Disclamer: Ninguno de los personajes usados para este fict me pertenecen, todos son de Masashi Kishimoto, y yo no tengo regalías por mis geniales historias (tengo ego, no me culpen xD).
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Reto # 18 de los 100 ShikaTemas
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El Último Heredero
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Capítulo 1.
Shikamaru estaba terriblemente cansado y por completo adolorido.
Acababa de terminar una difícil misión de rango A y por fin regresaba a casa con sus compañeros de equipo que habían sido los menos afectados: prácticamente ellos lo estaban ayudando a llegar porque casi estaba seguro de que al menos tenía un par de costillas rotas…
—Shikamaru sempai mire, son las puertas de Konoha —dijo uno de los jounin que lo acompañaba para animarlo a soportar un poco más, y el Nara al verse ya en casa se sonrió y suspiró.
—Han hecho un gran trabajo, Shiro, Sota… gracias —les agradeció de todo corazón, sabiendo de antemano que de no haber sido por ellos, probablemente no habría salido vivo de aquella misión…
Y levantando entonces la vista al cielo, Shikamaru admiró las blancas nubes que en ese momento se elevaban sobre la aldea. Si tenía suerte, quizás Tsunade sama le permitiría descansar por al menos dos semanas mientras se recuperaba de sus heridas.
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—¡Tsunade sama el equipo de Shikamaru por fin ha regresado! —informó a voz de grito Shizune irrumpiendo de forma abrupta en la oficina de la Quinta Hokage, que apartando la vista de informe en que trabajaba, de inmediato se levantó.
—¿Cuál es su estado? —quiso saber avanzando directo a la puerta en donde su alumna y asistente esperaba.
—Están heridos, pero por fortuna no es nada de gravedad, Shikamaru tiene algunos huesos rotos y algunos desgarres musculares, pero el análisis de Ino es favorable a pesar de eso —explicó aunque sin entrar mucho en detalle, mientras ambas se encaminaban rumbo al hospital.
—¿Hubo refuerzos de Suna? —preguntó la rubia y tras unos segundos de silencio su asistente contestó.
—No hay rastro alguno de ellos, sólo se sabe que todos los habitantes murieron antes… —dijo, y la Hokage se detuvo de forma abrupta mientras que Shizune dio un paso más que ella antes de detenerse y voltear dándole una mirada apenada.
Con pesar, Tsunade suspiró.
—Envía a alguien a buscar los cuerpos, que busquen en un radio de un kilómetro a la redonda y prepara el informe al Kazekage en base a esa información —ordenó la mujer retomando su camino mientras Shizune asentía, y al salir del edificio sin demora se dispuso a acatar las nuevas órdenes dejando a su maestra que avanzando en solitario se permitió mostrarse preocupada.
Aquella había sido una misión en conjunto con ninjas de la Arena y pese a lo poco alentador que era el reporte hasta el momento, tarde o temprano tendría que decirle a Gaara el catastrófico resultado, y estaba segura que al Kazekage no iba a gustarle... más dándole prioridad a otros asuntos Tsunade pronto se dirigió a terapia intensiva en donde Shikamaru debía de estar ya, preparado y esperando.
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—Fuiste muy afortunado Shikamaru: tienes algunos huesos rotos pero ninguno de tus órganos vitales fue alcanzado —le informó Ino a su amigo y compañero mientras esperaban a la Hokage, sin embargo él apenas y asintió poniéndole mínima atención.
Lo habían sedado para hacer más llevadero el dolor que sentía en el cuerpo, y aunque lo único que quería en esos momentos el moreno era ponerse a dormir, era precisamente eso lo que la Yamanaka estaba evitando que hiciera. Ordenes precisas y directas de la Hokage, que minutos después ingresó a la sala de operaciones acompañada de otro ninja médico.
—Vamos a comenzar el procedimiento Shikamaru. Es probable que sientas dolor y pesadez, pero tienes que mantenerte despierto el mayor tiempo posible, ¿entiendes? —ordenó la rubia de ojos color miel, dando la señal para que tanto Ino como el otro médico tomaran sus posiciones junto a la mesa.
El heredero del clan Nara asintió en silencio, luchando contra el peso que sentía en los párpados y prácticamente sin darse cuenta del momento en que colocaron y ajustaron unas cintas para inmovilizar su cuerpo, pero haciendo una mueca dolorida cuando sintió las manos de Tsunade que había comenzado a hacer una primera exploración sobre sus torso, el área más dañada y problemática.
—Ino tu te encargaras de ese costado —informó a su discípula, y ambas de inmediato comenzaron a concentrar mínimas cantidades de chakra en las palmas de sus manos. —Shikamaru, ¿Qué fue lo que ocurrió durante la misión? —preguntó la Godaime ya fuera por enterarse o por mantener a Shikamaru despierto, y con cansancio el moreno suspiró.
