Los ojitos perlados comenzaron a abrirse tras los tímidos rayos de sol. Poco a poco, su cuerpo comenzaba a moverse, desordenando las sábanas que cubrían su frágil cuerpo al mismo tiempo que estiraba sus brazos al aire, una cosa habitual de cada mañana.
Se lamió sus secos labios y dispuso a sentarse en la orilla de su cama. Aún con los párpados algo dormilados, buscó el moño en la repisa de al lado y sonrió victoriosa cuando sintió el tacto. Tomó su largo cabello hasta arriba, formando una coleta y dejando que cayera hasta sus caderas. Nunca fue una persona que peleara con la almohada al momento de levantarse, por lo que sabía que aún era temprano para realizar sus labores cotidianas.
Giró su rostro hacia la derecha, encontrándose con los cuerpos dormidos de sus compañeros. No era una sorpresa después de todo, estaba acostumbrada encontrar a su amado durmiendo con alguna compañera distinta cada día. Al principo fue doloroso, pero después solo dejó que sus sentimientos flotaran como lo hacía en ese momento pero aún así no pudo evitar alzar su cabeza para ver de quien se trataba esta vez y no hizo gesto alguno, desde hace bastante tiempo que veía el cuerpo de Sakura al lado de Naruto cada mañana, con sus respiraciones tranquilas, desnudos y abrazados el uno del otro. No podía negar que en un momento aquello le molestó, derramando lágrimas por su pequeño corazón roto a causa de su intrépido amigo; había estado enamorada de él desde que eran niños pero nunca se atrevió a decirle, ya que sabía que en los azules ojos de Naruto ella era simplemente una amiga, una buena y querida amiga.
Se levantó de la cama y caminó hasta la puerta de la habitación, mirando por última vez a la pareja. Posó su diestra en la fría manilla de hierro y la giró al sentido contrario provocando el rechinar de los tornillos, Hinata juró que se había escuchado por toda la habitación de no ser porque levantó un poco la puerta antes de abrirla, Kiba necesitaba arreglar aquello urgente si no quería despertar a medio mundo en la casa.
Tomó la toalla dirigiéndose al baño, mientras la imagen de sus compañeros aún permanecía en su pequeña cabeza, preguntándose si algún día podría despertar en los brazos de Naruto como la mayoría de sus amigas habían experimentado. Claro estaba que nadie sabía de sus sentimientos y era mejor así, de lo contrario ya habrían planeado alguna forma que le declarara su amor de infantes y para ella era demasiado. Si bien no era feliz ver a su Adonis con distintas mujeres estaba conforme, mucho más conforme que supiera la verdad y la dejara a un lado para siempre.
-Mas temprano que de costumbre.
Aquella voz la sacó de sus pensamientos. Volteó en su dirección, encontrándose con los oscuros ojos de Sasuke que la miraban somnoliento. Ella le sonrió gentílmente.
-El sol entró más fuerte esta mañana, pronto será verano.
-Así parece...
-¿Y tú, uchiha-san? Es raro verte a esta hora.
Sasuke frunció los labios con cierta molestia ante la voz burlona de Hinata, aún notando una pizca de tristeza en ella, pero a si mismo sabía que nada lograba en preguntarle que pasaba, ya que la Hyuga era muy cerrada en cuanto a sus sentimientos.
-Mas que eso ¿Cuantas veces te he dicho que dejes de tratarme por mi apellido? ¿Es muy difícil pronunciar "sasuke-kun" para la gran Hinata?
Hinata infló los mofletes ante su comentario, pero su molestia fue más grande ante la ridícula imitación de voz de su persona que hizo el moreno. Sasuke sonrió levemente victorioso ante su logro, ya que si había algo que adoraba más que pelear con su mejor amigo, era hacer enfadar a la tímida Hinata.
-En fin. Mejor ir a tomar desayuno ¿no crees?
-Oh -Exclamó Hinata, curvando levemente sus labios-. ¿El gran sasuke uchiha invitándome a desayunar? ¿debería sentirme alagada?
-No subestimes mi paciencia, Hyuga.
Sasuke volteó tras decir sus palabras listo en marcha, no sin antes mirar de reojo a Hinata que reía ante la situación, logrando lo mismo para él y sabiendo la respuesta de ella se dirgió a la cocina. Hinata se quedó ahí, viendo como la silueta de sasuke se perdía en el camino y pensando que él era una de las personas que podía sacarle una sonrisa en los peores momentos, a pesar de que ella intentaba disimular con todas sus fuerzas la pena que llevaba por dentro.
Se podía percibir en el aire el aroma a café recien hecho y pan tostado, el desayuno preferido para Hinata. Entró a la cocina con la toalla en sus delicadas manos, intentando secar su cabello mojado tras la ducha matutina. Sasuke volteó cuando escucho la voz de Hinata pronunciar su nombre pero no dijeron nada, solo sonrieron y sasuke fue lo suficientemente caballero para ofrecerle el asiento a la menor, que entusiasmada corrió al lugar tras ver el arduo esfuerzo que dedicó para preparar la primera comida del día. Sasuke la imitó, dedicándole unos segundos para observarla con trabajo sin que ella pudiera darse cuenta.
-Estas cambiada.
Fue lo que dijo para interrumpir la comida, provocando que ella se detuviera ante el bocado que llevaba a su boca. No era novedad que le dijeran eso, desde hace algún tiempo que venía escuchando esas palabras de distintas personas y nunca le había tomado el peso, pero con sasuke era todo distinto.
-Oh... ¿tu crees?
Hinata observó la taza de café escondida entre sus manos mientras el humo acariciaba su pálido rostro. Sasuke frunció el ceño.
