Capítulo 1

Henry sabía dos cosas, una era que su madre era la mejor y dos que estaba haciendo esto porque sabía que ella no era feliz, también sabía que lo que estaba haciendo estaba mal por diferentes cosas, una de ellas era que tenía solo 10 años pero él era valiente así que esa no contaba mucho, su madre lo mataría cuando lo encontrara, y la otra era que podía ser muy doloroso lo que estaba haciendo, tanto para su mamá, como para él.

Descubrir que era adoptado quizá fue lo mejor que le pudo pasar, no solo encontró eso, encontró un diario, cartas, boletos de cine y un álbum de fotos, ahora, sabía muy bien que no debió estar registrando las cosas de su madre, en su defensa solo estaba buscando un libro nuevo para leer y la biblioteca era enorme, ¿qué sabía él que en la última repisa había una caja con todos esos tesoros allí?

En un inicio pensó que sería divertido averiguar quiénes eran las personas que se encontraban en el álbum de fotos, así que fue por una libreta para armar el rompe cabezas, no fue su intención leer algunas páginas del diario de su madre, y sí, fueron algunas, leer su corazón roto en esas páginas era mucho para él, no podía imaginar a Regina Mills llorar mientras escribía, ella era tan fuerte, siempre exigente, cariñosa solo para él, así que la imagen de ella llorando por alguien más le era imposible.

Detiene el hilo de pensamientos cuando el bus hace su última parada, él mira por la ventanilla, ahora se siente intimidado por la gran ciudad, suspira tomando su bolso y guardando el álbum de fotos, como si estuviera tratando de intimidar a cualquier que quisiera acercarse infló su pecho y tomó un papel que tenía escrito una dirección.

La seguridad de esta ciudad era cuestionable, había caminado por las calles sin que nadie se percatara que iba solo, y había entrado al edificio sin que se dieran cuenta, no iba a rechistar por el castigo que le darían más tarde, incluso él estaba preocupado por sí mismo. Sacudió su cabeza al llegar a la puerta negra, observó el papel en su mano y volvió a mirar el número dorado, bien, era allí.

Respiró profundo y tocó dos veces. Escuchó una voz apresurada, un vaso caerse, una palabrota y unos pasos, luego la puerta se abrió dejando ver a una mujer rubia, los ojos de Henry se iluminaron y su corazón se encogió, por alguna razón deseaba que su madre no hubiera tenido que pasar por todo lo que pasó.

—¿Eres Emma Swan?

—Sí… —ella lo miró extrañamente— uh, ¿quién eres tú? —miró alrededor esperando ver algún adulto

—Soy Henry... tú hijo

Emma sabía dos cosas, una era que ella había sido una idiota en el pasado y dos que era una cobarde, durante mucho tiempo estuvo a punto de regresar, ella había hecho las maletas, conocía la dirección, escribió cartas, ensayó discursos, compró juguetes y ropa, compró incluso los chocolates que sabía que le gustaban pero se negaba a aceptar que los comía, pero nunca logró atravesar la frontera, muchas veces se decía que nunca era tarde y siempre hubo una voz que la contradecía, diciendo que ya los días se acumularon y pronto se convirtieron en 9 años.

Observó detenidamente al muchacho, ¿había una posibilidad qué fuera él? Henry, ella sabía cómo se llamaba, Henry Daniel Swan-Mills ¿o era solo Mills ahora? ¿Sabía él quién era ella realmente? Su mandíbula se apretó, obviamente lo sabía, ¿la odiaba? Ella no lo culparía.

Por un segundo ella olvido algo muy importante, sus ojos se abrieron como platos ante la realización.

—¿Estás aquí solo? —su voz salió más ronca de lo esperado

—Sí

Oh Dios mío, ese era su hijo, esa sonrisa de suficiencia que le dio, como si estuviera orgulloso de la estupidez que acababa de hacer, porque era una estupidez, un error, este niño definitivamente no sabía nada.

—Oh Dios —susurró, no sabía qué hacer

—¿Me puedes dejar entrar?

—Oh… claro, claro

Que estúpida era, la puerta se abrió dejando que el niño entrara, ella observó su altura, tenía 10 años, ese chico tenía 10 años, nunca había pensado en el tiempo que pasó, no sabía que podía ser tanto, pero ahora… ahora era real, era demasiado tarde para todo.

Henry comenzaba a sentirse asustado, él tenía casi todo planeado, pero ahora que veía a la mujer que estaba en las fotos con su madre todo era demasiado real, quiso volver a casa de inmediato, sus ojos se aguaron y apretó sus puños, él no iba a llorar delante de alguien que no conocía, o mejor dicho no recordaba. Él se sorprendió cuando había encontrado una foto de su primer cumpleaños con ella, pero aún así, era una desconocida.

—Puedes llamar a mi mamá ¿por favor? —murmuró

Emma tragó grueso, ella asintió y fue por su celular.

—Aquí tienes chico —le tendió el celular

—Uh… —tomó el celular y marcó el número que sabía de memoria, no hizo falta para que respondieran— ¿Mamá?

Las lágrimas llegaron de inmediato, él se giró para que Emma no lo viera llorar, él no quería que pensara que era un niño tonto, después de todo el viajó solo para encontrarla y hacer a su madre feliz, pero no se dio cuenta que todo lo que pasó había sido real, ni siquiera sabía qué había pasado con precisión.

Ahora Henry sabía tres cosas, una era que su madre era la mejor, dos que estaba haciendo esto porque sabía que ella no era feliz y tres que habían sido abandonados por esa mujer, ahora él se sentía confuso, tenía miedo de estar lejos de la mujer que lo había mantenido a salvo por 10 años.

—Estoy bien mamá —limpió sus lágrimas— uh… en ¿Nueva York? …

Emma quería darle un espacio al chico, pero aún se sentía demasiado entumecida, esto no era un sueño, mordió sus uñas cuando él se giró solo un poco para verla, lo escuchó decir frases entrecortadas como: sí es ella, lo conseguí en la biblioteca, lo siento no debí hacerlo, ya no quiero estar aquí ¿puedes venir a buscarme?

La última frase hizo que Emma tuviera que buscar asiento, no sabía qué parte era la que le hizo sentir mal, el ya no quiero estar aquí, cosa que realmente no puede culpar al pobre niño, o el ¿puedes venir a buscarme? Ellas se encontrarían de nuevo, parecía ser inevitable. Fue extraída de sus pensamientos cuando vio su celular extendido hacia ella.

—Mi mamá quiere hablar contigo

Por un momento muy breve Emma vio los ojos del niño brillando con algo que ella no sabía, entrecerró sus ojos. Tomó el teléfono con una mano temblorosa y se levantó, cerró sus ojos y lo llevó a su oreja.

—Uhm… ¿Hola?

—Necesito que lo mantengas a salvo, llegaré mañana en la mañana, si algo le sucede a mi hijo voy a demandarte

Y colgó, Emma abrió y cerró la boca varias veces, su voz era mucho más… y su fuerza era… frunció el entrecejo y miró hacía el chico que sonreía sentado en la barra, Henry se sentía molesto sí, también estaba asustado, pero podía utilizar ambas cosas a su favor, para traer a su madre aquí, alejarla de todos los que la lastimaban en el pueblo, descubrir por qué la mujer que lo trajo al mundo los abandonó pero por sobre todo, regresaría esas fotos a la vida, quería ver a su mamá sonreír de esa manera de nuevo, él quería una familia.


N/A, disculpen los errores en el capítulo, sería muy amable si dejan un comentario, gracias por leer.