Mi Vida Junto a TI
Inuyasha después de haberse dado cuenta de que la mujer que realmente ama es Kagome decide declararle sus verdaderos sentimientos, y ambos comienzan a vivir su vida juntos, pero no todo resulta bien el destino tiene preparado una mala jugado en la cual ambos se separaran quizás para siempre… ¿podrán Inuyasha y Kagome vencer todos los obstáculos que les tiene preparado el destino?...
Capitulo I.- La Verdad de Mis Sentimientos
Es una bella noche en el Sengoku, nuestros amigos se encuentran descansando en un pequeño campamento que han hecho después de haber caminado todo el día, ya que iban de camino a la aldea de la anciana Kaede. Ya habían pasado casi tres años desde que comenzaron la búsqueda de los fragmentos de la Perla de Shikon. Todo se encontraba en silencio solo se escucha a los grillos de aquella noche, hasta que alguien hablo.
- Kagome, ¿que tal si vamos a tomar un baño? Pude ver unas aguas termales cerca de aquí –dijo la chica de cabello castaño-.
- Si, es muy buena idea Sango.-en ese momento el pequeño kitsune se lanza a los brazos de la chica-.
- ¿Yo también puedo ir Kagome?
- Claro, Shippou.
- Y ustedes se quedan aquí –dice Sango señalando a Inuyasha y Miroku- no se atrevan a seguirnos.
- Feh! -es lo único que dice el ojidorado volteando la cabeza hacia otro lado.
- No seriamos capaces Sanguito ¿Acaso no nos conoces? –pregunta con cara inocente-.
- Porque lo conozco a usted excelencia lo digo. Vamos Kagome –dice para darse vuelta y seguir el camino que llega a las aguas termales-.
- Si, chicos ya volvemos. –dice esbozando una sonrisa a los y tomando su mochila-.
-.-.-.-.-
Ya en las aguas termales, las chicas se encontraban hablando de lo que hicieron en el día, sobre su ultima batalla contra Naraku, que fue hace aproximadamente tres semanas, mucho tiempo para no haber dado ningún rastro, pero no es aceptable ya que recibió un ataque muy poderoso. Kagome ha aumentado su poder espiritual considerablemente, es capaz de crear poderosos campos de fuerza incluso más fuertes que los de Kikio.
- Sango, será mejor que cambiemos de tema no quiero estar siempre hablando sobre ese maldito de Naraku.
- Tienes razón Kagome, y de ¿que podemos hablar?
- Bueno… ¿Por qué no me dices como van tu y Miroku? –pregunta con cara picara-.
- Que cosas dices Kagome, entre el monje Miroku y yo no hay nada –con un sonrojo en sus mejillas-.
- Sango no me mientas, que yo se que a ti te gusta Miroku.
-.-.-.-.-
- Oye Miroku las chicas han tardado mucho ¿no crees? –dice viendo fijamente al Houshi-.
- Si es verdad se han tardado más de lo normal.
- Y si les paso algo – dejando de ver a Miroku y mirar a la dirección que habían tomado las chicas-.
- No lo creo ya nos hubiéramos dado cuenta.
- Voy a ir a ver –parándose y dirigiéndose a aquella dirección-.
- No será, ¿que quieres ver algo más? – con cara picara y con una gran sonrisa-.
- No digas tonterías –serio- solo estoy preocupado. Tú piensa lo que quieras –dijo para comenzar a caminar por aquel camino-.
- Espérame Inuyasha. –se paro rápidamente y se fue detrás del hanyou-.
-.-.-.-.-
- Si tienes razón, pero ese monje es un pervertido y un mujeriego y nunca cambiara. Y además…
- ¿Y además que?
- ¿Si además que? Habla Sango.
En ese momento llegaron los chicos y se escondieron tras rocas, y se quedaron oyendo aquella conversación que tenían las chicas.
- Bueno es que… Yo pienso que Inuyasha y tu… bueno podrían estar juntos antes que el monje Miroku y yo.
Kagome al escuchar esto no pudo evitar sonrojarse muchísimo e Inuyasha también, Miroku noto el sonrojo de Inuyasha y rió bajo.
-después de haber desaparecido el sonrojo de sus mejillas- Pero que dices Sango, entre Inuyasha y yo no pasara nada, él solo me ve como una amiga solo eso – bajando su voz- me ve como te puede ver a ti o a Miroku.
- No yo quiero a Kagome como una amiga, yo siento algo muy especial por ella incluso más que por… – lo pensaba el hanyou hasta que fue sacado de sus pensamientos al escuchar la voz de Sango-
- No lo creo, él te quiere mucho y de forma especial.
- Es cierto ese tonto te quiere muchísimo pero no lo demuestra porque es muy orgulloso –dice el pequeño kitsune tratando de animarla-
Los ojos de Kagome comenzaron a verse cristalinos.
- Él me puede querer es cierto, pero solo como una amiga –sus lagrimas comenzaron a salir- Porque él solamente a Kikio, esa el única verdad él siempre la ha amado a ella.
