Los derechos de Vampire Diaries. The Originals. Legacies. Le pertenecen a la cade CW y a L.J. Smith.
Yo solo soy alguien con demasiada imaginación que se sintió algo atraida por el mundo pero aviso que no soy una fanatica que lo sabe todo así que puede haber cosas que no cuadren pero no me culpen. Solo me baso y uso un poco el mundo.
Que lo disfruten. Quejas y comentarios son bien recibidos siempre.
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El equinoccio de primavera era una fecha especial para la magia. Un día lleno de poder donde usualmente las brujas que hacían magia blanca se reunían con sus problemas y agradecían a la madre naturaleza por sus bendiciones. Al amanecer o al anochecer. Ellas cumplían con su deber. Y la escuela Salvatore no era la excepción. Las clases terminaron temprano para permitir que los preparativos y los profesores hicieran lo propio. Al amanecer, estos han tenido una ceremonia y aprovechando la magia en el aire fortaleció las protecciones de los terrenos.
Y aunque deseaba con todas sus fuerzas estar encerrada en su habitación. Esperanza también estaba ahí.
Con un manto blanco cubriendo sus hombros como sus compañeros compañeros justo cuando el sol comenzó a bajar. La niebla está rodeada por un gran círculo de practicantes. No quería estar ahí, no había pasado. Cómo negar cuando era su deber como una bruja y sus palabras. Cómo negar cuando uno de los tres problemas escolares. Aún no tenía las cenizas guardadas como recordatorio y una Mikaelson siempre pagaba sus deudas.
Se unió a los canticos y junto a todas las partes que su magia fluyera con suavidad que crea un hermoso espectáculo de luces de colores a la vez que sus ofrendas florales eran quemadas en el fuego.
La ceremonia fue corta realmente y aunque deseo escapar. Los vampiros y los lobos se unieron a la fiesta posterior.
Algo alejada observa en silencio como se respetan a la que se rezaban frente a la fogata. Acomodaban las cervezas adquiridas por los mayores lejos del área mágica frente al viejo molino que era la base secreta de todos pero entonces algo llamo su atención.
Los gritos de Lizzie Saltzman en la entrada del molino. Se acercó con curiosidad a lo largo de una figura. Gracias a su visión lobuna pudo reconocer que era Josie Saltzman. La melliza de la que gritaba llena de enojo y esta respuesta fue silenciosa. Pensar en ir tras ella pero imagina que era mejor evitar que su hermana explotara.
Apareció casi justo en el medio de la distancia entre la rubia y el parque de Penélope que era flanqueada por su aquelarre. Ella era su líder después de todo.
-¡Eres una desgraciada ...! -. Grito Lizzie.
Con la luz se pudo ver la magia en la planta de sus pies hasta su mano y como Penélope elevó su mano lista para conjurar. Eso era peligroso. La magia del día fue así como la rubia no era la mejor manera en el autocontrol así como la pelinegra fue suficiente para causar algo grande solo con su propia magia pero este no era el día. No lo sé y se interpuso entre las mismas escaparemos un pequeño golpe mágico que hizo retroceder un par de pasos a todos aun cuando había tratado de que no fuera demasiado.
-Suficiente -. Dijo con simpleza volteando a ver a ambas con severidad - Saber bien que hoy no es el día.
Ninguno se atrevió a replicar. Penélope solo elevó sus manos y sonrió burlonamente a Lizzie que temblaba bajo la impotencia e intente asesinarla con el poder de su mirar.
Camino hacia la rubia que por primera vez no quiso molestarla. Ni siquiera la miraba. Su enojo estaba concentrado en la pelicula que rio por lo bajo.
Se detuvo frente a ella y susurro –Creo que tu hermana te necesita.
Eso es un arreglo a la rubia de su furia y miro a su alrededor con confusión. Luego se dio la vuelta y salió corriendo por el mismo camino que Josie había seguido momentos atrás.
Espero suspiro con alivio. Una joven se acercó a ella con un semblante amable –Gracias por eso.
