Only a Dream Between Winter Frost
(Sólo un Sueño entre las Heladas de Invierno)
-Ah, la lluvia… parece que no puedo escapar jamás de ella, no hermano?
Una sonrisa triste se escapó de los labios de Loki, aquel que fue príncipe y rey de Asgard, que nació para gobernar Jotunheim, que a los ojos de los demás lo poseyó todo, pero sólo los ojos de Frigga vieron que no tenía nada… Frigga, cuanto dolía recordarla, sus últimas palabras fueron negarla como madre, pero en su pecho conservaba la esperanza que, como siempre, ella hubiera visto más allá de la mentira, que leyera entre líneas "fuiste mucho más que eso". Ahora se encontraba aquí, en Midgard, bajo la tormenta que tenía a los humanos corriendo en busca de refugio, sin embargo a él, un Dios, lo tenía sin cuidado ¿Cómo temerle a la tempestad si creció con su amo? ¿Cómo escapar del trueno si lo único que anhelaba era su toque? Pues exactamente sus sentimientos lo habían traído a visitar este, de entre todos los reinos… Después de años de lucha, de engaños y mentiras, de alianzas y traiciones y sobretodo de negarse a sí mismo sus sentimientos por su hermano, al fin se había rendido… amaba a Thor.
El descubrimiento fue como un relámpago; En medio de la batalla, con sus enemigos derrotados y Thor inconsciente a sus pies, sólo faltaba el golpe de gracia para tenerlo todo, pero sus manos no fueron capaces de asestar el golpe final. No supo si fueron segundos u horas los que sostuvo en alto la daga mortal mientras su otro brazo acunaba el cuerpo inconsciente del Dios del trueno; finalmente, cuando aceptó la verdad, soltó el arma y se abrazó a su hermano con tanta fuerza que un mortal no lo hubiera resistido, dejó caer las lágrimas que jamás supo que guardaba y acarició el rostro de quien nunca quiso aceptar que amaba. Era una tarde nublada, lo recordaría siempre, cuando se vio obligado a marchar antes que sus enemigos despertasen, que su… amado despertase, y sabiendo que esta sería su única oportunidad de hacer algo tan "indigno" rozó los labios de su hermano y los besó.
No había visto a Thor desde entonces, o al menos eso creía este, pues de vez en cuando Loki no resistía el impulso de saber que era de la vida de su hermano, de oler en su cabello el aroma del sol; Un error que cometía pocas veces, pues siempre el pago que debía dar a cambio era elevado. Thor solía sonreír con amor mientras esa mortal llamada Jane Foster le hablaba de "ciencia" y el olor de esta mezclado con el del sol impregnaba el dormitorio compartido. La primera vez huyó de allí y se encerró en su dolor fortaleciendo su magia, La segunda vez un poblado pequeño sirvió para aplacar su ira, sin embargo la tercera… la tercera vez uso su seidr y oculto observó el acto en que Thor demostraba su devoción a la mortal y que él jamás podría sentir; Grabó cada segundo en su mente, cada gemido y palabra, movimientos, caricias, cada gota de sudor enmarcando los músculos de su hermano. Lo recordaría todo, porque era lo más cerca que jamás estaría de su amor.
Esta noche había caído en la tentación otra vez, su hermano se encontraba festejando en la torre de los vengadores junto con los demás, el humano conocido como Tony Stark se encontraba abrazando y besando a un incómodo capitán Steve Rogers mientras mal equilibraba un vaso de licor y a su vez Jane trenzaba los cabellos dorados de su… pareja. Escenas como estas había visto miles, pero cuando el anfitrión habló sintió que su mundo no se había hecho añicos, hasta ahora.
-Jane y tu llevan bastante juntos, chico grande, ¿No crees que es tiempo de darle a papi Odin algunos nietos? – Tony bebió un sorbo más de su vaso – digo ya va siendo tiempo que sientes cabeza y conviertas a la señorita en tu reina ¿no?
No alcanzó a escuchar la respuesta, ni vio la cara de su hermano al escuchar la pregunta, ni nada en absoluto hasta que llegó aquí a una calle cualquiera de Nueva York, y dejo que sus lágrimas se mezclaran con la lluvia en su cara y recordará todo lo que habían sido estos últimos años. Finalmente lo había perdido todo, lo había perdido.
-Hay cosas que es mejor olvidar- susurró una voz a su lado – no sé qué haces aquí pero tus ojos hablan lo mismo que los míos, y por ello me he atrevido a decírtelo. Olvídalo.
Loki miró al mortal a su lado, escondido en una gabardina negra que lo cubría de la tempestad, su mirada como había afirmado, tenía escrita la misma tristeza, y en su mano que era de alguna especie de metal, sujetaba una botella con un fuerte olor a alcohol, al igual que su boca. Usando su magia no fue difícil averiguar quién era y si bien la bebida no era tan fuerte como las de Asgard, podía sentir que tenía alguna especie de químico entre anestésico y amnésico. En su vida, jamás hubiera pensado en aceptar un escape fútil ofrecido por un ser inferior, pero a partir de aquí, de esta vereda y de esta noche, no sabía absolutamente nada de sí mismo más que estaba completamente roto… y dolía demasiado.
-Quizás puedas convencerme que es verdad, si compartes conmigo unas copas de ese brebaje que traes… James Buchanan Barnes.
Y así había comenzado esta historia, que no era más que un corto sueño entre las heladas del invierno de sus vidas.
