Este es un pequeño homenaje a mi papito que se me fue al cielo, es la historia de amor de mis padres adaptada a mis personajes favoritos. Esto es lo que se de su vida, lo que he logrado saber (ya que nunca terminaré de conocerlos completamente) hay algunos detalles que obvio exageré un poquitito para que la historia fuese más emocionante, pero la base es la misma, mucho amor y una gran familia que se formó gracias a eso.

Viejito lindo con cariño para ti y para todos aquellos que quieran conocer tu historia de amor con mi viejita linda ¡Los amo!

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LA NIÑA DE MIS OJOS

Noche de celebración

Serena era una hermosa niña de diez años, su belleza exterior no se comparaba con la de su corazón, el cual lamentablemente ya conocía la tristeza, tenía una hermana menor y otro mayor y sus padres se habían divorciado cuando era solo una pequeña, dada la disputa y el rencor de aquellas personas que alguna vez se amaron se tenían y para no alargar más los trámites que los separarían para siempre, ambos decidieron quedarse con un hijo. Tristemente la ecuación parecía no incluirla, y mientras sus hermanos eran divididos entre madre y padre, ella era desterrada de lo que alguna vez llamó familia y luego de recorrer varios hogares sin lograr permanecer en ninguno, fue a dar a un internado de monjas, las que se hicieron cargo de la crianza y educación de la pequeña.

Habían pasado seis años desde esos tristes acontecimientos y esa pequeña chiquilla ya era una hermosa jovencita, que a pesar del abandono de la que había sido víctima era la joven más alegre del internado, traviesa y algo rebelde, solía sacar canas verdes a las pobres monjas quienes desesperadas la correteaban por los pasillos para castigarla por alguna travesura, o asustadas intentaban bajarla de los árboles, o la veían horrorizadas cuando se lanzaba de bruces por las escaleras, sin duda una verdadera traviesa, pero ¡Cómo la querían!

A pesar de las rabietas que causaba era una joven con un corazón de oro, siempre preocupada de sus demás compañeras, ayudando en lo que fuera necesario, y animando a todas con su hermosa sonrisa.

Las vacaciones casi llegaban y como siempre se celebraría la gran "fiesta para despedir las clases" acontecimiento que Serena esperaba con ansias, ya que le encantaba bailar y disfrutar por última vez con sus amigas, pero a la vez se transformaba en la época más triste del año, ya que al no tener tutores que la retiraran se pasaba el verano sola en el internado, solo con las compañía de las monjas que ahí habitaban, pero ese año sería diferente, ya que estaba por conocer a la persona que cambiaría su vida para siempre.

El día tan esperado había llegado y comenzaba la gran celebración, las chicas del internado se encontraban en el gran salón que se encontraba delicadamente ornamentado por ellas mismas, mientras esperaban a los invitados, algunos amigos de ellas, familiares y algunos otros chicos que quisieran asistir. Claro, siempre observados obviamente por la mirada de acero de las monjas que custodiaban a sus valiosas estudiantes.

Serena se encontraba junto a Rei, su mejor amiga riendo y bailando juntas en el centro de la pista ajenas al resto de los presentes, solo disfrutando ese último día en que podían compartir juntas hasta que el año escolar comenzara nuevamente, cuando dos jóvenes la sacaron de su propia celebración.

Dos linduras como ustedes no deberían estar bailando sin compañía – Comentó con una sonrisa un hermoso joven de ojos azules como el cielo y el cabello más negro jamás visto.

No estamos sin compañía, estamos acompañándonos la una a la otra y nos estamos divirtiendo mucho para que sepas – Agregó altanera la rubia sin dejar de bailar con su amiga y sin siquiera dirigirle la mirada.

Pues permíteme decirte que no es correcto que dos mujeres se acompañen en todo momento – agregó con risa sarcástica aludiendo al doble sentido.

La rubia se puso roja de furia dispuesta o golpear al chico, pero se detuvo un momento a contemplar tan hermosos ojos.

Disculpa, no quise ser grosero, solo estaba bromeando ¿Me permites? – Agregó con sonrisa seductora extendiendo su mano a la rubia para comenzar a bailar.

A lo siento, el es mi hermano Zafiro – agregó presentando a su acompañante, este saludó cortésmente a ambas chicas y tomó la mano de Rei para comenzar el baile junto a ella.

El joven pelinegro comenzó a guiar poco a poco a Serena comenzando a bailar la música romántica que entonces empezaba, tomó una de sus manos mientras la otra la depositó en su diminuta cintura, atrayéndola suavemente a su cuerpo y comenzando el baile.

