Disclaimer: Todos los personajes que reconozcan son propiedad de la genia multimillonaria JK Rowling, que se niega a adoptarme. También, en caso de que hayan visto la película "He´s just not that into you" todos los personajes y situaciones que reconozcan son propiedad de sus guionistas, productores, directores y New Line Cinema. También debo decir que este FF ha sido escrito para el Reto «Verano de películas» del Drinny fest, del grupo Drinny/Dranny: ¡El mejor amor prohibido!.
Aclaración: Para adaptarse mejor a la película, he tratado de hacer coincidir las personalidades de los personajes originales… pero no se sorprendan si tienen diferentes profesiones o si sus acciones no son muy cannon. Es AU con magia pero también con mucho uso de cosas muggles como el celular, nuevamente para efectos de que quede mejor con la trama de la película. Está escrito en primera persona, pero desde varios puntos de vista, ya que se desarrollan muchas historias… ¡espero que no se pierdan mucho!
Ahora, por el momento… disfruten la lectura y no olviden el muy amado rr.
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Estoy segura de que es una regla general el que una chica jamás olvide al primer niño que le gustó… aunque las cosas no hayan resultado bien.
En mi caso, sucedió a mis cortos nueve años de edad, como siempre, me he destacado por ser una joven enamoradiza… lo conocí en una tarde de juegos organizada por mi madre y sus amigas. Su nombre era Marcus y era un bombón a pesar de solo tener 11, su cabello era negro y parecía muy suave, su piel era tan blanca como la mía y tenía los ojos azules… iguales al océano. Obviamente todas babeamos por él, pero esa tarde sentí que la suerte me sonreía cuando estaba por mi cuenta en el jardín y lo vi acercarse a mí con determinación. Pude darme cuenta de que su grupo de amigos nos miraba desde un árbol a unos metros de distancia pero nada pudo prepararme para lo que vino a continuación. Mientras yo le sonreía como idiota pensando en que me diría algo lindo, lo único que salió de su boca fue un terrible encantamiento.
- ¡Expulso! – gritó el apuntándome con su varita y por supuesto que salí despedida hacia atrás cayendo de espalda directamente sobre el césped mojado y con barro. Me incorporé casi enseguida con un mar de lágrimas inundando mis ojos y lo encontré con una sonrisa de superioridad y asco.
- ¿Por qué hiciste eso? – pregunté con la voz quebrada ya que comenzaba a sentir el dolor del golpe.
- En la escuela dicen que eres una traidora, traidora a la sangre… y que alguien debe darte tu merecido – me respondió el con seriedad – además, hueles a popó de escreguto… eres igual de fea a un escreguto - miró a sus amigos satisfecho y después de darme otra mirada llena de desprecio se alejó del lugar.
Obviamente, mi pequeño corazón se había roto en un millón de pedazos e incluso olí mi ropa y mi piel para asegurarme de que no olía mal, después hice lo que cualquier niña pequeña haría… corrí llorando a contarle a mi madre lo sucedido y a esconderme en su abrazo.
- No te preocupes cariño – me dijo ella mientras tomaba mis manos y me ofrecía una sonrisa cómplice - ¿sabes por qué ese niño te empujó y dijo esas cosas? – la miré con curiosidad porque no podía encontrar otro motivo además de simple maldad – Es porque le gustas.
Y ahí está, el principio de nuestro problema… ¡desde niñas nos hacen creer que si un chico se comporta como un idiota es porque le gustas! Cada vez que un hombre nos hace sufrir nuestras amigas nos consuelan con frases como "El problema es que le gustas demasiado", "Seguro no te llama porque perdió tu número", "No te invita a salir porque tiene miedo de tu madurez emocional", "Quizás otra chica le dio una poción de amor para que se olvide de ti". Ahora, a mis 24 años de edad me pregunto… ¿porqué rayos nos decimos estas cosas? ¿Es porque tenemos miedo y es demasiado duro admitir la cruda verdad que tenemos en frente? Estoy segura de que incluso, si viviéramos en medio del desierto, nuestras amigas preferirían decirnos "No te ha llamado porque seguro un león se lo comió" a enfrentar la realidad.
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La verdad es que… SIMPLEMENTE NO TE QUIERE.
