Gracias a Okashira Janet y Mario Benedetti. Aunque ninguno de los dos sepan esto. Porque los dos me dieron algo de fuerza.


Te había gustado cantar mientras pintabas.

Llenar de versos el espacio

De colores el aire.

¿Cómo era esa canción

Que solías regalarme?

Me acuerdo de todas.

La del gato, la del perro.

La de la chica, la montaña, la música, tu voz.

En algún punto de la agonía yo me perdía, imaginando el sabor de tu voz.

Me acuerdo que hablabas, que hablabas y que hablabas.

Me acuerdo que te miré tanto que me acostumbré a no responderte.

¿Y cómo era esa canción?

¿Cuáles eran

Los significados

Que le ofreciste a mi vida?

¿Qué tan fuertes fueron mis tormentas

Qué tan desesperante la sed

Qué idiotez la mía

Para haberte rechazado?

"Mi vida entera, te la dedico"

Y qué dulce era tu voz.

Qué llena de inocencia, que falta de confianza,

Qué grandes deben haber sido tus ganas

De no volver a verme.

Qué grande tu corazón para albergar, juntos, ambos sentimientos.

Amor y odio.

Fuiste tan grande. Tan inmensa. Tan demoledora.

Tan lejana.

Ahora, sos lejana. Ahora, soy el único, en esta habitación

Que conoce tu voz

Por las veces que la he pedido en medio de llantos

Por las veces que he intentado añorar el silencio

Y no pensar en que hablabas, que hablabas, que cantabas.

Esta habitación te conoce, esta habitación está vacía.

Esta habitación escucha fragmentos de tu alma,

Tu niñez

Tu voz

Tu ternura

Tu presencia.

¿Qué es esa cosa

A la que osan llamar tiempo?

Es eso que duele cuando no estás.

Es eso que maldije cuando no estuviste.

Tiempo, tiempo es que lo quiero eliminar,

Tiempo es la distancia desde esta habitación a la que supiste llenar con tu cariño

Tiempo, ¿qué es la vida?

¿Qué ha sido de tu vida?

¿Siquiera existe

Tu silencio?

¿Siquiera existe

Tu vacío?

Tu ausencia. Mi silencio. La memoria.

Recuerdo esas canciones.

Tengo mis regalos. Conservo con orgullo

Las marcas que dejaste

Cuando te dejé

Cuando mi piel se volvió el mar que me dedicaste

Cuando tus ojos pasaron a ser cuento

Cuando tu niñez pasó a pertenecerme en ese rincón

De mi vida

Cuando te dediqué mi vida.

Cuando cantabas y yo esperaba a que callaras

Para saberme entonces

Muerto.