-dialogo-

Pensamientos

Narrador/Descripciones

/ / / / / Cambio de escena

Fye's POV (point of view)

Han pasado cinco años desde la última vez que lo vi, sus ojos, su rostro, su masculino aroma, todo en ''el'' era perfecto, me mataba tan solo con una mirada. Sí, tan solo con su mirada carmesí, ''el'' era…no, ''el'' es todo para mi…

-heh- el ojiazul sonríe, pero no exactamente con una sonrisa de alegría

Si tan solo me hubieras dejado explicarte! -Pensaba con rencor, sentía algo que lo oprimía en lo más profundo. ¿Porque todo tiene que terminar de esta manera? ¿Porque tuviste que malinterpretar todo? ¿Porque te fuiste sin dejarme explicarte?, eres un idiota, aunque decias que yo lo era tu eres el idiota, no confiaste en mi despues de todo el tiempo que estuvimos juntos,TODO POR TU MALDITO ORGULLO!

– tsk –

El rubio agacha su mirada, recargándose por el marco de una ventana, miraba como la lluvia caía, con un reflejo de melancolía, memorizaba todas las veces en el que la pasaba tan bien con el moreno, sus besos, sus caricias, el era la persona que mas amaba en el mundo. Pasaron minutos, el ojiazul comienza a reir…

-Ha…hahaha – Se sentía tan extraño, comienza a reírse a carcajadas, no obstante seguía con la mirada abajo. ¿Por qué no puedes salir de mi mente…Kurogane?

Muchas preguntas se le venían ala mente, sentía confusión, tristeza, coraje, estas y un mar de emociones que le venían desde lo más adentro.

-Kurogane…-Suspira el rubio con una mueca de dolor en su rostro.

End of Fye's POV

/ / / / /

-¡Kuso! Llegare tarde al trabajo de nuevo- decía el moreno en mala gana – Tomoyo! ¿En donde rayos pusiste mi maleta? - decía frustrado.

-¿Nani? P-pero si yo ni siquiera la e tocado! – Decía la mujer en berrinche – Hombre! Vamos buscala bien.-

-Jeez -.-' -

Un desesperado Kurogane y una Burlona Tomoyo se encontraban buscando aquella dichosa maleta.

-Ya la encontré! –

Gritaba Tomoyo por uno de los cuartos de la casa, Kurogane rápidamente se dirigió hacia donde provenía aquella voz.

-¿Pero que demonios hace mi maleta debajo de la ropa sucia!- Decía molesto

-No lo se, pero deberías ser mas cuidadoso con tus cosas y ¡tener un poco mas de orden!-

La morena daba un suspiro. Pero valla que Kurogane no tenía remedio.

-Ya ne! (adiós)-

Decía el moreno dirigiéndose ala puerta despidiéndose de su ahora esposa.

. . . . . .

Kurogane se dirigió al coche que se encontraba estacionado enfrente de su casa

-¡Kuso! Llegare tarde-

Se reprimía una y otra vez el pelinegro con el seño fruncido.

- ¡Demonios! Casi lo olvido-

El moreno tomo las llaves del auto y se dirigió ala cajuela. La abre…

-Aquí están!-

Eran unos documentos que debía que debía entregar en su trabajo. Kurogane era maestro de Educacion Fisica en una preparatoria. Hoy debía Entregarle ciertos documentos a un nuevo maestro que ivan a cambiar a ese plantel.

-¿Qué clase de persona será ese profesor?-

Pensaba el moreno, bajo su mirada hacia la cajuela entre unos que otros papeles visualizo algo, ¿un papel? no… hacerco mas su mirada, al parecer era una fotografía

-Mhh?-

Extrañado coje la fotografía con su mano, estaba algo vieja y arrugada, se podía visualizar dos personas en ella, era el mismo junto con otra persona la cual le jalaba las mejillas al moreno formándole una sonrisa forzada, se podía apreciar al moreno con el seño fruncido y con un leve sonrojo en las mejillas.

