Era una hermosa mañana en Los Ángeles.

Por las calles no se podía ver otra cosa mas que personas dirigiéndose a sus trabajos o niños y jóvenes directo al colegio, todo estaba realmente bien esa mañana pero había un joven de 15 años.

Este chico era especial y no iba a un colegio cualquiera.

Su nombre es "Clasificado".

-Al fin, hoy es el día! -estaba tan contento, no podía dejar de sonreír-.

-Hoy cumplo 9 meses de relación con mi pareja! Estoy tan enamorado! -grité de emoción, normalmente no actúo así pero hoy es un día especial para mi y merece bastante la pena avergonzarse así -.

-Por qué tan contento jefe? -Escuche una voz detrás de mi, creo conocer al dueño. Volteo y ahí está ese sujeto. Montaña-.

-Hoy es un día bastante especial para mi montaña, acaso ya lo olvidaste? -le pregunté arqueando una ceja. Era extraño que él olvidara ésta clase de cosas-.

-Al parecer si. -me respondió apenado-.

-Bueno te lo diré por millonésima vez. Hoy cumplo 9 meses de relación.

-Pero claro! Cómo pude olvidarlo? -se preguntó a si mismo-.

-Está bien amigo, sólo no te emociones demasiado. -le dije para tranquilizarlo-.

-Sus gritos se escuchan desde bastantes pasillos atrás jefe, hay algo especial en su mente? -llegó otra voz conocida, una femenina. Volteo sólo para encontrarme con Eva-.

-Bueno, tus sentidos son más sensibles que los nuestros querida Eva. -le respondí, ella es la inteligencia en el equipo. Basta decir que sin ella no somos nada, era bastante atractiva y es la sensación en el instituto de la Ráfaga Polar-.

-Vamos jefe, no es su primera pareja en la vida. -detrás de Eva llegó Manta raya, el era el más bajito de todos y con una personalidad bastante impulsiva y peligrosa cuando se lo propone-.

-Lo sé rayitas, pero es la primera relación en la que enserio siento maripositas. -dije soltando una risita, no iba a negar lo obvio-.

-Hablando de esa persona especial para usted señor. Ahí viene. -me dijo Eva apuntando con la vista hacia el pasillo de enfrente. La vi. Tan hermosa, sus cabellos y ojos negros como la noche, sus piernas delgadas y delicadas y esa sonrisa que me derretía-.

-Buenos días Clas. -me saludó con un beso tímido en los labios- Buenos días Chicos. -saludó a mis amigos sonriente, ella era única-.

-Buenos días Elena. -saludó Eva para después entrar al salón de clase-.

-Buenos días pequeña, felices nueve meses con el jefe. -Montaña siempre tan atento y sonriente-.

-Qué hay Elle? -por último Manta saludó a mi chica con su típico golpe de puños y después entró a clase -.

-Te llevas realmente bien, eso me agrada. -comenté sonriendo como un idiota enamorado sabría hacerlo-.

-Tus amigos son mis amigos Clas, recuerda que saldremos esta tarde. -me guiñó el ojo y se fue, pude verla caminar tan alegremente saludando a todos. Cómo no amarla-.

Después de perderla de vista por los largos pasillos me dispuse a entrar a mi clase, todos se encontraban sentados en sus respectivos asientos, sólo faltaba yo.

-Está realmente feliz jefe. -me dijo Eva sonriente -.

-Obviamente Eva, si tú tuvieras pareja estarías igual. -le dije con una sonrisa en la cara-.

-Eso lo sabremos con el tiempo. -me respondió seriamente-.

-Vamos Eva, todos tenemos la oportunidad de amar tarde o temprano. -respondí a Eva con suma tranquilidad. Pero triste-.

-No creo que yo pueda tener esa oportunidad Jefe. -me dijo para después poner su atención en su libro-.

-Tengo fe en que algún día lo harás. -le dije para después sentarme de una manera más cómoda-.

Las horas en clase habían pasado realmente lentas para mí, estaba tan emocionado por que tocara la campana para poder ir a buscar a Elena.

Una vez sonó nuestra campana me dispuse a guardar mis cosas, despedirme de mis amigos y salir corriendo hacia el salón de Elle. Una vez allí pude verla charlando con sus amigas, sonriente y despreocupada.

-Hola Elle. -le saludé dándole un tierno beso en los labios el cual ella correspondió tímida mente-.

-Hola Clas. Qué tal tu día? -me preguntó tomándome de la mano para después caminar juntos hacia la salida, mientras yo le contaba mi día y ella hacia lo mismo-.

Camino a casa dimos unas cuantas paradas, visitando el kiosco para comprar golosinas, fuimos incluso al salón de video-juegos unas horas pero en el camino al querer descansar tuvimos unos problemillas.

-Te lo estás pasando bien? -le pregunté-.

-Por supuesto, contigo siempre lo paso bien. -me respondió sonriente pero no sentí tanto cariño en esas palabras, debo estar imaginando cosas-.

