RU; rated T. Historia dividida en TRES partes.
BASADO EN: "Criminal" de Britney Spears.
PRIMERA PARTE
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"HE'S A LOSER, HE'S A BUM"
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La manera en que la sociedad la definía y se refería a ella, era como la líder de las mejores heroínas que ha podido conocer el país, y hasta el mundo.
Crecer siendo admirada por la sociedad, con mucha presión debido a que era juzgada por todo el mundo, solo terminó haciendo que Blossom Utonium, cayera en una fuerte rabieta, que la llevó a mezclarse con gente equivocada.
Les contaré por qué.
La historia comienza con Blossom, de dieciocho años, estudiante de Leyes en la Universidad de Townsville, teniendo de las mejores notas, pero eso era algo normal, siempre ha estado en el cuadro de honor, todos esperaban que también pudiese graduarse con honores de la universidad. Era una chica muy capaz, inteligente, pero según su familia, no siempre tomaba las mejores decisiones, y aunque se lo dijeran, era demasiado terca como para cambiar de opinión. No lo haría nunca, menos si era un tercero quien le decía que debía cambiar algo.
Hace diez años, más o menos, que la familia Utonium pudo encajarse en los estándares sociales y morales de lo que tener una familia significa: papá, mamá, hermanos y/o hermanos (como parte de un bonus). Si bien ella sabía que las familias jamás iban a poder ser definidas por un patrón determinado, ahora tenía a alguien a quien llamar mamá, y la verdad es que estaba agradecida de ello.
Sara Utonium llegó a casa de las chicas, y la relación madrastra-hijastras pasó a ser madre-hijas, inmediatamente. Sin incomodidades, sin regaños innecesarios… Simplemente, ellas dejaron que ella las educara con su toque femenino. El Profesor no hacía un mal trabajo como padre, sin embargo, a medida en que las chicas fueron creciendo y sus cuerpos cambiando, había cosas que él no podría decirles de forma tan certera como una mujer sí lo haría.
Al menos, eso sintieron ellas.
Una de esas cosas, fue el cambio físico que tuvieron; no hablo solo de los dedos y la fisonomía, sino también del desarrollo y surgimiento de ciertas partes del cuerpo, además del inicio del ciclo menstrual. La educación sexual jamás se les fue negada por parte de su madre, teniendo tiempo de sobra cuando se trataba de guiar a las tres súper-heroínas en un estilo de vida sano y sin riesgos.
Claro, nunca estuvo en planes del señor y la señora Utonium que Blossom fuese a estar enredada bajo los encantos de quien, en algún momento, fue enemigo jurado de las Powerpuff Girls, el líder de la banda de villanos, los Rowdyruff Boys: Brick.
Brick estaba, por lejos, de ser el prototipo de chico que le gustaba a Blossom, pero aun así, había sido el único capaz de romper las barreras internas de ella, además de hacerla comportarse como nunca pensó hacerlo. Quiero aclarar, que Blossom también fue capaz de adentrarse profundamente en los pensamientos de Brick, entendiendo sus aspiraciones –él entendía las de ella– y también, generando un cambio "positivo" en el chico.
–Me voy a clases.
Mientras decía eso, tomaba su chaqueta marrón, la colocaba sobre su cuerpo, luego su mochila. En su hogar, solo estaba su padre, ya que sus hermanas tenían clases a primera hora, y ella partía las clases, de los lunes, a la segunda hora, a las diez de la mañana.
–Yo también debo salir –dijo su padre, saliendo de la cocina y acercándose al perchero, donde colgaba su abrigo negro–. Pasaré a dejarte.
La chica asintió y salió de la casa, esperando a que su padre sacara el auto del garaje.
Se subió en el asiento del copiloto, ajustó su cinturón y esperó a que arrancara el motor. El silencio debido a la falta de conversación estaba siendo reemplazado por la transmisión radial que solía escuchar el Profesor, donde informaban del tráfico vehicular antes de pasar a la música, sus favoritos clásicos de los 80's.
