Nombre del fic: To live is to die

Es un crossover con NCIS, lo típico... Investigación, aventuras, un poquito de angst, sale Dean así que un poquito de hurt también.
Aún no está terminado así que no tengo ningún problema en no continuarlo si a nadie le interesa.

Lo de siempre, ni los chicos son míos (si no, no estarían uno a Boston y otro a California) y los del NCIS tampoco, (aunque a cierto agente madurito no me importaría tampoco mimarlo un poquillo...) y todo ésto sólo tiene el interés de que escuchando "To live is to die", de Metálica, pues se plantó sin más en mi cabeza.

Resumen: Dean, Lisa y Ben pasan unos días en casa de unos amigos en Washington, sin saber que el ex-cazador está buscado por prácticamente todas las fuerzas policiales de USA.

Y ésta historia, pues comienza ahora:

To live is to die

Cuando un hombre miente

Mata una parte del mundo

Estas son las muertes pálidas

A las que los hombres llaman equivocadamente "sus vidas"

Ya no puedo cargar con todo esto

Para seguir siendo testigo

¿No puede El Reino de la Salvación

Llevarme a casa?

Cliff Burton (1962-1986) Bajista de Metálica


Prólogo

"Detener al terrorista"

La noche era desapacible y oscura. Una mala noche para una operación conjunta entre el FBI y el NCIS. El agente del NCIS, sintiéndose mayor para ser agente de campo, se inclinó sobre su homólogo de la otra agencia. A pesar de su difícil relación, su amistad era indiscutible. Tenían demasiadas cosas en común.

El grupo de asalto del FBI tomó posiciones complementado por parte del equipo del sargento de la Armada, Leroy Jethro Gibbs . Aguardaban la orden de entrar en la casita adosada con jardín. Ni siquiera habían evacuado los edificios adyacentes pues el objetivo era uno de los criminales más metódicos de los que tenían constancia y una evacuación de ese tipo lo hubiera puesto sobre aviso

Hacía casi dos meses que habían tenido por primera vez, indicios de que el tipo continuaba con vida. El mismo agente senior del FBI que dirigía el operativo, Tobías Fornell se había puesto en contacto con Gibbs para ponerle al corriente de su descubrimiento. Por una vez la colaboración entre agencias había sido eficaz, no sólo habían descubierto al peligroso sujeto sino que tenían su paradero exacto.

Anthony Dinozzo hizo una seña a su jefe desde su posición junto a la entrada trasera. La ex-agente de la inteligencia israelita, ahora agente del NCIS, Zhiva David, con su característica mueca de concentración cubría con su arma reglamentaria una de las ventanas. Comenzó a llover. Las luces de la calle parpadearon violentamente, alguna de las bombillas estalló por la sobrecarga.

La imagen del satélite desapareció en la oficina del NCIS, el director de la oficina de Washington, coordinador general a nivel interestatal, León Vance amonestó al especialista en telecomunicaciones Timothy McGee. Éste se defendió "Es imposible, no se puede perder de repente la imagen por satélite así, es cómo si hubiesen utilizado un arma nuclear, un pulso electromagnético"

"Espero que la razón de ésto sea otra bien diferente a una explosión atómica en mitad de Washington" replicó un abrumado director, pues sabían que el objetivo de esa noche era mucho más peligroso que cualquier otro terrorista del que tenían constancia.

- Tengo línea telefónica con Gibbs señor – le comunicó el joven a cargo de las comunicaciones.

- León Vance – musitó el director al aparato

- Gibbs, hemos perdido la señal del satélite, pero las comunicaciones por cable aún parecen funcionar. ¿Meteorología señor?

- No Jethro, hasta el momento de la desconexión no había ninguna interferencia meteorológica en la zona, ¿por qué?

- Debe haber un error León, aquí está descargando el diluvio universal con toda su parafernalia de rayos, truenos y centellas – Era Tobías Fornell quien ahora hablaba con el director del NCIS

- ¿De qué estás hablando Fornell? Ninguno de los satélites ha detectado un cambio en la meteorología.

- Escúchame Vance, aquí está diluviando, la tormenta eléctrica ha provocado sobre-tensiones cargándose parte del alumbrado, es como si los elementos estuvieran de parte del tipo para estorbar la operación – El agente de la oficina federal parecía muy alterado – quizás, deberíamos aplazar la operación.

- O adelantarla Tobías

- OK, si estás conforme daré la orden de entrar.

El agente senior del FBI se entendió sin palabras con su homólogo y amigo de la Armada. Dio la orden de entrar. "No den el alto, la vanguardia va armada con dardos tranquilizantes y pistolas eléctricas, disparen primero, los daños colaterales son aceptables en este caso señores, si la vanguardia no logra abatir al objetivo entrarán en acción los francotiradores"

Un par de segundos después los dos equipos irrumpieron en la casa, tres minutos después salían con un chico y una mujer inconscientes. Dinozzo hablaba con el hospital para que mandasen una ambulancia por ellos.

