Chapter 1
– Akane… – dijo Xian-Pu, mientras daba un sorbo a su jugo – ¿no será que eres lesbiana y no te has dado cuenta aún?
La aludida escupió todo lo que tenía en la boca.
– ¡No, estúpida! – gritó mientras limpiaba rápidamente con una servilleta.
– ¿Por qué te avergüenzas?, es una posibilidad. Te puedo presentar unas amigas de Mako-chan si quieres… podrías intentarlo, a ver qué pasa…
– Demonios, Xian-Pu… no me avergonzaría si así fuera, pero estás equivocada.
– ¿Entonces…?
– Sabes, me he cansado de que conversemos de esto a cada rato. O de tus noches de sexo ardiente. Recuérdame… ¿por qué eres mi mejor amiga?
– Porque soy la única que te ha acompañado incondicionalmente… y porque soy hermosa ¿no? – rió, divertida.
– Ok, ok… got it – respondió mientras sujetaba su frente, vencida.
Akane era una chica muy atractiva. Atlética, lindas curvas, cabello de color castaño oscuro y corto hasta los hombros. Sus ojos color miel eran un libro abierto, cosa que a ella no le gustaba pues cualquiera que la conociera bien podía fácilmente saber lo que pensaba… que por suerte, sólo eran unas cuantas personas. Tenía un carácter explosivo que daba miedo, por eso tomó clases de control de la ira por un año y logró manejarla bastante bien, aunque a veces salía a relucir y se transformaba en un ogro destructor. Pero bastaba una palabra amable de Xian-Pu o un mimo de su hermana mayor Kasumi para apaciguarla. En general, Akane iba tranquila por la vida, preocupada de sus estudios y eludiendo grácilmente a los hombres que la rondaban. A veces perdiendo la poca paciencia desarrollada y lanzándolos de un golpe en dirección al cielo, pero eso era poco común. Había, sin embargo, alguien que habitualmente lograba sacarla de sus casillas, era Tatewaki Kuno, profesor del ramo "historia de la medicina china", tan grande como su ego lo era su perversión, y estaba obsesionado con Akane desde el primer año que la vio entrar a clases, con su antiguo cabello hasta la cintura, maquillaje suave y mirada inocente. La seguía por los pasillos dedicándole versos chabacanos y cartas de amor ridículas. La universidad hacía oídos sordos a los comentarios sobre el profesor Kuno pues era un experto en su área y tenía muy buena reputación como pedagogo, por esto la chica desistió de sus reclamos y recurrió a sus métodos favoritos: mandarlo a volar de una patada, abofetearlo o golpearlo en los testículos cuando la cosa se ponía insoportable. De ahí en más, todo iba bien para ella.
– ¿Has sabido algo de Mousse? – dijo Akane luego de una pausa.
– No me preguntes por él…
Xian-Pu por su lado era una chica de origen chino que llegó a Japón cuando tenía unos diez años. Conoció a Akane en la escuela y desde ese momento fueron inseparables, incluso a pesar de las discusiones que sostenían a menudo por sus diferentes formas de pensar. Xian-Pu se caracterizaba por tener un cabello muy largo y bien cuidado, busto prominente que Akane envidiaba un poco, cintura pequeña y curvas pronunciadas. Trabajaba como mesera en restaurantes caros y con eso se pagaba sus estudios de Cocina Internacional. Su gran amor es Mousse, un joven perteneciente a la aristocracia china. Mantuvieron un romance por un tiempo y luego se separaron, porque él sentía que Xian-Pu no estaba a su altura. Al menos eso le dijo, lo cual la dejó destrozada por meses… luego, se recuperó y comenzó su nueva manía de tener sexo con cuanto hombre adinerado encontraba. Akane no aprobaba esa conducta, pero no podía hacerla entrar en razón, por mucho que se esforzara.
– Quizás… deberías…
– Akane, gracias, pero mejor no hablamos de Mousse.