-No lo creo, es así. ¿Me contarás o esperarás a que lo descubra?
Hinata abrió levemente sus perlados ojos. ¿Que podía decirle? Tal vez sasuke ya sabía todo y solamente quería atormentarla o escuchar el problema de sus propios labios. Si ese era el caso ¿Para que necesitaba él saber de sus problemas existenciales? Sonrió con tristeza, intentando desaparecer el incómodo momento que había aparecido pero no funcionó, Sasuke esperaba una respuesta y Hinata obligadamente tendría que dársela.
-A veces...-Hinata tomó un poco de aire y suspiró-. Es díficil vivir con la persona que amas y despertarte cada mañana pensando que nunca podrás cambiar las cosas.
Silencio. Sasuke se quedó sorprendido ante la respuesta. Sabía a quien se estaba refiriendo, pero no quería afrontar la realidad ni mucho menos escucharlas de la boca de ella. Quería darle alguna palabra de aliento aunque no fuera una característica de él, pero ¿como podría? Si él lo que más deseaba era que se olvidara de esa persona y para siempre si fuera necesario, pero no podía decirle aquello a Hinata, no a su amor de tantos años.
-¿Ustedes temprano aquí?
A Hinata pareciera que el mundo se hubiera venido encima. De todas las personas existentes viviendo bajo ese techo, tenía que aparecerse justo él. No quería voltear y tener que ver sus penetrantes ojos azules que amenazaban con descubrirla ni mucho menos luego de aquella mañana. Sasuke se tensó y su mirada se fijó en Naruto, que tembló ante la repentina atmósfera de muerte que tenía su amigo.
-Wuo sasuke, si las miradas mataran...
-Como lo desearía.
-Agh, no quiero pelear tan temprano, ttebayo.
Se acercó a la mesa y Hinata no pudo evitar mirarlo aunque sea unos segundos, pero solo hasta ahí, porque cuando se dió cuenta que Naruto estaba solamente en boxers se nubló su vista y pudo sentir su sangre subir hasta su rostro, gesto que no pasó desapercebido para Sasuke.
-¡D-debo irme!
Hinata se paró bruscamente de su asiento sorprendiendo a los dos hombres en el salón. Su cabello cubría sus ojos y parte de sus sonrojadas mejillas intentando que pasaran desapercebidas. Intentó con todas sus fuerzas pasar por al lado de Naruto sin que este se diera cuenta de su estado, pero como si Dios y la vida existente estuvieran en su contra, este la tomó del brazo antes de que pudiera alejarse más.
-Espera un momento Hinata, necesito hablar contigo.
Aquello cayó como un golpe al estómago. Su corazón latía rapidamente amenazando con salir de su pecho, intentó calmarse ya que sentía como sus latidos retumbaban por toda la habitación. 'Solo quiere hablar contigo Hinata ¡Solo eso!' Pero ¿como no imaginarse otra cosa, teniendolo al frente de esa forma y hablándole así? Cerró sus ojos nerviosa cuando quiso darle una respuesta, pero Sasuke interrumpió.
-¿Para que necesitas hablar con ella?
Sasuke intentó mantener la cordura. Habló con una voz fría, señal de que se estaba enojando y en serio si Naruto no soltaba a Hinata en ese momento, pero el rubio estaba lejos de sentirse amenazado por su amigo, mas allá de eso sabía lo que ocacionaba en el moreno cada vez que tomaba desprevenida a Hinata como en ese entonces, riendo para sus adentros.
-Nada que te importe.
Naruto tomó con más fuerza el brazo de Hinata y en un movimiento la acercó a su desnudo cuerpo. Hinata se sobresaltó, a pesar de haberse dicho a si misma que no lo hiciera pero no podía evitarlo, tener así de cerca a Naruto era algo mucho más fuerte que su subconciente. Sasuke frunció los labios y apretó su puño con fuerza, no podía hacer nada ante las acciones de su estúpido amigo porque simplemente no le correspondía, la única que podía parar esta situación era Hinata y tendría que hacerlo tarde o temprano, si es que deseaba parar todo.
Naruto llevó a Hinata, no sin antes voltear su rostro hacia sasuke con una pequeña sonrisa en sus labios.
-Vamos, solo necesito preguntarle algo. No es como si le fuera hacer algo.
Sasuke mordió su labio, intentando con todas sus fuerzas no saltar sobre él pero no dijo nada, por lo que Naruto tomó su silencio como su derrota. Sasuke sabía lo que Naruto deseaba, en algún momento se iba a dar cuenta y cuando lo hiciera sacaría el mayor provecho de la situación, justo como en ese momento mientras veía como se alejaban de él, sin poder hacer nada en sus manos.
Cuando Hinata ya se había dado cuenta donde estaban, todo se volvió oscuro. Ya no podía sentir el calor del cuerpo de Naruto a su lado y solo pudo escuchar el rechinar tan peculiar de la puerta cerrarse. Estaban en su habitación, pero no había rastro de Sakura por ninguna parte ¿Ya se habría ido? Fue lo que pensó y cuando intentó buscar el interruptor de luz para salir de la oscuridad sintió las manos de Naruto empujar su frágil cuerpo, tocando con su espalda el colchón de la cama. Hinata quiso decir algo, exclamar algo pero se quedó cortada cuando nuevamente y sin siquiera quererlo, sintió el cuerpo desnudo de Naruto apresar su ser mirándola con sus penetrantes ojos, como si estuviera desnudándola con ese toque.
No había nada que pudiera hacer.
-Ahora si, vamos a hablar...