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Y ahí estaba yo otra vez, Ginevra Weasley, en mi cita número 37 en busca del hombre de mis sueños. El candidato para esta noche era Neville Longbottom, amigo de mi amiga Hermione y corredor de bienes raíces, con una gran afición por la botánica y al baile de salón. Parecía ser un chico simpático. La conversación fue agradable y recordó la bebida que pedí al inicio de la cena. Al terminar la noche me sentía ilusionada al pensar que finalmente había encontrado al indicado.
O quizás no.
Había pasado ya más de una semana y juraría que esta era la milésima vez que revisaba el buzón de voz de mi celular y claramente… Neville jamás me había llamado.
- Seguro salió en un viaje de negocios – Hermione en seguida trató de consolarme y excusarlo.
- Oh, Hermione, no inventes excusas… no le interesé, lo entiendo.
- Mira Ginny, después de salir con Ron la primera vez, él no me llamó en 11 días ¡11 días! y ahora estamos casados y es el mejor esposo del mundo… no te dejes llevar por el momento – me contestó con una sonrisa mientras me agarraba la mano con cariño.
Seguí a mi amiga mientras recorríamos los espacios de su nueva casa en remodelación, ella había insistido en que era hora de que compren una casa y agranden la familia.
- ¿Estás segura de eso Hermione?… es decir, tú me lo presentaste y quizás no tenemos química – le contesté mientras revisaba, nuevamente, los mensajes de texto.
- Gin, tú me preguntaste si conocía chicos y le di a Neville tu número… no planee algo concreto. Si lo hubiese planeado, hubiese evaluado las ventajas y desventajas – me extendió un vaso con refresco, lo cual acepté gustosa… la ansiedad de esperar a que se contacte conmigo era mucha.
- Él comentó que va al club Poison después del trabajo ¿crees que debería ir?
- Oh no, no – me respondió abriendo mucho los ojos – Él llamará, tranquila – chocamos nuestros vasos mientras reíamos y continuamos con el recorrido de la nueva casa de mi hermano y cuñada.
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La conocí un jueves por la noche en el supermercado… y puedo jurar por mi alma que mi acercamiento fue completamente inocente cuando le cedí mi lugar en la fila para pagar, sin embargo supe de inmediato que ella era especial, podía notar que era una mujer alegre, segura de sí misma, femenina y seductora. De alguna manera caminamos juntos hacia el estacionamiento mientras charlábamos sobre cosas demasiado serias como para el lugar en el que estábamos.
- Y desde entonces decidí que no sería como mi madre – decía ella – y que haría lo que yo quisiera con mi vida, cumpliría mis sueños y expectativas sin importar nada más.
Su nombre era Lavender Brown y quería ser cantante. No sé qué me impulsó a ofrecerme a presentarle a uno de mis socios, quien le podría ayudar a incursionar en el mundo de la música y realizar sus sueños, así le que ofrecí una tarjeta con mis datos del trabajo y nos despedimos con una gran sonrisa.
Solamente había un problema… esta mujer encantadora y sexy frente a mí con quien sentí una conexión de inmediato y que hizo que me sonrojara como un adolescente… no era mi esposa.
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- Buenas noches, hermosa – mi amado novio entraba a nuestro departamento con las compras del supermercado mientras yo acababa de colgar el teléfono.
- Hola, guapo – traté de sonar tranquila y despreocupada a pesar de que internamente era todo lo contrario – sabes, estuve charlando con Millicent – me acomodé en el sofá mientras escuchaba cómo él guardaba las cosas en las alacenas.
- ¿Si? ¿Cómo está?
- Umm, pues creo que bien… va a casarse – escuché que cerraba abruptamente la puerta de la heladera y asomó su rostro, ahora un poco pálido, por la puerta de la cocina.
- ¿En serio? - respondió mirándome brevemente para en seguida girar sobre sus talones y volver a la cocina - ¡Fantástico! Felicítala de mi parte.
Debería haber tenido a mano una cámara fotográfica para retratar mi expresión en ese momento.
- ¿Quieres que la felicite?
- Ehh… si, Graig parece un buen tipo.
- Ok, entonces… déjame entender algo – sabía que el volumen de mi voz estaba subiendo peligrosamente y que mi pulso estaba acelerando –¿te parece "genial" que ellos vayan a casarse pero nosotros seguimos obrando contra la naturaleza y las buenas costumbres al no casarnos?
