En primer lugar decir que llevaba mucho tiempo sin publicar nada, pero es que pasé por una dura situación personal, y he estado muy afectado como para escribir nada, pero ya estoy mucho mejor y es hora de ponerse de nuevo manos a la obra.
Este fanfic es una idea para como sería una película sobre el creepypasta Smiledog.
Los personajes a excepción de Smiledog son de mi imaginación, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, espero que les guste
Era la fiesta de final de curso en la Academia Ronald en Londres.
Los estudiantes habían finalizado sus estudios antes de partir hacia diferentes universidades o comenzar a trabajar.
Para que la fiesta durara toda la noche, habían alquilado un viejo cobertizo a las afueras de la ciudad; habían contratado a un DJ, y habían llevado varias bebidas alcohólicas.
Entre todos los estudiantes se encontraba Margaret Robinson, una chica alta, morena y exótica; ella marchaba como primera de su promoción; normalmente aquellas fiestas no le iban, pero ya que su mejor amiga Lauren le había insistido, y que se iría pronto a la universidad de Harvard y difícilmente podría volver a ver a sus amigos, por aquella vez decidió soltarse la melena y divertirse.
Fue su hermano mayor quien la llevó hasta allí en coche, donde ya la esperaban su mejor amiga Lauren, una muchacha rubia y de ojos azules.
"Has tardado mucho" le reprochó la muchacha rubia de forma simpática.
"Había mucho tráfico" se justificó la morena.
Ambas entraron a la fiesta; allí estaba el resto de su pandilla.
Fernand era bajito, castaño y llevaba gafas, le encantaba coleccionar figuras de acción.
Georgina Watson era la más joven del grupo, prefería alejarse de los convencionalismos sociales y vestirse de una manera un poco marimacho; su pelo estaba rapado casi al cero y se había hecho recientemente un piercing en la nariz comenzaría a prepararse para las clases de peluquería el mes siguiente.
Robert George era otro miembro del grupo, todos sabían que él era gay, pero su familia más bien chapada a la antigua aún no; aún sí él se las había apañado para divertirse y buscaba una forma de salir pronto del armario para su ambiente más cercano.
Por último estaba Peter Smith. Margaret y él se conocían de toda la vida, desde que eran niños, de hecho, ella estaba enamorada de él, pero tenía miedo de arruinar su amistad, de modo que se lo callaba. Peter era alto, delgado y tenía el pelo de color arena.
Pronto la fiesta comenzó, y el ambiente comenzó a desmelenarse.
Los chicos comenzaron a contarse sobre qué harían ahora que el Instituto por fin había acabado; según se iba animando la fiesta, se atrevieron hasta a jugar a algunos juegos picantes como atrevimiento o verdad. Robert se marchó al poco rato para darse el lote con un chico guapo que había conocido allí.
Margaret se disponía a fumar un cigarro, cuando una compañera, la empollona de la clase que por algún motivo había acudido a aquella fiesta, le reprochó su actitud y le
pidió que se fuera a fumar fuera.
La muchacha morena pensó que era inútil pelearse por una tontería como aquella, así que salió para fumarse tranquila un cigarro; sabía que fumar estaba mal y era perjudicial para su salud, pese a todo había comenzado ese año por presión social, y ya no podía dejarlo.
La noche era agradable, y estaba comenzando a relajarse cuando sin previo aviso una mujer salió de entre las sombras y la agarró. Margaret gritó mientras contemplaba el mugriento rostro de quien tenía toda pinta de ser una vagabunda.
"¡Me está persiguiendo! ¡Me persigue!" gritaba la mujer.
Margaret pensó que estaba loca, trató de liberarse, pero la vagabunda la tenía bien agarrada, no podía escapar y comenzaba a hacerle daño. Por fortuna para ella, Peter quien había escuchado sus gritos, salió para ayudarla junto al resto de la pandilla. Al verlos, la vagabunda soltó a Margaret y echó a correr desapareciendo en la oscuridad, no sin antes dejar caer algo a sus pies.
"¿Estás bien?" le preguntó Peter, pero antes de que ella pudiera responder, Georgine hizo otra pregunta.
"¿Quién era esa mujer?"
"No tengo ni idea" respondió Margaret al tiempo que se agachaba a recoger lo que la vagabunda dejó caer, parecía una fotografía, pero con la oscuridad no podía verla "Volvamos dentro"
Una vez en el interior, Margaret se dispuso a observar la fotografía, pero Georgine se la arrebató de las manos.
"Chicos, mirad esto" les dijo al resto.
Margaret resopló disgustada mientras la foto iba pasando de uno a otro, hasta que finalmente le llegó a ella.
En la fotografía aparecía lo que aparentaba ser un perro de raza Husky, pero tenía una sonrisa muy extraña, diabólica y casi humana; ningún perro podía sonreír así… al fondo había una especie de mano ensangrentada que no hacía sino hacer la foto más siniestra y terrorífica de lo que ya era de por sí.
"Debe ser algún montaje fotográfico" opinó Robert.
"Desde luego" coincidió Fernand "Ningún perro puede sonreír de esa manera, yo también puedo conseguir que un gato parezca otra cosa con ordenador.
Todos asintieron, menos Georgine, quien se había puesto pálida.
"No me encuentro muy bien"
"¡Venga ya!" exclamó Lauren en tono burlón. No te habrá asustado esa foto, ¿no?"
Pero Georgine no respondió y fue al baño a devolver; pensó que se debía a la bebida y, tambaleándose fue a lavarse la cara; cuando levantó la vista hasta el espejo… dio un grito, en él veía reflejado al perro de la foto; se dio a vuelta… pero detrás suyo no había nada; respiró aliviada tratando de recuperar el aliento y, finalmente salió del baño, debía estar más borracha de lo que pensaba.
Cuando la fiesta acabó, todos se fueron a sus casas, algunos imprudentes cogieron el coche habiendo bebido, pero muchos fueron pillados por la policía. Margaret regresó andando, no sabía por qué, pero tenía la impresión de que alguien la seguía, a pesar de que no había nadie detrás suyo. Al llegar a un callejón, le pareció ver unos ojos mirándola fijamente… pero ella desvió la vista tratando de calmarse y luego ya no estaban.
Georgine caminaba rumbo a su primer día en la escuela de peluquería. Todo era bonito, y los otros aspirantes eran muy simpáticos. Estaban en mitad de una práctica, cuando el profesor observó que se habían quedado sin tinte azul y le pidió a ella que fuera a buscar más al almacén.
Aquel sitio no era tan agradable como el resto, era estrecho y mal iluminado. Georgine acababa de encontrar el tinte, cuando sin previo aviso el perro de la fotografía salió de la nada y la atacó… ella gritó y gritó… y se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Respiró aliviada, se dio la vuelta en la cama… solo para observar al perro mirándola fijamente en una esquina de su habitación; ella gritó de nuevo esperando despertarse de un momento a otro… pero esta vez el perro no era ningún sueño.
"¿Qué significan esos gritos?" preguntó el padre de Georgine, entrando enfadado a la habitación de su hija, pero su ira cambió a horror cuando contempló el cuerpo sin vida de su hija colgado en el techo; las ventanas estaban cerradas, no había podido ser otra persona, nadie había podido entrar a la casa…
Intentaré publicar el siguiente capítulo lo antes posible. Smiledog es mi creepypasta favorito y me apetecía escribir sobre ello desde hace tiempo.