– Entonces no me molestes más con tus teorías sobre mí, querida.
– Es que lo tuyo no tiene explicación, querida. Has rechazado a cada hombre que se te ha declarado, lindo o feo, alto o bajo, obeso o delgado… ¡a todos!, y ni siquiera yo sé por qué lo haces.
– Ya te lo dije, Xian-Pu. No quiero nada con ellos.
– Esa no es una explicación razonable. Deberías considerar mi teoría… a lo mejor sí eres lesbiana. O asexual, eso podría ser ¿no?
– ¡Ya deja de especular conmigo! – espetó, cruzándose de brazos y dedicándole una mirada asesina – no soy un caso clínico. Simplemente, no quiero relaciones amorosas con hombres. Ni con mujeres, gracias por recordármelo.
– Pero… el ser humano no fue hecho para estar solo…
– Bueno, ¿qué me dices?, tú sí que no sabes lo que es la soledad… desde que… – Xian-Pu hizo una mueca y Akane comprendió – bueno, desde que él te dijo eso, has entrado en un caos emocional. Eres un desastre, amiga. Perdóname que te lo diga así.
– Por dios… – suspiró – no es la primera vez que me dices eso. Te lo expliqué, la cosa es bien simple: el sexo es sexo, y el amor es amor. Yo tengo sexo. Punto.
– Ok, qué te puedo decir… yo soy diferente.
– Cuando pierdas tu virginidad me comprenderás.
Akane se ruborizó. Miró la hora en su reloj de pulsera y se dio cuenta que su próxima clase estaba por comenzar. Se levantó de la silla, echándose el bolso a la espalda.
– ¿Xian-Pu, tienes trabajo hasta tarde?
– No lo creo… supongo que llegaré temprano.
– Entonces, nos vemos. Tú haces la cena.
– Por supuesto, la última vez que cocinaste casi no salgo del hospital.
– ¡Muérete! – respondió, largándose del lugar.
Akane corrió por las escaleras, buscando la sala que le correspondía. Estaba cursando el último año de Terapias Alternativas, había elegido esa carrera pues le atraía complementar sus conocimientos de combate con el tratamiento de heridas y lesiones. Desde que el dojo de su familia había quebrado por falta de alumnos, decidió que encontraría la forma de levantar el negocio innovando y enseñando nuevas cosas. Y buscando nuevos horizontes, se mudó al distrito de Yamanashi con Xian-Pu a un departamento que la abuela de ésta pagaba.
– Parece que llegué a tiempo… – pensó, mientras se instalaba en uno de los asientos.
– Hoy tendremos un ejercicio especial para relajar y tensar los músculos de nuestros futuros pacientes. Unos alumnos de otro curso nos ayudarán – dijo la profesora Hinako, abriendo la puerta – por favor, pasen.
Varios hombres jóvenes entraron en fila a la sala. Uno de ellos se veía un poco diferente. Tenía lindas facciones, una trenza era su peinado y vestimenta claramente china. Akane no pudo evitar fijarse en él. Le llamó la atención que siendo evidentemente japonés, usara esas ropas – a lo mejor es su forma de vestir… le estoy dando importancia a algo que no lo tiene, pero… – pensaba.
La distribución de parejas para practicar hizo que Akane se encontrara con su llamativo desconocido.
– Hola… – saludó el joven de la trenza.
– Hola…
– Soy Ranma Saotome.
– Akane Tendo – le sonrió.
En ese momento, Ranma la miró de una forma que ella no pudo descifrar. Fue como si su sonrisa lo hubiera dejado atónito – es mi imaginación… – concluyó, al ver que un segundo después su expresión cambió a curiosidad.
– ¿Eres… esa Akane Tendo? – inquirió.
– ¿Qué…?
– ¿La que ha rechazado a todo el mundo y tiene loco a Kuno Sensei?
