Disclaimer: Skip Beat no me pertenece.

Nunca debiste dejarme

Ella se había ido hace mucho tiempo, Kyoko se había alejado de su lado, sabia que en gran medida él tenia la culpa por no haber sabido valorarla cuando aun lo amaba, pero era joven y estúpido, desgraciadamente a esa edad él aun no sabia apreciar lo valiosas que podían ser las personas para su vida, sin embargo el siempre pensaba que Kyoko había mentido, ella siempre le había dicho que con solo estar a su lado era feliz y descubrió que eso no era cierto. Kyoko había logrado superar la decepción de un amor perdido mientras que él, él se había quedando en el profundo y oscuro abismo que dejo la chica.

Kyoko había entrado al mundo del espectáculo por él; incluso si lo había hecho con el único propósito de vengarse, eso no le importaba, para Sho lo único realmente importante es que la chica aun pensaba en él, de alguna forma no lo había olvidado, es mas se sentía poderoso al saber que la chica aun se aferraba a su recuerdo incluso si este era uno tan horrible como el de aquel día en que ella juro venganza.

Todo había cambiado, le gustaría decir que todo había sucedido bruscamente y que no pudo hacer nada para evitarlo pero sabe que es mentira, él prácticamente había lanzado a la chica que amaba a los brazos de otro hombre y no cualquier hombre sino el maldito que odiaba mas que a nadie en este mundo, todas las esperanzas que había guardado en la apuesta que hizo con la chica se fueron al caño cuando se entero que Tsuruga Ren era una mentira, su verdadero nombre era Hizuri Kuon, así que no había ningún problema con el hecho de que Kyoko lo amara.

Incluso con eso él se mantuvo fuerte y casi podía reírse en la cara del actor y decirle que Kyoko podía jurar amarlo pero que aun pensaba en él, porque mientras la actriz aun tuviera deseos de vengarse jamás podría olvidarlo, ya que era la meta que deseaba alcanzar, Sho en ese tiempo pensaba que las cosas estaban arregladas para que la chica jamás lo olvidara, estaba seguro que mientras él no aceptara su derrota ante Kyoko, ella no estaría satisfecha, así que mantendrían ese circulo vicioso; él correría mientras ella intentaba alcanzarlo y aunque un día lo sobrepasara Sho no planeaba aceptarlo, así estarían unidos toda la vida. Frente a sus ojos Sho pudo ver como esa esperanza desaparecía, poco después de que Kyoko se hiciera novia de Kuon apareció en el departamento del cantante pidiendo poder mantener una plática tranquila, una vez que estuvieron sentados en la sala con una taza de té cada quien la chica le dijo que olvidaría su venganza y que le agradecía por el tiempo en que convivieron, ella estaba declarando con esa señal de paz que ya no necesitaba de él, Sho no recordaba mucho del resto de la platica, solo recordaba que después de que la chica se fue vio en la mesa su pudin favorito, el ultimo gesto amable que Kyoko había tenido hacia él.

Después de ese día intento salir adelante y comenzó una relación con Mimori, llegó a pensar que si Kyoko había logrado salir de la oscuridad en la que él la había hundido era porque se había enamorado, pero realmente no dio resultado, mientras estaba con la chica no pudo dejar de pensar ni un solo instante en Kyoko y obviamente Mimori se había dado cuenta de este hecho, la joven soporto ser el premio de consolación por varios meses pero cuando la profunda tristeza que tenia comenzó a afectar su carrera como actriz dejó al cantante, diciéndole que hasta que no olvidara a Kyoko no volviera a buscarla, hasta la fecha no había olvidado a su amiga de la infancia así que no se volvió a acercar a Mimori.