Le entrego un vaso de cerveza y le sonrió. La cobriza acepto la ofrenda. Ni siquiera puedo manejarme bien hoy.
-Lo sé. Es algo difícil y creo que es mejor que nadie haga magia hoy. Penélope ya debería saberlo. Afirmo la chica de facciones levemente asiáticas.
Ella era Suri. El líder de otro tema de los problemas y el que ha sido invitado al evento. Su problema era amable con la vida y usualmente teníamos una buena relación. Ellos fueron los que celebraron la oración por un buen camino para su madre. Y solo por eso se mereció un respeto por la esperanza que le sonrió levemente.
-Sabes que le gusta el caos.
-Y a mí me gusta la calma. Soltó con firmeza Suri y la cobriza le admiro por ello. Le palmeo amablemente el hombro y esta sonrisa con su usual dulzura para luego alejarse.
Eso era lo mejor de Suri. Comprender bien que quería estar solo y aunque era siempre leal. Especialmente luego de lo que paso con sus padres. Gracioso que solo se ha unido hace unos años gracias a un trabajo de hierbas medicinales más comunes y como potenciarlas.
Sorbo tras sorbo, los minutos fueron pasando. Las sonrisas y saludos de las brujas iban disminuyendo aunque no las miradas tensas de los lobos. No la querían. No se aceptó como una especie de su especie y eso no se mejoró gracias a que literalmente se había roto el brazo de todo el trato de tocar y luego de su vuelta a la escuela hace seis meses. Cuando ya no solo era una bruja habilitada sino que tuvo que ser incluida como una loba. Una alfa natural. Al parecer su existencia tenía que hacer todos los equilibrios de la naturaleza. La forma de no poder nunca pasar la desapercibida por más que lo deseara y tenía meses luchando por serlo.
Una vez que la cerveza desapareció se redujo en la libertad de hacer lo mismo. Con una silenciosa mirada desde la lejanía de Surí que hizo un puchero pero luego sonrió despidiéndola con su mano. Conociéndola la suficiente para saber qué era lo más predecible.
Se quitó el manto de los hombros y se introdujo entre los árboles. El aire era fresco y le daba una sensación de tranquilidad que no había disfrutado demasiado. Tenía pesadillas y lloraba por cualquier cosa. Así que había usado bastante magia en dejar el mundo lejos de su mundo para menos poder de hacerlo sin que el director corriera como fuera del mundo.
Con una sonrisa, un cazo de estrellas en las copas de los árboles que les ayudaron a ocultarse pero pronto dio media vuelta y volvió por sus pasos. No debía alejarse tanto de la escuela. La fiesta también estaba en ese camino y por un momento en el pasado y en el pasado.
Cuando estaba por llegar a los despejados jardines de la escuela un lastimero sollozo llamo su atención. Al instante se detuvo y puso mayor atención en sus propios orígenes. Y ahí estaba en el fondo. A metros de ella, alguien sollozaba dolorosamente con un toque infantil que volvía el llanto aún más lastimero. Su corazón se estrujo.
Sabía quién era. Por supuesto, no hay que avanzar. Se negó a acercarse.
Josie ...
Josie no era su amiga. Ni siquiera podría estar en la misma habitación sin molestar. Bueno La realidad es que sí. Josie estaba solo hasta tener algunas palabras pero eso se eliminó al instante en que aparecía Lizzie y Lizzie siempre estaba cerca o junto a su hermana. Eran mellizas. Parte de un mismo paquete. Una vez que me parezca más rápido, una preocupación terrible. De nueva cuenta se detuvo y suspiro negando. Convenciéndose a sí misma que no debía preocuparse. Que Josie tenia bien porque Lizzie estaba con ella. Tenía alguien que le escuchara y consolara. Alguien que la amaba. Su familia.
Y el recuerdo de su madre se asomó en su cabeza golpeódola con fuerza. Apretó sus labios y evitó que las grietas escaparan de sus ojos mientras se desviaba de su camino y se apresuraba hacia las chicas. Sus ojos se han visto con claridad gracias a sus actitudes lobunas que también han percibido la amargura en el aire. Su semblante se volvió frio y casi indiferente para cuando se presentó ante los ignorantes. Josie se convirtió en la hierba en la posición fetal y lloraba amargamente mientras que su hermana la abrazaba.