-Fye… Suspiro el ojos carmín…

*Flash back*

-Ne, ne (oye, oye) Kuro-wan wan! –Decía Fye divertido –Mite mite! (mira, mira)

Apuntaba hacia una maquina que tomaba fotos instantáneas

-hay que tomarnos una fotografía ahí! Ne Kuro-puu –decia el ojiazul con una de sus típicas sonrisas

-oi baka (oye, tonto) te eh dicho millones de veces que soy Kurogane!

Repite conmigo Ku-ro-ga-ne! – Decía el moreno con el seño fruncido –Además, ni aunque fueras la ultima persona sobre la faz de la tierra me tomaría un foto con un baka como tu!-

-Kuro-puu Hidoi! (malvado)- Decia entre pucheros, la expresión de fye cambio a una mas picara.

-¡kuro-wan! Se te callo tu billetera!-

-¿Que?- dijo Kurogane sorprendido.

Fye, al notar a Kurogane distraído de un rápido movimiento empujo a Kurogane hacia la dichosa maquina de fotos instantáneas.

-Ahh ¡Baka!, pero que demo…- Kurogane es interrumpido

-Sonríe –dijo fye divertido, con una de sus manos jalo las mejillas del moreno, creándole una sonrisa forzada.

-Jezz -.-' - Pensó el moreno.

*Fin del Flash back*

El moreno sintió gran melancolía al recordar esa escena.

-¿Por qué rayos sigo guardando esto conmigo?-Penso –Demonios, ¡llegare tarde!

El moreno guardo la fotografía en el bolsillo de su pantalón y se apresuro a entrar al auto para dirigirse a su trabajo.

/ / / / /

-Hyuu! Este lugar es enorme- Decía un ojiazul, al llegar alas puertas de una preparatoria. Fye se había cambiado a un nuevo plantel.

Al adentrarse, miro a muchos estudiantes, unos se le quedaban mirando con curiosidad y otros simplemente lo ignoraban, fye solo les brindaba una agradable sonrisa. El rubio se dirigía directamente a la oficina de la directora, pues tenía unos asuntos que atender.

Ya estando en la oficina, Se encuentra con una mujer alta, muy guapa, cabello oscuro y ojos oscuros con un toque carmesí. Era la directora; Ella le hablo un poco sobre la escuela, los alumnos, los maestros, cualquier dato que pudiera ser útil.

-bien… Fye-sensei, ahora vendrá un profesor a entregarle unos documentos que serán necesarios para la clase que dará a primera hora, también le mostrara los horarios y lo guiara a su aula donde empezara la clase -decía la directora

-Gracias Yuko-sensei- Dijo el ojiazul dedicándole una de sus típicas sonrisas

-Bien, me retiro-Decía la directora del instituto.

Mientras tanto el rubio se hallaba sentado en una de las sillas de espera en la oficina, esperando a que llegara aquel maestro que le mostraría aquellos dichosos documentos, Fye volteaba a sus alrededores, al parecer no se encontraba nadie, todos estarían dando clases en sus aulas.

-hmmm, ¿Cuánto mas tendré que esperar? –Pensaba Fye un tanto inquieto, puesto que aquel profesor ni en sus luces, no llegaba.

De repente comenzó a escucharse una voz masculina, la cual maldecía a cualquiera que se le cruzaba, sus pasos eran pesados ya que se oían hasta la oficina donde se encontraba Fye. El rubio supuso que era aquel maestro, pero, porque esa voz se le hacia tan familiar?

Se abre la puerta de la oficina, pero, Oh cual fue la sorpresa…

Los ojos del rubio se abren de sobremanera al ver a la persona que se encontraba enfrente de el, acaso el nuevo profesor era…

-Kuro…gane? – Dijo el rubio sorprendido, Se encontraba en shock, el moreno seria la última persona que aquel rubio se hubiera imaginado, y ahora, acaso ¿trabajaran juntos en la misma escuela? Pero que diablos, Tan pequeño será el mundo, tan mala suerte tenia el rubio de haberse encontrado ala persona la cual había dejado hace tiempo y ahora se entera que es su compañero de trabajo!

