Aquí un nuevo ff solo para uds. no podría decir en que me inspire o si es una maravillosa nueva historia, pero supongo que es medianamente decente y que me encantó escribirla, así que espero la disfruten.
Ni los personajes ni la musica es mía, pertencen a Murphy y Norah Jones (pongan play si quieren)
Saludos y disfruten!
SCARS AND SOUVENIRS
Rachel miraba ansiosa intentando distinguir en ese mar de gente la rubia cabellera de su amiga, no resultaba fácil tomando en cuenta la cantidad de "rubias" que parecían concentrarse en esa estación del metro. A lo lejos vio como la persona que buscaba parecía flotar con una lentitud poética entre toda esa bruma acelerada que eran los neoyorkinos.
Quinn, pensó. Había sido extraño recibir su llamada unos meses después de haberse despedido en Lima, su voz calmada, intentando saber si podrían verse, si podría recibirla en su pequeño departamento. Intento no pensar en las cosquillas que sintió cuando escucho su voz a través del aparato, o de cómo cerró los ojos para visualizar una imagen perfecta de ella, toda luz y perfección, sonriente. Una imagen que no coincidía nada con la Quinn que veía caminar hacia ella en ese momento, la Quinn de ahora mantenía la misma perfección de antes, pero algo en ella parecía apagado, muerto.
Las chicas se encontraron de frente y mientras Rachel no supo que decir, la rubia soltó su bolso y rodeo con sus frágiles y delgados brazos a la pequeña morena, suspiro bajito mientras apoyaba su cabeza en el hueco de su cuello
-te he echado de menos Rachel… dios! Ha pasado demasiado tiempo.
La morena reaccionó apretándola contra si, apegando cada parte de su pequeño cuerpo al de su amiga, su aroma inundando todos sus sentidos, acaricio un momento su rubio cabello dejándose llevar por las sensaciones de placer que ese acto le otorgaba.
-También te he extrañado Quinn… nunca vuelvas a abandonarme de ese modo
La rubia levanto la mirada sorprendida, sus ojos se abrieron y brillaron haciéndola lucir mucho más joven de lo que ya parecía
-lo juro Rach, no volverá a pasar tanto tiempo.
Rachel sonrió con ternura y se acerco al rostro de Quinn hasta besar su mejilla, un beso lento y delicado en el que la morena pudo notar a través de los labios la tersura de la piel de Quinn, volvió a levantar la cabeza para encontrarse con la mirada de la otra, cuando alguien le golpeo el hombro al pasar junto a ella y le recordó que se encontraban en medio de la estación del metro más próxima a su casa, sin alcanzar a ver el rostro de Quinn, unió su mano a la de ella y se volvió hacia la salida.
-Vamos a casa Quinn… voy a mostrarte Nueva York y vas a amar esta ciudad, tanto, que desearas no irte nunca de aquí.
La respuesta de Quinn solo fue una presión apenas perceptible sobre los dedos de Rachel
El departamento de Quinn se encontraba a pocas cuadras del Central Park, una ubicación privilegiada según Rachel ya que podía hacer ejercicio todas las mañanas en el parque y al regreso pasar al Starbucks que se encontraba justo frente a su edificio. Quinn miró a Rachel parlotear nerviosa por su departamento, no era un loft en medio de la gran ciudad, pero tenía las medidas correctas y estaba adornado de forma muy femenina. Habría pensado que el departamento de Rachel sería todo Broadway, luces y arte dramático, pero se sorprendió al notar que a las blancas paredes las adornaba una sola pintura muy al estilo O'Keeffe.
-Es una linda pintura, va con el departamento… todo el lugar Rachel, es hermoso.
-gracias… mis padres querían que tuviese algo solo para mi, ya sabes, luego de lo de Finn
La rubia fijó su mirada sobre ella y luego la desvió hacia el mar de personas que se veían través de la ventana
-¿cómo estás sobre eso?
Rachel soltó un suspiro y se dejo caer en el sofá, hundió los hombros en un ademán extraño, demasiado rápido, demasiado violento al parecer de la rubia.
-yo… ¿puedo ser honesta contigo Quinn?
La chica volteo y la miro con tranquilidad
-por supuesto que puedes Rach, somos amigas, ¿no?