- No, Pansy – me respondió mientras caminaba hacia mí con una sonrisa y dos tazas de té – obrar contra la naturaleza es como esa gata que amamantó a un mono – a pesar de mi molestia no pude evitar sonreír mientras tomaba mi taza – Tu y yo somos dos personas que no están casadas nada más… además – puso cara seria – las personas casadas no son de confianza - lo miré escéptica, no muy segura de a dónde quería llegar – porque si en verdad eres feliz no necesitas proclamarlo, ellos se casan porque son inseguros y creen que deben hacerlo – él miró mi expresión triste y decepcionada… ya habíamos tenido esta conversación muchas veces – ey, no te pongas así… mira a tus amigas, las conoces desde hace años y las quieres muchísimo, pero no es necesario que obtengan un certificado de amistad ¿oh si?
- No, ya lo sé – miré mis manos porque en verdad sentía una lucha interna contra el sentido común que me indicaba que lo que me decía era lógico y contra mi corazón que una vez más se rompía en pedazos.
- Mira nena, somos felices, te amo, estoy dedicado a ti y tenemos una gran vida… ¿no podemos ser felices y ya? – su sonrisa era sincera y me dio un suave beso en los labios.
- Si Blaise, claro que si - le contesté con un amago de sonrisa.
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Estaba enamorado, lo admitía… no importaba cuántas chicas intentara conocer y todas las citas que tuviese… sabía que su corazón le pertenecía a la hermosa y sensual Lavender Brown. Aún estaba agradecido de que su inocente amistad durante toda su adolescencia hubiera rendido frutos y que al fin ella pareciera notarlo. Se notaba que lo necesitaba y él estaba feliz por eso. Lo llamaba para que la ayude a lavarse el cabello, para hacerle masajes, para contarle sobre sus problemas en el trabajo y, desde hace unas semanas… para acostarse.
No importaba que aquella noche ella no hubiese querido salir, en su corazón, después de la cita que tuvo con aquella pelirroja, se dio cuenta de que en realidad no quería a nadie más que a cierta rubia en su vida.
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… SI NO TE LLAMA
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Como mi amiga Grace decía:
"Odio que los teléfonos tengan identificador de llamada, es decir ¿es en verdad necesario que las personas sepan quienes le llaman? ¡Esto atenta contra mis derechos! porque si un chico no me llama, quiero reservarme el derecho de llamarlo cada 15 minutos hasta que conteste. Pero si ve mi número va a pensar que soy una sicótica o algo… Y no lo soy… Obviamente."
Era temprano en la mañana y me estaba dando una ducha que esperaba que me despierte para poder ir al trabajo. Por supuesto que llevé el celular en caso de que Neville finalmente me llamara y mi corazón casi explota cuando escuché la típica melodía que anunciaba una llamada entrante. Me concentré en utilizar la voz más sexy y segura que pudiese….
- ¿Hola? – solo era una gran desilusión otra vez - ¡Oh mamá! – quería morir en ese momento – Sabes, estoy en la ducha, te llamaré luego – colgué a penas mi madre comenzó a preguntar qué rayos hacía llevándome ese aparato al cuarto de baño.
Durante el día, en todas y cada una de mis actividades, no despegué mis ojos de la pantalla del celular, después pensé en lo ridículo que era eso… ¡no por mirarlo iba a recibir milagrosamente la llamada que esperaba!
En el trabajo no fue diferente, les conté a mis amigas Pansy y Danielle lo sucedido con Neville.
- Bueno… él parecía muy atento, recordó la bebida que pedí y la pidió para mí, también inició el abrazo y me dijo "Fue un gusto conocerte"
- Espera – Danielle me miró pensativa - ¿eso fue al final o al comienzo de la cita?
- Al final… ¿porqué? ¿importa? – mi nerviosismo era obvio y empecé a enrollarme el pelo con las manos.
- ¡Claro que si, Gin! – me explicaba todo como si hablara con una niña de 5 años – "Gusto en conocerte" al comienzo de la cita es normal pero si lo dicen al final… bueno, puede significar "adiós".