–Dime, Blossom –dijo el Profesor–, ¿tienes algún examen hoy?
–No, ninguno –suspiró–. Afortunadamente, termino la semana sin exámenes ni ensayos.
–Qué alivio me da –rio un poco–. Significa que este viernes lo pasaremos en familia, tus hermanas tampoco tienen pendientes. Qué alegría…
–De hecho –interrumpió–, quería decirte, papá, que hoy llegaré a la hora de la cena, no antes.
Y la sonrisa en el rostro del Profesor, se borró. Quería mantenerse sereno, pero le era un tanto difícil, ya que conocía a la perfección la razón por la que su hija llegaría tarde.
–¿Te verás con él? –preguntó, con la mirada fija en el camino.
–Sí –respondió–, y me gustaría que lo llamaras por su nombre. Tiene uno, y es Brick, mi novio.
–Disculpa –apretó sus labios–, no quise ofenderte.
Blossom no respondió, sino que prefirió mantener la mirada fija en la ventana, admirando la urbanización. El Profesor estaba un poco incómodo y se sentía un poco culpable.
–¿Necesitas dinero?
–No, gracias –respondió, pero estaba calmada–. No es necesario.
–Blossom –volvió a decir–, no pretendí ofenderte, en serio… Solo me preocupo por tu seguridad.
–A Brick y a sus hermanos les pateamos el trasero muchas veces cuando éramos niñas, si ahora él quisiera atacarme, lo habría hecho, y te aseguro que me hubiese defendido.
–No lo dudo –sonrió.
–Entonces ¿por qué dudas ahora? Es mi novio, papá, debería alegrarte saber que tengo novio, que estoy siendo una chica común y corriente. ¿Por qué tienes que tener cierta desconfianza?
–Es preocupación…
–Si hubiera seguido saliendo con Dexter, estoy segura de que no estarías tan preocupado.
El tema de conversación murió en ese instante. Blossom solía ponerse muy densa cuando recordaba a su exnovio. Y ocurría porque, precisamente, gracias a que Dexter era un chico prodigio, con presencia en el cuadro de honor de la preparatoria a una edad muy corta, y ahora desarrollando y trabando en estudios para una prestigiosa universidad a nivel mundial; todos tenían cierta maldita tendencia a comparar a Brick con Dexter.
Siempre ocurría lo mismo, sin embargo, nadie se detenía a preguntarse por qué fue que ella y Dexter terminaron su relación de casi dos años.
No, nadie se hacía esa maldita pregunta. Sin embargo, siendo sinceros, si ella daba la respuesta, no le creerían.
Les parecería absurdo imaginar a Dexter como un chico abusivo. Sí, abusivo.
–Adiós, papá.
–Ten un buen día, hija.
Se bajó del auto, le sonrió a su padre y se adentró en la universidad.
Metió sus manos en los bolsillos de su abrigo y trató de apresurar el paso hasta la facultad y, con ello, su salón. El día ya no había empezado de muy buena manera.
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Los Rowdyruff Boys eran conocidos por ser unos pequeños vándalos, y con el pasar de los años, las que parecían ser travesuras de carácter grave –porque travesuras, en sí, no eran–, fueron cambiando de temática y hasta de ideología.
Blossom aguardaba, pacientemente, a escuchar el motor de una motocicleta, a las afueras de su universidad. Se dio cuenta de que su conjunto de ropa no parecía ser el más adecuado, considerando el lugar que visitaría, y también el transporte. Luego de un par de segundos, la preocupación se iba, en verdad no importaba.
Solo le importaba contar con la compañía de su novio.
Hasta que en la esquina fue posible divisarlo, vestido completamente de negro, como hacía siempre que iba a esos lados, ya que lo tenía prohibido. Rápidamente, Brick le extendió el casco a Blossom, quien se lo colocó, subió a la moto, abrazó el torso del pelirrojo –que dejaba ver un poco su cabellera, ya que el casco no iba a cubrirla toda– y este último emprendió marcha.
