Renuncia: Todo a Hirohiko Araki.
Bajo el sol de verano, intento no congelarme
Narancia es fuego vivo, Giorno puede verlo mientras observa a través de la escalera. No es como si no lo supiera, que Narancia es realmente uno de los tantos niños de cristal que vagan en Italia, y no sabe si reír o llorar pues hay cosas que todos pasan desapercibidas, más él -novato en casi toda la regla- puede decir con total certeza.
Que es un niñito infantil, ingenuo, iluso, y un tanto ridículo.
Entonces Narancia regresa de improviso, con la noticia de que ha asesinado a alguien. Cuando sucede, ambos se detienen. Gira el rostro, se miran y-
oh
a Gio se le corta la respiración en franca sorpresa cuando a su gesto estoico responde una mano y una sonrisa alegre.
No le responde el gesto.
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Giorno es hielo, es lo primero que Narancia piensa cuando le ve por primera vez en el restaurante, y sin embargo hay algo tras aquellas esmeraldas en sus ojos, que le hace pensar que no es tan frío realmente.
Él lo considera maduro, inteligente, centrado, y quizás un tanto misterioso.
Pero también considera que le faltan algunos amigos, convivencia con gente que ronde su edad, para variar. Un poco de alegría, algo más de felicidad. Siente que debiera pintar algunas sonrisas más en sus labios.
Tarde o temprano, sabe, podrán ser amigos.
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En el fondo, considera que Narancia es muy inocente e influenciable como para estar en la organización. Entonces desconfía, no contesta a sus saludos y aún así el piloto es demasiado insistente. Más quisiera creérle, cuando sus ojos de estrella se iluminan hasta cegarle y su gesto parece sincero. Quisiera creerle cuando le sugiere que podrían apoyarse el uno al otro. Por eso, cuando Narancia le dice ''seamos amigos, al fin y al cabo no es como si hubiese mucha gente por aquí'', Giorno le sonríe.