- Quizás fue al inicio – dije rápidamente e intenté calmarme – o quizás en verdad le dio gusto conocerme… ¡Cómo puedo concentrarme en el trabajo cuando el posible hombre de mis sueños se niega a llamarme!
- ¿Sabes Gin? – podía notar que Pansy me miraba cansada – Después de mi primera cita con Blaise, yo lo llamé. Ya no hay reglas sobre eso – me miró con compasión – Ya no es necesario que esperes a que un chico te llame.
Intercambiamos miradas ansiosas con Danielle y de inmediato la rubia trajo mi celular desde el escritorio. Marqué el número rápidamente y lo acerqué a mi oído.
- Está sonando – grité emocionada.
- Eso es normal – me contestó Pansy rodando los ojos.
Al sexto "tuu" se escuchó la voz que decía "Hola, es Neville. Deja un mensaje y te llamaré". Danielle me extendió el cuadernillo de notas donde habíamos escrito el mensaje que le dejaría.
- Hola Neviile, habla Ginny… emm Ginevra – complete rápidamente – Me di cuenta de que no me has llamado y bueno… es tonto que una chica tenga que esperar a que la llamen ¿no? – de repente la letra era muy confusa y no sabía qué más decir, miré a Pansy que trataba de descifrar el escrito y entré en pánico – Porque todos somos iguales, digo, hoy en día más mujeres estudian para auror y no sé si has visto los nuevos artículos de los tabloides pero incluso muchas mujeres prácticamente tienen penes. Así que… - miré de reojo a mis amigas quienes tenían los ojos como platos y estaban completamente enrojecidas – llámame.
- No te preocupes – me dijo Danielle con lástima – Seguro te va a llamar.
Pues… eran las 9pm y todavía no me llamaba. En el fondo de mi corazón sentía que este era el momento, que debía hacer algo. Así que me arreglé y decidí salir y probar suerte a encontrármelo en el bar.
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La música dentro del bar en verdad estaba impidiendo que me concentre en hacer el cálculo de las finanzas. Y por si fuera poco… no ayudaba en nada que me interrumpieran.
- Hola, jefe – por la puerta entraba Astoria, con su cuerpo perfecto, su pelo rubio brillante y aquella sonrisa seductora que yo conocía tan bien - ¡Que sorpresa! Nuevamente estas en la oficina cuando estoy de turno.
- Ya lo sé – respondí sin mirarla – yo programo los horarios, Astoria.
- Bueno… imaginé que no era una coincidencia – caminó hacia el escritorio y me miró nuevamente - sabes, lo pasé muy bien la otra noche.
- Si, es increíble lo que hacen diez copas de tequila – le contesté sin mucha emoción, con una sonrisa sarcástica. Ella rió graciosamente mientras algo de rubor cubría sus mejillas.
- Bueno… entonces, yo pensé que hoy, después del trabajo… podríamos… ya sabes – terminó aún sonrojada.
¡Cómo odiaba eso de las mujeres! Siempre hacían todo tan definitivo… no podían simplemente hacer una cosa un día y otra al siguiente.
- Astoria… - le dije con calma, ya que no quería herirla ni causar problemas en el trabajo – mira, lo que pasó la otra noche fue divertido. Pero estoy aquí hoy porque falta personal… yo tendré que trabajar en el bar y por eso también te programé a ti. Para trabajar – sabía que había sonado duro, pero era mejor cortar esas ideas de raíz. Ella miró hacia el piso, sabía que estaba molesta y avergonzada – Así que… ¿estamos bien?
- Claro, estamos bien – salió cerrando fuertemente la puerta. Suspiré… ¿porqué las mujeres complicaban todo?
Cuando terminé con el papeleo, salí a ayudar en la barra. La verdad es que no era mi actividad favorita, pero debía ser un dueño responsable y colaborar si la situación lo requería.
- ¿Qué te sirvo? – le pregunté a la pelirroja que se acababa de sentar en la barra.
- ¡Oh! bueno… vine a ver a alguien – contestó emocionada mientras miraba el lugar.
- ¿Ah si? ¿Tienes una cita emocionante?
- Bueno – ella rió graciosamente – no sé si sea emocionante. Neville y yo solo hemos salido una vez.
- Espera… ¿Neville Longbottom?