Blossom pasaba todo el viaje en motocicleta con la cabeza apoyada en la espalda de Brick, esperando hasta que él frenara y apagara el motor. No iba a admitirlo, pero le tenía cierto miedo a los viajes en ese tipo de transporte.
Hasta que llegaban al barrio por donde vivía el chico y sus hermanos. Brick se detenía en un edificio rojo de cuatro pisos, en ese momento, Blossom descendía de la motocicleta mientras que el chico iba a guardarla en el estacionamiento común del edificio. Ella no iba a decirlo, ya que no lo quería ofender, pero ese estacionamiento era como un ganado, estaban los pequeños autos de los residentes, la vieja moto de Brick, encerrados en una especie de jaula, solo asegurada por un candado.
–Sigo sin entender cuál es la seguridad para sus coches –dijo, quitándose el casco y arreglando su cabello.
Brick se había quitado el suyo y echaba su largo cabello rojizo hacia atrás. Caminaba hacia su novia, sonriendo y balanceando el casco con su mano.
–Si llegamos a escuchar alguna alarma, con mis hermanos salimos y pateamos el trasero del delincuente –respondió.
–Qué curioso que tú digas algo como eso.
Y Brick no pudo resistir más, se agachó, ya que le sacaba un poco de altura, y besó los labios de la chica, sintiendo y saboreando el bálsamo labial de cereza, el mismo que él le había regalado hace un par de semanas atrás. Blossom, como siempre, recibió y correspondió el beso del chico.
–Mejor entremos, mis hermanos no están, por lo que podremos hablar con mayor tranquilidad.
–Sí, Brick, hablar.
La miró, arqueando las cejas, estupefacto, mientras que la chica solo sonreía, haciéndole la inocente, y se le adelantaba, adentrándose al edificio. Vivían en el tercer piso, por lo que tuvieron que subir escaleras.
–Bloss, ¿quieres hacer eso? –preguntaba el chico, pero ella no respondía, solo reía–. Por favor, dime…
–Lo voy a pensar.
–Pero ¡lo sugeriste!
–Puedo cambiar de opinión.
Brick sonreía, apretando un poco sus labios, siguiéndole el paso a la chica que parecía dar brinquitos por cada peldaño que subía.
Hasta que estuvieron frente a esa puerta de madera con el número 3B en la puerta. Blossom se hizo a un lado y esperó a que Brick abriera la puerta. Entró primero, como siempre hacía, y observó que aquel humilde departamento estaba ordenado, algo increíble, pero bastante usual en esos tres chicos.
–¿Un té? Hace frío –ofreció Brick.
–Sí, por favor.
Blossom dejó el casco de la motocicleta en el espacio que había entre el sofá y la muralla del ventanal.
La vivienda no era muy grande, pero era lo bastante para ellos, pues al menos contaban con tres habitaciones, un baño y cocina. El living-comedor era del tamaño necesario para ellos: una mesa con cuatro sillas, un sofá y un puf. ¿Para qué necesitan más? Blossom era la única visita que ellos recibían.
Y créanme, adoraban tenerla en casa, sobre todo Brick.
–Brick –llamó ella, apoyando su cabeza en el respaldo del sofá.
–Dime –respondió desde la cocina.
–¿Por qué no nos besamos hasta que hierva el agua?
Sonrió al escuchar los pasos del chico, y más cuando lo tuvo frente a ella, para después tenerlo, sobre ella.
Okay, gente, sé que pueden tener muchas dudas, pero como lo dije en el último fanfic que escribí de los azules, el primer capítulo es introductorio, todo se desarrollará en las otras dos partes.
Espero les haya gustado o interesado.
Muchas gracias por leer.
¿Review?
Hasta la próxima, xx.-