- ¡Qué demonios! Dinozzo, ¿y Winchester? - Gibbs estaba furioso

- No estaba dentro jefe, estaban solos la mujer y el chico, alguien se ha ido de la lengua jefe.

Leroy Jethro Gibbs se volvió a su colega del FBI. "Tienes un topo Tobías". Hubiesen discutido acaloradamente si justo en ese momento no hubiesen visto llegar al hombre que habían ido a cazar.

El tipo, de unos treinta y pocos años, rubio, pálido y con un aspecto bastante distraído, bajó del monovolumen de alquiler maldiciendo la lluvia y abriendo el maletero para sacar la compra de la semana. Entonces pareció como si la persona que había bajado del coche sufriera una metamorfosis, cerró lentamente el maletero del monovolumen y sin separar las manos de la puerta gritó

- ¡Está bien puta! ¡ya me has encontrado! ¡no se te ocurra acercarte a ellos! - Dean Winchester estaba tranquilo, a pesar de su amenaza sabía que la demonio que iba tras su pista no podría atacar a Lisa y a Ben, había protegido demasiado bien la casa para que un demonio, del nivel que fuera, pudiese entrar

- hola Dean – una de las agentes del FBI se acercó al cazador apuntándole con su arma reglamentaria – los tengo, he tenido ayuda de tus preciosos humanos, has perdido cazador.

- Yo siempre pierdo puta, pero tú no vas a disfrutar tu victoria.

Lo siguiente fue demasiado rápido y demasiado confuso. El rubio se giró con una extraña espada en la mano que seccionó la yugular de la agente matándola en el acto y haciendo que cayera al suelo entre irreales fogonazos de luz que parecían radiografiar a la mujer desde su interior. Los agentes del FBI, indignados apuntaron con la munición ordinaria al agresor que los miraba con una actitud bastante pasiva, aun con la espada en la mano, goteando la sangre de la mujer muerta.

- ¡No disparen! - ordenó Gibbs - ¡tira el arma Winchester! ¡tírala o dispararemos a matar!

El asesino levantó la mirada y se encontró con los ojos del militar. Estaba dispuesto a morir, su mirada no demostraba miedo, ni emoción alguna. Pero tampoco había nada amenazante en su postura o su expresión.

- ¡La mujer y el chico están bien! ¡sólo aturdidos! ¡ríndete y podrás verlos! - se produjo un cambio en la actitud del objetivo, tiró la espada y colocó las manos tras la nuca – ¡está bien Winchester arrodíllate y túmbate en el suelo!

Obedeció tranquilamente, dos de los compañeros del la agente degollada lo esposaron sin miramientos y sin escatimar golpes y amenazas que no parecían afectar al detenido. "Mío, Tobías" el agente del FBI estaba de acuerdo, si el prisionero caía en poder de sus hombres no vería el día siguiente.

Dinozzo cogió al detenido del brazo y lo introdujo en el vehículo de su jefe sin ningún cuidado, pero si creía que el tipo se resistiría o que conseguiría golpearlo "accidentalmente" con el marco de la puerta se llevó una sorpresa, el cazador se sentó tranquilamente en el centro del asiento trasero apoyó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos.

- Jackeline era amiga mía bastardo, vas a pagar lo que has hecho – masculló Tony al sentarse al lado del detenido, propinándole un violento codazo en las costillas – no has debido matarla.

- Tu Jackeline, lleva dos meses muerta – musitó el prisionero sin acusar el golpe o abrir los ojos – siento tu pérdida agente.

- Maldito – Dinozzo cogió al detenido de la pechera, a pesar de la dificultad de moverse en el estrecho recinto, sacó su arma y se la puso al detenido bajo la barbilla – ¿crees que ésto es una broma?

- Hazlo – y sólo esa palabra tuvo la virtud de calmar al agente, esa palabra sin inflexiones y la mirada inexpresiva y vacía de quien no tiene nada que perder

Vuelve a ponerte gallito conmigo Winchester y lo lamentarás – el otro volvió a cerrar los ojos y a recostarse en el asiento.

Todo era normal cuando Zhiva bajó al prisionero del vehículo y lo llevó a la sala de detención ante la expectación de todos los agentes del centro, un peligroso terrorista detenido, llevado a la sala de interrogatorios. La típica curiosidad de los novatos, y de los agentes enterados del caso, hasta que:

- ¿Dean?, Dios mío chico, ¿estás bien? - Abby Sciuto aterró a sus compañeros cuando se abalanzó sobre el peligroso criminal abrazándolo con alegría.

