, mi nombre es Natahara Kimiko, es un gusto conocerte.-Sonrió de una manera amistosa.

.- El gusto es mío Natahara-san.- Respondió encantadora, devolviéndole la sonrisa.

.- Me preguntaba… si querías almorzar con nosotras.-Indagó señalando a tres chicas que esperaban en la puerta, quienes al notarlo, saludaron con la mano.

.- ¡Me encantaría!.- Contestó sonriendo en sus adentros, definitivamente era toda una actriz consumada.

Ambas jóvenes se pararon, tomaron sus respectivos almuerzos y salieron del salón junto con las otras tres chicas, luego de presentarse se dirigieron hacía la azotea.

Estaba mojada por el terrible aguacero que acababa de terminar pero Natahara sacó un par de toallitas de su bolsillo y le extendió una a Rukia para que se sentara, esta le agradeció apenada. Al parecer las otras chicas ya tenían una para cada una.

La Kuchiki luego de sentarse con sus nuevas compañeras observó la azotea con más detalle y entre las personas que habían allí pudo reconocer a uno que otro sujeto que había visto en su mismo salón, especuló aún más y se encontró con un grupo de chicos un poco alejado de ellas, frunció el ceño al ver a un muchacho de cabello naranja entre ellos, le había visto en su clase. ''Mira que pintarse el cabello de ese color solo lo puede hacer nada más y nada menos que un… Delincuente''.

.- ¡Veo que ya le has echado el ojo al pez gordo, Kuchiki-san!.-Comentó Natsuki, una chica de cabello rubio y ojos negros, sonriendo picaronamente.

.- ¿Eh?.- Respondió, sin entender.

.- ¡Estabas mirando a Kurosaki-sama! ¡No lo niegues!.-Siguió, llamando la atención de las otras tres presentes.

.- Perdona, pero no se de que me hablas ¿Quién es Kurosaki-sama?.- Contestó extrañándose por el ''sama'' al final de su apellido.

.- Kurosaki-sama es el guapísimo chico de cabello naranja.- Indicó disimuladamente con la mano, Suzuki Nanami otra de las chicas con quien se encontraba, ella tenía el cabello castaño un poco más abajo de los hombros y unos grandes anteojos que reflejaban sus pequeños ojos cafés, haciéndolos ver más considerables.

.- Yo… solo estaba observando su singular color de cabello.- Contestó honestamente.

.- ¡El cabello de Kurosaki-sama es uno de sus mayores atributos!.- Saltó Saotome Mei quien se encontraba al frente de Rukia, tenía el cabello de un teñido rojo escarlata y sus ojos estaban cubiertos por unas lentillas baratas color gris.

Rukia por poco y levanta una ceja en forma desaprobatoria, desde que la vio llamó su atención, se veía francamente… Espantosa.

.- Junto con su escultural cuerpo...- Comentó Natahara.

.- Su semblante encantador…- Siguió Nanami.

.- Su varonil esencia…-Continuó Mei.

.-¡Ese ceño fruncido lo hace ver tan guapo!.- Chillaron al unísono, excitadas.

A la pequeña Kuchiki casi se le sale una carcajada al verlas haciendo gestos tan ridículos por un simple chico, al parecer la gente de Karakura era un tanto exagerada.

.- ¿De verdad? ¡Estoy muy contenta de estar en una escuela con un chico como el!.- Respondió con falsa emoción y carisma.- Pero ya debe tener novia, una lastima.- Finalizó fingiendo estar interesada.

.- ¡Kurosaki-sama no tiene novia!.- Se apresuró en contestar Nanami.- ¡Se que es sorprendente que un chico como el no tenga una! ¡Pero te digo la verdad!.- Consumó como si estuviese hablando del chisme del año.

.- Pero no te des muchas ilusiones Kuchiki-san, Kurosaki-sama no es alguien a quien se le vea con una novia, he escuchado rumores de que solo le gusta pasar el rato.- Complementó Natsuki, moviendo su cabeza de arriba a bajo sabiondamente.

.- Lo has malinterpretado por completo…- Respondió con una sonrisa un tanto extraña, rascándose la nuca ante tal tontería.

.- ¡No tienes porque avergonzarte! ¡Todas hemos pensado eso la primera vez que lo vimos! ¿verdad chicas?.- Le animó Mei, mientras todas las presentes asentían con la cabeza.

