Notas de la autora: Tsubasa Chronicle no me pertenece, y solo tomé prestaditos a Kuro-rin y a Fye para hacer este fic =D ¡Las amo CLAMP!

Te odio…

Recuerdo que hace unas horas me había ido a dormir, y que tenía la capacidad de ver…pero desperté…y no veía nada, nada de nada.

Me habían puesto una venda sobre los ojos y la única persona que estaba cerca mío y podría haberlo echo era Kurogane…

-¿Kuro-rin? ¿Por qué me has vendado los ojos?- pregunté a la nada para saber si el estaba allí.

-¿Por qué crees que fui yo?- me contestó su voz amargada.

-Pues…porque eres el único que esta aquí…-

Intenté quitarme la venda, pero el nudo estaba muy bien amarrado y no lo logré.

-Lo he hecho porque te odio- cuando dijo eso sentí un leve pinchazo en el pecho.

-¿Me odias? ¿Por qué me odias?- pregunté tratando de simular una sonrisa en mi rostro.

-Te odio porque no hay razones para no odiarte, no te expresas, no actúas como tú mismo, solo te escondes tras esa máscara de felicidad que no es verdadera. Me dan ganas de atravesarte con mi espada y desaparecerte de este mundo, te mataré, yo te mataré…lo juro-

Esas palabras me dolieron de verdad…la venda comenzó a humedecerse, no podía aguantar ni simular más, el lo había logrado…me había hecho llorar.

-¿Qué? ¿Ahora lloras?- su voz me sonó algo sorprendida… de echo nadie me había visto nunca llorar.

-No lloro porque quiera hacerlo, lloro porque aunque no lo creas yo también estoy harto de esta máscara, pero no imagino cuanto me odiarían si supieran todas mis verdades. Prefiero que Sakura-can, Mojona-can y Syaoran-Sun quieran a mi falsa personalidad a que me detesten. Y prefiero mil veces que tu me odies como lo haces ahora, a como lo harías si me conocieras de verdad-

De repente sentí la respiración de Kurogane acercarse a mi y en un momento esta se detuvo…al instante algo tibio se posó en mis labios y una mano pasó por detrás de mi cuello. ¡Me estaba besando! ¡El me estaba besando! No pude contener la emoción y respondí al beso mientras rodeaba el cuello de mi gran cachorro con mis brazos.

Su mano corrió hacia el nudo de la venda y la soltó en un solo movimiento. Recuperé la vista y abriendo los ojos sin intención encontré dos rubíes entre abiertos mirándome atentamente. Nuestros labios se separaron y pregunté aún abrazado a él:

-¿Por qué ha sido eso?-

-Porque te odio- me respondió con una sonrisa torcida…

-Bueno…entonces supongo que yo te odio también- dije, y le regalé una sonrisa…pero esta vez fue una de verdad.

Fin