La morena asintió ausente con la cabeza gacha
-el asunto es… que no siento nada
Quinn se sentó junto a ella, la miró sorprendida y con un brillo extraño asomándose en sus ojos
-¿nada?
-¿alivio?... demonios Quinn, la decisión de Finn me dejo destruida por al menos 5 horas, en cuanto llegué a Nueva York lo único que desee estaba aquí, la música, las luces, el éxito.
La mirada de la rubia se volvió a apagar
-¿No necesitas nada más para ser feliz?
-Necesito el amor, pero no sé si la clase de amor que Finn podía darme… iba a casarme con él! ¿Qué dice eso de mí?
-Que no estabas segura
-soy una persona horrible!-Rachel se levantó del sofá y le dio la espalda a Quinn
La rubia fue tras ella y la tomó del brazo hasta dejarla frente a sí
-Eres una persona con aspiraciones! No dejes que algunos pensamientos negativos te confundan, simplemente Finn no era el indicado
-¿cómo saber cuando alguien en realidad lo es?
-simplemente lo sabes, lo sientes en los huesos-alzó la mano y le acarició la mejilla- estar así de cerca de una persona… los músculos se tensan y las palabras… no hay palabras para describirlo
Rachel se encontró con la mirada de su ex compañera, su respiración demasiado cerca, su aroma inundando todos sus sentidos
-¿tú... ya encontraste a la persona indicada?
Quinn la miró a los ojos fijamente, podía sentir la respiración de Rachel junto a su boca, sus grandes ojos llenos de preguntas, desvió la mirada y quitó sus manos del rostro de la morena
-si- apenas un susurro
Rachel no supo que impulso la llevo a dar un paso hacia la rubia y tomar su brazo hasta dejarla frente a ella, tampoco supo como su voz se volvió baja y ronca
-estas con alguien?... porque no me has dicho nada?- rogó porque su voz en realidad no hubiese sonado con ese tono de reproche.
La chica levantó la cabeza hasta encontrar nuevamente su mirada con la de Rachel
-no Rachel, no estoy con alguien… y no te lo he dicho antes porque no serías capaz de entenderlo
-somos amigas Quinn
-por supuesto que lo somos Rachel… pero eso no significa que debas saber todo de mi
La morena pudo ver una profunda tristeza oculta en los ojos de su amiga, apoyo las manos sobre sus hombros y bajo lentamente por sus brazos hasta entrelazar los fríos dedos de Quinn con sus pequeños dedos.
-que es lo que te ha pasado Quinn? … que es lo que ha pasado todo este tiempo que has estado alejada de mi?
-nada
Rachel pudo estudiar las tensas facciones de su amiga
-que ha pasado en Yale?
Quinn soltó sus manos de la presión de Rachel y su expresión se volvió distante, sonrió de forma vacía
-¿Yale? ...Vamos Rach, estoy en Nueva York, contigo, olvida Yale- Quinn miró a su alrededor mientras tomaba su bolso-Ahora, dime donde voy a instalarme y luego vamos a conquistar esta ciudad.
Rachel notó como Quinn levantaba una barrera entre ellas y sintió un pequeño dolor en el centro del estomago, aún así decidió que lo dejaría pasar por mientras y luego, después de comer algo y quizás un poco de vino, lograría saber lo que estaba sucediendo.
-sobre eso…mmm… bien, tengo una sola habitación y… tú dormirás ahí y yo en el sofá
-no puedo hacerlo
-qué?
-permitir que duermas en el sofá, aún estas con clases y es tu casa, no puedo simplemente sacarte de tu habitación, yo dormiré en el sofá
-eres mi invitada Quinn, no seas boba, estaré bien- Rachel estiro su mano para quitarle el bolso
Quinn negó mientras alejaba su bolso de Rachel
-hablo en serio Rachel, si insistes en esto voy a volver a Lima con Judy
Rachel vio la determinación en los ojos de la rubia, suspiro bajito y negó un poco cansada por todas las emociones que despertó en ella la pequeña amenaza de la rubia
-está bien, bien, dormirás en el sofá y yo disfrutaré de mi cama extra grande, cómoda y blanda mientras tus huesos sufren en ese viejo sofá- le sonrió mientras se acercaba a ella, cuando estuvo a su lado tomo su pelo y envolvió su dedo con un mechón- ha crecido
Sus miradas se volvieron a encontrar, pudo sentir como la respiración de Rachel se volvía pesada
-sí… el tuyo sigue igual de largo
Rachel se acercó un poco más a Quinn, casi podía sentir como sus pechos se tocaban, le dio un leve tirón al mechón que tenía entre sus dedos
-no vuelvas a amenazarme Fabray- sonrió juguetona, soltó el cabello de la rubia y se alejó en dirección a la puerta- Vamos, tengo hambre y me niego a preparar algo de comer y matarte el primer día que pasas conmigo en la gran ciudad.