—Llegamos al punto seleccionado ayer por la noche, justo como lo planeamos —comenzó a dar el informe, esperaba no tener que entregar un reporte escrito después de contar aquello. —La zona parecía desierta, aún así nos mantuvimos ocultos y acercándonos con mayor sigilo a la casa. No había ningún tipo de vigilancia en los alrededores…
Durante unos segundos, Shikamaru guardó silencio. Las manos de las dos mujeres habían empezado a calentarse poco a poco, y comenzaba a molestarle…
—... de repente escuchamos ruidos en una de las habitaciones: cristales rotos y golpes… sospechamos que el enemigo se había adelantado a nuestros cálculos… —y de nueva cuenta, permaneció en silencio unos momentos, esta vez reflejando en su rostro el dolor.
Tanto Ino como Tsunade, habían aumentado la cantidad de chacra, y por lo tanto, a ejercer más presión sobre sus costillas y abdomen…
—Hubo… hubo una explosión en el interior de la casa —explicó apretando con fuerza los puños de sus manos, concentrando su mente en los recuerdos de la noche anterior para distraerse del dolor. —Irrumpimos en el jardín y fue donde lo vimos y confirmamos la presencia del objetivo. Él había sido el causante de la explosión que habíamos oído, había hecho estallar una de las paredes para poder ingresar… adentro había una mujer que gritaba y lloraba, y aunque nosotros atacamos por sorpresa, se deshizo fácilmente de Shiro y Sota, y yo apenas y conseguí liberar a la mujer antes de que me golpeara y me destrozara las costillas…
Durante breves instantes, Shikamaru no pudo contener más el sufrimiento que el tratamiento le estaba provocando, e involuntariamente movió su cuerpo retorciéndose en un intento de apartarse, y de no ser por las cintas que lo mantenían sujetado probablemente lo hubiera logrado…
—¿Contra quién te enfrentaste? —preguntó Ino, intentando en vano distraer a su compañero: la cantidad de chacra acumulada en sus manos era mucho mayor y por tanto la presión también se había aumentando, y Shikamaru, aunque trató de contenerse no lo soportó y acabó gritando.
—Iba Nanjiroh: el shinobi de Kumogakure no Sato y que asesinó a todas las mujeres e hijos de los principales clanes de su aldea —respondió Tsunade todavía concentrada en el tratamiento, sin siquiera levantar la vista hacia Ino que ante la sorpresa se quedó inmóvil unos segundos…—no te desconcentres Ino —le reprendió de inmediato la Hokage, y su discípula de inmediato retomó su labor sintiéndose ligeramente avergonzada por su descuido. — Shikamaru, ¿qué pasó después? —cuestionó de nuevo la Godaime, dándole una mirada fugaz al heredero del clan de sombras, cuya respiración se mantenía agitada y forcejeaba contra sus ataduras aunque ya no con la misma intensidad.
Ella sabía que el vago número uno de Konoha había entrado a la etapa crítica del tratamiento, y que de un momento a otro acabaría perdiendo el conocimiento, pero lo necesitaba despierto unos minutos más, tan sólo unos instantes más… y Shikamaru, haciendo un esfuerzo sobrehumano respondió con voz ahogada.
—Él… iba a matarnos por interferir en sus planes… escuchamos el llanto de un niño recién nacido… la mujer no se había ido… Nanjiroh fue directo hacia ella…—un grito brotó de la garganta del shinobi, sentía que se quemaba por dentro, y jadeante Shikamaru comenzó a ver todo borroso…—ella… la mujer… suplicaba… Nanjiroh la golpeó… le arrebató al niño y la golpeo… —poco a poco, la pesadez volvió a apoderarse del muchacho, podía sentir todavía las manos de las doctoras sobre su cuerpo, sin embargo, el dolor poco a poco había disminuido… —reía… reía como un loco… tenía al niño en sus manos… y hubo una explosión…
Durante unos segundos, mientras Shikamaru recordaba aquella cruel y violenta escena, escuchó la voz de Tsunade como si estuviera muy lejos. Todo a su alrededor se había puesto negro. Ya no sentía dolor… y antes de caer en el sueño profundo, terminó de narrar su reporte…
—Iba Nanjiroh… murió durante la explosión…
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Para cuando el heredero del clan Nara despertó, el sol de un nuevo día iluminaba el interior de su habitación en el hospital.
Recostado en aquella cómoda cama, y sin siquiera intentar moverse, exhaló un suspiro profundo, mirando de reojo hacia la mesita de al lado en donde una canasta llena de manzanas y un arreglo floral cortesía de la floristería Yamanaka adornaban el lugar. Afuera no se escuchaba nada en absoluto. Sonriendo, Shikamaru se dijo a sí mismo que bien podría volver a dormirse y nadie se daría cuenta que se había despertado, sin embargo al echar un vistazo en dirección a la ventana el moreno se dio cuenta de que no estaba solo.
—¿Cómo te sientes? —cuestionó la Hokage todavía de pie, mirando la aldea a través de la ventana. De nueva cuenta, Shikamaru suspiró.
Debería haber sabido que Godaime Hokage sama no lo dejaría descansar tan rápido.
—Al menos ya no me duele tanto —confesó como respuesta, consiguiendo que la mujer volteara a mirarlo.