-Un paseo más y vamos a casa? -me levanté de la banca preguntándole sonrojado, pero algo chocó conmigo y caí al piso-.

-Ops! Lo siento tanto, déjame ayudarte! -me tendió la mano un muchacho más bajo que yo con apariencia de niño y cabellos hasta el cuello totalmente negros y de ojos verdes. Le di mi mano y me ayudó a levantarme-.

-A caso éste sujeto te está molestando cavito? -en eso llegó detrás otro chico pero más alto, ojos azules cabello negro y peinado hacia atrás. Al parecer era su hermano mayor o algo, detrás venían otros dos pero no daré detalles-.

-No Skipper, de echo yo choqué contra él y terminó en el suelo. Sólo lo ayudaba a levantarse. -Al parecer ese tipo pequeño me defendía o algo-.

-Bien, me alegra eso. -le respondió acariciando su pequeña cabeza- Tuviste suerte niñato, no querrías problemas conmigo y mis muchachos. -dijo orgulloso-.

-Tú y tus muchachos no me dan miedo idiota. -le respondí. Soy un hombre orgulloso, no iba a dejar que me insultara de esa manera-.

-Deberías. Rico quesitos pronto~ -ordenó al más alto de los 4 y éste saco una bolsa de quesitos de su estómago?-.

-Skipper, si queremos lograr el asalto al camión transportador de quesitos debemos movernos rápido. -dijo un chico igual alto con gafas negras y ojos azules-.

-Mira chiquillo~ -me dijo a mi?- no podemos atenderte en éste momento, por qué no mejor te vas con tu noviecilla y se pierden por ahí? -eso lo escuché más como una orden, iba a golpearlo. Me saca de quicio este sujeto-.

-Skipper, ya tengo hambre. -dijo el pequeño con un acento raro al hablar-.

-Bien. Muchachos vámonos. -ordenó a los tres y estos lo siguieron-.

-Estás bien Clas? -me preguntó Elle nerviosa-.

-Claro que si pequeña, siempre estoy bien. -le dije ya más calmado-.

Al anochecer fuimos a su casa.

Sus padres son agentes de la ráfaga Polar y estaban en una misión fuera del país, así que Elena se encontraba completamente sola y haríamos lo que cualquier pareja hace.

-E-Estás segura de que quieres hacer esto? -le pregunté nervioso, era nuestra primera vez-.

-Lo estoy Cas. - me respondió sonrojada y nerviosa. estábamos los dos en la cama de su habitación, ella acostada y yo encima-.

-B-Bien empezaré... -le dije con los nervios por todo el cuerpo, empecé besando sus labios, luego el cuello y de ahí ya no recuerdo nada. Sólo que me desperté aun lado de ella estando desnudos acostados en su cama-.

-Buenos días Elena. -le dije besando su frente-.

-Buenos días amor, ¿Cómo amaneciste? -me preguntó mirándome fijamente con una sonrisa enorme en la cara, la pasó bien conmigo acaso?-.

-Excelente, quieres desayunar?. -le pregunté levantándome para vestirme-.

-Claro pero antes me iré a dar un baño. -me dijo levantándose y dirigiéndose a su baño-.

-De acuerdo, no tardes mucho cariño -no me respondió, solo entró y cerró la puerta lo cual es algo extraño viniendo de su parte. Le di menor importancia y terminé de vestirme para ir a la cocina-.

Una vez en la cocina me dispuse a encender la estufa y poner la sartén.

Haría un delicioso desayuno para ambos, parecíamos marido y mujer y eso me emocionaba mucho.

Una vez terminé llamé a Elle para que bajara a comer pero no obtuve respuesta.

Después de unos minutos pensé lo peor y subí las escaleras lo más rápido que pude para llegar a su baño. Lo abrí y no había nadie así que pensé que podría estar en su habitación, caminé hasta llegar y tocar la puerta; cosa que no hice ya que vi entreabierto.

Entré a la habitación lamentándome por siempre el haberlo echo.

Ahí estaba Elle besuqueándose con otro en su habitación en ropa interior.

-¿¡QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO AQUÍ!? -grité sorprendiendo a ambos imbéciles-.

-C-Clas! -gritó sorprendida-.

-¿¡QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ!? -volví a gritar totalmente molesto, esto no me gustaba para nada-.

-Él es... Es mi... Amigo yo.. -intentó excusarse pero era inútil, estaba totalmente paralizada de los nervios y yo no le creería porque simple mente lo besaba en ropa interior. No soy tan estúpido-.

-Mi nombre es Nathan, amigo. -habló el maldito, no me importaba él en realidad. Tenía que hablar seriamente con Elle para que me de una buena explicación-.

-ME DA IGUAL QUIÉN MIERDA SEAS, LÁRGATE! -le grité molesto, no me conocía a mi mismo-.