-en realidad… estoy un poco cansada del viaje
-Quinn! Tenía planeado una cena en Soho y… no sé algo genial para nosotras
-cariño… me quedare varios días, podríamos tan solo cenar algo acá? tendría la oportunidad de mostrarte todos los trucos que he aprendido viviendo sola
-Oh por dios, unos meses comiendo macarrones con queso y te crees una chef estrella!
-No te burles de mis habilidades culinarias- hizo un puchero
Rachel la miró sonriendo
-ok, señorita Fabray, voy a traer algo para que me deslumbres con tus habilidades culinarias, tu por mientras dúchate y ponte cómoda, tendremos una fiesta solo para dos!
Rachel golpeo la puerta con la cadera mientras entraba
-que es eso?
Quinn sentada sobre la alfombra en medio de su sala, indicó las bolsas de papel con las que entró Rachel, la morena sonrió mientras sacaba el contenido
-queso y vino… que es ese desastre?
Quinn estaba con el pelo suelto, una camiseta blanca, jeans, descalza y rodeada de viejos vinilos
-vaya, cuanta sofisticación… este desastre son tus viejos vinilos, buscaba algo para nosotras.
El nosotras había salido de forma natural de sus labios, Quinn se reprochó ser tan descuidada, bajó lentamente el vinilo de Ella Fitzgerald y dirigió una leve mirada hacia la morena mientras se mordía el labio con nerviosismo, Rachel parecía no haber notado algo, su sonrisa estaba igual de grandiosa que siempre.
-nos merecemos lo mejor Quinn, quizás no podamos ir al Soho, pero eso no impedirá que tengamos nuestro propia fiesta privada- le sonrió de forma pícara mientras aclaraba- compre mas vino que quesos
Quinn echó su cabeza hacia atrás y comenzó a reírse a carcajadas, Rachel noto como un rayo de sol se escapaba y llegaba hasta ella iluminando su dorada cabellera, justo ahora deseo tener su cámara y poder fotografiarla para guardar ese momento por siempre, ella parecía tan luminosa, feliz… etérea. La observo fijamente, sus ojos, sus labios, la posición de sus manos, el brillo de su piel, la miró y se impregnó por completo de ella, intentado grabar para siempre esa imagen tan perfecta de la chica en su memoria.
Quinn había dejado de reír y la miraba fijamente desde el suelo, su rostro ahora serio, sus miradas se encontraron
-Que sucede Rachel?
La morena negó lentamente mientras volvía a sonreírle a su amiga
-Si vas a poner algo para nosotras, pon a Sinatra, no nos meremos otra cosa esta noche, tú, yo, el vino y Sinatra, será perfecto
Quinn estaba sentada sobre la alfombra apoyando su espalda contra el sofá y jugando pensativa con su copa de vino, la velada había sido encantadora, Rachel se encargó de preparar lo mejor para ambas, se habían puesto al día con algunos cotilleos del instituto y su amiga le había contado cómo eran las clases en NYADA, sus compañeros y lo mucho que había aprendido estos pocos meses en la ciudad. Todo parecía maravilloso en la vida de Rachel y se preguntaba si no sería demasiado egoísta de su parte haber ido ahí con la intención de tambalear por completo la percepción que tenía ella acerca de todo; desearía tener un indicio que le diera la confianza suficiente para acabar con todo esos torbellinos emocionales que estaba sintiendo. Aunque a pesar de todo, estaba feliz de estar ahí, de compartir esos momentos con Rachel, de poder construir muchos recuerdos más de este viaje a Nueva York.
