DISCLAIMER
Léase estrictamente bajo el rated asignado…
Phineas and Ferb ©Dan Povenmire and Jeff "Swampy" Marsh / Disney
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LOVE, DAY AFTER TOMORROW
PRÓLOGO
Hoy es como siempre y a la vez como el principio. Él susurró algo sin sentido, se acercó, rompiendo la inmensa distancia que la separaba a ella de la encarnación de su más profundo deseo… Su mente se desmoronaba poco a poco con cada roce que él tiernamente le dedicaba. Ya no existía distancia alguna entre ellos. Las impacientes manos de la joven fueron abriéndose paso por la camisa, de aquel que hacía tan solo instantes le pedía su comprensión y le repetía que la necesitaba, ahora más que nunca. Instintivamente apoyo el femenino rostro contra su pecho, podía sentir su corazón y cada latido… tan cerca, por fin tan cerca. Acarició con sus labios el varonil mentón de él pero aun así era renuente a mirarlo a los ojos directamente… perderse nuevamente en el azul de esos ojos… Tal vez no quería ver el reflejo del ser en que se había convertido.
El sólo hecho de pensarse en esa situación… otra vez la adrenalina junto a una alegoría desgarradora que plasmaba en ese cuadro siniestro: Lo que más busco en las últimas semanas y de lo que huía inconscientemente con el más ferviente deseo reprimido cual último rastro de alba que se refugia en el horizonte tras la caída de la inevitable oscuridad que trae la noche, una carrera absurda con resultado conocido. ¿Era posible tanta ironía? Esa mezcla sin igual al verse acorralada… Sabía perfectamente que esto no llegaría a buen puerto pues la misma suma de sus actos la llevaba directamente al abismo… Recordó entonces la trillada frase de su madre "Para cada acto hay una consecuencia" Y sí en efecto estaba pagando las consecuencias de sus actos y sí, esa esa frase ya no parecía tan trillada. De cierto modo, no se arrepentía del que era el juego más divertido en el que había dispuesto aventurarse.
Casi por lo bajo e insospechadamente dejó libre un sutil gemido ¿Cómo llegó su vida a ese punto? ¿Cómo los envolvió en su red de mentiras? ¿Mentiras? No lo pensó así… Pero ciertamente ella era el centro de todo… Maldecía el solo hecho de verse atrapada y que sus planes dieran ese giro inesperado.
Fue cuando los besos de su acompañante se hacían más ansiosos, sus caricias no vacilantes se perdían entre su blusa y el calor que emanaba ese otro cuerpo hacía cada vez más difícil la tarea de conectarse con sus propios pensamientos, mantener la coherencia de sus ideas.
Pidió un momento… una pausa… suspiró… exhaló al punto de hiperventilar reparó en aquello, sabía perfectamente que lo inevitable debía abrirse paso y con ello se refería a descubrir por fin las respuestas que tanto busco, tal vez simplemente se dejen encontrar entre profundo abismo de dudas. Sabía que no habría escapatoria, aunque pudiera no escaparía, aunque quisiera no evadiría pues ni la naturaleza conspiraría a su favor impidiendo este hecho… Ni ese otro ser que acaparaba su mente. Lo invoco con el pensamiento sin importarle el íntimo contexto que compartía con ese agente. Resolvió ya no pensar más, mucho menos en el protagonista de cierta imagen recurrente que la invadía de culpa. Él no estaba dispuesto a esperar más, la tomó de la cintura, le dedicó una sincera sonrisa y concentró sus más anhelantes besos en el cuello de la joven, al mismo tiempo que ella decidió romper su testadura pasividad, se enredó más en ese abrazo, la repentina suplica fue atendida y era una invitación que no rechazaría.
Mientras los cuerpos se fundían y ella recorría el torso ya desnudo de su acompañante, la asalto nuevamente un pensamiento esta vez llegó cual rayo intempestivo y fulminante haciéndola detenerse en seco.
Él notó el cambio de ella… se detuvo…la miró absorto.
—Es gracioso… Así fue como empezó todo ¿Lo recuerdas?
¿Acaso dijo eso en voz alta? La imponencia de ese cuerpo varonil se estremeció internamente, no avizoraba el significado de esa inquietante acotación… Mientras ella Vanessa, dibujó una mueca en su rostro aún pálido y con el cerrar de sus ojos todo empezó.
Continuará...
