Disclaimer: Todos los personajes que aparecen en esta historia son propiedad de J. K. Rowling.
El Heredero de Gryffindor
Capítulo 1 – Regalos Muy Especiales
Harry estaba sentado en la cama del cuarto más pequeño de los Dursley, el suyo, observando como la silueta de un pájaro surcaba el oscuro cielo plagado de estrellas. Era su decimosexto cumpleaños y pensó que si había cumplido ya los dieciséis era porque tenía mucha suerte. Hacía unas pocas semanas, Dumbledore le había revelado su destino. Según una profecía hecha antes de su nacimiento, él sería el único que podrá vencer a Voldemort, y tendría que ser víctima o asesino. Todo esto le fue descubierto poco después de ver morir a Sirius, su padrino, de manos de Bellatrix Lestrange, una mortífaga al servicio de Voldemort. Con la aparición de Voldemort en el ministerio, la comunidad mágica descubrió lo que hace unos meses Dumbledore y Harry contaban pero nadie les creía: que Voldemort había retornado dispuesto a sembrar el terror como lo había hecho hace varios años.Pero eso ya había pasado y Harry todavía estaba dolido por la pérdida de su padrino y confundido al conocer su destino.
Suspiró y miró por la ventana. La figura alada que antes había observado se acercaba hacia él. Era Hedwig, su lechuza blanca. Hedwig se paró delante de él y le ofreció la carta y el paquete que llevaba. Harry abrió la carta. Era de Hermione.
¡Felicidades Harry!
¿Qué tal con los Dursley? Espero que bien. Estoy en la casa de mis padres. Espero que te guste mi regalo. Es un regalo algo especial, y me ha costado mucho conseguirlo. ¿Qué tal los resultados de los TIMOS? Yo no me lo puede creer y por poco me desmayo cuando llegaron las notas. ¡Extraordinario en todas las asignaturas! ¡Podré dedicarme a lo que quiera! La lechuza me llegó cuando te estaba escribiendo esta carta, acompañada por Hedwig que quería asegurarse que recibías un regalo por tu cumpleaños. Creo que nos veremos pronto.
Un beso,
Hermione
Harry abrió el paquete. Dentro había una nota. Era una aparatito con forma de reloj de arena y una cadenita, un giratiempo.
Harry, esto es un giratiempo (te sonará algo, ¿no?). Como sabes como se usa no te lo explicaré. Te preguntarás: "¿Cómo lo habrá conseguido Hermione?" Tuve que mandar una carta al profesor Dumbledore y el mover hilos para que pudieras tener uno. No sé por qué me pareció que podrías necesitarlo. Te aviso que además de poder retroceder horas puedes retroceder años, pero recuerda, ¡nadie te debe ver! Úsalo bien.
Hermione
Harry no sabía qué significaría eso de "podrías necesitarlo" pero de todos modos agradeció el regalo. Sabía que era difícil conseguir uno y que a Hermione le había costado mucho podérselo regalar. Se giró y vio que le esperaban un par de lechuzas más. Una de ellas llevaba un sobre con el emblema de Hogwarts. Lo cogió y la lechuza salió volando por la ventana. Abrió el sobre, un poco más pesado de lo habitual, y empezó a leer la carta. Eran los resultados de sus TIMOS.
Estimado Señor Potter:
Nos complace comunicarle los resultados de sus TIMOS.
E - extraordinario
S - supera las expectativas
A - aceptable
I - insatisfactorio
D - desastroso
T - terrible
Herbología S (supera las expectativas)
Pociones S (supera las expectativas)
Historia de la Magia A (aceptable)
Defensa Contra las Artes Oscuras E (extraordinario)
Transformaciones S (supera las expectativas
Encantamientos E (extraordinario)
Cuidado de Criaturas Mágicas A (aceptable)
Adivinación I (insatisfactorio)
Minerva McGonagall
Subdirectora del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería
Harry no cabía en sí de júbilo: ¡podría ser auror! Harry bajó de las nubes a las que ya se había alzado y cogió la lechuza de Ron, Pig, que estaba loca de alegría por haber entregado la carta a su justo dueño. Abrió primero la carta.
¡Feliz cumpleaños, Harry!