Rachel con su copa de vino y una sonrisa vaporosa se dejo caer a su lado, dejo la copa sobre la mesa y apoyo su cabeza sobre su brazo, mirándola con calma
-¿qué?- pregunto Quinn con una sonrisa
-eso quería preguntar yo- dijo Rachel, mientras alargaba su mano para dejar un mechón del cabello de Quinn tras su oreja- ¿qué es lo que estas pensando?- y al retirar su mano de detuvo a acariciar levemente la mejilla de su amiga- Desearía saber qué es lo que te tiene tan alejada de esto
Quinn apoyo su rostro en esa caricia con los ojos cerrados, suspiro bajito y aparto la copa de su mano, se acostó en el suelo dejando caer su cabeza sobre las piernas de Rachel
-canta- pidió con la voz oscurecida por un sentimiento que la morena no logró reconocer
-¿qué?- pregunto Rachel con una sonrisa
-canta para mi… quiero oírte cantar para mí.
-bueno, ¿lo mejor de mi repertorio? ¿Barbra?- pregunto con sorna
-no, algo que inspire…
-es en serio?
-si… la noche ha sido perfecta, quiero oírte cantar.
Rachel la miró fijamente y mientras tarareaba la melodía comenzó a acariciar de forma distraída el cabello de Quinn
What am I to you (Que soy yo para ti)
Tell me darling true (Dime cariño la verdad)
To me you are the sea (Para mi tu eres el mar)
Vast as you can be (Tan extenso como pueda ser)
And deep the shade of blue (Y tan profundamente azul)
When you're feeling low (Cuando te sientes triste)
To whom else do you go (A quien más acudes)
See I cry if you hurt (Mira, lloro si estas herido)
I'd give you my last shirt (Te di mi última camisa)
Because I love you so (Porque te amo demasiado)
If my sky should fall (Si mi cielo cayera)
Would you even call (Te preocuparías de llamar)
Opened up my heart (Abrí mi corazón)
I never want to part (No quiero separarme)
I'm giving you the ball (Te dejo la opción)
When I look in your eyes (Cuando miro en tus ojos)
I can feel the butterflies (Puedo sentir las mariposas)
I love you when you're blue (Te amaré cuando estés triste)
Tell me darling true (Dime la verdad)
What am I to you (Que soy yo para ti)
Cuando Rachel dejó de cantar miró a su amiga que aún se encontraba sobre sus piernas con la mirada perdida.
-¿por qué no dices nada?
-esa canción…
-ha sido horrible?
-no- Quinn le levantó y tomo el rostro de Rachel entre sus manos incitándola a mirarla- Has cambiado
-cambiar?- se hundió de hombros- no sé, quizás he crecido un poco y…
-no, no, es más que eso, no es madurar, es… tú realmente te has vuelto algo demasiado bueno para ser verdad
Los ojos de Rachel brillaron
-sigo siendo yo
-no, ya no lo eres- se alejó de Rachel, dirigió su mirada hacia su reflejo en la ventana- en esencia sigues siendo la misma cosa grandiosa y llena de talento- volvió a conectar su mirada con la de Rachel- pero ahora eres realmente una estrella Rachel, ahora te has vuelto realmente inalcanzable.
Rachel intentó descifrar el significado detrás de todas las palabras de Quinn, podía sentirlo, podía percibir que algo había, se negaba a concebir la posibilidad de que todo fuese una trampa de su imaginación, esa opresión en el corazón no podía ser sólo se ella, no podía no significar nada para Quinn, pero volvió a poner atención a los ojos de su amiga y solo vio una tristeza permanente y una barrera entre ellas, una barrera nueva diferente que hacía tanto daño como el antiguo desprecio que la rubia solía sentir por ella en sus años de instituto. Respiro profundo y desechó los pensamientos de relacionados con sentimientos incomprendidos, no podía lidiar con eso ahora, no cuando ella estaba ahí esperando reencontrarse con su antigua compañera, su "vieja" amiga de New Directions. Exhaló con fuerza. No podía soportarlo
-yo… mañana tengo que estar temprano en un teatro cerca de tribeca, tengo una audición para una obra musical de NYADA sería mejor si…
-claro- la interrumpió su amiga-tienes que dormir, lo entiendo
Rachel pudo notar que pestañeaba demasiado rápidamente. ¿y si…?, desechó nuevamente la idea
-ya… bueno, yo… mañana luego de mi audición tendremos todo el día para nosotras- le dio un suave y prolongado beso en la mejilla- Descansa
Quinn pudo sentir como se ralentizaba el tiempo cuando la boca de Rachel rozó su mejilla, pudo sentir la suavidad de sus labios sobre su piel, su aroma inundando sus fosas nasales, su garganta cerrándose de la excitación contenida, su mano por voluntad propia se poso en el cuello de su amiga y la acerco más hacía si, su voz salió ronca y baja arañando sus cuerdas vocales, un susurro en el oído de su amiga, un roce de su labio en su lóbulo
-también tu cariño.
