Los personajes de esta historia son propiedad de la Sra. Stephenie Meyer y yo solo los manipulo a mi conveniencia para lograr hacer esta historia.

Conociendote.

Lluvia, era lo que más detestaba de vivir en un lugar como Washington, sin embargo lo compensaba el hecho de estar en la universidad con la que siempre había soñado. Isabella Swan se quedó ensimismada viendo por la ventana durante un largo minuto, después se apresuró a tomar su paraguas y salir a tomar el ascensor. Hoy era un día importante, su primer día en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad de Washington, hacia tan solo dos semanas que se había instalado en el piso y aun no conocía a nadie, mientras bajaba por el asensor, recordó que el departamento del piso superior al suyo estaba vacío y según el encargado los ocupantes llegarían en los próximos días, así que ella tenía toda a intención de mantenerse alejada de ellos.

Ella no era una persona social y su torpeza al caminar la hacía blanco de constantes accidentes, razones demás para que ella deseara no arriesgar la salud física de otras personas al tropezar con ellas mientras hablaban o algo así. ¡No sabes cuándo vas a hacer que alguien caiga por una alcantarilla al caminar por la calle! Ok, tal vez estaba siendo paranoica, pero jamás le había gustado la gente y se aferraba a cualquier excusa para no acercarse demasiado a nadie.

No es que fuera una amargada o una total ermitaña, Sus padres estaban divorciados y su madre había vuelto a casarse, y por increíble que pareciera la situación se llevaban de las mil maravillas, su familia era su adoración. Pero también habían otras personas en su vida claro esta como Jacob Black, el hijo del mejor amigo de Charlie, su padre. Jake era su mejor amigo, su confidente y alguna vez en su adolescencia su amor platónico; también estaba Angela Webber, la mejor amiga de su infancia que ahora vivía en Alabama con su familia. Pero Jacob y su padre vivian el Forks, a unas horas de Washington, y su madre y Phil , su esposo, vivian en Jacksonville, Florida. Razones por las cuales ella estaba sola en la ciudad y solo podía comunicarse con ellos por teléfono o correo electrónico.

De repente el sonido del ascensor la saco de sus pensamientos, era hora de adentrarse a la torrencial lluvia. Las puertas del ascensor se abrieron y ella salio a toda prisa, sin embargo al salir chocó con algo, o mejor dicho alguien, y entonces lo siguiente que supo es que estaba en el piso de la recepción del edificio y que sus cosas estaban esparcidas por el suelo.

-Lo siento mucho- dijo una voz varonil y ella vio como aquel extraño la tomaba de un codo y le ayudaba a ponerse de pie.

-Descuida- dijo ella sonrojándose- Fui yo la que choco contra ti.

Ambos se agacharon y recogieron sus cosas, obviamente el chico fue mas rápido he hizo la mayoría del trabajo. Mientras seguían en el suelo ella levanto la mirada para verlo de reojo, era un joven alto y muy atractivo, con el cabello humedo, razón por la cual no podría definir su color exacto, tenia la piel blanca y vestia de manera impecable a pesar de la lluvia. El hasta ahora desconocido volteo para entregarle sus pertenencias y le dedico una deslumbrante sonrisa que ilumino sus increíbles ojos verdes haciendo que Bella se olvidara de respirar un momento, por suerte seguían en el suelo sino, ella habría vuelto a caer. Torpemente ella le devolvió la sonrisa con sus mejillas ardiendo y se pusieron de pie al mismo tiempo.

-Que descortez de mi parte- dijo el de pronto- Mi nombre es Edward Cullen- le tendio una mano larga y esbelta, "Dedos de pianista" dijo una voz absurda y melosa dentro de su cerebro.

-Isabella Swan- atino a decir ella tomando su mano de vuelta- un placer.

-El placer es todo mio Isabella

-Bella – le interrumpio- por favor, solo Bella- le dijo algo apenada.

- Bien, Bella, una vez mas te ofresco mis disculpas por este accidente

-No te preocupes- Dijo Bella- soy muy torpe, si no hubiera sido contigo, hubiera tropesado al salir del edificio con el mismísimo suelo- bromeo ella, y le hecho un vistazo al reloj de la pared en recepción alarmándose-¡Dios mio, es tan tarde!.

-¿Qué pasa?

- Es mi primer dia en la universidad, y ya es demasiado tarde como para tomar el autobús - dijo ella con pesar- creo que tendre que pagar un taxi.

- No seria ningún inconveniente llevarte Bella- se ofreció el.

-No quiero ser ninguna molestia- contesto

-Por supuesto que no lo serias puesto que yo debo ir hacia allí- le contesto Edward con una sonrisa torcida- espero que no te moleste pasar primero por mi hermana de camino hacia allí.

- ¿Vas a la universidad tambien?- pregunto Bella con asombro haciendo que el soltara una pequeña risa.

-Asi es- contesto- y mi hermana tambien, pero debía venir a recoger las llaves del departamento antes de ir hacia alla.

Le ofreció su brazo y presiono nuevamente el botón del asensor para bajar al parking, caminaron en silencio y el la guio hacia un precioso volvo que estaba estacionado unas plazas mas allá. Edward sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta del copiloto para que entrara al coche haciendo que Bella se sonrojara. Dio la vuelta y se metió en el coche con movimientos fluidos y con una sonrisa siempre pegada en su perfecto rostro, arrancaron y salieron a la avenida que estaba siendo cubierta por la lluvia; Bella veía por la ventanilla y de repente una melodía hermosa comenzó a salir por los parlantes del coche.