—¿Qué pasó después de la explosión Shikamaru?, ¿qué fue de la criatura, verificaron los cuerpos, buscaron en los alrededores? —preguntó la mujer retomando el asunto del reporte de la misión, y el muchacho ensombreciendo su mirada asintió.
—Sota comprobó la muerte de Nanjiroh. Estaba desfigurado a causa de la explosión, pero gracias a su técnica pudo comprobar y asegurar que no se trataba de ningún reemplazo… Shiro fue el encargado de revisar los alrededores, no había rastro de cómplices, nadie pudo escapar de ahí… de la criatura… alguien le puso el sello explosivo para asegurar la muerte de Nanjiroh —explicó sin entrar en detalles, suponía que sus compañeros de equipo ya habían sido interrogados y ellos habrían dado santo y seña de todo lo ocurrido, y él sencillamente no quería ni recordar lo crudo de aquella realidad en donde la vida de un bebé no había importado y lo habían sacrificado…
—¿Estás seguro que no encontraron nada?, ¿ni siquiera aliados? —insistió Tsunade y acto seguido Shikamaru arqueó una de sus cejas: en el registro de la misión no había mención alguna sobre aliados, y ahora que la veía bien, la Hokage parecía algo preocupada.
—Completamente seguro —contestó y con la duda recién implantada, se atrevió a preguntar. —Tsunade sama, ¿tendríamos que haber encontrado a alguien? —quiso saber y sin embargo ella le dio de nueva cuenta la espalda.
—Los otros cuerpos, ¿cuántos eran? —siguió ella con el interrogatorio ignorando su pregunta, y aunque el genio de las sombras presentía que algo se le estaba ocultando, respondió.
—Estaban los tres shinobis que protegían el lugar, además dos mujeres… una de ellas era la madre de la criatura…
—¿Sólo cinco?— interrumpió Tsunade volteando de forma abrupta a verlo y Shikamaru que la veía aún con su ceja perfectamente arqueada asintió, notando de inmediato que la rubia parecía sorprendida, quizás ligeramente confundida… pero antes de que pudiera hacer ninguna pregunta, alguien llamó a la puerta y Shizune entró captando la atención de ambos.
—Tsunade sama, la embajadora de Suna ha llegado —informó la asistente, e instantáneamente el pelinegro sintió un vuelco en su corazón.
—¿Temari está aquí? —preguntó casi por acto reflejo sin importarle que no se estuvieran dirigiendo a él, más atento a Shizune que no alcanzó a notar que la rubia desvanecía el gesto de preocupación cambiándolo por uno de alivio.
—Permanecerás un par de días más en observación Shikamaru, le diré que pase a verte antes de darte el alta… y si todo sale bien, quizás te deje tomar unas vacaciones —le explicó esbozando una pequeña sonrisa encaminándose hacia la salida, y el muchacho que volvió a fijar su atención en ella, sonriendo de medio lado asintió en silencio antes de ver a ambas desaparecer por la puerta, suspirando al pensar en Temari.
Hacía poco más de un año que no veía a la problemática rubia de Suna, y francamente no podía evitar preguntarse si seguiría igual de hermosa que en aquel entonces. A lo mejor, ya era el momento de decirle eso que sentía y que en tantos años de conocerla, no se había atrevido a pronunciar…
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—Tsunade sama, no creo que sea buena idea que le pida a Temari san que acuda a visitar a Shikamaru san —comentó como quien no quiere Shizune, ganándose una mirada por parte de su maestra que casi se burlo.
—Vamos Shizune no lo dirás en serio, si Temari y Shikamaru tienen años de ser amigos, quizás hasta algo más... además estoy segura de que en cuanto ella lo sepa querrá ir a visitarlo —aseguró Tsunade sintiéndose de mejor humor y aunque su asistente todavía parecía dudar se abstuvo de decir nada, y así las dos mujeres avanzaron en silencio hasta la oficina, a la cual la Hokage entró sin preocupaciones encontrándose en el interior a la embajadora de Suna esperándola cómodamente sentada en el sofá, con una canasta a su lado…
Y aunque Tsunade se mostró aliviada de que estuviera ahí, al mirar con detenimiento fue que la mujer pareció entender las dudas de su asistente sobre si era conveniente o no que Shikamaru la viera en un momento así.
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Bueno, bueno, bueno...
Un reto más a la lista de los 100 Shikatemas! *O*
La verdad es que tengo trabajando en este fict bastante tiempo, es el que mas avanzado llevo, y espero que les guste mucho n.n
Ahora, para los que
Ah! y el nombre de Iba Nanjiroh a lo mejor se les hace conocido, ya que mientras escribía, me acorde del desgraciado de Ibu Nanjiroh, el personaje creado por Rose Hatake Nara sama, para su espléndido fict Un tiempo para nosotros, y que yo en mi falta de creatividad e imaginación no pude pensar en un mejor nombre y solo cambié una letra jajajaja xD ah, y por supuesto, cabe aclarar que lo único que tienen de parecidos (por no decir iguales) es el apellido.
¿Será que me merezco algunos reviews? xD Gracias por leer! ;D