Jejeje bueno ahora tengo muchas ganas de publicar todo lo que se me ha venido a la mente y este es un fic que hacia rato me estaba rondando por la cabezota XD. Espero que les guste, eso se verá a lo largo del fic pero aun así quiero decir unas aclaraciones:
1.- Esta narrado desde el punto de vista de Miyako
2.- Los RRB sí son hermanos XP
3.- Kauro ya es pareja de Butch, así como Momoko de Brick.
Umm por ahora creo que es todo asi que solo me queda decir:
Ninguno de los personajes es de mi pertenencia (tristemente D:) y para la escuela me base en el internado "Espada y Cruz" del libro OSCUROS de Lauren Kate, puede que también en uno que otro detalle me base también en ese libro (que me gusto mucho XB) pero de ser así lo diré al inicio del capitulo por ahora ya le paro para que empiecen a leer.
No es tan malo.
Capitulo 1.- Llegada
Tan pronto puse un pie dentro de lo que sería mi nuevo hogar quise irme. Deseaba dar media vuelta y correr lo más rápido que me fuera posible para volver a la seguridad que me ofrecía mi casa. Di media vuelta, dispuesta a marcharme, cuando las rejas se cerraron y me impidieron el paso. Quise tomar los barandales y sacudirlos hasta que volvieran a abrirse y me permitieran salir pero me contuve de hacerlo. Sabía que el hacerlo solo me traería problemas y posiblemente incrementarían mi estadía en aquel horrible lugar.
Me gire y observe con cierto temor inundando mis ojos azules el lugar. Un enorme edificio de color blanco que de lejos se podía ver que estaba desgastado y que necesitaba con urgencia no una sino muchas capas de pintura. Contaba con cuatro pisos, los cuales sin entrar podía adivinar que estarían en igual o en peores condiciones que el exterior.
Suspire y tome mi maleta. Pase la correa por mi hombro y camine sin ganas de nada hacia el interior. Empuje la vieja puerta y un olor penetrante me invadió. Fruncí el ceño y camine hasta donde había un escritorio con una mujer detrás. Llegue frente a ella y me dedico una mirada no muy amable.
–¿Debo suponer que es la señorita Miyako?– me pregunto.
Me encogí en hombros.
–Sí soy yo.
Asintió y tecleo unas cosas en el viejo ordenador que tenía delante. Después volvió sus penetrantes ojos grises hacia mí.
–La esperábamos esta mañana no a pocas horas de que anocheciera.
Baje la mirada, sintiéndome avergonzada.
–Yo… tuve un contratiempo…
–La puntualidad es algo que se valora demasiado en esta institución– me interrumpió con voz dura– espero que para asistir a sus clases no tenga ningún contratiempo a no ser que esté dispuesta a recibir un castigo y déjeme decirle que esta escuela tiene métodos poco ortodoxos.
Trague saliva por su amenaza cosa que pareció agradarle pues mostro una cínica sonrisa. Se giro sobre la silla y tomo una carpeta que estaba encima de unos papeles.
–Este es su horario, el reglamento y otras cosas que necesitara, procure revisarlo antes de mañana– me dijo entregándome la carpeta.
Asentí, la tome y me la puse bajo el brazo.
–Los dormitorios están en el último piso, las puertas de la derecha corresponden a las habitaciones de las chicas y las izquierdas a las de los chicos– siguió explicando– le aconsejo que se apresure, las luces no tardan en apagarse y a cualquiera que se le sorprenda con una luz encendida pasada la hora se le reprenderá.
Asentí y me dispuse a salir por la dirección que me indico. Recorrí un largo pasillo que para mi suerte se encontraba desierto. Llegue hasta donde estaban las escaleras y comencé a subirlas con pesadez. Mi maleta era bastante pesada y el hecho de tener que subir casi arrastrándola no me hacia el viaje más tranquilo.
Llegue al segundo piso y me deje caer sobre los escalones. No estaba acostumbrada a tener que cargar cosas tan pesadas y menos de subida y la maleta parecía aumentar en peso con cada escalón que subía. Resople fastidiosamente y procedí a levantarme cuando de la nada aparecieron dos chicos corriendo. Pasaron a un lado de mí sin importarles que por poco me tiran y se perdieron escaleras abajo. Perdí el equilibrio por unos segundos y para evitar caer solté la maleta, la cual por la fuerza fue a dar varios escalones más abajo.