El moreno no hablaba, al parecer estaba igual o más sorprendido que el ojiazul

Su corazón comenzó a latir de sobremanera, ¿que rayos? , ¿Esta nervioso? Pero si el ya no tenia absolutamente nada que ver con el rubio, porque siente como si algo lo oprimiera en su pecho, era una sensación de alegría O de tristeza una de dos, no sabia que era exactamente, solo quería irse de aquel lugar y no mirar a esa persona que se encontraba con el.

-hmp- El pelinegro simplemente se quedo observándolo con su semblante serio, no sabia que decirle, cierto que debía entregarle los papeles, pero ese hecho no cruzaba por su mente en ese momento, estaba tan concentrado en que diría que se olvido por un momento aquellos documentos que debía entregarle.

Ninguno parecía que fuera a romper ese incomodo silencio en algún momento, así que el rubio opto por hacerlo

-emmm, me dijeron que me entregaría unos documentos- Dijo el rubio para romper el hielo.

Kurogane salió de sus cavilaciones al momento en que capto lo que dijo el ojiazul

-oh, si, son estos- dijo mostrándoselos y dándoselos con indiferencia.

Kurogane acerca los documentos a Fye para qué él los tome, al hacerlo, la mano del rubio dio un leve roce con la de Kurogane. Por el toque recibido, el moreno se sintió extraño, claro que eso aumento su nerviosidad, el sentir ese suave roce de su mano después de tanto tiempo, le encantaba, aunque como siempre no lo aparentaba.

El nerviosismo de fye también aumento, mucho tiempo de no sentir esas manos tan fuertes, y que siempre fueron tan protectoras para el rubio, le hubiera encantado que sus manos hubieran durado mas tiempo así, pero tomo los papeles de la mano de Kurogane terminando así el contacto.

Ambos cruzaron sus miradas, esas miradas que no se había visto desde ya hacia mucho tiempo, un reencuentro, si, así fue, después de tanto tiempo al fin se vuelven a ver, pero, ¿que sucederá después de esto?

En ese preciso momento la campana sonó anunciando que las clases ya debían comenzar.

Nuestros maestros ya iban saliendo de la oficina para dirigirse a sus respectivos salones a impartir su sabiduría a los jóvenes de mentes tempranas.

En su camino a su aula, Fye estaba pensando en varias cosas, pero en la que no podía dejar de pensar era en su encuentro con el pelinegro.

De todos los lugares, ¿Por que tenia que ser aquí? en donde Flourite esperaba trabajar sin muchas preocupaciones, resulto ser todo lo contrario.

Por otro lado en el camino de Kurogane, se preguntaba exactamente lo mismo que el de ojos zafiro pero decidió no darle tanta importancia.

En su cubículo seguramente tendría muchos papeles que atender, aun le quedaba 1hr. Libre puesto que sus clases comenzaban a la siguiente hora.

El papeleo le tomaría toda la hora así que fue a prepararse un te mientras se mantenía ocupado.

Fye ya estaba justo afuera de su salón. Inhaló y exhaló aire, esbozó una de sus bellas sonrisas y entró lo más animadamente posible.

-Ohayo mina-san~!- dijo alegremente el rubio. Todos los alumnos dijeron al unísono los buenos días a su maestro.

Los estudiantes lo observaban con mucha curiosidad en sus miradas y unas que otras jóvenes hablaban entre sí sobre su lindo profesor.

-Como ya sabrán, soy el nuevo profesor de ciencias. Mi nombre es Fye D. Flourite y será un gusto permanecer en este instituto con todos ustedes. Espero que podamos conocernos y que mejor manera de hacerlo comenzando por decirme sus nombres y dar una breve presentación. Empezaré con la fila de la izquierda.-

El alumno de enfrente se levantó. Era de cabello castaño, ojos color ámbar y estatura mediana –Mi nombre es Li Syaoran, tengo 15 años y me gusta leer, sobretodo libros de arqueología-

-Excelente Syaoran-kun~! n.n

La segunda alumna también tenía cabello castaño, lindas orbes color esmeralda y una sonrisa encantadora –Mi nombre es Kinomoto Sakura, tengo 15 años y me gusta…- La joven se detuvo para pensar con detenimiento qué le gustaba, volteó levemente hacia donde estaba Syaoran y un sus mejillas tomaron un leve color rosa.