- Si – respondió con recelo y pude notar que su nariz se arrugaba un poco, con molestia.
- Neville no va a venir hoy – le contesté mientras sacaba una botella de whisky de fuego - ¿Se le olvidó que tendían que verse aquí?
- Oh no, cuando dije "ver a alguien" era en un sentido amplio...
- Entiendo, lo voy a llamar – me dirigía a buscar el teléfono del local pero ella casi se arroja a sí misma sobre la barra para impedírmelo.
- ¡No! Eso no es necesario – dijo atropelladamente – Solo es que… estaba por aquí y pensé en venir a ver si estaba – seguramente la expresión en mi rostro era de completa extrañeza por lo que se vio obligada a continuar – Porque tenía que devolverle su… emmm – comenzó a buscar rápidamente en su bolso – ¡Su libro! – colocó un pequeño libro con tapa rosa sobre la barra – Y pensé en devolvérselo antes de que se alterara por su ausencia – suspiró tranquila después de haber dicho todo eso en menos de 10 segundos.
La miré curiosamente… esa chica era tan extraña. Era muy hermosa, pero tenía cierto aire infantil… como el de una adolescente nerviosa. Sin que ella lo viera venir, estiré mi mano y agarré el libro que ella aseguraba que era de Neville.
- "Cómo asegurar al hombre de tus sueños en 10 días" – leí en voz alta, la miré con mi ceja rubia platinada levantada en un perfecto arco de burla – No sabía que Neville era aficionado a este tipo de lectura – le dije con voz socarrona para verla sonrojarse hasta tener casi el mismo color de su pelo. Miró hacia ambos lados como esperando que alguien la salvara de esa incómoda situación.
- Soy Ginny – respondió después de un largo suspiro – Salí con Neville la semana pasada y solamente… - me acerqué a ella y puso sus ojos color avellana directo en los míos – Pensé que si me topaba con él… bueno… no sé. Me voy a ir – terminó rápidamente, aún completamente avergonzada y se levantó de su silla.
- Espera – no sé porqué ni en qué momento eso salió de mi boca – Déjame invitarte a un trago – le señalé la silla para que vuelva a acomodarse y cuando me dirigió una pequeña sonrisa fui a buscar nuevamente la botella de whisky – Dame dos segundos, no tardaré – tomé dos vasos y serví uno para cada uno – Pareces una chica linda, así que voy a ser sincero – ella me miró expectante – Neville nunca te va a llamar.
- ¿En serio? – me respondió ella entre insegura y molesta - ¿Cómo lo sabes?
- Porque soy hombre y así hacemos las cosas – le contesté simplemente mientras bebía de mi vaso.
- Pero él dijo que le dio gusto conocerme – la pelirroja no se rendía fácil.
- Aunque hubiese dicho que te preferiría por sobre un harem de Veelas – mi voz era cansina – Ya pasó más de una semana y no te llamó.
- Quizás me llamó pero no recibí el mensaje – en verdad esta chica era muy terca – estos aparatos muggles no son muy fiables – O quizás perdió mi número, o salió de la ciudad o lo atropelló un hipogrifo o se murió su abuela.
- O quizás no llamó porque no te quiere volver a ver – le dije seriamente, ya cansado, mientras despeinaba mi cabello platinado… totalmente frustrado.
- Si – respondió ella bajando la mirada, para después de un segundo tener un nuevo argumento a su defensa – Pero mi amiga Katie salió con un chico que nunca la llamó, lo descartó por completo, pasó más de un año y se volvieron a encontrar ¡y todo resultó a la perfección entre ellos!
- Entiendo… pero tu amiga es una idiota – ya casi sentía que perdía la fuerza de voluntad para hacerle entender a esta chica – y es la excepción. La extraña excepción.
- Está bien, pero ¿y si yo también soy la excepción? – me contestó emocionada.
- No – le dije tajante - No lo eres. Tú eres la regla, Ginevra. Y esta es la regla: Si un tipo no te llama, no quiere llamarte. Mira, yo sé lo que es ignorar a una mujer, lo hago a menudo. Cuando un hombre te trata como si le importaras un carajo… en verdad le importas un carajo. No hay excepciones- sentí que había terminado con ese argumento así que volví a organizar mis notas.
