Buongiorno~

El otro día escuchaba la canción The Sleepsong de Secret Garden, cuando la inspiración abrió mi mente y me dieron ganas de dedicar pequeñas viñetas a las relaciones de hermanos de Hetalia. Recalco, de hermanos. Si queréis leer un incesto explícito, esta no es vuestra historia :D (la imaginación es libre, eso sí).

En un principio, las historietas serán dedicadas a hermanos de, digamos, "sangre"; ambos Italias, Noruega e Islandia, EEUU y Canadá, España y Portugal, etc. Pero si queréis una historia de amistad o cosas así, me lo decís ^.^

Disclaimer: Hetalia y sus personajes son propiedad de sus respectivos autores (Hidekaz Himaruya), yo solo me entretengo creando historias sin ánimo de lucro.

A Romano le gustaba dormir con su hermano.

En la brumosa realidad del sueño todo era bonito e ideal. Él y Veneciano estaban juntos sin el dichoso sentimiento de inferioridad que le invadía cada vez que les comparaban.

Le gustaba dormir con él y, aunque lo negase fingiendo que no le importaba, adoraba los momentos antes de que Morfeo hiciese su magia. Compartían confidencias medio dormidos a la luz de la lámpara de la mesilla de noche.

Romano casi nunca era amable con Veneciano (con nadie en realidad), pero su gemelo siempre acababa volviendo a su lado llorando o gritando con su aniñada voz: "Fratello, Fratello". Jamás le había negado un abrazo o una sonrisa, y claramente no escatimaba en cariñosas demostraciones fraternales. La vergüenza le hacía empujar a su gemelo bruscamente y protagonizar una de esas reacciones tan tsunderes, una de sus señas de identidad.

Sabía que Veneciano no le guardaba ningún rencor por todos sus comentarios hirientes o por sus actitudes que dejaban mucho de desear. Ni siquiera le reprochó nada cuando molestaba continuamente a Alemania, aun conociendo los sentimientos de ambos. Y eso molestaba a Romano mucho más de lo que la imaginación pudiese abarcar.

Si Veneciano le odiase, él podría justificar de alguna forma su fingida animadversión. Cazzo, ¡si se comportaba así de bien con él no podía odiarlo! Y mira que lo había intentado; años ignorándolo y molestándole, apartándole lo más que podía mientras detestaba todos esos comentarios comparativos que parecían destinados a destruir su mínima autoestima. Pero al fin y al cabo, sus esfuerzos habían resultado inútiles.

Romano no podía odiar a Venciano. Punto.

Ambos tenían un lazo profundo e íntimo, que solo los hermanos podían llegar a entender. Todo se veía acentuado por el hecho de ser gemelos y, además, partes de una misma nación.

Por eso le gustaba dormir con Veneciano. En los sueños podía ser honesto, protegido por esa sensación irreal. En los sueños, el amor por su hermano era un secreto a voces y gozaban de una relación fraternal como cualquier otra.

Pero al final, se acabaría despertando y tendría que ponerse su máscara de irritación. Y aun así, Romano albergaba la minúscula esperanza de que Veneciano le ayudase a dejar atrás ese complejo de inferioridad y ser más honesto consigo mismo.

"Más le vale a ese bastardo quedarse conmigo, cazzo."

Se aceptan críticas constructivas XD No se cuando actualizaré, todo depende de la escurridiza inspiración. Muchas gracias a tod s los que hayan leído hasta aquí.

Besos~