-Muy bien sakura-chan~!- Contestó feliz el rubio.

La tercera chica se levanto de su asiento muy animada y de un gritito – Mi nombre es Hanato Kobato desu! Tengo 16 años y me gusta animar alas personas, cantar y molestar a iryogi-san,-esto lo dijo con una risita -daré mi mayor esfuerzo!- Los alumnos la miraron raro, ¿Iryogi-san? Se preguntaban, Con eso embozo una enorme sonrisa y se sentó en su lugar.

Y de este modo continuaron hasta que todos se presentaron.
Se pasaron toda la hora platicando, pues como era el primer día no habría clase aun y lo tomaron para conocerse mejor.

/ / / / /

Ya era hora de que el moreno comenzara su primera clase así que se dirigió al gimnasio donde los estudiantes lo estarían esperando.

Llegó como siempre con el seño fruncido y actitud fuerte, se paró frente a los alumnos y los observo con su mirada penetrante.

-Como algunos de ustedes sabrán, Mi nombre es Kurogane, soy el profesor de Educación Física y espero disciplina de partede todos ustedes- Esto último lo dijo con tono fuerte.

-Comenzarán presentándose, solamente diciendo su nombre y edad-.

Se acercó a un joven de cabello oscuro como la noche, orbes azuladas tras unas gafas y alto en estatura.

-Nombre- Dijo el profesor a su alumno.

-Kimihiro Watanuki, tengo 16 años-

Dicho esto, el maestro se dirigió a su siguiente estudiante. El era también era de cabello azabache, solo que tenía una mirada seria y algo árida, un poco más alto que el anterior y de piel morena.

-Shizuka Doumeki, tengo 16 años- lo dijo con voz seria

Después Kurogane se dirigió a la siguiente estudiante. Ella tenía su cabello castaño oscuro peinado en 2 coletas atadas con moños, unos lindos ojos color aqua y una simpática sonrisa.

-Mi nombre es Kunogi Himawari, tengo 16 años-

Y así se fueron yendo hasta que todos se presentaron. La clase solo consistió en unos ejercicios leves, puesto que era el primer día y seria más relajado que los demás.

Las horas fueron pasando hasta que por ese día las clases habían terminado.

El moreno entró a su cubículo a ordenar unas cosas, terminaría su papeleo al siguiente día en la mañana, tomó su maleta y se retiró cerrando con llave, levando unos libros en sus manos.

Iba caminando por el pasillo dirigiéndose hasta la puerta principal cuando cierto ojiazul se cruzó en su camino chocando con el azabache profesor y tirando al suelo los libros que tenía en sus manos el rubio y los del ojirojo también.

-Idiota! Por qué no te fijas por dónde vas!- esa fue la primera reacción del pelinegro, llevaba muchos libros en sus manos por que no cupieron en su maleta y justamente tenía que atravesarse alguien a tirárselos, que ironía.

-Gomene Kuro…. Kuro-tan~!- Ahí estaba Fye, disculpándose inocentemente con esa falsa sonrisa que Kurogane tanto odiaba, si, a pesar del tempo aun las detestaba.

Pues ya que se le podía hacer, simplemente recogieron sus libros del suelo. Mientras que el de ojos rubí levantaba sus libros del suelo, el rubio lo miro por un momento mientras el recogía los suyos, quien sabe por qué lo hizo pero lo hacía. El moreno sintió la vista del de ojos celeste sobre él y no pudo evitar voltear, lo que ocasionó que sus miradas se cruzaran nuevamente en ese mismo día. Quedaron en una especie de hipnotismo en el que sus miradas no se podían separar, pero eso tenía que terminar, el moreno fue el primero en voltear su mirada para continuar recogiendo sus libros. El ojiazul apenas notó que estaba observando a Kurogane y se sintió avergonzado por ello, tomó sus libros rápidamente para poder salir de esa incómoda situación y se retiró, el ojirojo también tomó sus libros y se dirigió a la puerta para salir.