Ni Rachel ni Quinn sabrían decir si ese momento duró mucho o demasiado poco, pero las sensaciones que habían provocado en ambas había superado cualquier golpe adrenalínico. Luego de esa despedida todo fue un borrón, acciones sin importancias que las llevaban a revivir una y otra vez el momento pasado, a buscar respuestas que no podían hallar si no era en el cuerpo de la otra. Ninguna estaba preparada para dar ese paso aún.
Quinn se levantó del sofá y se acerco a la ventana para abrirla un poco, se volvió a su cartera y sacó de ella un cigarrillo, no podía dormir, estar ahí estaba acabando con sus nervios, sentir a Rachel tan cerca, saber que estaba ahí sobre una cama de inmaculada blancura tan cerca de ella y tan lejos al mismo tiempo ¿Por qué era que había decidido que ir a visitarla podía ser una buena idea? La respuesta llegó de inmediato, porque la extrañaba demasiado, porque no podía seguir con esa incertidumbre, con esa sensación de que realmente había algo grande y ambiguo penando entre ellas, dio una calada a su cigarro, exhaló lentamente, algo grande y ambiguo que esperaba no encontrar, pero que solo se había vuelto más grande y menos soportable. En Yale las cosas se habían vuelto demasiado claras y simples, en Nueva York todo tomaba un cariz distinto, una especie de tensión sexual añadida al reciente exacerbado cariño que había descubierto por la morena. Se volvió a preguntar ¿Qué diablos haces aquí, Quinn? Demonios! Ni siquiera ella lo sabía, esperaba… esperaba cualquier cosa, lo que sea que Rachel le quisiese dar.
Sintió unos pasos tras ella, vio su reflejo en la ventana, solo tenía puestas las bragas y su camiseta, Rachel torció sus dedos nerviosa evitando mirar la semidesnudez en la que se encontraba la rubia, la diosa interna de Quinn sonrió satisfecha, "eso era una reacción inesperada". Rachel en cambio dormía con una pequeña camisola de un género satinado, rojo, levanto una ceja mientras volvía a calar lo poco que le quedaba del cigarrillo, eso era insospechado y difícil de quitar de la mente, Rachel Berry en ropa intima roja… sin palabras.
-estas fumando?
Quinn apagó lentamente el cigarrillo
-Busca un estudiante de leyes en Yale que no fume o beba café negro por las mañanas- se encogió de hombros- He adquirido algunas malas costumbres
Dejó de buscar la mirada de Rachel a través del vidrio, se giró hacia ella e intento conectar con ella directamente.
-Lo siento si te desperté
-no puedo dormir-Rachel se mordió el labio inferior con nerviosismo, Quinn encontró ese gesto demasiado tentador, evito mirarla y centro su atención en un punto detrás de ella
-Sucede algo?
-no puedo dormir sabiendo que estas ahí sobre ese incomodo sofá
Quinn volvió a conectar con la morena
-Ya hablamos sobre eso, yo no…
-Tengo una nueva propuesta- L a interrumpió Rachel, comenzó a mover aún más nerviosa los dedos de ambas manos
La rubia levantó una ceja, curiosa
-si?
-duerme conmigo
La rubia sabía que dormir con ella era una mala idea, apoyo su frente en el cristal, mientras esperaba que Rachel saliera del baño ¿Cómo se supone que pasaría las noches junto a ella? ¿Cómo podría soportarlo?
Rachel salió del baño y la miró sorprendida
-pensé que ya te habrías acostado
-no sé de qué lado duermes- Quinn podría jurar que su voz nunca había sonado tan grave
-cualquiera, por lo general soy un poco desordenada para dormir, te lo advierto
Quinn sonrió
-Rachel Berry desordenada, me gustaría ver eso
-Por supuesto que no dirás lo mismo por las mañanas- de pronto Rachel se puso sería, apretó con fuerza las sabanas y miró a Quinn- tengo algo que decirte
Quinn tragó saliva con dificultad
-que- La voz apenas le salía
-ronco…- La cara de espanto de Rachel era un poema
Quinn sintió como sus músculos se relajaban
-Roncas?