.- Si vosotras lo decís…-Comentó apenada por el malentendido.

.- ¡Kuchiki-san es muy tímida dejadla en paz! ¡Mejor contadnos sobre lo que has escuchado, Natsuki-san.- Preguntó Kimiko, Rukia le agradeció mentalmente.

Las demás asintieron para que Natsuki hablara.

.- Vale, vale si tanto queréis saberlo…- Comenzó, masticando un poco de su Onigiri.- Una chica de otra escuela me ha contado que vio a Kurosaki-sama coqueteando con dos chicas a la vez, al parecer eran universitarias.

Todas abrieron los ojos a la vez, incluso Rukia.

Luego de unos segundos Nanami habló.- A mi…- Se sonrojó furiosamente.-Una chica de tercero me dijo q-que era un a-as e-en la cama, y-yo pensé q-que estaba bromeando.

El color carmesí se esparció entre los rostros de las espectadoras.

.-¡Vamos chicas no os pongáis así!.- Trató de animarlas prontamente Kimiko.- ¡Como si alguna de nosotras dudara que Kurosaki-sama es todo un rompecorazones! ¡Negadme que daríais lo que fuera por un simple beso!.

Todas las presentes asintieron rendidas, a excepción de claro esta, Rukia.

.- Si tan solo el no prefiriera a las…-Comenzó Natahara.

.-Mayores...- Complementó Mei.

.- Y experimentadas…-Siguió Nanami.

.- No lo olvidéis, también guapas.- Finalizó Natsuki.

Suspiros de decepción y desilusión salieron de sus bocas.

Rukia un poco incomoda con el ambiente que empezaba a inundar el lugar les reconfortó:

.- ¡No digáis eso! ¡Estoy segura de que a un chico no solo le pueden gustar ese tipo de mujeres! ¡Chicas bonitas como vosotras por supuesto que tienen oportunidad!.

Una chispa de ilusión apareció en los ojos de todas.

.-¡Eres un muy dulce Kuchiki-san!.- Habló Mei un poco ronca.

.-¡Tu también eres muy bonita! ¡Inclúyete por favor!.- Alabó Nanami, agradecida.

Rukia sonrío un poco abochornada.

.- Kuchiki-san, ¿ves a esa chica bonita con el cabello parecido al de Kurosaki-sama?.- Señaló enseguida con la misma cara de decepción de antes, Natsuki.

Ella simplemente asintió con la cabeza observando a la hermosa chica de exuberantes atributos del mismo grupo donde se encontraba el Kurosaki, estaba hablando animadamente con un chico de lentes y otra chica de cabello negro.

.- Pues bien, su nombre es Inoue Orihime, es la muchacha más bonita de todo el instituto y es amiga de Kurosaki-sama desde que eran niños.- Siguió mientras terminaba su almuerzo.

.- ¿Y que con eso?.- No pudo evitar comentar.

.- Lo que Natsuki-san esta tratando de decir, es que Inoue-san ha estado enamorada de Kurosaki-sama desde siempre.- Interrumpió Natahara.

.- Tal parece que Kurosaki-sama no le toma ni la más mínima atención en lo que a eso se refiere.- Ultimó Nanami, retomando la compostura.

.- ¿Cómo es que sabéis eso?.- Cuestionó la Kuchiki.

.-Cuando estaba en secundaria, escuché que iba a confesársele, al parecer no lo hizo, pero estoy segura de que sus sentimientos no han cambiado nada.- Razonó nuevamente Natahara.

.- Es por ello que no hay que hacerse ilusiones, si alguien como Inoue-san no llamó su atención mucho menos nosotras.- Indujo Natsuki.

Rukia pensó que estaban siendo muy duras consigo mismas, era realmente lamentable que chicas como ellas se entristecieran por no ser los suficientemente buenas o "mayores" para estar con un idiota como ese, a ella le parecía más bien un chico muy normal, hasta ese feo color de cabello lo hacia ver como un tonto con pésimo gusto, suspiró, no pudo evitar repasar lo exagerada que era la gente de Karakura.

Frunció el ceño mentalmente, era el primer día y ya no le agradaba cierta persona.

Iban a seguir cuchicheando pero lamentablemente el timbre señalando el final de el receso les interrumpió.

Con irritación se pararon y se dirigieron al aula, para así ver los cuatro periodos siguientes.