/ / / / /

Fye ya estaba en su departamento. Dejó sus libros sobre la mesa, al rato los revisaría cuando fuera a planear la clase de mañana.
Fue a la cocina para prepararse algo de comer, luego haría unos que otros pendientes. Una vez que ya todo estuvo hecho, se dirigió a los libros de nuevo, al revisarlos, se dio cuenta de que le faltaba uno y que tenía otro que definitivamente no era suyo, en ese momento recordó el pequeño incidente con Kurogane, ahí debió ser cuando tomo el libro equivocado, seguramente el azabache tenía el libro que le faltaba y para empeorar, en ese libro ya había apuntado algunos planes de las clases que daría. Ahora, ¿Qué haría?

/ / / / /

-Tadaima (ya volví)- decía el pelinegro al llegar a su hogar

-Okaeri (Bienvenido) ¿Cómo te fue?- preguntaba Tomoyo

-No pasó algo de interés- contestó desganado

-Hmmm, que extraño. Pero bueno, la comida ya esta lista- Decía su esposa con una sonrisa.

-Arigato-

Y así el moreno dejó su maleta y los libros en el sofá y se dirigió a la cocina para servirse. Ya que comió, volvió a donde había dejado los libros, debía revisar unas cosas que había escrito en uno de sus libros, pero al revisarlos se dio cuenta de que tenía un libro que no era suyo y le faltaba el que tenía los apuntes que necesitaba.

-ese idiota- pensó Kurogane al recordar el incidente con el rubio. Necesitaba mucho esos apuntes, tenía muchas cosas importantes en ellas, no había otra opción, tendría que ir con el ojiazul para recoger su libro y entregarle el suyo.

Ya se estaba dirigiendo a la puerta principal de su hogar para salir a buscar a Fye.

-¿A dónde vas?- preguntó tranquilamente la de ojos amatista

-Voy a salir un momento- contestó el Kurogane tranquilo

-hmmmm… bueno, mucho cuidado- n.n

-hmp-

/ / / / /

Ya estaba dentro de su auto -¿Seguirá viviendo en donde mismo?-se preguntaba el moreno, ya hacía años que no lo miraba y esta pregunta lo tenía algo intrigado.
¿Qué era eso que sintió cuando su mirada se cruzó con la del ojiazul? Sintió nerviosismo, pero también había sentido algo aparte de eso, como si siempre hubiera estado ahí, un momento, no podía seguir sintiendo algo por el rubio, ¿o sí?
El ya era un hombre casado y con muchas responsabilidades, debía preocuparse por Tomoyo, por su trabajo, su papeleo etc. ¿por qué seguir pensando en él?
ni el pelinegro lo sabía, pero lo seguía haciendo.

Después de un tiempo de camino, llego a un lugar con muchos departamentos, subió al segundo piso y tocó la puerta que tenía el número 15 en ella.

/ / / / /

Fye escuchó que tocaban a la puerta y se dirigió hacia ella, ¿quién sería?, hacía mucho tiempo que no recibía visitas, -desde que él se había ido- pensó.

-¿Quién es?-

-….- El moreno dudó un momento en responder pero debía hacerlo, necesitaba su libro.

-¿Eh?- se preguntaba el rubio

-Kurogane- dicho esto dio un suspiro, se sintió algo incomodo.

-….- Abrió los ojos de la impresión, pero que gran sorpresa! Kurogane lo había ido a buscar, ¿por qué?, fue entonces cuando se le ocurrió pensar que de seguro vino por su libro.

Respiró hondo y exhaló, esbozó una de sus sonrisas y abrió la puerta.

-Kuro-chan, ¿qué te trae por aquí?- decía calmadamente, aunque ya creía saber la respuesta

-Vine por mi libro- decía seriamente el moreno

-Oh!, bueno, ¿quieres pasar?- El rubio se sintió incómodo al decir eso, pero lo hacía por modales, no iba a dejarlo ahí afuera

-hmp- esa fue la respuesta del moreno y entró

El lugar no había cambiado mucho desde la última vez que había estado allí, es más, estaba igual a como el lo había visto antes, pero eso sí, se seguía sintiendo el mismo ambiente acogedor.

