NOTA 1: Los personajes le pertenecen a Furudate-sensei.

NOTA 2: Sé que os fallo demasiado así que seguiré haciendo lo mismo porqué #YOLO. Vuelvo con un TsukiKage porque casi nadie escribe de ellos y los amo juntos.

Advertencia; no sirvo para la comedia así que será bastante triste o eso espero, besos.


I

¡Mamiiii!

¿Qué sucede, mi niño?

¡Y-yo te defenderé de los malos! Seré un héroe igual que papá, ¡el mejor de todos!

¡Oww~~~! Mi pequeño Tobio ya es todo un hombrecito que defenderá a su mami de los malos.

Tobio, ¡papá logró casar un pavo!

Papá, ¡eres el mejor!

Cariño, por favor no ensucies el piso~

Mami~~~

Mamá.

M…a…má.

Lo siento.

...

¡Kageyama-kun! ¡Kageyama-kun! ¡Despierta!

¡Agh! Hinata imbécil, deja de estar jodiendo tan temprano.

¿AH? ¿A quién llamas imbécil, maldito?

A ti, imbécil.

¡Kage-

Deténganse.

Y una tercera voz resonó por el lugar, era el capitán del batallón donde ambos individuos pertenecían así que el verlo ahí sólo hizo que de inmediato guarden silencio. Lo siguiente fue lo de siempre, ser regañados por ser tan escandalosos y claro está, también ser castigados a limpiar los establos. Y aquello era de todos los días, ser regañado y castigado por algo que él no comenzó o eso creía Tobio, qué maldecía y culpaba a su compañero del tiempo que le hacía perder en el entrenamiento. Él debía ser el mejor, no podía desperdiciar el tiempo de esa manera y menos limpiando estiércol de caballo, él debía entrenar y vencer al gran rey Oikawa.

Cada mañana Kageyama Tobio despertaba con las mejillas llenas de lágrimas al recordar entre sueños lo sucedido cuando él tan sólo tenía ocho años. Los gritos desesperados de la gente de su pequeño pueblo, las llamas que ardían hasta llegar al cielo y la sonrisa del gran rey que flotaba en los cielos.

Oh, aquella sonrisa que le devolvía fuerza cuando sentía que su cuerpo ya no podía aguantar más y ¿cómo podría olvidarla? Aquel tipo sin piedad alguna le arrebato a Kageyama primero a su héroe, qué por más intentos que hacía para proteger a su familia terminó siendo arrastrado al infierno donde su alma sería unida a uno de los tantos muñecos creados por el rey oscuro. Su madre al notar como el hombre que más amo desapareció de su vista, sólo se giró y dibujando una sonrisa abrazo a su pequeño hijo que lloraba en su pecho, el cual se aferró con fuerza mientras gritaba el nombre de padre todo lo que puso hasta que las palabras de despedida de su madre lo enmudeció. 'Se fuerte Tobio, mamá ya no podrá seguir protegiéndote' y al terminar aquello, una flecha atravesó su corazón.

El cuerpo de la mujer cayó sobre Tobio, quién sólo atino a cerrar los ojos con fuerza mientras sus mejillas se humedecían. Él entendía, él… entendió. Él no volvería ver ni a su papá ni su mamá.

¡Maldición!

¡Yah! No ensucies, Kageyama. También quiero ir rápido a entrenar.

Él no dijo nada más, sentía como su vista comenzaba a nublarse y no tenía ganas de contestarle al enano así que giró los talones, pensó en su venganza y secó cualquier rastro de humedad. Seguido siguió limpiando hasta que varios minutos después, terminó. Ambos muchachos corrieron, varios de sus compañeros sólo negaron al verlos ya que era algo habitual en su batallón. Todos dieron más de diez vueltas y recién ahí fue donde el capitán le brindo su ansiada arma. Un arco viejo que le regaló un viajero de cabellos rubios, aquel objeto llevaba consigo más de diez años en los cuales, nunca le había fallado.

¿Cuál era su nombre? Se preguntó.

Próximo capitulo el 14 de Octubre.