Hola! Antes que nada quiero expresar que llevo un tiempo escribiendo fics, pero deje de hacerlo por un tiempo por tiempo y la universidad, pero bueno. Al fin me sentí con unas excesivas ganas de compartir una historia mía. Espero que sea de su agrado.

Disclaimer: Los personajes de esta historia no son de mi pertenencia, son de la autoría de Masashi Kishimoto, (dios creador de mi anime favorito *w*), pero la trama de esta historia es mía, 100% de mi mentesilla retocida.

Una cosa más, ésta historia esta en categoría M por una razón, no presentaré nada gráfico aún, pero vienen materiales algo pesados, pero queden tranquilos que los advertiré antes de que comiencen los capítulos.

Sin nada más que agregar, les deseo un momento agradable y recomiendo algo de música, eso siempre ayuda.

P.D: Cualquier error de mi parte u opinión es más que bienvenida.

Lilith D. Dram.

1. Capítulo. Donde todo inicia.

"¿Qué haces aquí?"

Resonó por todo el lugar, la joven se sintió cohibida por la fuerza de su pregunta aún cuando parecía que la respuesta no le importaba en lo más mínimo. Tragó grueso al tiempo que sus manos retorcían un papel ya bastante maltratado.

Ella tenía grandes motivos para estar ahí y si alguien se lo hubiese preguntado antes, estaba segura de que los habría enunciado en una lista demasiado larga y en categorías de importancia.

Pero eso no sucedió, no formuló una de sus usuales respuestas inteligentes, de esas meditadas con anterioridad, como las que había practicado todos los días antes de su examen de admisión. De sus labios salió un cutre y débil:

"Porque así lo deseo"

La joven se dio cuenta de que el ya usual desinterés en los ojos oscuros frente a ella fue acompañado por una ceja elevada en signo de incredulidad.

"No pareces convencida" pronunció él, ya comenzando a ordenar los papeles de su solicitud de admisión en una carpeta, como si ella ya no fuese de su interés. "Con eso es todo, puedes irte ya". Un sentimiento de derrota comenzó a bullir en su interior.

No había llegado tan lejos para nada. Y se sentía tan impotente por su falta de convicción en algo que era tan importante.

Él se levanto del banquillo que estaba frente al piano y comenzó a guardar sus cosas dispuesto a irse. Su figura que antes le parecía indiferente e intimidante comenzó a pacerle cruel.

Sintió que por dentro le quemaba el coraje. ¡Ella quería estar ahí! Claro que lo quería.

Entonces hizo algo que usualmente no haría. Se dejo llevar por el impulso de sus deseos fervientes de lograr ingresar a esa prestigiosa escuela de música.

Ignoró la orden de salir del aula y cubrió los pocos pasos que la distanciaban de aquel bello instrumento.

Levantó con cuidado la tapa y ahí estaban, esas hermosas teclas suaves y ansiosas porque se atreviera a tocarlas. Las acarició, estaban tibias como si las acabasen de tocar.

Todo ese tiempo permaneció de espaldas al sujeto frio y cruel que la había entrevistado, y se sorprendió que no le hubiese reprendido por aún seguir ahí, supuso que tenia curiosidad por ver el desenlace de sus acciones, porque podía sentir su mirada fija en la nuca, como si por primera vez en todo el tiempo que estuvo ahí le pusiera atención. Aun así eso no la intimido esta vez y logro sentarse en el banquillo frente al piano y mientras posicionaba sus manos sobre las teclas, comenzó a hablar intoxicada por el olor a marfil y a madera.

"Cuando era pequeña, solía observar a mi abuela dejando su alma sobre el marfil de las teclas, era el único momento de paz que existía para mí, me sentía libre, al poco tiempo de que enfermara, decidió enseñarme a tocar el piano, pero fue poco lo que llegue a aprender bajo su tutela, ya que su enfermedad la consumió demasiado pronto… Así hasta que ya nunca fue capaz ni de tocar ni de levantarse de su cama. Decidí aprenderme en especial una canción para ella, su favorita..." sus dedos siguieron la melodía suavemente, como si no quisieran romper el recuerdo de esa hermosa canción, toco y siguió tocando, hasta que se detuvo abruptamente y las lagrimas se agolparon en sus ojos, aun así nunca las dejó escapar. Trago grueso esperando que el nudo en su garganta disminuyera. "... pero nunca alcancé a terminarla, fue demasiado tarde".

No hubo ni un solo sonido, nada. Comenzaba a creer que ya estaba sola ahí y que él hacía tiempo se había ido. Pero no se atrevía a mirar hacia atrás y dejar ese piano, porque sabía que si era así, ya no volvería y su oportunidad de cumplir su promesa y de aprender piano se irían por la borda.

Suspiró y cerró la tapa con el amargo sabor de la resignación en la boca.

'Lo siento Abuela, lo intenté.'

Se levantó y de repente sintió su cuerpo más pesado.

"Vamos, Sakura, ya encontraras una forma de lograrlo, no te rindas aún" se animó mientras tomaba fuerzas para darle la espalda al piano, a sus deseos, pero siendo sincera no creía y no pensaba en otra solución en ese momento.

Logró darle la espalda y entonces lo vio. De pie, aun ahí, mirándola como si tratara de acomodar sus pensamientos, como si le causara conflictos tomar una decisión. Y aún en contra de sus propios motivos, se rasco la cabeza desordenando más su rebelde cabello plateado. Entonces paso algo extraordinario, le sonrió, no podía verlo bien por el cubre bocas encima de la mitad de su cara, pero podía reconocerlo, o algo así, ya que sus ojos se curvaron en un simple gesto de simpatía.