Akane se molestó visiblemente. Frunció el ceño y miró al lado contrario.
– Ese tipo es un imbécil… la única razón por la que sigue aquí es que nadie supera sus conocimientos...
– Bueno… puede ser verdad. ¿Y qué me dices de lo otro?
– No tengo por qué hablar de eso contigo, Saotome-kun.
– Llámame por mi nombre, Akane.
– ¿Eh…? – lo miró, molesta porque no había usado honorífico para hablarle. Sin embargo, un segundo vistazo la desarmó… Ranma la observaba con una leve sonrisa y no pudo enojarse – d-de acuerdo… – accedió, ruborizándose lentamente – ¡no!... ¿qué demonios me pasa?
La clase comenzó. El ejercicio era complejo… no por nada era el último año de estudios de la mayoría, y la profesora Hinako daba instrucciones sobre una silla, de otra forma nadie la veía.
– Ranma…
– ¿Si?
– ¿Acaso se comenta mucho entre ustedes…?
– "El mito de Akane Tendo", así le llaman. Todos los estudiantes del campus saben sobre eso. Estoy seguro que más de alguno se te declaró sólo para saber si era cierto.
– Malditos hombres… por eso los odio… – gruñó por lo bajo.
– Hey… no deberías meternos a todos al mismo saco.
– Están todos cortados por la misma tijera.
– ¿No te cansas de estar siempre enojada con mi género?
Akane dio un respingo, dislocándole a Ranma la muñeca, sin darse cuenta.
– ¡¿PERO QUÉ RAYOS?!
– ¡Perdón, perdón! – se excusaba, mientras volvía la extremidad a su lugar. Hizo un par de movimientos y listo, ya había pasado lo peor.
– ¿Cómo es que alguien tan torpe está cursando último año? – masculló, sobándose la muñeca.
– Oye… no te pases – le advirtió Akane, con una sonrisa torcida y siniestra – la próxima vez no será sin querer…
– ¡Casi me sacaste la mano!, ¿no sabes que yo dependo de ellas para combatir?
– ¡No lo sé, y ya me disculpé!, deja de quejarte como si fueras una niñita… – se burló.
– TORPE – le espetó en la cara.
– Imbécil… – respondió, jalándole la trenza.
– ¡Hinako Sen…! – alcanzó a pronunciar, porque Akane se arrojó con todo el peso de su cuerpo encima de Ranma para acallarlo, haciéndole una discreta llave.
– ¡Tendo-san! – llamó la profesora – ¿está todo bien por allá?
– ¡Sí, Hinako Sensei! – respondió tratando de no sonar agitada. Acercó su boca al oído de Ranma, dispuesta a negociar – por favor, no digas nada… mis notas son buenas y… – murmuró.
– Quítate primero… pesas demasiado… – se quejó. Akane lo miraba, incrédula y luego furiosa. Se movió, sin embargo – me callaré, pero tú invitarás la cena de hoy. ¿Estamos?
La chica se quedó de una pieza, sin saber qué contestar. Estaba dándole vueltas en la cabeza al comentario sobre su peso.
– ¿Qué clase de idiota eres?
– Aún me duele la muñeca… todavía puedo delatarte…
– ¡Ya, ya!, estamos… – aceptó, vencida – pero algo te tiene que quedar claro. Yo no peso demasiado.
– Lo sé – respondió.
Y Akane no supo si había sido una broma o le había hablado en serio.
El resto de la clase pasó sin contratiempos. La profesora Hinako evaluó muy bien el trabajo de Akane, por lo cual la calificó acorde a su desempeño. La chica estaba muy feliz, y de pronto se dio cuenta que Ranma la observaba... y su mirada la puso nerviosa.
– Gracias…
– Que no se te olvide mi cena. Nos vemos a las siete en la entrada.
– Claro… – empezaba a enfurecerse de nuevo.
