Disclaimer: Los personajes y Rocavarancolia pertenecen a Jose Antonio Cotrina.
Última noche de octubre. Eres elegido, despídete pronto de tu infancia.
La aventura comienza.
Sueña. Imagina lo grande que serás, porque lo serás, te lo han prometido. Despierta del sueño, levántate en una pesadilla de la que no podrás escapar.
Conoce a otros como tú, uníos, daos calor entre los límites de la ciudad en llamas. Sobrevivid como podáis guardándoos las espaldas los unos a los otros.
Termina tu vida de forma abrupta. Date cuenta de lo poco que has vivido y desea haber podido disfrutar más. Mira a tus compañeros con los ojos vidriosos e intenta no llorar, que tu último gesto sea una sonrisa para ellos. Haz que sepan que son especiales para ti y muere feliz por ellos, porque tú mueres pero ellos siguen vivos. Llorarán, pero no te verán sufrir.
Llora si no es tu vida la que se va. Observa como su cuerpo se queda poco a poco sin vida. Su último aliento se escapa a la par que tu infancia. Sécate las lágrimas. Sobrevive para mantener su recuerdo.
Siente el tiempo pasar. Madura. Ya no eres el niño que llegó, tu infancia tan solo es un borroso recuerdo, las imágenes nítidas comienzan el treinta y uno de octubre.
Odia a este dichoso reino, ódialo porque te arrebató la inocencia y la cambió por horror y muerte; porque se llevó la vida de los tuyos y te obligó a conocer la muerte; porque convirtió tus sueños en pesadillas.
Recupérate. Reconstrúyete y levanta un muro a tu alrededor. Nota como el grupo se deshace poco a poco, como os alejáis; deja que empiecen a ser tan solo caras que ves de cuando en cuando por los pasillos del torreón. Discute con ellos un día, permite que la situación explote cuando te inquieren por qué cambiaste tanto, grítales e ignora cuando ellos te gritan a ti. Dirige tu furia hacia el portazo que acompaña a tu marcha.
Regresa tan solo por las noches y pasa los días entre el aire fresco y la magia. Mira fríamente a tus compañeros y finge que nada de lo que hagan te importa.
Medita por qué estás aquí y teme la respuesta, no pienses en ello.
Ten miedo. Camina con desconfianza por las calles y arrepiéntete de haberte ido, les echas de menos; comprende que juntos estabais más seguros y espera que no sea demasiado tarde. Cambia de idea, no permitas rebajarte, no permitas bajar la guardia, no le puedes hacer eso a tu orgullo.
Sorpréndete al notar un reflejo rojo sobre tu piel. Mira al cielo y descubre que por fin ha llegado. Date cuenta de que ya casi lleváis un año allí. Siente como la magia te recorre mientras la luz te baña; ignora el dolor y admira tu nuevo don.
Regresa al torreón. Asimila que sois menos que cuando te marchaste y observa como la luna roja os ha cambiado a todos, no solo físicamente. Evaluaros con la mirada y finalmente fundíos en un abrazo bajo la luna roja.
Dejad que el astro os cambie. Permitid que vuelva a juntaros.
Notas de la autora: Pues aquí está este relato, no sé muy bien que es, no sé como definirlo ni quien es su protagonista. Solo sé que lo escrito escrito está.
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