-Siéntate en el sofá, ¿te gustaría algo de tomar?- Decía animado

-no, gracias- replico el moreno con indiferencia.

-hmmmm… bueno- dice el rubio dando un suspiro.

El de ojos zafiro se sentó del otro extremo del sofá, algo alejado de Kurogane.
Se olvidaron de sus libros en ese momento, estaban mirando a la nada, pensando solamente en la presencia del otro, se sentían extraños, después de tanto tiempo ahí estaban, solos, en el departamento de Fye. El ambiente se sentía tenso, estaban en un incómodo silencio y fue el rubio el que lo rompió.

-Y ¿Cómo has estado?- ahí estaba su intento por establecer una conversación

-Bien-

-Oh-

-*sigh*-

-Y ¿ha pasado algo interesante?

-No- respondió secamente

-¿Qué has hecho?- preguntó con curiosidad

-¿A dónde llevan estas preguntas tan estúpidas?- respondía algo irritado pero ala vez algo incomodo el de cabello azabache.

-wah~! Kuro-pon solo quería saber cómo te ha ido- decía simpático el rubio.

-Urusai! (cállate)- ¬¬

-Kuro-sama ya está enojado~!- y así salió corriendo con Kuro-chan atrás de él, eso le traía recuerdos

*Flash back*

-Kuro-pii-

-….-

-Kuro-pon-

-….-

-Kuro- wan wan-

-….- ¬¬

-Kuro-chan-

-….-

-Kuro-sama-

-¿iQué demonios quieres!-

-Dame un besito- n.n

-iNo!-

-Demo Kuro-puu, todas las parejas que se quieren se dan al menos un besito- n.n

-hmp-

Estaban en camino hacia la casa de Fye, al moreno le daría pena besarlo en plena calle, así que, mejor esperaría a llegar.

-Onegai Kuro-hidoi- lo decía dando un puchero

-No-

-awwww- u.u

Y con eso terminaron la discusión.
Ya al llegar,

-Kuro-muu-

-….-

-Ahora ya mmmhh…-

Kurogane lo había tomado del cuello de su camisera y lo jaló hacia él uniendo así sus labios. Fye estaba encantado, le fascinaban esos labios y más cuando estaban unidos con los suyos. El rubio sentía ese sabor tan exquisito del ojirojo, y quería más, era raro cuando el moreno se dejaba besar, y el rubio no iba a perder una gran oportunidad. Comenzó a subir sus brazos hacia los hombros de Kuro y las fue subiendo más hasta entrelazarlas detrás de su cuello.

Lentamente el ojiazul comenzó a abrir un poco los labios adentrando su lengua ala boca del azabache, el moreno al no poderse resistir los entreabrió para darle entrada al rubio, el beso comenzó a hacerse mas apasionado, y comenzaban a dejarse llevar, sintiendo las respiraciones del otro. Pero en ese instante el mayor rompió el contacto dejando insatisfecho al rubio de nuevo. Miró el rostro del menor, le parecía tan lindo. El rubiecito tenía sus mejillas de un leve color rosa y sus hermosos ojos lo miraban fijamente a los suyos, claro que nunca le diría esto a Fye.

De nuevo es interrumpido, como siempre el azabache lo deja con las ganas.

-¿Feliz?- decía el moreno con su tono molesto

-iDame otro~!-

Dicho esto, el ojiazul se acercó nuevamente al pelinegro pero…

-iNo!- y se alejó un poco del rubio

-Uuuaaahh, hace rato si lo hiciste y te gusto- decía quejándose tiernamente

-….-

-Anda, Kuro-rin-

-iNo!- repitió de nuevo con el seño fruncido

Pero en eso, el rubio se lanzó hacia él dándole un beso más demandante y tirando a ambos al suelo.
Ese beso fue uno que los dos disfrutaron y lo aprovecharon al máximo, pero la falta de aire los hizo separarse.