-De acuerdo pequeño no te enojes. -me dijo tocándome la cabeza lo cual rechacé de inmediato golpeando su brazo-.

-No me toques. -le dije dándole una mirada fulminante-.

-De acuerdo, Elle no tardes mucho que llegaremos tarde al colegio- le dijo tranquilamente saliendo de la habitación y cerrando la puerta. Voltee a verla y estaba sentada en el piso llorando-.

-Explícame lo que vi. -le dije sin ánimos-.

-Clas yo... -Intentaba hablar entre sollozos, eso antes me hacía llorar con ella pero ahora simplemente no me importó. Yo quería respuestas-.

-Habla maldita sea! -le grité. Era la primera vez que le gritaba, ella estaba cada vez más asustada y nerviosa-.

-L-Lo siento Clas. Pero yo ya no te amo. -me quebré. Sentí mil puñaladas al corazón en ese momento, no sabía cómo reaccionar-.

-Bien, pudiste habérmelo dicho antes y evitarnos ésta mierda. - respondí intentando con todas mis fuerzas No llorar, no le iba a dar ese lujo a la perra-.

-Iba hacerlo pero no podía, tus tratos y actitudes conmigo hacían que evitara hacerlo con tal de no lastimarte! -me dijo viéndome fijamente a los ojos con una mirada de tristeza-.

-ESTO ME ESTÁ LASTIMANDO AÚN PEOR! - Llegué a mi límite. Sólo quería salir de ahí-.

-LO LAMENTO SI!? SOLAMENTE NO ENCONTRABA LA MANERA NI EL MOMENTO PARA DECÍRTELO! -Me gritó a mí. Ella no tiene el derecho de hacerlo-.

-Pues ya lo hiciste, sólo te costó romperme el corazón. -dije dándole la espalda para salir y largarme- Me largo no me vuelvas a hablar en tu vida. Espero que seas muy feliz con ese tipo, Elena.

-Clas... -me llamó pero ya era muy tarde, estaba tan decepcionado que salí corriendo de la casa llorando de dolor hasta que llegué a un parque y me senté en una banca-.

-La odio... -dije viendo al cielo mientras pequeñas lágrimas pasaban por mi mejilla-.

-Otra vez tú pequeño saco de pulgas? -me llamó una voz, me parecía conocida-.

-Qué? Acaso no puedo pasear por la maldita ciudad sin encontrarme contigo? -dije sarcásticamente molesto. No tenía ánimos de pelear-.

-No estás de humor eh? -enserio?- Vamos compadre anímate.

-No me da la maldita gana. -éste tipo me habla como si me conociera de toda la vida-.

-Bien. Entonces sólo Inhala y exhala. -me dijo. No quise responder a lo que solo asentí e hice lo que me dijo para intentar hacer que se valla más rápido-.

De pronto el cielo se nubló y comenzó a llover levemente. Yo no quise moverme así que ignoré la lluvia y me quedé allí sentado en la misma banca de ésta mañana.

Había silencio y pensé que ese tipo molesto se había ido. Voltee hacia donde estaba el anteriormente y para mi sorpresa seguía aun lado mío, estaba recostado con los ojos cerrados. Estaba en paz ignorando al mundo, no le importaba en lo absoluto la lluvia.

-Qué tanto miras pequeño saco de pulgas? -me preguntó viéndome de reojo, no me di cuenta que estuve mirándolo fijamente un buen rato. Me sonroje?-.

-Nada idiota, sólo te veías muy relajado. -dije intentando evitar un momento incomodo-.

-oh. -sólo dijo eso y volvió a su antigua posición y cerró los ojos- Deberías dejar de preocuparte por algún cambio en tu vida. Cierra los ojos, relájate y siente la lluvia caer por tu cuerpo. -finalizó dando un suspiro-.

-Bien. -obedecí de alguna manera. Sentí la lluvia recorrer mi cuerpo mojado era algo agradable además, el estar a un lado de éste sujeto me traía paz-.

Estuvimos así por un par de horas creo yo. Había tanta tranquilidad entre nosotros dos, creo que se debe a que no está a la defensiva.

-Cuál dices que es tu nombre? pequeño saco de pulgas. -me preguntó mirándome fijamente

-eh?.. -me sorprendí por tan repentina pregunta, después de unos segundos en silencio suspiré rendido y decidí decirle mi "nombre"-.

-Mi nombre es... -Antes de que pudiera terminar. Ese tipo pequeño llegó llamando al tal Skippy?, lo que no entiendo aun es el por qué me molestó que nos interrumpiera. No es que mi nombre sea lo más importante en el planeta-.

-Tengo que irme saco de pulgas. Nos vemos después. -me dijo despidiéndose para después caminar con el pequeño a un lado-.

-Si... Adiós. -dije en susurro, triste de nuevo emprendí camino a casa. Mi casa-.

-Quién demonios será ese sujeto? -y de alguna manera, ese tipo fue dueño de mis Pensamientos todo el camino a casa-.