- Gracias – me contestó con expresión seria y pensativa – Me has dado mucho en que pensar, Draco - me extendió su blanca y delicada mano con solemnidad y estuve a punto de reírme pero la estreché con fuerza y juro que sentí un choque eléctrico. Estaba seguro que esta chica era todo un caso y que no sería la última vez que la vería.
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No había dormido nada después de la charla con el chico del bar. Así que llegué al trabajo completamente alborotada, con una fuerte sobredosis de café y pociones revitalizantes. Como siempre, Danielle y Pansy ya estaban en sus cubículos y supe que debía verme desastrosa después de la forma como me miraron.
- ¿Está todo bien, Gin?
- Si, si, solamente no dormí en toda la noche – les contesté mientras colocaba mi bolso en el escritorio – Pero al fin lo entendí, ya entendí las reglas – mis amigas se miraron extrañadas y yo continué - ¿Recuerdan al abogado que me engañaba? Bueno, decidí continuar con él porque alguien me dijo que su novio había sido igual pero que cambió y ahora estaban casados y enamorados. Hay que ignorar esas anécdotas porque la regla es que si te engañan, no te quieren. Y no eres la excepción. – dije apresurada – Después estuvo Ernie, el músico que vivía en una bodega y solo me usaba porque era buena en encantamientos y después estuvo Oliver, que rompía conmigo cada viernes para tener libre el fin de semana ¡Y todas me contaban historias de cómo las cosas podrían mejorar porque una conocida salió con alguien igual y terminó viviendo feliz para siempre, pero esas historias son raras excepciones y nosotras somos la regla! – me senté pesadamente e intenté recuperar el aliento.
- Déjame ver si entendí – me contestó Pansy - lo que quieres decir es que la regla es que hombres como Blaise que están con mujeres como yo siete años y no se han casado…. ¿no se van a casar nunca? – terminó con voz quebrada.
- Oh ¡no! ¡no! – nos apresuramos Danielle y yo – yo estaba hablando de mí, no de ti.
- Son situaciones particulares – me interrumpió Danielle. Pansy se levantó y dijo que iría a entregar unos informes. Mi amiga y yo intercambiamos miradas de preocupación.
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No importaba en realidad la inmensa diferencia entre sus personalidades, de alguna manera Luna y yo habíamos congeniado y habíamos creado una buena amistad. Más que nada… y aunque sonora tonto, los consejos de Luna eran los únicos sensatos que tenía. Era una amiga estupenda.
- ¡Oh Luna! Él era irresistible, me coquetea cuando caminábamos fuera del supermercado y parecía que el mundo se alineaba… era realmente mágico. Y luego me dice que está casado – le digo con exasperación – Y aunque debería estar molesta… no puedo dejar de pensar en él. No sé qué tengo.
- Bueno – la suave y tranquila voz de mi amiga logró que me calmara – Hay un hombre que trabaja en el Quisquilloso y que llevaba casado quince años con una señora muy simpática, pero una noche conoció a una mujer en una reunión y le dijo a papá que jamás había sentido nada parecido, que había conocido a su alma gemela. Así que se divorció y ahora lleva veinte años con la otra mujer y son increíblemente felices – Luna me miró con sus grandes ojos azules - ¿Qué pasa si conoces al amor de tu vida… pero ya estás casada con otro? ¿Debes dejar que se te vaya?
Nos miramos durante algunos segundos hasta que algo hizo "clic" en mi cabeza.
- Tienes razón, lo voy a llamar – le dije entusiasmada. Me levanté de la mesa que compartíamos y caminé hacia un lugar más silencioso. Después de un momento contestaron del otro lado de la línea.
- ¿Hola?
- Hola, Ron. Es Lavender, Lavender Brown ¿me recuerdas?
- Hola, Lavender ¿Cómo estás?
- Bien, llamaba porque decidí aceptar tu oferta – contesté sin poder ocultar la emoción de mi voz – Dijiste que conocías a alguien que creías que me podían ayudar y pensé que podríamos charlar mientras tomábamos una cerveza de mantequilla – esperé a su respuesta, pero solo escuché un sonido de incomodidad.
- Yo… no puedo Lavender – sentí que mi corazón se oprimía – Me pareces maravillosa, pero no lo sé. Debo colgar. Cuídate. Adiós.