-Josie ... -. Susurro Esperanza llamando a sus atenciones. Lizzie se envió con rapidez con la mirada llena de enojo lista para saltar a un defensor a su hermana mientras que este solo se obliga a silenciar un poco y dejar levemente el suelo. Dándole una mirada a la historia que se redujo como si se tratara de la boca del estómago. Reconocía esa mirada. Era la viva imagen de desconsuelo y realmente odio verla en ella. Sus miradas se unieron y sin pensar suavizar su semblante –¿Estas bien?
-Déjala en paz. Esto no te incumbe ... -. Esperamos que su mano en un movimiento rápido y un chasqueo en sus dedos hagan que Lizzie perdiera su voz.
Ignoro sus quejas y solo se concentró en la castaña para dejar de sollozar. Susurrando con voz rasposa apenas algo audible –Yo ... n-no ...
Esperanza asintió mirándola. Dándole sentido en el silencio que no necesitaba decir más. Se dio la vuelta y miro un segundo hacia la escuela donde tanto deseaba ocultarse pero a la vez elevó sus manos. Susurro un hechizo que apenas se ilumina como un antepuesto por un par de segundos. Se dio la vuelta a la vez que suspiraba con un cierto cansancio a causa del control que había tenido que usar.
Las mellizas no han sido tan fáciles de entender. Espero que tengas una sonrisa débil a Josie –Así nadie te escuchara o viera pero solo durara una hora o tal vez un poco más por la magia de la naturaleza, pero no dudes que puedas absorber sin problemas.
Comenzó a andar y paso junto a ellas sin acosarlas con su mirar. Solo siguió su camino.
-A donde...? -. Susurro Josie casi cuando estaba a un par de pasos de ellas.
Se detuvo y volteo para verla con la amabilidad –Si cruzo la barrera, la magia se va conmigo así que voy a dar una vuelta.
Apenas dio otro paso cuando escuchó el susurro llamándola –Espero ...
Volvió a detenerse y volteo para ver que pasaba. En lo que se hizo se pudo ver a la rubia sacudir sus brazos con enojo mientras que ella no puede evitar sonreir con juguetona malicia –Ups. La paz era perfecta. Debí suponer que algo estaba mal.
Chasqueo sus dedos y Lizzie recupero su voz. Dile un jadeo en el que te aseguro que así fue y luego miro con fiereza a la cobriza –Tu. Ya verás ...
Josie le sostuvo la mano para hacerla. Se detuvo y volvió a mirar. Encontraron la sinceridad en esos grandes ojos.
Le dio una pequeña sonrisa y se asintió para luego seguir con su camino. Alcanzo a escuchar a los metros como alguien se acercó al sitio donde las mellizas permanecen y su magia vibro avisando que los que han ahuyentado como debe. Sonrió satisfecha y miré de nuevo al cielo a la vez que soltaba un pesado suspiro mientras grababa aquella lejana conversación con su madre.
"Mamá ¿Porque proteges a Silvie si ella nos odia?
Hayley le sonrió con ternura y acaricio el rostro de su hija de solo 10 años –Porque es parte de la manada. Y cuidar a la manada es nuestro deber.
-Pero ella no nos quiere ...
-Pero si fuera necesario, ella daría la vida por nosotras -. Su madre beso su cabeza y el abrazo amorosamente mientras disfrutamos el animado ruido del centro de Nueva Orleans, lo que significa ser parte de una manada. Es igual a ser parte de una familia, no todos se caerán bien sino todos se protegerán entre ellos. Siempre por siempre..."
-Siempre por siempre -. Susurro recordando como su pequeña yo había sido entendido solo con esas palabras. Una lagrima juguete en el límite pero la limpieza antes de que se desliza y se niega a seguir su camino. Sonrió con incredulidad –Dios. Saltémosme como parte de mi manada. Esto sí que es malo ...
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