Todos estaban abandonando la sala, y ella estaba tan absorta viendo a Ranma que no se dio cuenta que debía salir también. Cuando el joven de la trenza llegó a la puerta, se dio vuelta y clavó sus ojos en ella de tal forma que Akane se ruborizó con fuerza.
– ¿Sabes?, te ves linda cuando sonríes – le dijo sencillamente, retirándose del lugar.
La chica se quedó quieta, muda, roja y nerviosa. Apoyó su mano en la mesa, sin atreverse a dejar el lugar.
– ¿Pero… pero qué mierda pasó aquí? – murmuró, desconcertada – ¿por qué me siento así?, es sólo un chico…
– … por eso no puedo ir a casa a cenar…
– ¡Pero esto es maravilloso, Akane! – dijo Xian-Pu al otro lado de la línea – vas a salir con un chico por primera vez en tus 22 años… ¡ya era tiempo!
– Cállate, tampoco es una cita, sólo estoy cumpliendo con mi palabra… – gruñó.
– Di lo que quieras, pero sé que hay algo más… a mi no me engañas, querida.
– ¡No pasa nada!, diablos… me voy, hablamos más tarde…
Y mientras Akane guardaba el celular en su bolso, se dio cuenta que Ranma estaba esperándola en el lugar acordado.
– ¿Qué tanto peleabas por teléfono? – preguntó, divertido.
– ¡Nada que te importe!
– ¿Por qué estás enojada ahora?
– Déjame tranquila… ¿podemos irnos, por favor?
Ranma asintió, sin perderla de vista. Esa mirada ponía a Akane en estado frenético, porque no sabía cómo reaccionar. Por un lado, se sentía extrañamente agradada y por otro, su cerebro la prevenía: algo estaba comenzando a ocurrir en su interior.
– Ojalá dejara de mirarme así… – pensó mientras suspiraba.
– ¿Ya no gruñirás más?, la comida te va a hacer mal si estás molesta…
– Tengo algunos asuntos que resolver, eso es todo…
– Ok…
– Dime, ¿dónde iremos?
– Ya que tú pagas, ¿qué sugieres?
– Bueno… la verdad, no me sobra el dinero, pero mi mejor amiga me recomendó un local, dijo que es bastante "animado" y no sé a qué se refiere, pero podríamos probar…
– De acuerdo.
– ¡Xian-Pu, me las vas a pagar…! – murmuró, furiosa.
El local que le había dicho su amiga era con bailarinas ligeras de ropa. El show había comenzado poco después de sentarse a comer. Akane tenía la vista fija en el plato, avergonzada y con ganas de matar a Xian-Pu apenas llegara a la casa.
– ¿Qué te pasa, Akane? – preguntó Ranma, extrañado de verla tan incómoda.
– Yo… no era mi intención traerte a un lugar así… esto es culpa de mi amiga…
– No le des importancia. Sólo son mujeres bailando con poca ropa. ¿Y?
– ¿Sólo mujeres…? – repitió, asombrada de la liviandad con que consideraba el tema – bueno… es que…
– ¡Ah!, ¡eres mojigata! – se burló.
– ¡No, idiota!, es sólo… ésta no es la cena que pensaba… – respondió, sin darse cuenta de lo que estaba diciendo y que incluso era una revelación para sí misma. Se calló rápidamente, rogando que su acompañante no la hubiera escuchado.
Pero Ranma no pareció darle importancia a la frase. De hecho, se veía muy entretenido jugando con la comida. Sin embargo, se detuvo de pronto y la miró, de nuevo.
– A pesar de todo, debo decir que eres bastante amable – le dijo mientras comía un poco de pescado.
– ¿Qué quieres decir con eso? – frunció el ceño.
– Pues, verás… pensé que no me traerías al final.
– ¿Por qué?
– Como no quieres nada con los hombres…
– No te equivoques, Ranma. Tú no has venido con intenciones románticas, por eso no tengo problema contigo – le explicó.