- Kagome no digas eso estoy segura de que él siente algo muy especial por ti, y seguramente te ama, y tú lo amas ¿no es así?
- Si Kagome, y él lo demuestra cuando te va a buscar a tu época y cuando te protege.
- El solo me a buscar a mi época porque sin mi no puede encontrar los fragmentos, solo me ve como un objeto, y si, yo lo amo, lo amo demasiado pero… –abrazando fuertemente a su amiga- pero él no me ama, no me ama –repetía una y otra vez mientras las lagrimas recorrían sus mejillas- no me ama –dijo una última vez casi en un susurro-.
- Ya tranquilízate -le decía mientras acariciaba el cabello de Kagome-.
- Sango, él ama a Kikio, y cada vez que la va a ver yo siento un gran dolor y vació en mi corazón, y aunque se que fui yo quien decidió quedarse a su lado, -su sollozo se hacia cada vez más fuerte- pero siente la próxima vez que él vaya a verla no podré soportarlo y mi corazón se destruirá y cuando ese día llegue me iré y no regresare, a este lugar, porque no quiero seguir sufriendo así. ¡NO QUIERO!
- No digas eso Kagome por favor, ya veras que eso no sucederá.
- Si ese tonto se tiene que dar cuenta.
-separándose del abrazo de Sango- Gracias amigos pero yo no puedo hacer nada, y solo soy un estorbo entre ellos –otra fina lagrima recorre su mejilla-.
Inuyasha tenia la mirada sombría y triste, en su mente se repetían una y otra vez las palabras de Kagome "no me ama, no me ama". Se paro lentamente y se dirigió por el camino que había llegado con la mirada baja. Miroku se fue luego cuando escucho a las chicas decir que ya se iban y se dirigió al campamento pero cuando llego no vio al hanyou.
-.-.-.-.-
Inuyasha se encontraba caminando sin rumbo sumido en sus pensamientos, llego a un lago y se sentó en una roca, y en su mente solo se encontraban las palabras de Kagome "él no me ama, el ama a Kikio". Reflexionaba cada una de esas palabras y se pregunta a si mismo.
- De verdad amo a Kikio?... No yo amo a Kagome, ella es mi presente, -guardo silencio por unos minutos- ¿cuantos caminos recorrió junto a mi?, siempre a mi lado y tratando comprender mis razones, ¿ayudarme sin pensarlo?, ¿cuantas veces arriesgo su vida por salvar la mía?... muchas, y ¿que hago yo? a la primera noticia que tengo de Kikio salgo corriendo a buscarla, y ella siempre estaba allí, ¿cuantas veces la he hecho pasar por ese dolor? demasiadas. Pero aún así decidió permanecer a mi lado y aunque no quise aceptarlo, eso me dio mucho gusto, y la extraño tanto cuando se va su época que simplemente no puedo estar sin ella.
Mantuvo silencio algunos minutos.
- Y es mi orgullo el que no me deja quitarme esta venda de los ojos, me muero de celos cuando alguien se le acerca, ¿Por qué no puedo aceptar la verdad de mis sentimientos?, tengo miedo de decir que la quiero. Y cada día que pasa se acerca el momento en que tal vez ya no vuelva a verla y yo no se si podría soportarlo, se que somos de mundos distintos, pero aun así me gustaría permanecer a su lado.
Y sintiéndose un poco decaído.
- Y quisiera poder explicarle lo que pasa en mi corazón cada vez que estoy a su lado, y poder seguir sintiendo esa gran felicidad al verla. Y por fin me he dado cuenta que ella… solo ella e es la mujer que amo porque conoce todos mis temores, mis deseos, mis debilidades… ella sabe cuando siento pena, dolor angustia y cuando estoy feliz…
Inuyasha dirige su mirada ambarina al cielo estrellado y puede ver el rostro de Kagome, la mujer que amaba con todo su corazón.
- Se que al amo hace mucho tiempo, y mucho más ahora, porque el camino que hemos recorrido me ha unido tanto a ella… a mi Kagome… También me he dado cuenta que a través de nuestra vida, ha habido tantos logros, satisfacciones y hechos inolvidables, que han minimizado las cosas difíciles porque juntos hemos recogido los pedazos de sueños rotos para crear nuevos. La amo por su paciencia por su compresión conmigo, por el calor de sus brazos que muy pocas veces he sentido pero que me recuerdan donde esta mi hogar, mi refugio… La amo porque me dio la libertad para que describiera lo que más valoro en ella. Y se que algún día seré capaz de confesarle mis sentimientos pero… ¿Cuanto tiempo tardare en conseguir el valor para decirle lo que siento?... solo espero que sea pronto… Aunque no se como podré decírselo. Y también de una vez por todas tengo que dejar aclarada la situación con Kikio. –dicho esto se levanto y comenzó a caminar de regreso al campamento donde estaban sus amigos seguramente ya dormidos pensó-.