Dos años pasaron desde que se anuncio el noviazgo entre los dos mejores actores del país, durante ese tiempo Sho se dedico en cuerpo y alma a su trabajo, era lo único que lograba mantenerlo en pie, Shoko se preocupaba por él pero hasta cierto punto estaba feliz gracias a la dedicación que el cantante ponía en sus canciones estas eran un éxito y su comportamiento de niño mimado había desaparecido completamente, en ocasiones la manager pensó que tal vez la decepción amorosa que había sufrido era lo que el chico necesitaba para poner los pies en la tierra. Sin embargo un día todo exploto, los sentimientos que Sho se había guardado por dos años estallaron una mañana en que cada medio de comunicación hablaba de la fecha de la boda mas esperada, Hizuri Kuon y Mogami Kyoko habían decidido unir sus vidas, después de ese anuncio el comportamiento de Sho era terrible, se había convertido en un verdadero demonio, tanto que ni la misma Shoko a pesar de toda la experiencia que tenia con el cantante pudo resistirlo y dejo de ser su manager.

Ese día el paisaje se sentía mas triste de lo usual, tres años habían pasado desde que Shoko también lo había dejado y había perdido la cuenta de los manager que había tenido. Se sentía solo, terriblemente solo, muchas veces intento salir de esa oscuridad que lo había consumido pero nunca lo logro. Tenia unas ganas de increíbles de reírse a carcajadas por el ser patético en que se había convertido, sintió ganas de reírse cuando lo primero que vio en la tele al prenderla fue la noticia de que Kuon y Kyoko habían tenido mellizos, un niño y una niña, "Una estúpida familia feliz", se dijo a si mismo intentando que pereciera gracioso, pero sabia que no lo era.

Él estaba solo.

No recordaba cuando había comenzado a odiar todo lo que había a su alrededor, pero sabía que cada segundo del día sentía un asco increíble hacia la vida que llevaba, las personas dicen que la esperanza es lo ultimo que muere, pero el sabia que eso era mentira, porque Sho ya no tenia la esperanza de que el día de mañana seria mejor y sin embargo seguía vivo, aun si era como un cascaron vacio. Así que por primera vez dejo salir aquello que lo estaba consumiendo desde aquella tarde en que Kyoko se había despedido definitivamente de él y lloro, lloro como si fuera un niño pequeño, abrazándose a si mismo intentando decirse que todo estaría bien, pero ya no podía engañarse, ya no quería hacerlo, solo quería que el dolor se fuera.

Una vez que el llanto se detuvo camino lentamente hasta un espejo de cuerpo completo y aborreció la imagen que vio de si mismo, le lanzo una patada al espejo y este se rompió en muchos pedazos, se agacho a recoger uno pero lo soltó rápidamente cuando sintió el dolor de una cortada en su mano, se quedo viendo unos minutos la sangre y pensó en el hermoso contraste que haría en sus paredes blancas. Miro a su alrededor y pensó que su departamento estaba asquerosamente limpio, así que comenzó a romper todo lo que había a su paso.

Su departamento estaba en el decimo piso y al atardecer podía ver una imagen hermosa de la ciudad, ese tal vez era su momento favorito del día, salió al balcón y contemplo por varios minutos la puesta de sol, los tonos rojizos que pintaban el cielo hacían que recordara a Kyoko, se puso de espaldas apoyándose el la barandilla y sin pensarlo dos veces se dejo caer, el viento lo golpeaba fuertemente mientras el resto de sus sentidos se estaba apagando lentamente, estaba muriendo y por primera vez en años sintió una pisca de felicidad, él no vio su vida pasar frente a sus ojos, el cantante solo escucho una voz sacada de sus mas dulces recuerdo "Sho-chan" y todo se volvió negro.

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Los policías habían entrado al departamento del cantante tirando la puerta, los vecinos los habían llamado ya que durante aproximadamente dos horas se había escuchado que rompían y tiraban objetos, justo después de entrar se había escuchado un grito lejano, los dos policías se asomaron por el balcón y vieron un cuerpo tirado en medio de una multitud de curiosos, rápidamente se dieron vuelta para ir a ver lo que había sucedido y lo que no notaron al entrar los dejo fríos, el apartamento no solo estaba destrozado, en sus paredes con lo que parecía ser sangre estaba escrito…"Nunca debiste dejarme"

Fin.

Ya llegados a este punto creo que no queda ninguna duda de que odio a Sho, aunque acepto que ya con esto me pase :P

Si les gusto o lo odiaron déjenme un mensaje (Amo leerlos :3)

Gracias por leer :)