Disclainer: "Pensamientos" es una historia de ficción basada en la serie CSI: Las Vegas. Grissom, Sara y Cath son propiedad intelectual de su creador Anthony E. Zuiker, su productor Jerry Bruckheimer y la cadena CBS. Yo no intento violar las leyes de copyright, ni obtengo ningún tipo de remuneración económica por escribir esto.
Tipo: Para todos los públicos.
Reflexión de Sara Sidle.
Escrito en diciembre de 2005.
Gil Grissom por Sara Sidle
Quererle es tan fácil como odiarle. Lo malo es que según ha ido pasando el tiempo, odiarle se fue haciendo cada vez más fácil.
Cuando le conocí, yo era joven e impresionable y él hablaba bien, muy bien. Se notaba que sentía pasión por su trabajo y cada palabra que pronunciaba me introducía en un mundo fascinante. Además era tan guapo. Gil Grissom con 35 años era un placer para los sentidos. Para todos los sentidos.
Él amaba su trabajo y eso le hacía tan sexy ante mis ojos. Muy tarde me di cuenta de que aquello no era tan bueno como imaginaba. Mucho amor hacia el trabajo impide amar otras cosas.
Cuando lo que adoras o admiras de una persona se acaba convirtiendo en lo que detestas de ella es el punto clave donde te das cuenta de que sabes demasiado sobre esa persona.
Conocer a Grissom fue eso.
En Boston dio una clase magistral sobre el césped del campus mostrándonos la vida oculta bajo cada piedra. En San Francisco paseamos por la bahía y me habló de las mareas. En Las Vegas...
Él estaba en Las Vegas y me llamó. Gil Grissom me llamó. A mí. Me llamó a mí. Necesitaba ayuda. Mi ayuda. Y yo fui. ¿Cómo no ir¿Cómo no ir cuando él me lo había pedido?
La tercera decisión menos meditada de toda mi vida, junto con enamorarme de él y tener sexo en un avión.
Ir a Las Vegas.
Demasiado tarde descubrí que hubiera sido mejor no ir. No por nada... Simplemente hubiera llorado menos, mucho menos. Lo que hace grandes a las fantasías es la posibilidad de que un día se cumplan y cuando pierdes esa posibilidad...
Amarle fue una decisión no meditada. No tomada. No pensada. Ahora que lo pienso no fue una decisión. Pasó. Simplemente pasó. El profesor admirado se convirtió en el hombre amado y yo pasé de ser la estudiante ensimismada para convertirme en una mujer enamorada.
Tonto.
Difícil.
Absurdo.
Todo ello y más.
Descubrir que él no deseaba amar fue algo para lo que definitivamente no estaba preparada. A partir de ahí todo fue muy complicado, demasiado doloroso.
Durante años jugamos a coquetear, era divertido y no pasaba nada. Yo sabía que le gustaba y él sabía que yo le gustaba. Éramos suficientemente inteligentes como para lidiar con eso, pero no con más. Ahora lo sé.
Disfrutamos de conversaciones interesantes, de deducciones lógicas, de comentarios maliciosos y de largas llamadas telefónicas mientras los kilómetros nos separaban. Pero un día le miré y supe que nunca volvería a ser igual. Y nunca volvió a ser igual. Él comenzó a medir sus palabras y cuanto más le conocía más desconocido se volvía para mí. Si es que eso es posible.
Dejé de saber lo que pensaba. Hubo veces en las que tenía la clara sensación de que ni siquiera ya le caía bien, pero había veces, otras veces... no sé. Hay veces en las que me miraba... Me mira... Y veo algo. Tal vez sólo sea mi esperanza... No. Hay algo. Y no sé si es bueno o malo, o conveniente, o saludable, o real, pero hay algo.
Sea como sea, ahora el balón está en su tejado. Y tal vez nunca se moleste en recogerlo. Es probable que de no pensarlo en algún momento a mí ya no me importe que no lo recoja.
Ahora estoy bien. He aprendido ha vivir con lo que hay. Y lo que hay no está mal del todo. Aunque hay veces, no lo negaré, que me gustaría tener 20 años y no haber llorado por él. Me gustaría poder seguir insinuándome sin que él se lo tomara como si fuera el fin del mundo. Me gustaría que él me mirara como antes, como cuando era su alumna favorita, como si fuera uno de sus preciados bichos...
En el fondo, y como supongo que a todo el mundo le gustaría, quisiera ser más joven, tener menos años, que todo fuera más fácil... Aunque sé que las cosas son así y lo vivido bien está.
En el ahora no cambiaría nada, porque el ahora es lo que soy y lo cierto es que no tengo ganas de volver a aprender ciertas cosas y de luchar batallas ya ganadas. Conocerle es lo mejor y lo peor que me ha pasado y si naciera mil veces, si fuera mi elección, sé que elegiría volverle a conocer. Y que amarle, me vendría dado.