- Ey, mi gótica favorita, no has cambiado nada pequeña

la cálida sonrisa con la que el supuesto terrorista obsequió a la excéntrica muchacha descolocó a todos hasta que Gibbs, apuntando al detenido con su reglamentaria a la cabeza ordenó "Abby aléjate de él". Al veterano agente no le pasó desapercibida la mirada perpleja de la muchacha ni el gesto con el que el detenido ocultaba el cuerpo de la chica de la trayectoria de su arma poniéndose a sí mismo como escudo "Ab, aléjate de mi, no quiero que te alcance una bala perdida"

- Pero, pero, no eres tú, tú no eres el que ha degollado a Jackie ¿verdad? - la verdad golpeó a la joven como un obús - ¿por qué?

- No era vuestra Jackie, ya no Ab – pero la dureza y la indiferencia con que el presunto criminal se había escudado hasta ese momento había desaparecido transformada en una preocupación rayana en la ansiedad, por el bienestar de la muchacha

- Ya está bien pedazo de cabrón – Dinozzo sujetó al detenido alejándola de su compañera – Zhiva, llevémoslo abajo.

- Ya no era ella Ab, hace mucho tiempo que ya no era ella – se resistió el prisionero intentando que la chica entendiese, incapaz de soportar aquella mirada acusadora y dolorida – Ab, me conoces, créeme

Tony y Zhiva se llevaron al forcejeante detenido. Abby lloraba desconsolada, no podía creerlo, su Dean, aquel chico descarado y cariñoso que se partía la cara por su hermano pequeño, quien la salvó de ser asesinada por unos tipos que querían merendarse su cerebro, no podía haber cortado el cuello de Jackie a sangre fría.

- ¿Lo conoces Abby? - su jefe rodeó los hombros de la chica acompañándola a su laboratorio - ¿de qué conoces a Dean Winchester?

- ¿Es cierto Gibbs? ¿degolló a Jackeline Hogdson? Puede que sólo le hayan tendido una trampa... - es que no era lógico, en diez años no podía haber cambiado tanto.

- Estábamos allí Abby, Tony, Zhiva y yo. Lo vimos con nuestros propios ojos. El arma con la que lo hizo está sobre tu mesa – al ver la incredulidad que emanaba de la joven, su jefe volvió a preguntar - ¿De qué conocías a Dean Winchester?

- No conocía su apellido, creí que se llamaba Smith – pero sí sabía que Dean no mataba a sangre fría, no mataba si no tenía otra opción, sabía que Dean no mataba personas – Gibbs, todo esto es muy raro, te aseguro que Dean no es un asesino.

- Es importante Abby, ¿de qué conoces a Dean Winchester?

- Hace diez años, cuando me estaba planteando dejar la MIT, hice una entrevista para conseguir una beca en Standford, y su hermano también asistió a la entrevista. A la salida fuimos asaltados por unos tipos que creían que si nos devoraban el cerebro se volverían inteligentes. Dean nos rescató. Pasamos un par de semanas viajando por el país y después me acompañaron cuando quise volver a la MIT. Gibbs, aquél chico no puede haberse convertido en un monstruo, aquí pasa algo extraño – sobre la mesa de su laboratorio estaba el arma homicida, a primera vista parecía de oro blanco pero era ligera como el titanio - ¿de qué está hecha?

- No había visto un metal así en mi vida Abby, esperaba que tú me lo dijeras.

La visión de la espada tuvo la virtud de concentrar toda la atención de la científica. Se retorció una coleta pensativa, aquello no se asemejaba a ningún material del que tuviera conocimiento. Era hermosa, corta para ser espada, larga para ser puñal, la hoja mediría unos cuarenta centímetros de larga y la empuñadura era del mismo material.

Limpió la sangre, recogiendo una muestra, era la sangre de la agente Hogdson. Tuvo que emplearse a fondo en la limpieza, la sangre estaba demasiado seca como si hiciese días que se había usado el arma.

- ¿y bien? - la mítica impaciencia de su jefe hacía acto de presencia

- Mi Caf-Pow con mucho azúcar, Gibbs

- Abby, la espada, ¿de qué material? - gruñó el hombre

- Vete, tengo que hacer algunas pruebas, cuando tenga algo te lo diré

McGee apareció por la puerta, preocupado por la reacción de Abby le traía su bebida favorita "¿Estás bien?" La excéntrica joven tomó el vaso sin ningún comentario, estaba muy ocupada estableciendo la dureza del material con que estaba fabricado el arma.

- La mujer y el chico están bien, señor, los tendrán en observación esta noche y mañana podremos traerlos para hablar con ellos.