–¡Hey!– exclamo un chico que dé un salto apenas alcanzo a quitarse de la trayectoria que llevaba mi maleta.
–Lo siento– dije corriendo para situarme unos escalones arriba de él. Intente verlo a los ojos pero su mirada estaba sobre el punto en que mi enorme bolso había aterrizado– fue un accidente lo lamento de verdad.
Mis palabras parecían ser una súplica que pedía que él comprendiera. Pero no era para menos, no deseaba ganarme un enemigo con tan solo media hora en este horrible lugar. Levanto el rostro y me permitió verle la cara. Sentí como el aire abandonaba mis pulmones cuando sus ojos se cruzaron con los míos. Poseía los ojos azules oscuros más hermosos que había visto en toda mi vida. Cuando el aire volvió a entrar a mi cuerpo lo mire detenidamente; tenía el cabello rubio, muy parecido al mío, y lo llevaba desordenado. Su tez era blanca y eso servía para que resaltara sus ojos. Desde mi posición, dos escalones arriba, podía notar que era alto, no tanto pero si como para que yo le llegara al hombro y debido por la playera azul oscuro de tirantes que llevaba se podía apreciar que tenía los brazos y el abdomen ejercitados.
–No importa no paso nada– dijo dedicándome una sonrisa, haciendo que notara las pequitas que tenía esparcidas por las mejillas.
No supe la razón pero su sonrisa hizo que me sonrojara y apartara la vista.
–Nueva ¿verdad?– me pregunto. Sentía un enorme nudo en mi garganta así que lo único que pude hacer fue asentir aun sin mirarle– bueno mi nombre es Boomer.
Vi que extendió la mano hacia mí. Subí la mirada y tome su mano. Mi sonrojo creció aun más al notar su calidez.
–Miyako– dije soltándolo.
–Es un gusto– me dijo metiendo las manos en los bolsillos de la pantalonera oscura que llevaba.
Volví a asentir, no sabía porque pero este chico con solo mirarme lograba que me quedara sin palabras. Se recargo en la pared y observo el punto en donde continuaba mi maleta, después giro el rostro y me miro.
–¿Quieres ayuda?– me pregunto y con un gesto señalo mi bolso.
–Bueno si no te molesta– dije estrechando la carpeta contra mi pecho.
Normalmente le hubiera dicho que no pero sabía que de hacerlo daría media vuelta y se iría y no deseaba eso.
–Claro que no– me dijo en tono amigable.
Se despego de la pared y saco las manos de los bolsillos. Bajo los escalones que lo separaban de mi maleta, pasó la correa por los hombros y subió hasta llegar a mi lado. Comenzamos a caminar escaleras arriba sin decir ni una sola palabra. Me mordí el labio inferior y pensé rápidamente en algo que pudiera decir para romper el silencio, temía que de un momento a otro Boomer se sintiera incómodo y terminara por darme la maleta y decir que había recordado que tenía algo importante que hacer.
Estaba por abrir la boca cuando hablo:
–¿Por cuánto tiempo estarás aquí?
Fruncí un poco la boca aunque para mi suerte no lo noto. Hubiera preferido hablar yo antes que él porque sabía que luego de esa preguntara llegaría la que más quería evitar.
–Bueno no sé si solo un año o lo que queda para que acabe la preparatoria– dije estrechando más la carpeta contra mi pecho– ¿y tú?
Lo pensó por unos segundos.
–Si mal no recuerdo…– comenzó a decir con una pose pensativa– hasta que termine la prepa.
–Ah– fue lo único que pude decir.
Nuevamente el silencio se presento. Una parte de mí estaba esperando a que preguntara de una vez la razón por la cual yo estaba aquí pero esa pregunta nunca llego. En lugar de decir algo comenzó a silbar una alegre melodía para llenar el silencio. Eso hizo que colocara una pequeña sonrisa en mi rostro.
Llegamos al cuarto piso más rápido de lo que pensé. El último piso no era más que un enorme pasillo que tenía varias puertas, unas frente a otras y separadas por algunos metros de distancia.
–¿Bueno en que habitación te toco?
Abrí rápidamente la carpeta y al momento de hacerlo un objeto pequeño cayó. Baje la mirada y observe la llave que yacía en el suelo. Me agache y cuando estaba por tomarla me percate que la mano de Boomer hacia lo mismo. Nuestras manos se encontraron y nuevamente sentí mis mejillas arder. Boomer tomo la llave con una mano y con la otra me tomo la mano para ayudarme a levantarme.