"Las clases comienzan la siguiente semana, asegurarte de ordenar todos tus papeles de inscripción, soy tu nuevo maestro de piano, Hatake Kakashi. Bienvenida al conservatorio Konoha... ahm" su voz por fin parecía tener un matiz más agradable y suave. Casi perezoso.

Entonces el corazón latió fuerte en su pecho, tanto que dolía, sentía el calor subir a su rostro.

"¡Sakura, Haruno Sakura!" exclamó emocionada, sin poder creerlo aún.

Volvió a reconocer una sonrisa en sus ojos.

"Bienvenida, Sakura"

Tan pronto habló le hizo un gesto de despedida y se volvió hacia la salida del aula con paso calmado.

"Gracias, Kakashi-sensei" susurró para sí misma con verdaderos sentimientos de gratitud, había superado su prueba, sentía que se había ganado su lugar en el conservatorio.

'Ya casi abuela, ten paciencia, cumpliré nuestra promesa'

_o_

"¡Sakura-chan, Espera!" Escuchó un grito escandaloso tras de ella y se volvió con una sonrisa, reconocía su voz. Se sorprendió un poco por lo lejos que estaba y lo fuerte que podía escucharle. Corría por todo el pasillo de la escuela, agitando la mano para que lo ubicara, tenía sus ojos azules fijos en ella y una enorme sonrisa que demostraba la alegría que sentía al verla.

"Naruto" lo saludó con sincera alegría cuando se detuvo algo agitado. Y no pudo ignorar el estuche de guitarra a su espalda. Él llevaba dos años en el conservatorio, pero estudiando guitarra.

"¡Sakura-chan! ¿Cómo te ha ido? Pasaste el examen de Kakashi-sensei?" habló atropelladamente con sincera preocupación, Naruto ya llevaba un año en el conservatorio y lo más seguro es que ya supiera de antemano de la actitud de Kakashi-sensei.

Le sonrió desatando su gran alegría y lo abrazó con euforia, él la acompañó dando brinquitos.

"¡Lo hice, Naruto, Lo logré!" le anunció extasiada.

Él se separó de Sakura y la miró con incredulidad, como si el anuncio lo hubiera alterado más de la usual sorpresa, pero ese momento duro poco y volvió a abrazarla.

"¡Ya lo sabía yo, Sakura-chan, tu ibas a vencer al Sensei de Piedra!"

Ella rió internamente, en verdad le había parecido que, aquél misterioso hombre que la había entrevistado, era de piedra.

"Mira nada más, la frentona en persona" escuchó una burlesca voz a su espalda. Y a pesar del insulto se volteó con una sonrisa.

"Saluda a tu nueva compañera de escuela, Ino-cerda" la miró con un brillo de confianza en su voz, haciendo una 'V' con su dedo índice y medio en señal de victoria.

Los ojos de Ino se abrieron con un gesto de sorpresa, pero le sonrió orgullosa de nuevo.

"No podrías llamarte mi rival sino lo hubieses logrado" y entonces le abrazó con mas felicidad de la que demostraba.

"¿Y tu examen de Violín, Ino-Cerda?" le preguntó mientras se separaba de ella.

"Jaja, me ofendes al preguntar, Frentona, claro que logre ingresar" anunció con suficiencia.

"Diablos" se escuchó en un susurro débil tras de ellas, entonces Sakura se volvió hacia un Naruto que miraba con miedo a una furiosa Ino.

"¿Qué dijiste, cabeza hueca?" vociferó Ino como si escupiera fuego mientras apretaba sus puños amenazando a Naruto.

"Qu-e ha-ay que celebrar que ahora son parte del Conservatorio Konoha" el pobre no dejaba de temblar mientras se protegía a lado de Sakura.

Ino pareció dudar, pero sonrió con malicia después de meditar un poco.

"¡Wah! Naruto, que amable al invitarnos a comer a Sakura y a mí" la cara de Naruto se puso pálida, entonces Ino detuvo a alguien más que caminaba por el pasillo.

"¡Hinata! Adivina, Naruto se ofreció a invitarnos el almuerzo hoy para celebrar nuestro ingreso al conservatorio, tienes que venir con nosotros" la animó con una sonrisa que prometía ser malvada si no aceptaba.

La joven Hyuga atinó a mirarlos algo exaltada, pero cuando miró a Naruto agachó rápido la cabeza avergonzada. Sakura sonrió para sus adentros, tan inocente.

"Lo tomo como un sí" Ino sonrió satisfecha.

Cabe mencionar que la rubia se la paso invitando a toda la gente que conocían durante el camino a Ichiraku´s Ramen, y para cuando llegaron llenaron el pequeño local, lo que pareció hacer feliz al dueño al tener tanta clientela tan temprano.

Naruto parecía catatónico, aún estando frente a su restaurant favorito. Pero después de una sesión de tazones de ramen recuperó un poco la compostura.

Sakura se sentía feliz, había logrado ingresar al conservatorio Konoha y podía compartirlo con sus amigos.

Todo parecía pintar perfecto.

Pero que podemos decir, eso es solo el inicio de su travesía.

Gracias por tomarse el tiempo de leerlo, la verdad disfrute escribiendo todo esto y leyendo y editando muchas veces. xD

Cualquier comentario, es más que agradecido *w* y las reviews también.

Si lo leiste y te gusto, XD ya te quiero. (no es soborno ni nada Dx)

Espero tener el 2do capítulo proximamente.. XD

Lilith D. Dram