Al final del ciclo Rukia debía quedarse para arreglar unos cuantos asuntos de su intercambio, así que se despidió de sus compañeras y se dirigió a la oficina del director.

Mientras caminaba por los pasillos observó distraída a los diferentes clubs que empezaban a entrenar luego de la escuela, se preguntaba si ella también tenía que asistir a ese tipo de cosas. Esperaba que no, pues no le llamaban para nada la atención.

Luego de media hora en la oficina principal y de responder tontas e innecesarias preguntas del protocolo se dispuso a ir por su mochila para por fin encaminarse a su ansiado hogar. Pero en medio del camino hacía el salón algo la detuvo, más bien la voz de una chica y la de un varón, miró hacia donde provenían y observó con sorpresa al tal Kurosaki quien vestía un traje de entrenamiento y a una muchacha vestida de porrista, se veía un poco mayor (o al menos más que ella) tal parecía estaba en tercer año.

No pretendía ser una chismosa pero la curiosidad fue más fuerte, se acercó con cuidado de que no la sorprendieran y se ocultó tras una pared, cuando estuvo lo suficientemente segura de que no sería atrapada se dispuso a escuchar.

.- Kurosaki-sama ¿Q-qué has pensado?.- Cuestionó la chica.

.- Por favor, les he dicho a todas que dejen de llamarme así, dime Kurosaki o lo que quieras pero no me llames de esa forma, es algo raro ¿Sabes?.- Suspiró sincero como siempre.- Por otro lado ¿A qué te refieres con qué he pesando?.

Un sonrojo de vergüenza pasó por su rostro y asintió apenada.

Rukia abrió un poco los ojos al escuchar aquello, fue algo brutalmente honesto.

.- D-de n-nosotros.- Cerró los ojos muy fuertemente.- D-desde aquella noche yo… nunca me h-había sentido t-tan especial.

'' Ay no…'' Fue lo único que pudo pensar el Kurosaki al escuchar tal idiotez. ''Debo dejar de hacer esto''. Tomó la parte superior de su tabique, cerró los ojos y resopló con impaciencia. Lo que tenía que soportar un poco de diversión…

.- Este mira… Am… Yurika…- Contestó luego de varios segundos, hizo un gran esfuerzo para recordar aunque fuera su nombre, ya que no se le pasaba por la cabeza ni siquiera una pista de su apellido.

.-M-mi nombre es E-erika.- Mencionó con un tono melancólico.

Rukia apretó los puños con impotencia, las ganas de matar a ese hijo de puta crecían cada vez más en su interior. ¿Quién se creía ese bastardo? ¡Mira que ni acordarse de su nombre! ¡Ese ya era el colmo de los colmos!.

.- Ohh…- Fue lo único que pudo responder el pelinaranja, ahora si que se sentía incomodo y hasta apenado. Bueno… ¡Al menos se acercó bastante! Dios… Era una terrible persona, reflexionó observando a la tal Erika a la cual se había tirado la semana pasada… O la antepasada… No lo recordaba muy bien, solo se acordaba de lo borracho que estaba y de que gracias a Buda SI había usado protección. Al parecer ese era el único buen habito que tenía, cuidarse siempre, sino quien sabe cuantos tipos de enfermedades tendría. Porque ni el mismo se acordaba con quien se acostaba casi a diario, una que otra tal vez, pero todas eran básicamente lo mismo. Nada especial, sin embargo lo que si recordaba, es que todas eran supremamente fáciles, una sonrisa bonita y caían como moscas.

Entre otras cosas lo que más le molestaba, era que luego lo buscaran ilusionadas con quien sabe que fantasía ridícula y empezaran a mencionar que nunca se habían sentido de tal y cual manera cuando estuvo con ellas. Eso desde luego le cabreaba, porque bueno, realmente… ¡Lo hacía tan obvio! ¿Qué acaso no les decía algo el olor a alcohol o que no compartía su número telefónico con nadie? ¿No les decía nada cuando les prohibía que lo besaran en la boca por la sencilla razón de que le daba asco que una extraña metiera su lengua en el lugar por donde ingería los alimentos?.

"¿Pero no te da asco follarte a cualquier desconocida que resulte, verdad?" Y allí estaba… la insufrible voz de su conciencia.

''Eso es diferente.''

''Claro que es diferente, estúpido. Es mucho más repugnante.''

''Ya cállate.''