¿Qué tal con los muggles? Espero que bien, por su propio bien. Yo estoy bastante bien, estando como estamos en medio de una guerra. Mi padre tiene mucho trabajo y vuelve muy tarde a casa. Me parece que el ministerio es una casa de locos. No hay nada nuevo que pueda contarte y que ya no sepas. De todos modos, es peligroso poner información importante en una carta, por si acaso esos acechantes ladrones de cartas logran una buena información. Te he enviado un regalo muy especial, y que servirá para que tú y yo estemos en contacto. Nos veremos pronto.
Ron
P.D.: Hemos hecho las paces con Percy, pero Fred, George y yo todavía le guardamos rencor por lo que hizo el año pasado contigo y con nosotros.
P.P.D: He aprobado todos mis TIMOS (excepto Adivinación). Podré ser auror, ¿y tú?
Harry abrió el paquete que Pig había transportado. No era muy voluminoso, pero pesaba un poco. Pig debía haberlo transportado con mucho esfuerzo. Desató el cordel que lo envolvía y observó el contenido. Dentro había una nota junto con un espejo. Ese espejo le sonaba de algo. Era igual al que tenía antes, regalo de Sirius, del que únicamente conservaba los fragmentos. No sabía por qué pero no podía tirarlos. Pensaba que si hubiese llamado a Sirius a través del espejo le hubiese salvado la vida. Pero no fue así. Sirius murió y de nada servía echarse las culpas. Él no lo hubiese querido. Miró la nota, escrita rápidamente con la caligrafía de Ron.
¡Hola Harry!
Esto es un espejo de doble sentido y yo tengo la otra mitad. Sirve para hablar a larga distancia sin interferencias con el propietario del espejo gemelo. Tienes que pronunciar mi nombre y podremos hablar de lo que queramos. Me parece que es un regalo muy útil.
Ron
Mientras leía las cartas anteriores llegó otra lechuza, algo vieja, que Harry reconoció como Errol. Portaba un enorme paquete que contenía un surtido exuberante de dulces de parte de los Weasley, que Harry agradeció. Los Dursley se portaban mejor que el año pasado, mas los complementos vitamínicos que últimamente tomaba su primo Dudley para fortalecerse, no eran un manjar apetecible en demasía. Llegó también una lechuza con el regalo de Hagrid (otros dulces caseros que Harry no quiso tocar) pero el regalo de Sirius no llegó. A Harry le entristeció este pensamiento y decidió acostarse, pero antes practicó Oclumencia, para evitar ataques a su mente mientras dormía.
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Harry no se despertó a la mañana siguiente de muy buen humor, debido sin duda alguna a la pesadilla de la noche anterior. Miró el reloj y se dio cuenta que eran las cuatro de la mañana. Le había despertado un fuerte dolor de cicatriz, que le había arrancado de un sueño donde aparecía Voldemort matándole. Deseó que no fuera ningún sueño premonitorio, únicamente una simple pesadilla. Sin embargo, al recordar la profecía hecha hace unos dieciséis años temió que algún día esa pesadilla pudiera ser real. Pero a medida que se fue despejando su mente, él iba apartando los funestos pensamientos de su mente.
Se vistió y miró los regalos del día anterior ensimismado, pensando. ¿Y si Voldemort le mataba? ¿Sería capaz algún día de confesarle su amor a Hermione? Hacía sólo un mes que se había dado cuenta que entre ella y él había algo más que amistad. Se enteró de ello al creer perderla, en el departamento de misterios, en la encerrona que les tendieron los mortífagos.Pero un estruendoso ronquido de Dudley le hizo volver al presente.
Miró de nuevo el reloj, eran las cinco ya. Cogió un libro de la estantería y empezó a leer. Estaba cubierto de polvo al no haber sido usado durante años. Hay que tener en cuenta que Dudley no había tocado un libro en su vida exceptuando los del colegio, y Harry dudaba que le hubieran servido de algo.
El libro se titulaba "Los Tres Mosqueteros" de Alejandro Dumas, un escritor francés del siglo XIX. Aunque Harry no había sido un gran aficionado a la lectura (lo contrario que Hermione) estuvo dos horas sin despegar los ojos de las aventuras de Artagnan, Athos, Porthos y Aramis y cuando levantó la vista ya eran las siete.
