Disclaimer: Todos los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, la historia me pertenece a mí.
Beteado por Natalie González, Betas T.E.F ( www . facebook groups /1471530516463364/ ?fref=ts)
Capítulo 1: El comienzo.
—Quédate aquí, ¿al menos un tiempo más?— me pidió mientras dirigía sus orbes verdes hacia mí. No lo entiendo, ¿por qué yo? Este barco está lleno de mujeres, no logré evitar evocar los recuerdos de hace un tiempo atrás.
Mi nombre es Bella Swan, vengo de Tampa Florida y tengo veintiséis años, hace dos meses me separé de lo que mi fue mi pareja Mike, íbamos a tener un hijo pero cuando de pronto mi embarazo se interrumpió y tuve un aborto natural, ambos quedamos desechos ante la pérdida.
Mike los primeros meses trató de apoyarme como era debido pero poco a poco lo fui alejando, un día llego muy tarde oliendo a alcohol y creo que fue la excusa necesaria para que explotara, me sentía furiosa, quería correr y desaparecerme, estaba sospechando que me engañaba así como también sabía que me lo merecía pero no quería admitirlo, últimamente era una perra con él y no se lo merecía.
Un par de meses estuvimos tratando de rescatar lo que quedaba de la relación, pero me sentía cada vez peor, trabajábamos más y evitábamos vernos solo hasta la hora de dormir, hasta que llegó el momento de sincerarnos.
—Lo siento de verdad Bella, no quería que en ningún momento sucediera. Traté de evitarlo pero no podemos seguir así, conocí a Jessica hace poco tiempo, me escucha y entiende —asentí un poco molesta y fruncí ligeramente mi ceño pero deje que hablara—. No quiero decir que tú no lo haces me has apoyado con la empresa todo este tiempo siendo mi mano derecha, quise alejarme de ella y no lo logré. —esto último lo dijo con su cabeza entre sus manos y apoyándose en sus rodillas, se le veía frustrado y quizás culpable.
Mike era muy guapo con su cabello castaño claro casi rubio, sus ojos azules y cuerpo marcado por el trabajo y ahora su rostro se veía marcado de ojeras igual que a mí, nos estábamos haciendo daño mutuamente.
No sabía que pensar a lo que dijo, me sentía confundida, tenía sentimientos encontrados realmente lo quería, pero lo amaba? La respuesta es no. Lo que dijo a continuación me dejo casi sin habla.
—Escucha, quiero que te quedes con el departamento, ambos tenemos autos y también quiero que te des unas vacaciones. — Alcé mi cabeza inmediatamente.
— ¿Vacaciones? Pero, Mike, tenemos mucho trabajo que hacer, no puedo dejar todo tirado.
—Eso lo sé, Bella, quiero regalarte unas vacaciones por El Mediterráneo; es en un Crucero, te he visto y se cuán estresada estás, quiero que cambies de ambiente al menos un tiempo, no te hace bueno estar encerrada en la casa y en el trabajo, ya ha pasado mucho tiempo, quiero que vuelvas a ser Bells, aquella que conocí. — esto lo dejo nervioso, pero sabía a qué se refería. Sentí como pequeñas gotas bajaban de mi rostro empapando mis mejillas en su camino con todo lo que ha pasado y aún sigue preocupándose por mí.
—Mike, perdón por todo lo que he hecho, debo agradecerte por estar a mi lado. — me levanté de mi asiento y me acerqué a él besando su mejilla y abrazándolo. Él me alzó y me ubicó en su regazo mientras seguía abrazándome.
—Vas a ver que todo va a estar bien, pequeña Bells. — me volvió a llamar por mi apodo, hace mucho tiempo no lo hacía. Dejé que me consolara un rato más.
Días después él se llevó sus cosas, le agradecí por el viaje y nos despedimos.
Ha pasado un mes, hoy estoy preparando todo para mi viaje en Crucero, tenía que estar a las cuatro de la mañana casi no pude dormir porque me sentía nerviosa, nunca he estado en Europa. Nunca. Sería un vuelo muy largo.
Al bajar de mi taxi fui a registrarme, la secretaria me dio el boleto que Mike dejó preparado y me dirigí a la cafetería ya que estaba con buen tiempo. Tomé una pequeña taza de café y unos pastelitos de naranja. Me senté en la sala de embarque con un libro de bolsillo que compré para el viaje, mientras esperaba a que llamaran mi vuelo.
—Los pasajeros del vuelo 2107 a Roma por favor ingresar abordo. — dijo la voz de una mujer por el altavoz de la sala.
Me fui con mi bolso de mano y mi estómago hecho un nudo tratando de hacer caso omiso a esa sensación. Había una rubia en la entrada chequeando los boletos, vestía un uniforme que consistía en una blusa blanca de botones con una falta tubo color azul, arriba de la blusa llevaba una chaqueta roja y un sombrero de azafata color rojo.
—Qué disfrute su vuelo, muchas gracias por volar con nosotros.
Fui a sentarme e inmediatamente me concentré en leer, ¿qué mejor manera de disfrutar un vuelo tardado que leyendo una buena historia?
Luego de horas que se me hicieron interminables llegué al Aeropuerto Fuimiccio en Roma, Al salir un chofer me estaba esperando para llevarme directamente al puerto de Civitavecchia donde embarcaría en el crucero.
—Buenas tardes, Srta. Swan, me llamo Davide y seré su chofer.
—Buenas tardes, Davide, es un placer.
—El placer es el mío. —sonrió amable y le respondí igualmente.
A pesar de que iba a embarcar el crucero estaba un poco triste por no poder visitar Roma como se debía, pero me aliviaba el saber que pronto volvería para visitarlo a como se debe.
Mientras estaba en el coche saqué mi celular para llamar a mi madre e informarle como me encontraba, después de dos tonos pude escuchar su voz.
