Buenas a todos/as. Hace mucho que no me acercaba por aquí e increíblemente esta historia ya tiene final escrito y listo para actualizarse una vez a la semana ^^ Cumplí mi palabra y escribí la historia entera para no retrasarme por los atascos de inspiración y todas esas cosas. Lo curioso de esta historia y lo que me llevó a escribirla tan rápido, es que la escribí en mi celular, ya que al tener una familia numerosa, se pelean el computador practicamente aquí, nadie me tendría por qué pedirme mi celular y así fue como creé esta historia. Espero les guste. ¡A leer se ha dicho!
Tal ves esto suene cliché, pero cuando te ocurre es como casi un evento paranormal; único e irrepetible, y te preguntas; ¿de entre millones de personas y me pasa a mí? Y ves las cosas desde una perspectiva totalmente diferente. Y es que enamorarse de tu mejor amigo es el pan de cada día que alimenta a las novelas más populares o series de la TV.
A veces siento ganas de gritar por todo el peso sobre mis hombros, esta carga me mata y me tortura, es un secreto que no puedo (y temo) confesar a cualquiera. Verlo reír, compartir conmigo, bromear por tonteras y observarlo de reojo dormir plácidamente cuando me voy a quedar a su casa o él a la mía, terminaron por estampar mi corazón en la pared debido a la fuerza con la que me flechó cupido. ¿Qué debo hacer? Temo confesarme y que se vaya de mi lado.
Ha tenido tantas novias… perdí la cuenta en la número treinta y seis y que me quede la posibilidad de que le llegase a gustar un poquito era; francamente imposible.
Desde mi asiento en la sala de clases lo miro. Está leyendo un libro que no tiene nada que ver con la clase y para que no le llamen la atención, tapó la cubierta con el libro de matemáticas. Ahh, su perfil, esa piel blanca y el flequillo rozando su pómulo…
Casi salté del susto cuando me miró de imprevisto con una expresión neutra. Miró de reojo al profesor que estaba de espaldas y me lanzó un papelito. Lo desdoblé en silencio sobre mis piernas, oculta del campo de visión de cualquiera.
"¿Algo para hacer después de clases?"
Hasta su letra era hermosa e impecable. Le respondí rápidamente y aproveché cuando el profesor se acercó a Shikamaru a despertarlo de su acostumbrada siesta.
"No, ¿qué hay de interesante para hoy?"
"Haruki Murakami vendrá a una firma de libros"
"¿Tu autor favorito? ¿Quieres que te acompañe? Porque no tengo ningún problema."
" :) "
Sabía lo mucho que le gustaba ese autor a Sasuke y que estaría demasiado nervioso si iba solo. Sería un buen momento para aprovechar y estar con él haciendo una de las pocas cosas que le gustan.
La clase terminó y nos dejaron una lista interminable de ejercicios para la próxima semana. Si empezaba hoy mismo haciéndola podría terminar el mismo día a la hora de recreo. Comenzaría nada más llegar a casa. ¿Qué? ¿Qué tiene de malo? Después de cumplir dieciocho años uno recién se pone más responsable y gracias a Sasuke puedo terminar mis tareas y me saco mejores notas. Otra razón más para quererlo tanto.
- ¿Tienes idea de cómo me siento ahora mismo?- Sasuke en señal de nervios acostumbra hablar mucho- Mi autor favorito, aquí en la misma ciudad que nosotros, no lo puedo creer, y firmará mi libro favorito. ¿De casualidad tienes tu cámara aquí? Quiero que me tomes una foto con él. – suspiró como colegiala de la emoción y abrazó a su libro, el que tenía apretado contra su pecho desde que salimos de la escuela- Ahh, siento que estoy más feliz que nunca en mi vida, esto es como… como, cuando finalmente golpeé a mi hermano por haberse desaparecido después de tantos años.
Me reí, y es que ese día me había invitado a quedarme en su casa y justo había aparecido su hermano desaparecido. Corrió hacia él y como no le vi el rostro, juraba que lo iba a abrazar… en vez de eso sólo le propinó una certera patada en la ingle e Itachi cayó de rodillas al suelo de dolor.
Llegamos a la librería y nos llevamos una gran sorpresa al ver una inmensa fila de fanáticos esperando por el escritor.
- Mentira…- dije de la impresión- La fila abarca dos cuadras…
- No importa. No se irá, alcanzaré a tomarme una foto con él y firmará mi libro.
- Vaya, sí que estás optimista hoy.- sonreí.
- Por supuesto. Si soy pesimista, todo me saldrá mal. Eso lo aprendí de ti.- me sonrió y me sonrojé un tanto.
Me rasqué la mejilla para restarle importancia y que no se diera cuenta de mi reacción.
- Ci.. Cierto. ¿Por qué mejor no me cuentas de qué trata el libro para entretenernos un rato?
Sasuke sonrió aún más ampliamente.
Cuánta emoción y devoción más podría ser demostrada por sólo una persona. Sasuke, si hasta pareciera que te querías casar con ese tal Haruki Murakami y me provocaba muchos… celos. Inconcientemente quería que en vez de pronunciar su nombre fuese el mío, una y otra vez.
"Naruto es tan genial. Amo la manera en la que se expresa. Me encantaría saber más de él. Cada uno de sus libros es único e irrepetible…"
Soy peor que una colegiala de quince años muriéndose de amor por algún cantante o modelo.
Perdí la cuenta de las horas esperando fuera de la librería. Sasuke hablaba perdido en su mundo de Murakami, totalmente absorto por sus propias palabras, yo, estaba aburrido de escucharlo pronunciar tanto ese nombre que me rebotaba en el cerebro y me comenzaba a sacar espuma por la boca.
Habían pasado cuatro horas y quien sabe desde cuándo que estaba ahí dentro ése pobre firmando, escribiendo dedicatorias, sonriendo para las fotos… ¿Y qué tal si…? Entonces pasó lo que inconcientemente sospechaba. Murakami se puso de pie y se marchó. Sus horas de firmas se habían acabado y ahora se marchaba, tal vez a su hotel o a casa en quien sabe dónde. Yo no tenía idea, no me interesaba pero se me partía el alma el ver al pobre de Sasuke notar que la fila comenzaba a deshacerse.
- No puede ser…- dijo casi en un susurro- Oye, tú…- preguntándole a una muchacha de la fila al frente de nosotros.- ¿Qué está pasando?
- Murakami se fue. Llevaba cerca de siete horas firmando y se fue porque estaba cansado.- suspirando de decepción.- Y hoy era su último día…-suspiró decepcionada.
Me cayó la teja; los últimos tres días en la escuela habíamos tenido unas pruebas horribles y difíciles, hace cuatro días tuvimos meros repasos de la materia pero nada de lo que preocuparse y podríamos haber ido a la firma pero Sasuke ni siquiera la mencionó por lo que Murakami llegó el martes. Gracias al aniversario de la escuela se detuvieron las pruebas y Sasuke pudo aprovechar el último día para ver a su ídolo.
No sé porqué me sentía mal, como si hubiese sido todo mi culpa aunque no tuviese nada que ver con esto. La mierda pasa, como a todos. Siempre pasará algo malo aunque sea una vez en nuestra vida pero por qué justo hoy.
- Vámonos, Naruto- dijo Sasuke. Se dio la media vuelta y se marchó.
El aura que despedía Sasuke era la máxima depresión.
- Pero…- siguió caminando, ignorándome por completo.
Yo me devolví a la librería, corriendo como alma que lleva el diablo, teniendo algo de esperanza porque me resultaran las cosas.
Si lo leíste, hazmelo saber con review, esa es la única petición que siempre haré