-si, soy como una pequeña locomotora- soltó la sabana lentamente- Quizás después de todo sería mejor que me fuera al sofá y…
Quinn negó con la cabeza y se metió a la cama
-Basta de tonterías Rachel, no creo que dormir en ese maldito sofá sea mejor que escucharte roncar… de hecho creo que es un poco adorable, ven a la cama e intentemos dormir, ok?
Rachel asintió en silencio y se metió a la cama.
Quinn no podía dormir, abrazo la almohada y movió sus pies un poco hacia Rachel, sentía los ruidos de la ciudad y veía como las luces se colaban por la ventana, pero más que nada todos sus sentidos estaban puestos en Rachel, la morena tenía la piel más suave que jamás había imaginado y ese aroma… No podía dormir y se sentía tan tremendamente estúpida por haber pensado que estando ahí, en Nueva York, las cosas mejorarían… Una oleada de tristeza la inundó y no pudo reprimir un hondo suspiro, deseaba que las cosas hubiesen sido distintas para ella ¿Por qué siempre le tocaba lo difícil? Primero fue el engaño, Beth, la adopción, la madre de Rachel, nuevamente Beth… y ahora estos sentimientos que la atormentaban día y noche. Sentía tanta impotencia, dolor y alegría, porque sabía que esta vez había elegido a la persona indicada, no era un idiota como Puck o un bobo con complejos como Finn, era ella, Rachel Berry, la estrella, la talentosa y futura chica de oro de Broadway … y nada más alejado de su alcance.
-no puedes dormir?
La voz de Rachel le llego suave como una caricia de media noche, la pillo tan sorpresivamente que ni siquiera fue capaz de decir que no sin que le salieran las lagrimas. Negó con la cabeza aún dándole la espalda a la morena
Sintió de pronto un brazo envolviendo su cintura, sus piernas enredándose con otras igualmente suaves, sobre su espalda la presión de su pecho y el breve calorcito de la respiración de Rachel sobre su nuca
-sea lo que sea que te tiene así… ya pasó Quinn, estás conmigo ahora y nada podrá hacerte daño… por favor- y esta vez la voz de Rachel sonó un poco quebrada por la angustia- Por favor Quinn, no estés triste.
Las sensaciones de Quinn se arremolinaron en su pecho, sentir la angustia en la voz de Rachel, angustia por ella, por su tristeza, por su confusión… Dio media vuelta hasta quedar frente a la morena, bajo un poco y se envolvió en sus brazos, respiro su aroma, apoya su cabeza en ese espacio bajo su cuello, en su clavícula, respirando su aroma, olfateando, haciéndolo suyo, absorbiéndolo para no besarla, ahí, en ese espacio donde palpita su torrente sanguíneo, en ese punto caliente de su cuello, Rachel estrechó su cabeza, la tomó con ambas manos y le permitió quedarse ahí, legitimando su postura.
-Vamos cariño, todo estará bien
La voz de Rachel emerge profunda y ella que está apoyada sobre su garganta siente todas y cada una de las vibraciones, con sus labios apoyados ahí como si no tuviese otro lugar, como si no quisiera fantasear con un beso que nunca será, siente como si sus palabras le dijeran más de lo que en realidad es, cada vibración de su garganta llega a sus labios y esa sensación de absorber todo de ella, la consume, la anula, sus oídos solo escuchan sus voz, sus manos solo pueden sentirla, su aroma lo envuelve todo, la sujeta más cerca de si, inhala profundo
-Hueles a flores silvestres… dentro de muchos años, siempre recordare que esta noche olías a flores silvestres.
Rachel agachó la cabeza, sus miradas se encontraron, sus respiraciones se volvieron pesadas, profundas, el sonido de una bocina fuera, unos gritos y los ladridos del perro de su vecina arruinan el momento. Quinn desvía su mirada, se acurruca en el calor del cuerpo de Rachel y se pregunta si realmente hubo un momento o solo la simplicidad e intensidad de su deseo hablando por ella.
...