Decidió por tanto abandonar muy a su pesar la lectura y usar el espejo para comunicarse con Ron. Lo cogió y pronunció su nombre algo nervioso pues no sabía con certeza si funcionaría. De repente y con gran sorpresa por su parte, la cara pecosa de Ron apareció en la superficie del espejo.- Hola Harry, ¿me llamabas?- dijo un Ron muy sonriente. –Me has decepcionado, esperaba que te comunicaras antes conmigo.
- Bueno, sí. Me parecía grosero molestarte a medianoche sólo porque me apetecía hablar contigo -contestó Harry.
- Gracias –dijo Ron. – Antes de todo quiero decirte que hoy iremos a recogerte a casa de la señora Figg.
- ¿Por qué no a casa de los Dursley?
- ¡Hombre! ¿Te imaginas a mi padre, los gemelos y yo agarrados a un traslador apareciendo en medio del salón de los Dursley? Creo que la última vez por poco les da un síncope al vernos aparecer de la chimenea.
- Sí, tienes razón. ¿Adónde vamos?
- A Grimmauld Place. Es el cuartel general de la Orden del Fénix y según Dumbledore (o por lo menos eso dicen mis padres) estarás más seguro allí. Hermione está conmigo, ¿quieres hablar con ella?
- Si ella quiere... - dijo Harry fingiendo indiferencia, pues tenía unas ganas enormes de hablar con Hermione.
- Sí, sí quiero –dijo Hermione, apareciendo por primera vez en la conversación.
- Oye, Hermione, ¿por qué no vienes con Ron a buscarme?- dijo Harry con curiosidad.
- Dumbledore – dijo Hermione, como si esa palabra lo explicara todo
- ¡Ah!, vale. –dijo Harry. –Ron, ¿a qué hora vendréis a buscarme a casa de la Sra. Figg?
- A eso de las cinco.
- Vale, allí estaré. ¡Adiós!
Harry bajó las escaleras de dos en dos y llegó a la cocina, donde se hallaba presente en ese momento la familia Dursley. Se dirigió a su tío, que era quien llevaba el mando de la casa.
- Tío Vernon, esta tarde me recogerán mis amigos del colegio.
- ¿Sí? ¿A qué hora vendrán?
- A las cinco.
- Aquí no entrarán, ¿verdad?
- No, los esperaré en casa de la Sra. Figg.
- Muy bien chico. Oye, ¿sabe la señora Figg algo de tu anormalidad?
- Eh... no
- Ah, bien – tío Vernon se dio por satisfecho
Después de desayunar Harry andó de lado a lado sin saber donde poner el huevo hasta la hora de comer. Las horas se le pasaban lentísimas y decidió leer hasta que llegaran las cinco, para así irse a casa de la señora Figg.
La hora llegó y Harry recogió su equipaje, anteriormente preparado y se metió la varita en el bolsillo.
Cuando bajaba por las escaleras se encontró a su primo Dudley, su tía Petunia y su tío Vernon. Parecían temerosos. Tía Petunia se adelantó.
- Harry, querido, hemos venido a despedirte y no te olvides de decirles a tus amiguitos de la escuela que aquí te cuidamos mucho.
- Sí, no te preocupes, tía –dijo Harry sonriendo. Resultaban patéticos comportándose así, pero mejor eso que soportar los frecuentes insultos de su primo y sus tíos.
- Bueno, muy bien. Vete ya, chico – dijo tío Vernon nervioso.
- Hasta la vista –contestó Harry.
Harry salió contento de casa de los Dursley hacia la casa de la Sra. Figg. Tocó la puerta y cuando Arabella abrió, recibió de pleno el olor a gato, que reinaba en el interior de la casa. Entró y vio que ya habían llegado los Weasley.
Después de saludar a Arabella y vislumbró en el interior de la sala al señor Weasley, Ron y los gemelos Weasley. Los saludó con alegría, pues hacía ya cuatro semanas que no les veía a ninguna su respectiva mata de pelo pelirroja. Harry se acercó al centró del salón, donde se hallaba situado el grupo.
- ¡Harry! ¡Cuánto tiempo sin verte! Estás muy cambiado –dijo el Sr. Weasley, saludándolo con la mano. – Como Ron ya te habrá explicado, iremos en traslador a Grimmauld Place. –y el Sr. Weasley señaló un pequeño cuenco de bronce con un escudo de familia en relieve. Ese debía ser el traslador. Harry suponía que provendría de Grimmauld Place, antigua residencia de los Black y actualmente cuartel general de la Orden del Fénix.