En fin… !Fue por ello que empezó a estar con chicas mayores! ¡Se supone que tienen experiencia y que son menos estúpidas que las de su edad!.

Y que las chicas fueran unas tontas no le quitaba que el se había ganado todos y cada uno de esos momentos incómodos e irritantes, y es que aunque fuera un hijo de puta jamás las convenció de hacer algo que ellas no querían, siempre les habló con honestidad. Kurosaki Ichigo no era alguien quien se anduviera con rodeos o mentirillas piadosas para que las personas no se sintieran mal, si algo le molestaba lo decía, eso era todo.

.-Lo siento Erika, pero lo malinterpretaste todo, no busco tener ningún tipo de relación en este momento.- Habló luego de salir de sus cavilaciones.

La joven ahora con los ojos llorosos se inclinó en símbolo de despedida y salió corriendo en dirección contraria a la de donde Rukia se encontraba. Esa fue su señal para salir deprisa de allí, con brincos silenciosos se acercó rápidamente a su aula.

Una vez en zona segura descargó toda su ira en el pobre bote de basura que casualmente estaba vacío e iba a empezar a gritar insultos nada propios de una señorita cuando escuchó unos pasos por el pasillo, abrió los ojos desmesuradamente, recordó que el estúpido cabeza de zanahoria a quien ya odiaba con el alma estaba en su mismo salón, se arregló el cabello y el uniforme rápidamente, recogió el bote de basura y se apresuró a su pupitre para disimular que estaba organizando sus cosas. Debía seguir siendo "Impecable" y más si se trataba de ese sujeto. Quería que sufriera, como hizo sufrir a esa chica y las demás mujeres que no conocía pero que sentía que debía hacer algo por ellas, su sentido de la justicia era lo primero.

De pronto el pelinaranja entró al aula y observó a la Kuchiki mientras pasaba a su pupitre, su ceño se frunció aún más, esa chica no le daba buena espina.

.- ¿Tu eres Kurosaki-kun, verdad?.- Dijo Rukia de repente, con el mismo tono chillón y molesto que había usado por primera vez aquel día.

.-Si… ¿Kuchiki no es así?.- Respondió extrañado recordando como Keigo se había pasado hablando de ella durante todo el receso, Entre más escuchaba esa fastidiosa voz, más ganas le daban de gritarle que se callara.

La impaciencia era uno de sus mayores defectos.

.- ¡Oh, te has acordado de mi nombre! ¡Estoy realmente contenta!.-Exclamó mostrando su blanca dentadura mientras que inclinaba un poco su cabeza y cerraba sus bonitos orbes.

Ichigo entrecerró aún más sus ojos ¿Lo estaba haciendo apropósito? ¿Por qué esa sonrisa tan extraña? ¿Y es que realmente podría existir alguien quien lograra molestarlo tanto con solo su insoportable voz? o… ¿Qué clase de teátrico barato era ese? No lo sabia, pero si de algo estaba seguro es que era muy rara. Con ese grueso mechón suyo dividiendo su rostro, ese color tan raro de ojos y con esa minúscula estatura podría ser confundida fácilmente con un gnomo un día de estos.

Sin mencionar a la señorita perfecta de la que ahora estaba seguro que pretendía simular.

.- Bueno supongo que ya debo irme, nos vemos mañana Kurosaki-kuun.- Alargó la ultima palabra a propósito y sonrió nuevamente mientras salía del salón y se despedía grácilmente con la mano.

.- Que hija de puta.- Susurró terminando de guardar sus pertenencias para salir de allí.

Naturalmente tenía cosas que hacer, gente que ver y lamentablemente, partir a un trabajo al cual ya había llegado tarde.

De nuevo.

"Excelente"


Notas de Autora:

Bueno pues nada, aquí un fic que pretendo que sea largo. Se que es muy cliché pero vamos que a todos nos gusta un poco lo cliché, o al menos a mí me encantan este tipo de historias, pero tranquilos no esperen el clásico profesor que pone un taller en parejas y que casualmente a Kuchiki y a Kurosaki les toca juntos, eso ya esta más quemado que la pólvora jaja, aunque aún no se como es que voy a hacer para que se vuelvan amigos... supongo que algo se me ocurrirá.

¿Tienen alguna, idea?

En fin... si tengo algún horror ortográfico o de narración no duden en decírmelo, soy toda oídos.

Gracias por tomarse la molestia de leerme.

Con amor:

Aleyzha.