La tome por inercia y subí la mirada cuando ya ambos estábamos de pie. Me dedicaba una sonrisa que estaba acompañada por un pequeño sonrojo que me hizo devolverle el gesto. Nos soltamos y abrí la carpeta. Busque entre los papeles que había dentro alguno que dijera el número.
–La quince– dije luego de encontrarlo.
Soltó una pequeña risa que me extraño.
–No pensé que quedarías con…– pero se detuvo a mitad de la frase– supongo que es el destino.
Eso me hizo mirarlo confundida pero vi en su rostro que hablaba más para si mismo que para mí así que opte por no preguntar. Mostró una pequeña sonrisa y después sacudió la cabeza como si volviera a la realidad. Me miro y con un gesto de la cabeza señalo el pasillo.
–Bueno vamos, es el penúltimo cuarto.
Asentí y empezamos a caminar. Durante el pequeño trayecto me dedique a mirar las puertas. Todas estaban decoradas de diferente manera, aunque en la mayoría se apreciaba un excesivo uso del color negro. Solo hubo dos, la segunda y la quinta, que no mostraban ese color.
Boomer se detuvo frente a una puerta que tenía un pequeño número quince de color rojo en el marco. Observe la decoración de la puerta, al igual que la mayoría se encontraba pintada de un color negro pero mostraba algunos detalles de color rosa y verde jade. Sonreí para mis adentros al ver que había algunos espacios vacios, con suerte y la que sería mi compañera me dejaría poner algo de mi color favorito; azul celeste.
–Esta es tu habitación–dijo Boomer al ver que no parecía tener intención alguna de entrar.
–¿Ah? Ah sí gracias– dije después de que se descolgara mi maleta y me entregara la llave.
Metió las manos en los bolsillos y me miro con algo de timidez.
–La puerta que sigue es el baño de las chicas– dijo señalándola. Asentí, volvió a meter las manos en sus bolsillos y se encogió en hombros– tengo que irme pero estoy en la habitación tres por si necesitas algo– añadió sonriéndome tímidamente.
–Gracias– respondí devolviéndole la sonrisa
Asintió sin perder la sonrisa y me dedico un guiño, después camino hasta la que me había dicho era su habitación dejándome con la cara completamente roja. Observe como se alejaba y cuando estuvo frente a su habitación se giro para mirarme, se despidió con un gesto de mano y entro. Estuve unos segundos observando el mismo punto como retrasada hasta que reaccione.
Abrí la puerta y me asome con inseguridad. Una vez que me asegure que no había nadie entre y cerré la puerta a mis espaldas. El cuarto era sencillo y estaba pintado de un deprimente color gris. Tenía tres camas, dos que eran una litera y se encontraban del lado izquierdo y una solitaria que estaba del lado derecho. Frente a la litera había un ropero que para mi gusto era demasiado pequeño y frente a la otra cama había un viejo escritorio que tenía tres cajones en la parte inferior izquierda.
Volví a mirar las camas, la solitaria, al igual que la de debajo de las literas se encontraban ocupadas, lo sabía porque la solitaria estaba tendida perfectamente con un cobertor de color rosa mientras que la de debajo de las literas estaba hecha un lio. Eso me daba a entender que tenía a dos compañeras. Suspire con resignación y observe la única cama disponible.
Después mire mi maleta y fruncí el ceño, no tenía ganas en ese momento de ponerme a desempacar y la verdad es que ni siquiera sabía dónde podía poner mis cosas. No estaba segura de que ocupaban y que no las chicas y me parecía de muy mal gusto ponerme a revisar que estaba libre. Opte por dejar la maleta en el pequeño espacio que había entre la litera y el ropero. Me subí a la cama y comencé a tenderla con las sabanas que alguien amablemente había dejado ahí. Tristemente eran negras y eso no ayudaba en nada a mi estado de ánimo pero me tenía que conformar, no había más.
Cuando termine me recordé que la siguiente vez que hablara con mi abuelita le dijera que me enviara mi juego de sabanas azules. Baje de la cama de un salto y me dirigí a donde había dejado mi bolso. Saque el short celeste, la playera blanca que usaba para dormir y un peluche morado en forma de pulpo. Me cambie sin ninguna prisa, después de guardar la ropa que había llevado ese día me subí a la cama y me acosté.