—Bella, ¿cómo estás?, ¿cómo estuvo el viaje? ¿Ya comiste?— no pude evitar reírme, madres.
—Hola mamá, estoy camino al puerto. Llamaba para decirte que estoy bien, no te preocupes y bueno al parecer Mike se esforzó mucho para que tuviera mis vacaciones, pronto estaré en el barco.
—Me alegro saberlo, hija, espero que lo disfrutes y vivas el ahora, no pienses en nada que no seas tú, te amamos Bella. — Esa era mi madre siempre sabe que decir en el momento correcto.
—También los amo, saluda a Jane de mi parte y dale un beso a papá, trataré de llamarlos luego.
—Claro que lo haré Bella, disfruta. — me repitió y creo que sus palabras me dejaron más tranquila.
Davide me informó que pronto llegaríamos a nuestro destino así que rápidamente marqué para hacer una última llamada, pero Mike no contestó, me envió directo al buzón de voz, luego lo llamaría.
Al llegar el amable chofer me ayudó con el equipaje y fui directo al a hacer mi check in donde me dieron un itinerario de viaje y las llaves de la cabina que era una tarjeta, iría directamente a mi habitación ya que quería dejar mi equipaje y dormir una siesta antes de la cena, hoy visitaría el casino y la discoteca no tenía que perder el tiempo para nada. Mi paraíso empieza hoy.
Al llegar a la cabina me quedé sin habla, era hermosa tenía una gran cama con las colchas color crema y vino, detrás de esta había un gran espejo, habían pinturas rústicas de flores con colores ricos y brillante, una pequeña sala de estar con un sillón color azul rey y una mesa para café de madera oscura, la ubicación de las luces hacía que se sintiera un ambiente muy agradable y lo que más me agradó es que tenía un pequeño balcón donde podías deleitarte viendo el hermoso mar e inhalar su aroma. El sol poco a poco se estaba escondiendo y era algo increíble de ver, salí al balcón, esto es el cielo en la tierra, me sumergí en una agradable paz que hace meses no sentía, en definitiva tendría que agradecerle a Mike.
Luego de pensarlo, no podía descansar ahora, estaba emocionada así que fui a ducharme dejando mi cabello color chocolate bailar en ondas sueltas y un poco de maquillaje para destacar mis ojos y labial durazno, me puse un vestido con escote en v que se anudaba en el cuello y unas sandalias de tacón alto del mismo color, tomé mi cartera y salí para ir al Restaurante.
Mike.
No lo había vuelto a llamar así que antes de salir. Me senté en la gran cama y marqué el número de papá antes.
—Hola, Bells. — Contestó para alegre.
—Hola, papi. —Le respondí, ¿qué? Amaba a mi papá y aunque tenga veintiséis años sigo siendo su niña mimada.
— ¿Cómo la estás pasando, cariño?
—Papá todo está excelente, deberías ver mi habitación, es de ensueño, ni qué decir del balcón que directo al mar, Mike se esmeró mucho para complacerme. — Papá no estaba convencido de mi actual relación con Mike y eso que no sabe lo sucedido con Jessica, eso lo dejamos entre él y yo, nadie más se enteró. Considero que ninguno de los dos estábamos listos para dar el siguiente paso.
—Me alegro que todo vaya bien mi pequeña, llama pronto. Te amo.
—Yo también te amo, papá, ya verás que pronto regresaré a Tampa mejor que nunca.
—Eso espero.
Al decir esto colgó. Él se dio cuenta cómo iba decayendo poco a poco y él fue mi pilar para seguir adelante además de Mike, mamá y Jane. De inmediato marqué a Mike.
Quería agradecerle y además saber cómo va la empresa, teníamos un empresa que consistía en el diseño de interiores y luego de separarnos formamos una sociedad y creerán que yo soy la diseñadora, pero se equivocan es Mike, yo me llevo más con los números y la administración de esta, el negocio llevaba en el mercado cuatro años y no nos iba nada mal.
—Hola, cariño.
—Mike.
— ¿Está todo en orden? —Preguntó preocupado.
—Sí, bueno, solo quería llamar para agradecerte por las vacaciones, es todo tan increíble.
—De eso se trata, Bella, disfrútalo al máximo.
—Gracias, y bueno, ¿cómo va todo en Tampa?—pregunté desviando el tema a la empresa, dejé trabajo adelantado y si requería de mi para manejar algo traía mi laptop, debía ser previsora.
—No te preocupes por nada, ya estamos por finalizar el proyecto de familia Gómez, está prácticamente terminado, además revisamos el bosquejo de la casa de la señora Kunis que estaremos empezándolo a finales de la próxima semana y debo decir que está encantada con el diseño, funcionaron la ideas que me diste —puntualizó, la verdad que cuando fuimos a ver la casa de la señora Kunis quedé impresionada tenía potencial, pero le faltaban detalles y se iba a reformar un poco para darle otro enfoque no muy distinto al que tenía pero si mejorado—. Dejaste todo tu trabajo hecho y adelantado, diviértete y deja de pensar en trabajo no creo que sea tan malo dirigiendo una empresa yo solo por unos días, no es como si de fuera a hundir sin ti. —dijo lo último bromeando.
—Disculpa, Mike— respiré para aliviarme—. Sé que eres excelente en tu trabajo, pero sabes como soy. —dije riendo avergonzada.
—Cálmate, Belly Bells, y respira—se burló de mí—. Ahora te ordeno que cuelgues y disfrutes.
—Bien, hasta luego, que la pases bien con Jessica.
—Yo, eh…— no supo que decir, sabía que lo había descubierto.
Tomé Nuevamente mi cartera, era hora de disfrutar mi estancia en este magnífico mega barco.