- Papá, ¿nos tenemos que ir ya? Recuerda que hoy hay reunión.- dijo Fred Weasley con una sonrisa.
- ¡Oh!, si claro. Sra. Figg, nos veremos pronto.-dijo el Sr. Weasley despidiéndose con un ademán. Entonces se dirigió a los chicos- A la de tres tocáis el traslador. Una, dos y... tres.
Harry sintió la ya conocida sensación que su cuerpo siempre manifestaba al montar a un traslador. Un fuerte tirón del ombligo y un brusco aterrizaje en una cocina ya muy conocida. Le entristeció ver la chimenea por la cual Sirius se había aparecido en la sala común de Gryffindor en dos ocasiones. Suspiró. No podía ahogarse en recuerdos.
La cocina estaba desierta. Harry se preguntó dónde podía estar Kreacher, el elfo doméstico que hace sólo unas semanas le engañó. Ron le miró y como si hubiera estado leyéndole los pensamientos, le dijo:
- Kreacher murió. Hoy hace una semana. Pero se arrepintió de lo que hizo. Pidió disculpas a Dumbledore. Y creo que a ti también.
- Eh... No lo sabía. ¿Por qué no me mandaste una lechuza? –dijo Harry.
- Decidimos decírtelo aquí. Creo que Kreacher merece tu perdón.
- Por mí está perdonado. Y deja de hablar así. Me recuerdas a Hermione. Por cierto, ¿te sigue gustando?
- No. Ahora me gusta otra, pero no te voy a decir quién es.
- OK, no le cuentes nada a tu mejor amigo.
- Calla, aguafiestas. Después de la cena te lo cuento. Ahora vamos arriba, Hermione está esperándote impaciente.
- Vamos allá.
Abandonaron la estancia, despidiéndose de los demás. Se encontraron a Molly Weasley en su salida al vestíbulo, que saludó afectuosamente a Harry.
- ¡Harry! Estás muy delgado. ¿Es que no te alimentan bien tus tíos? –dijo Molly dirigiéndose a Harry a agarrándole de los mofletes.
- No se preocupe Sra. Weasley –dijo Harry sonriéndola.
- Bueno, Harry y Ron, hasta la vista. –dijo Molly haciendo un gesto con la mano de despedida.
Harry y Ron se dirigieron al dormitorio que ocuparon el verano anterior. Tardaron un poco en llegar, ya que iban cargados con el baúl de Harry y la jaula de Hedwig. Cuando hicieron su aparición en el cuarto, se percataron que Hermione estaba allí esperándoles.
Cuando ella les vio entrar, pegó un grito y abrazó a Harry y éste se sonrojó y dejó caer el baúl, abrazándola. Al recordar la presencia de Ron, se separaron entrecortados.
- ¡Por mí podéis seguir!- dijo Ron algo sorprendido por la reacción de Harry y Hermione.
- No, Ron, lo siento – dijo Hermione. – Me he dejado llevar.
Harry también estaba sorprendido por cómo se había comportado Hermione. La verdad es que ella le gustaba. Un suave aleteo le llenaba el estómago cuando la veía. Nunca se había dado cuenta de cuanto valía Hermione para él hasta que estuvo a punto de perderla en Junio. Por lo que le parecía observar, a Hermione le pasaba lo mismo.
Harry estaba confuso. Durante los cinco años anteriores había pensado que a Ron le gustaba Hermione y a Hermione le gustaba Ron. Ya se sabía: "Los que se pelean se desean". Ron y Hermione no paraban de discutir y la mayoría de las veces por tonterías. Pero el suceso anterior le había abierto los ojos: ¡Hermione le quería!
- Bueno Harry, ¿qué tal el verano?- dijo Ron sacándole de su ensimismamiento. Era una pregunta algo absurda, ya que en las cuatro semanas pasadas, Harry les había mandado una lechuza diaria contándoles todo lo ocurrido. Pero esa pregunta le encendió a Harry una lucecita que le recordaba algo. Debía contarles el contenido de la profecía. No soportaba mentir a sus mejores amigos.