Todavía era un poco temprano para dormir pero no me importaba, confiaba en que no tardarían en apagar las luces ya que por la ventana que había en la habitación no se veía más que oscuridad. Me gire para quedar frente a la pared y de espaldas a la puerta, así si mis compañeras llegaban en un momento a otro podía fingir que ya estaba dormida.
Cerré los ojos con fuerza cuando sentí que se llenaban de lágrimas y estreche el peluche con fuerza contra mí. No quería llorar, ya había llorado demasiado camino aquí y los días antes. Debía comenzar a ser fuerte, necesitaba serlo ya que no sabía qué era lo que me esperaba estando aquí. Un sollozo se escapo de mis labios y me mordí la lengua para no emitir más. Me hice un ovillo y me cubrí hasta el cuello con las sabanas.
En ese momento las luces se apagaron. Apreté aun más al pulpo entre mis brazos al sentir un pequeño temor instalarse en mi pecho. Ahora me arrepentía de haberme aliviado cuando entre y no había nadie, estaba segura de que no sentiría ese pequeño miedo de haberse encontrado otra persona en ese momento conmigo en la habitación. Quise levantarme para buscar entre mis cosas una lámpara pero en eso la puerta se abrió. Me quede inmóvil y, en contra de mis principios, escuche la conversación de las dos chicas que venían entrando.
–Mierda ¿Por qué siempre nos pasa esto?– pregunto una de ellas.
No necesite girarme para descubrir que traían una lámpara consigo, al parecer ya estaban acostumbradas a que les apagaran las luces.
–Todo es por tu culpa– reprocho la segunda– si no te hubieras peleado con Lisa no se nos hubiera hecho tarde.
Escuche como la primera soltaba una risa, al parecer aun no habían reparado en que yo estaba ahí.
–La muy perra se lo merecía ahora aprenderá a no tocar lo ajeno– dijo aun riendo– tú hubieras hecho lo mismo de haber estado en mi lugar.
–No lo sé pero eso es irrelevante– respondió restándole importancia– además sí que la hiciste esta vez Kauro, tanto tú como ella tendrán que levantarse temprano para ir al castigo.
–Valió la pena Momoko.
–Haber si piensas eso cuando mañana cuando te tengas que levantar a las cinco.
–¡¿Qué?!– exclamo sorprendida y molesta la chica que se llamaba Kauro tan fuerte que de haber estado dormida posiblemente me hubiera despertado– ¡¿tengo que levantarme a…?!
Pero fue silenciada en ese momento.
–Kauro baja la voz– dijo en un susurro la que si mal no recordaba se llamaba Momoko– ya no estamos solo nosotras y sí, tienes que levantarte a esa hora. La maestra dijo que las quería a las dos a las 5:30 en el salón para cumplir su castigo.
Pude sentir la mirada de ambas clavada en mi espalda cuando la luz de su lámpara me enfoco y me esforcé por permanecer inmóvil y mostrar una respiración que pareciera propia de alguien durmiendo.
–Vaya Momoko ¿quién pensaría que nos echarían a la nueva?– rompió el silencio Kauro.
–No tengo ningún problema, solo espero que no sea igual de desordenada que tú– le reprocho– no soportaría vivir con otra desastrosa.
Bueno en eso ella no tenía nada que preocuparse, no era alguien que tuviera una obsesión con el orden pero tampoco dejaba todo regado a mi paso.
–Sí como digas– dijo Kauro– solo apaga ya esa cosa, tengo que dormir.
No estuve segura pero me pareció escuchar como la chica de nombre Momoko bufaba y después apagaba la lámpara. Note que alguien se dejaba caer en la cama de abajo y por lo dicho antes por Momoko supuse que era Kauro. Después alcance a distinguir el ruido que hizo la otra cama cuando mi otra compañera se acostó. No tarde en escuchar unos suaves ronquidos que no supe de quien procedían y extrañamente esos ronquidos sirvieron para tranquilizarme y hacer que poco a poco me quedara dormida.
Es todo por ahora, espero que les haya gustado y se animen a dejar un review. Se que la personalidad de Miyako no es como se muestra en la serie y posiblemente ninguna personalidad de los demás tampoco se parezca, hare un esfuerzo pero si no se parece una disculpa por favor si no les gusta que se comporte así no lean.
Alguien que se compadezca para dejarme un review :3 me haría muy feliz.