Y ya solamente escuche el sonido característico de una llamada finalizada. No sabía qué decir, ni qué pensar. Volví con Luna y no hablamos más del tema. Debía distraerme de aquello, así que por la noche me encontré a mí misma golpeando la puerta del departamento de Neville. Como siempre, él me recibió con una sonrisa y me ofreció una copa de vino.
- ¿Qué categorías escogerías para describirme, Nev? – le pregunté mientras me hacía un masaje – Solo puedes escoger dos entre listo, sexy, chistoso y guapo.
- Bueno… diría que eres sexy y guapa
- ¡Oh no! pero no puedes juntar esas, porque son solo físicas y nadie quiere estar solo en una columna… debes combinarlo.
- Entiendo – me contentó con una sonrisa – entonces te diría que no puedo escoger porque tendría que escoger las cuatro cosas.
- ¡Eres genial! - su respuesta me hizo sonreír, él siempre era tan tierno conmigo… me arrojé a sus brazos y me abrazó un rato – Es mejor que ya me vaya.
- Puedes quedarte si quieres – me ofreció tímidamente – Hace un tiempo que no lo haces.
Me despedí con la excusa de estar agotada y antes de salir lo besé en los labios. Él siempre estaba ahí para mí.
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Debía admitirlo, no había sido mi mejor día después de lo que había dicho Ginny. Sabía que ella no quería herir mis sentimientos, pero el tema de la negativa al casamiento que tenía Blaise me sacaba de mi centro.
Al llegar a casa, Blaise estaba colocando un cuadro en la pared… un cuadro que le había pedido colocar hace más de tres semanas.
- ¿Qué haces?
- Colgando el cuadro que me pediste – me contestó mientras lo centraba - ¿Por qué? ¿No lo quieres ahí?
- Si, me encanta, pero quiero que dejes de hacer cosas amables – un largo suspiro salió de mi pecho mientras me sacaba mi abrigo. Él me miró con recelo – Quiero que dejes de hacer cosas amables a menos que te cases conmigo – sabía que mi voz había sonado como el de una niña caprichosa, lo cual me hizo molestar más porque eso causó que él se ría - ¿¡Te parece gracioso!? – le grité enojada.
- Supongo que no es chistoso – contestó dejando de reír de inmediato.
- No puedes seguir siendo amable y yo no puedo seguir fingiendo que esto es algo que no es. Llevamos más te siete años juntos, Blaise. Sabes quién soy, me conoces desde el colegio – me acerqué hasta él y tomé su mano, mirándolo a los ojos – O te quieres casar conmigo o no.
- O existe la posibilidad de que realmente no crea en el matrimonio – sus ojos llenos de sinceridad terminaron de quebrarme.
- ¡Mentira! – grité separándome – ¡Esa es la pobre excusa que inventan todos los hombres para librarse de la situación y después de seis meses casarse con una estúpida modelo o algo así! ¡Simplemente es mentira!
- Pansy ¿qué es todo esto? ¿de dónde sacaste todo esto?
- Pues del lugar donde lleva escondido todos estos años – tomé aire para seguir – y no dije nada porque no quería parecer exigente, ni una necesitada, ni una psicótica. Así que no te lo he preguntado, pero… -tomé su mano nuevamente – ¿algún día te vas a casar conmigo?
Su mirada y el hecho de que nada saliera de su boca me lo dijeron todo. Su respuesta era un "no" rotundo.
- Ya no puedo seguir haciendo esto – solté su mano mientras mis ojos se inundaban con pesadas lágrimas y sin volver a mirarlo me dirigí a la habitación y cerré la puerta. Finalmente esto había acabado.
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Ok... hasta aquí el primer capítulo. La verdad es que ha sido todo un reto (jaja valga la ironía) ya que hay muchas historias y me parece que todas valen la pena de ser contadas por lo que se me hacía difícil resumir. Esta es una de mis películas favoritas... especialmente porque creo que encierra una verdad ineludible; en muchas partes he visto reflejados varios momentos de mi vida y creo que a otras chicas e incluso chicos les puede pasar los mismo. Espero que disfruten el FF y que si tienen oportunidad, también miren la película.
No se olviden de los RR! Mil gracias por leer!
Besos.
Kinea M.