Serena se sentía en las nubes, más no dijo palabra alguna, siempre fue una chiquilla risueña y espontánea, pero no estaba acostumbrada a tratar directamente con los jóvenes debido a su vida en el internado, y más con este chico que la tenía embobada.

Lo siento, no me he presentado, mi nombre es Darien Chiba – comentó casi susurrando en el oído de la rubia, lo que causó un leve estremecimiento en ella, por suerte desapercibido para el chico.

Darien era un chico de 20 años, sus hermosas facciones sumado a sus profundos ojos azules lo hacían irresistible para cualquier jovencita, al igual que Serena desde muy pequeño había sido abandonado junto a su hermano, por lo que a punta de esfuerzo y trabajo habían podido salir adelante.

Hoy tenía un buen trabajo dentro de una empresa bancaria del sector, no se jactaba de ser millonario, pero tenía lo suficiente para vivir y disfrutar de los placeres de la vida, era de por sí un irremediable mujeriego y no había chica en el internado donde trabajaba su hermano que no hubiera caído en sus brazos.

Este… Yo soy Serena Tsukino y estudio aquí – agregó la rubia con una hermosa sonrisa.

¡Vaya, debe ser horrible estar aquí con las monjas todo el día! - Comentó el joven entre risas.

La chica rió un poco por el comentario, en verdad las hermanas eran bastante estrictas, sin embargo con ella se comportaban diferente, quizás por su situación, o quizás por su carisma, no podía negar que ella era feliz en ese lugar con ellas.

Para nada, ellas son mi familia y soy muy feliz aquí – contestó la rubia.

¡Vaya, es la primera vez que escucho algo como eso! – Agregó algo sorprendido – La verdad es que todas las chicas que he conocido me han dicho todo lo contrario.

Así que has conocido muchas chicas ¿Eh? Te gusta atacar en este internado según veo – Agregó fingiendo molestia la chica.

Este… - el pelinegro se puso algo nervioso y se sonrojó levemente – No es lo que piensas, es que… Zafiro, mi hermano es el cuidador de este lugar y como vengo seguido a verlo pues conozco a algunas de ustedes, pero no es lo que te imaginas, en serio. – Agregó más nervioso aún.

La chica río un poco ante el nerviosismo del pelinegro – No te pongas nervioso, no debes darme explicaciones, yo conozco muy bien tu reputación y créeme, lo que menos tengo son ideas románticas contigo – agregó la chica algo seria.

Darien palideció ante este comentario, es verdad que su reputación lo antecedía, pero la hermosa sonrisa de esta chica lo había cautivado en serio, más decidió no emitir más palabras y continuaron bailando durante gran parte de la velada.

Ya separadas ambas chicas de sus respectivas parejas de baile, estas se encontraban conversando animadas en una orilla de la pista de baile.

Oye Serena, ese chico está guapísimo, dime te dijo algo – comentó curiosa Rei.

Nada en particular, pero ya sabes, ese es el don Juan del internado y no quiero ser una más en su lista, así que mejor que no se me acerque más – agregó cortantemente la rubia.

Si tienes razón he escuchado a varias chicas decir que han estado con él, pero no debes negar que es un bombón, tal vez una probadita amiga, no le haría mal a nadie – agregó con sonrisa pícara – al hermanito por lo menos hoy mismo lo pruebo jijiji.

Jajaja, no Rei, muchas gracias, pero prefiero mejor ni acercarme, no seré juguete de nadie y no necesito a ningún hombre por el momento, estoy bien así solita, así soy feliz – finalizó la rubia.

Mientras en otro extremo del salón los jóvenes conversaban animados y comentaban sobre las jóvenes con quienes habían compartido anteriormente.

Ey Zafiro y ¿Qué tal te fue con la morenaza? – Preguntó curioso el pelinegro.

Veremos que resulta – comentó alzándose de hombros – por lo menos no me dieron un rechazo rotundo como a ti – agregó entre risas.

Esta chica es más difícil que las otras, pero ya me conoces, mientras más obstáculos me pongan más me llaman la atención, y la conquistaré si o si, dame tiempo y verás, solo te pido que averigües algo de ella con la morena, para saber que terreno estoy pisando – agregó el pelinegro.

Claro hermano, cuenta conmigo – contestó Zafiro.

Serena… Hasta tu nombre es lindo, ya verás que algún día estarás conmigo, ya lo verás – pensaba el pelinegro dedicando una hermosa sonrisa a la rubia que se encontraba en el otro extremo de la pista.

Aquí les dejo el primer capítulo, espero que les haya gustado.

Espero sus rw con sus comentarios, sugerencia o reclamos, ya saben lo que sea siempre es bienvenido.

¡Nos leemos!