- Os tengo que contar algo –dijo Harry seriamente.
- ¿Es importante, Harry? –dijo Hermione con curiosidad.
- Sí, y mucho. ¿Os acordáis de nuestra "pequeña" excursión al departamento de misterios?
- ¡Cómo poder olvidarla! –exclamó Ron suspirando.
- Os acordaréis también de la profecía que hablaba sobre Voldemort y sobre mí, que los mortífagos querían arrebatarnos y que Neville rompió.
- Sí. ¡Qué mala pata que Neville la rompiera sin oír el contenido! –dijo Hermione.
- Yo conozco su contenido –declaró Harry.
- ¿Por qué no nos lo dijiste? –preguntó Hermione.- ¡Se supone que somos tus amigos!
- Y, ¿cómo lo sabes? La profecía está rota –dijo Ron. –O al menos eso nos contaste.
- Dumbledore la conocía y me la dijo. Él la escuchó. – dijo Harry. –No os lo conté
porque la profecía es la causa de que yo no tenga padres y que Voldemort quisiera matarme cuando yo era pequeño.
- ¿Qué dice la profecía? ¿Quién la realizó? –preguntó Ron.
- La hizo Sybill Trelawney. La profecía es esta:
"El único con el poder para vencer al Señor Oscuro se acerca. . . nacido de aquellos que lo han burlado tres veces, nacerá mientras el séptimo mes este muriendo. . . y el Señor Oscuro lo marcará como su igual, pero él tendrá un Poder que el Señor Oscuro no conoce... y uno debe morir a manos del otro, pues ninguno puede vivir mientras que el otro sobreviva. . . El único con el poder para vencer al Señor Oscuro nacerá mientras el séptimo mes este muriendo. . ."
Mientras la recitaba Ron y Hermione escucharon sin pronunciar palabra. Cuando acabó, Hermione dijo:
- Harry... Eso significa que... significa que... -tartamudeó Hermione.
- Sí, Hermione. Significa que soy la única persona capaz de enfrentarse a Voldemort y que uno de los dos tiene que víctima o asesino.
- Pero Harry, ¿por qué no nos lo has contado antes? –preguntó Ron.
- Tenía que concienciarme antes yo mismo de que mi destino estaba sellado.
Hubo una pausa en la que nadie habló. Estaban los tres sumidos en un profundo silencio. Entonces Ginny les interrumpió.
- ¡Hola! Mamá dice que bajéis a cenar –dijo Ginny rompiendo el sepulcral silencio. –Hola Harry, bienvenido.
- Hola Ginny –dijo Harry levantando la cabeza para mirarla. -¿Qué tal has pasado el verano?
- Algo aburrido. Desde que Fred y George están en la Orden...
- ¿Fred y George están en la Orden? –la interrumpió Harry. –Creía que tenían la tienda de bromas montada.
- Sí, eso también –dijo Ginny. –Y... ¿qué os pasa a vosotros? Cuando he entrado estabais todos callados.
- Meditando... -dijo Ron sonriéndola. –Dile a mamá que ahora bajamos.
- Vale. ¡No tardéis mucho que se enfadará! –les advirtió Ginny. Salió y dejó la habitación tan silenciosa como antes.
Esta vez fue Hermione la que rompió el hielo.
- Supongo, Harry que no querrás llegar tarde a tu primera cena aquí, ¿no? –dijo Hermione sacando a Harry y Ron de su embelesamiento.
- ¡No, claro! –dijo Harry. - ¡Bajemos!
Llegaron a la cocina pasando silenciosamente por el vestíbulo. Allí se llevaron una sorpresa porque además de estar Remus, la familia Weasley (excepto Percy), Mundungus Fletcher y más gente de la Orden, estaba Albus Dumbledore, director de Hogwarts.
N/A: Espero que les haya gustado este primer capítulo. Sólo decirles que la historia cambia un montón después de este primer capítulo. Lo de Harry y Hermione no significa que este fic vaya a ser romántico. Lo escribo para que tanto los que les gusta los "H&H" y a los que no, disfruten leyéndolo. Me voy a centrar más en el crecimiento de los poderes de Harry y... bueno sigan leyendo y se enteraran.
Arwenej
Animen a esta escritora con su comentario. Dejen un review.