-iTEME!- decía el moreno enojado, aunque en sus adentros había disfrutado mucho de ese beso.

-Waaaaa! Kuro-chuu ya se enojó~!-

Fye se levantó de encima de Kurogane y se echó a correr. El ojirojo hizo rápidamente lo mismo, solo que atrás del sonriente tratando de alcanzarlo por todo el departamento.

*Fin Flash back*

Fye corría mientras reía, eso también le traía recuerdos, Kurogane pensaba en alguna forma de atraparlo, esta vez no se salvaría de él por ponerle apodos, así que en eso se le vino una idea y lo encerró en una esquina, esta vez no tenía escape.

El de ojos celeste trataba de encontrar alguna apertura para poder escapar de Kuro-sama pero no encontró ninguna, el pelinegro se fue acercando poco a poco hacia él así que fue dando pasos hacia atrás hasta estar de espaldas a la pared.

El de ojos carmesí ya estaba enfrente del rubio, posicionó su mano a la altura de la cabeza de él y lo miró amenazante, nuestro científico maestro sólo sonreía ante esa mirada.

Kuro se le quedo mirando, por un momento esa sonrisa se había visto verdadera y eso le gustaba, que gustaba le encantaba, era mucho mejor que verlo fingir felicidad.

Estaba tan concentrado en esa sonrisa que inconscientemente se comenzó a acercar más hacia Fye, este abrió más los ojos por la sorpresa de ver que Kurogane estaba cada vez más cerca de su rostro, sin embargo no hizo ni el menor intento de alejarlo, ¿a quién engañaba? Extrañaba demasiado al azabache y sentir sus labios era lo que más deseaba en ese mismo instante aunque no demostraba señales de que lo quisiera, su expresión no cambiaba.

Sus labios se rozaron por un momento, haciendo que ambos se estremecieran ante este contacto, fue cuando el ojirojo se dio cuenta de su cercanía (bendita cercanía ¬/w/¬) y se separó inmediatamente de Fye , lo observó, tenía las mejillas sonrojadas y miraba hacia otro lado que no fuera al moreno, entonces recordó:

-Mi libro- lo dijo como seriamente como si nada hubiera pasado.

-Oh, es cierto- se dirigió a la mesa en donde había dejado los libros –Aquí está- lo dijo felizmente aunque algo torpe, claro que era fingido.

-Aquí está el tuyo-

-Arigato-

Y así se dirigieron a la puerta principal. Kurogane la abrió, pero antes de irse:

-Arigato-

Después salió cerrando la puerta atrás de sí.

-¿Pero qué demonios me pasa! Un poco más y lo hubiera….. ah!, ya sácate esa idea de la cabeza, el tan solo ya quedo en el pasado. Nada mas que en el pasado, el me a…- El moreno tenia una lucha mental, no sabia que pensar, como reaccionar, ese estúpido rubio aun lo traía loco.

-DEMONIOS!- grito a los cuatro vientos…

-mira mama! un loco esta gritando ahí en el patio- decía un niño que se encontraba caminado agarrado de la mano de su madre.

-shh, vamos hijo, que aquel tipo esta borracho!- susurro la mujer alejándose con rapidez donde se encontraba el moreno. No obstante el moreno alcanzo a escuchar lo dicho de la extraña.

-Ohh perfecto, ahora parezco un loco borracho!, -Se reprimía el moreno.

/

Entró a su casa, dejó el libro en la mesa y subió hacia la habitación de ambos.

Tomoyo paso curiosa por la mesa para ver qué era lo que el ojirojo había puesto sobre ella. Al ver miró un libro claramente diferente que el libro con el que había salido antes, eso le dio claramente una idea de a donde se había ido.

-¿Porque tuvimos que volvernos a ver? ¿Será el destino acaso?- El moreno da un suspiro, no podía dejar de pensar en aquella persona, que por un tiempo fue su amante, pero no podía perdonar lo que el le hizo en el pasado, eso jamás, era demasiado orgulloso, no necesitaba escuchar ninguna explicación de parte de aquel idiota. Ese estúpido rubio del cual seguía enamorado…