– De eso se trata entonces…
– Ahora, dime tú algo. ¿Qué quisiste decir hace rato con que dependes de tus manos para combatir?
– Soy artista marcial, en palabras simples practico el estilo "todo vale", he competido representando a Japón muchas veces y…
– ¿En serio?, ¡yo también! – exclamó, entusiasmada.
– ¿Tú…?
– Mi padre tenía un dojo… pero quebró porque ya no teníamos alumnos… por eso estoy estudiando aquí, de alguna forma lograré que volvamos a entrenar jóvenes como antes…
Los ojos de Akane se llenaron de nostalgia. Bajó la cabeza y sus manos se empuñaron con impotencia. Ranma decidió no ahondar en ese tema viendo lo doloroso que era para ella recordarlo.
Terminaron así de cenar en silencio, mientras las strippers bailaban a su alrededor, sin lograr interesarlos en el espectáculo.
Caminaron por las calles vacías de Yamanashi en dirección a la parada de autobús. Akane seguía distraída, recordando su vida en Nerima, cuando sintió que Ranma palmoteaba su espalda.
– ¿Hace mucho que no entrenas, cierto? – bromeó.
– Practico todos los días, no he perdido la forma.
– Demuéstralo.
Ranma se puso en posición de pelea. Akane, sin perder tiempo, soltó su bolso y se lanzó a atacarlo. Toques, patadas, el joven eludió cada uno de sus intentos por acertar un golpe. La chica dio un puñetazo a un poste y lo partió por la mitad, provocando la admiración en su contrincante.
– ¡Sí que tienes músculos! – rió abiertamente.
– ¡Puedo hacerlo mejor!
La chica lanzó un golpe a la cara de Ranma, quien hábilmente desvió su ataque y sujetándole la muñeca, la aprisionó con la otra mano por la cintura. Akane enrojeció hasta los cabellos, y tartamudeó un "qué haces" ininteligible.
– ¿Mejor? – preguntó Ranma, con una sonrisa.
Mientras la soltaba lentamente, Akane aún estaba atónita. Cuando levantó su bolso y se lo entregó, Akane seguía de una pieza. Y cuando lo vio irse diciendo que "vivo por allá, nos vemos mañana", no supo si sentirse mal porque un hombre la había "abrazado", o porque ese joven tenía algo en su carácter que comenzaba a gustarle. Cualquier opción la ponía en problemas consigo misma.
Hola a todas y todos! :D aquí estoy nuevamente con ustedes, escribiendo algo que es totalmente nuevo para mí: un universo alternativo. Tenía ganas de hacerlo y espero que sea de su agrado ^^ por favor, cualquier crítica o sugerencia no duden en hacérmela llegar, sus reviews son muy importantes para mi
Sobre este fic, mi intención es que no sea el típico UA, aunque la universidad es el mejor escenario para mi idea… son jóvenes adultos, pero no taaan adultos xD sobre el carácter de los personajes, intentaré que Ranma y Akane conserven su "esencia" para que sigan siendo ellos, pero con algunas diferencias propias de la madurez.
Como dice Nadioshi, es cierto que Akane y Shampoo como amigas es muy raro xD pero quería hacer algo distinto, quería un buen contrapunto de Akane y además, su presencia será explicada más adelante... muajajá xD
Sé que aún debo el epílogo de "¿No lo ves?, vivo para ti" y lo publicaré en breve, estaba un poco trabada con eso pero me sirvió escribir esta nueva historia :D
Quiero agradecer como siempre a mis lectoras que me siguen en todo lo que hago xD Valen, Mille, Andrea, Evelyn, Mari y Cristal :D realmente espero que les guste este nuevo proyecto :D
Asimismo, espero que a quienes me siguieron en mis otras historias, y a quienes me lean por primera vez, les atraiga y les guste :D
Nos vemos en el próximo cap! ;)