-.-.-.-.-
Miroku, Sango y Kagome se encontraban hablando alrededor de la fogata, el pequeño Shippou estaba profundamente dormido junto con Kirara. Mientras conversaban Kagome pudo sentir como alguien se les acercaba, es alguien era…
- ¡Oh! Inuyasha hasta que por fin regresaste, -dijo al ver el hanyou salir de unos arbustos y acercarse a ellos- ¿adonde fuiste?
Inuyasha se encontraba con la vista perdida tan sumido en sus pensamientos reflexionando lo que hace momentos a la orilla del lago, que no se dio cuenta que sus amigos estaban hablándole hasta que al escuchar aquella dulce voz volvió en sí.
- ¿Inuyasha te sucede algo? –pregunto en un tono suave y levantándose de donde se encontraba y acercándose a él-
-viendo como Kagome se acerca hacia él- no… estoy bien –dijo con un tono de voz tranquilo-.
- ¿Entonces porque no has respondido a mi pregunta?
- ¿Que pregunta?
- ¿Que si adonde fuiste?
- Solo fui a caminar por ahí –dijo acercándose a un árbol cercano y saltando a una de sus ramas-.
Miroku no hizo otra pregunta tal vez en otra circunstancias si lo haría y así poder saber que era lo que pasaba por la mente de su amigo, peor en estos momentos ya lo sabía, solamente podía ser en lo que había escuchado decir a Kagome hace ya mas de dos horas, que fue el tiempo durante el cual estuvo ausente.
Kagome vio como Inuyasha se subió al árbol y luego ella se dirigió al lugar donde se encontraba sentada anteriormente para seguir hablando con sus amigos.
- Oye Kagome y ¿cuanto tiempo piensa permanecer en tu época?
- Mmmm… quisiera permanecer una semana por lo menos, pro no se si Inuyasha este de acuerdo con eso –dijo para fijar su vista hacia el hanyou- Hey Inuyasha ¿podría quedarme una semana en mi época? – pregunto en un tono de voz suave y un poco más alta para que aquel chico de mirada ambarina la escuchase-.
-volteando a ver a Kagome- Si claro, puedes quedarte el tiempo que quieras.
- Gracias, pero solo será una semana. –dijo mientras pensaba que extraño que no se enojo, ¿que le habrá sucedido mientras fue a caminar?-
-pesando- Tengo que buscar el momento ideal para poder hablar con Kagome, pero ¿cuando?... Oh claro pronto será el cumpleaños de Kagome y no solo eso también se cumplirán tres años desde la primera vez que la vi y la conocí, ese día será perfecto para decirle lo que siento y demostrárselo y también se es el lugar perfecto-.
- Bueno será mejor que nos acostemos a dormir, para mañana continuar nuestro camino.
- Tiene razón su excelencia –dijo para comenzar a acostarse sobre la hierba-.
Kagome se metió en su bolsa de dormir, Miroku permaneció sentado y así se quedo dormido, mientras Inuyasha hecho su cabeza para atrás para recostarla en el árbol al igual que como estaba su espalda y así fue cerrando su ojos ambarinos para quedarse profundamente dormido.
-.-.-.-.-
Ya se encontraban cerca de la aldea, caminaban despacio no había prisa, Inuyasha y Kagome
Advente junto con el pequeño kitsune en los brazos de la chica, y unos pasos atrás se encontraban Sango y Miroku con la pequeña Kirara en los hombros de la exterminadora.
Al llegar a la aldea saludaron a al anciana Kaede, hablaron durante algunos minutos, luego Kagome se despide de sus amigos y se dirigió al pozo junto con Inuyasha, caminaron tranquilamente en absoluto silencio, al llegar al pozo Kagome fue quien hablo.
- ¿Seguro que no te molesta que permanezca una semana en mi época? –pregunto algo confundida-.
- No de vedad no me molesta –contesto con calma- pero… ¿Regresaras verdad? –pregunto con algo de temor y viendo a la chica y los ojos-.
- Claro que si tontito –dijo regalándole una gran sonrisa al hanyou para luego lanzarse dentro del pozo-.
Inuyasha permaneció unos pocos minutos al lado del pozo y luego regreso a la aldea. Al llegar a ella se encuentra con sus amigos muy pensativos.
- ¡Hey! ¿Que les pasa? ¿En que tanto piensan?
-saliendo de sus pensamientos- ah, solo pensamos en que podríamos obsequiarle a Kagome por su cumpleaños.
- Si es cierto, y por cierto Inuyasha ¿ya sabes que le regalaras a la Srta. Kagome?
- Si, ¿que le regalaras? –pregunta con inocencia-.
- ¿O es que acaso no te acordabas? –pregunta la exterminadora algo molesta-.
-pensando- es cierto tengo que buscar algo para obsequiarle a Kagome, ¡Oh! Ya se – dejando de pensar y hablando a sus amigos- Ya vuelvo –fue lo único que dijo para luego salir corriendo rápidamente hacia el bosque-.
Continuara…
¡Hola! Este es mi primer FanFic, que en los primeros capítulos siento que les falta algo, pero no se que es, ustedes me dirán. Espero les guste, y si es así puedo traerles la continuación pronto, ya que tengo el fic casi terminado… Me despido por ahora. Cuidense…
